Un cuento corto

Tema en 'OFF TOPIC' iniciado por rznr, 5 Sep 2007.

  1. rznr

    rznr indefinido

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    PÁJAROS PROHIBIDOS
    (1976, en una cárcel del Uruguay)

    Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso,

    silbar, sonreír, cantar, caminar rápido, ni saludar a otro preso.

    Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres

    embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.

    Didoskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso "por

    tener ideas ideológicas", recibe un domingo la visita de su hija

    Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los

    censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.

    Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los

    árboles no están prohibidos y el dibujo pasa. Didoskó le elogia

    la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen

    en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas: - ¿son

    naranjas?¿qué frutos son?- La niña lo hace callar:


    -ssshhhhh- y en secreto le explica: - bobo ¿no ves que son los

    ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.



    Eduardo Galeano
     
  2. En las alas del viento

    En las alas del viento Novato

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    Muy bueno “Pájaros prohibidos”. Hace algún tiempo que lo leí y me ha gustado recordarlo…dejo otro “pequeño gran” cuento

    OBSTÁCULOS EN EL CAMINO


    Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Entonces se escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda roca.
    Algunos cortesanos y comerciantes adinerados la vieron y símplemente la rodearon. Muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.
    Más tarde vino un campesino que llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, el campesino puso su carga en el suelo y trató de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logró. Mientras recogía su carga de vegetales, notó una bolsa en el suelo, justo donde había estado la roca. La bolsa contenía muchas monedas de oro y una nota del propio rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino. El campesino aprendió lo que los otros nunca entendieron.

    Cada obstáculo representa una oportunidad para mejorar.
     
  3. rznr

    rznr indefinido

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    muy bueno, de quien es? o es de cosecha propia?
     
  4. En las alas del viento

    En las alas del viento Novato

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    es anónimo
     
  5. rznr

    rznr indefinido

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    Este es un poco largo pero merece la pena:

    El Círculo del 99

    Había una vez un rey triste quetenía un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era feliz.
    Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno cantando y tarareando alegres canciones, una sonrisa se le dibujaba en su distendida cara, y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey lo manda llamar y le dijo.

    -¿Cuál es tu secreto?

    -¿ Mi secreto majestad?

    -¿Cuál es el secreto de tu alegría?

    -No hay ningún secreto majestad.

    -No me mientas. He mandado cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.

    -No le miento majestad, no guardo ningún secreto.

    -¿Y porqué estás siempre alegre y feliz?.

    -Majestad, no tengo razones para estar triste. Su alteza me honra permitiéndome atenderlo, tengo a mi esposa y a mis hijos viviendo en la casa que la corte me ha asignado, somos vestidos y alimentados, y además su alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos. Cómo no estar feliz.

    -Si no me dices cual es el secreto te haré decapitar. dijo el rey, nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.

    -Pero majestad no hay secreto, dijo el siervo, nada me gustaría más que complacerlo pero no hay nada que yo esté ocultando.

    -Vete, dijo el rey, antes que llame al verdugo.

    El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.

    El rey realmente estaba como loco, no conseguía explicarse como el paje era tan feliz, viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos.

    Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó la conversación con su sirviente.

    -¿Porqué él es feliz?

    -Ah majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo.

    -¿fuera del círculo? preguntó el rey.

    -Sí.

    ¿Y cómo salió?.

    -No, nunca entró.

    -Pero ¿qué círculo es ese?.

    -El círculo del 99.

    -Verdaderamente no te entiendo nada, dijo el rey,

    -La única manera que entendiera sería mostrárselo, le dijo, y entonces hacer entrar a su paje al círculo.

    -¡Eso! Obliguémoslo a entrar.

    -No alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.

    -Entonces habrá que engañarlo.

    -Si le damos la oportunidad, él va a entrar solo, solito.

    -¿No se dará cuenta?, Se dará cuenta y entonces no entrará, dice el rey.

    -Es que no lo va a poder evitar. ¿Entonces está dispuesto a perder un excelente sirviente, le dijo el sabio, para poder entender la estructura del círculo?

    - Si, estoy dispuesto, contestó el rey.

    -Esta noche lo pasaré a buscar, debe tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos, 99.

    -¿qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso?.

    -No, nada más que la bolsa de cuero con las 99 monedas.

    Se despidieron y a la noche se encontraron, esperaron el alba, y cuando adentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y la pinchó con un papel que decía "Este tesoro es tuyo, éste es el premio por ser un buen hombre, disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste". Luego ató la bolsa con el papel, fue hasta la puerta del sirviente, dejó la bolsa, golpeó y se retiró.
    Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban de atrás de unas matas, mirando lo que sucedía. El sirviente agarró la bolsa, leyó el papel, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados y volvió a entrar a su casa, y tirado en lo que debió ser la mesa, volcó el contenido de la bolsa. Sus ojos no podían creer lo que veían, era una montaña de monedas de oro, él que nunca había tocado una de esas monedas, tenía una montaña para él, las tocaba, las amontonaba, las acariciaba y las hacía brillar a la luz de la vela, las juntaba, las desparramaba, hacía pilas, así jugando y jugando, comenzó a hacer pilas de diez, una pila de diez, dos pilas de diez, tres, cuatro, cinco y mientras las hacía iba contando, diez, veinte, treinta, cuarenta, hasta que formó la última pila, ¡nueve monedas!, Su mirada recorrió la mesa primero buscando una moneda, luego el piso y finalmente la bolsa, -¡no puede ser!-, puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja. ¡Me robaron, me robaron! ¡Malditos!. Volvió a buscar en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas vacías, en sus bolsillos, corrió los muebles y no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, las pilas resplandecientes le recordaban que había 99 monedas de oro, sólo 99.

    -Es mucho dinero, dijo, pero me falta una moneda. ¡99 no es un número completo! ¡100 es un número completo!, ¡99 no!.

    El rey y su asesor miraban por la ventana la cara del siervo, ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados si alguien lo veía, escondió la bolsa entre la leña, luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos.

    ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número 100?, Todo el tiempo hablaba solo, estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla, después quizás no necesitara trabajar más. Con 100 monedas de oro un hombre puede dejar de trabajar. Con 100 monedas de oro un hombre es rico. Con 100 monedas de oro se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo, si trabajaba, ahorraba y sacaba algún dinero extra, en 11 ó 12 años juntaría lo necesario. Doce años es mucho tiempo, quizás le pueda
    pedir a mi esposa que busque trabajo en el pueblo por un tiempo, y él mismo, después de todo termina su tarea a las 5 de la tarde en el palacio, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga. Estaba claro, sacó las cuentas, sumó su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. Pero aún era demasiado tiempo. Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedara de comida por las noches y venderlo por algunas monedas, y así siguió sacando sus cuentas.

    El rey y el sabio volvieron al palacio, ¡el paje había entrado en el círculo del 99!.

    Durante los siguientes meses el sirviente siguió sus planes, pero cambió su ánimo, ya no cantaba. En un momento el rey le preguntó.

    -¿Qué te pasa?.

    -Nada, no me pasa nada.

    -Pero antes, no hace mucho, reías y cantabas siempre.

    -Hago mi trabajo ¿no?. Que querría su alteza, que fuera su bufón y su juglar.

    No pasó mucho tiempo sin que el rey despidiera a su sirviente. No era agradable tener un paje que siempre estuviera de mal humor.

    FIN


    Nosotros quizás hemos sido educados en esta estúpida ideología. Siempre nos falta algo para estar completos y pensamos que sólo completos se puede gozar de lo que se tiene. La felicidad, nos enseñaron, deberá esperar a completar lo que nos falta, pero que pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así de golpe, que nuestras 99 monedas son el ciento por ciento de nuestro tesoro.


    El autor pone en unos sitios que es desconocido, pero yo lo he leido en un libro de Jorge Bucay.
     

  6. En las alas del viento

    En las alas del viento Novato

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    LO MÁS IMPORTANTE

    Durante mi segundo trimestre en la Escuela Superior de Ingeniería, el profesor nos hizo un examen sorpresa. Yo era un estudiante consciente y leí rápidamente todas las preguntas, hasta que leí la última:

    ¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela?

    Seguramente esto era algún tipo de broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Era alta, con cabello oscuro y de unos cincuenta años. Pero, ¿cómo iba yo a saber su nombre? Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco.
    Antes de que terminara la clase, alguien le pregunto al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen. Naturalmente, dijo el profesor. En sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes. Merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y digan: ¡Hola!

    Yo nunca olvide esa lección. También aprendí que su nombre era:

    Gloria


    anónimo
     
  7. En las alas del viento

    En las alas del viento Novato

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    CARTA A MI PADRE



    No me des todo lo que pido: A veces sólo pido hasta ver cuánto puedo coger.

    No me grites: Te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar a mí también. Y no quiero hacerlo.

    No me des siempre órdenes: Si en vez de órdenes, me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y más a gusto.

    No cambies de opinión tan a menudo, sobre lo que debo hacer: Decide y mantén esa decisión.

    No digas mentiras delante de mí: Ni me pidas que las diga por tí, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.

    Cumple las promesas buenas o malas: Si me prometes un premio, dámelo; pero también si es un castigo.

    Cuando estés equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que tengo de tí: Así me enseñarás a admitir mis propias equivocaciones.

    No me digas que haga una cosa, si tú no la haces: Yo aprenderé siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas. Pero pocas veces haré lo que tú digas y no hagas.

    Cuando te cuente un problema mío: no me digas "no tengo tiempo para bobadas" o "eso no tiene importancia", sí la tiene para mí.

    Cuando haga algo malo: No me "exijas" que te diga por qué lo hice. A veces, ni yo mismo lo sé.

    Deja que me valga por mí mismo: Si tú lo haces todo por mí, yo nunca podré aprender.

    No me compares con nadie (especialmente con mi hermano o hermana): Si me haces sentir mejor que los demás, alguien va a sufrir. Si me haces sentir peor que los demás, seré yo quien sufra.

    Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos: Porque seamos familia no quiere decir que no podamos ser amigos también.

    Trata de comprenderme y ayúdame: Quiéreme y dímelo. A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.



    Es innecesario resaltar, que donde se dice Padre e Hijo, puede decirse Jefe y Subordinado.

    anónimo
     
  8. harl-adri-harl

    harl-adri-harl Baneado

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    vivo con tu **** madre
    ese escribio el cid y el lazarillo de tormes no¿? menudo fiera xD
     
  9. parinomio

    parinomio Miembro

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    En la Mancha Manchega
    que pasa fran reflotando temas viejos para que te lleguen los 50 mensajes para vender o que!!
     
  10. farru

    farru rider-descender

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    en algun lugar de la mancha
    pues tu reflote no se keda atras ,casi cuatro años
     
  11. lekim11

    lekim11 VAGO NERVIOSO

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    Aquí ahora.
    eso para mi es la hipocresia con uno mismo
     
  12. Fran40

    Fran40 Miembro

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    jo que buenos !!
     

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