Hay momentos en los que parece que la apatía se apodera de nosotros, ahora que a algunos parece que nos cuesta un poco salir al monte y mis amigos andan algo disgregados me viene a la cabeza este escrito que ojalá abra nuevos ánimos a practicar lo que más nos gusta y lo que de alguna forma nos unió a todos....... Leo una respuesta de un forero en la que (de broma) busca algún producto que repela las ramas y evite los arañazos. Pues no puedo estar más en desacuerdo contigo compañero. Seré un tipo raro, pero nunca adquiriría ese producto mágico que evitase que sintiese esas sensaciones que tu pretendes evitar con las jaras, las zarzas, los enebros, incluso alguna rama golpeándome y añadir a todas mis sensaciones en una soleada o lluviosa salida, otra sensación muy fuerte, el dolor. No me importa llegar magullado y herido, es más, seré un tipo raro, pero si vuelvo "entero" no ha sido una salida completa. En la bicicleta hay sentimientos mucho más intensos que la velocidad. Con poco tiempo en esta actividad, pero toda mi vida perdido en algún rincón de nuestros montes, he aprendido a sentir con alguno más de nuestros cinco sentidos. Cuando salgo con mi bicicleta, esa máquina que ahora cuido más que a mi coche, que limpio más que mi casa, que miro hasta que me dicen: déjala ya, que la vas a gastar, cuando salgo con ella, me gusta además de rodarla, mirar todo lo que hay a mi alrededor. Cuando subo, aprieto los dientes y escucho cualquier sonido que me rodea, me gusta identificarlos todos, quien o que los produce, si es por miedo, por acecho, por dolor, por contacto. Cuando bajo, acelero, me gusta que un charco me salpique, temer esa arena suelta que descontrola mi máquina, dudar si seré capaz de superar el próximo bache o la próxima piedra. Cuando llaneo, lo miro todo, cualquier encina a la que los demás llaman árbol. Cualquier mirlo al que los demás llaman pájaro. Cualquier roca, sus formas, sus grietas. Me quedo ensimismado mirando hasta cualquier papel que algún desaprensivo dejó. Pero tanto si subo, como si llaneo, como si bajo, nunca eludo ese contacto en mi piel que además de gozar disfrutando de la vista, del olfato y del oído, no podría disfrutar de mis salidas si no sintiese el sentido del tacto. Aunque éste, me haga sangrar. Cuando salgo miro a lo lejos las viviendas que avanzan y que quizás algún día lleguen hasta mi y hasta esa piedra que ayer me tiró, o hasta ese árbol que me golpeó y entonces, cuando mi árbol, mi piedra, ya no existan, me miraré la piel y en ella veré la cicatriz de cuando algún día por allí, solo, pero acompañado de todos mis sentidos, una vulgar zarza o una vulgar piedra me hizo sangrar y........... mucho más. Soy un tipo raro.....o quizás no. No lo sé me da igual.
A ti no te ha picado una ortiga o un tojo gallegos, me parece precioso lo que dices, pero querido compañero cuando pasen los pinchos de un tojo por tus piernas ya verás lo alto que eres capaza de jurar, un saludo
estoy contigo Ignacio... Palabra del señor, te adoramos, óyenos. :aplauso2 :aplauso2 :aplauso2 :aplauso2 :aplauso2 :aplauso2 :aplauso2 :biker
Y porque no?? quizás algún día podamos compartir juntos esos caminos y esas "sensaciones".... Estaría bien verdad?? Un saludo!!
pués yo me uno a lo de los arañazos cuando atraviesas senderos y ciertos sitios o cuando te metes fuera de pista y te lo llevas todo puesto...esas sensaciones en la piel aunque algunas veces duelen..merece la pena sentirlas... Me apunto a lo de ignacio....
Amigos, familiares, ... mi miran las piernas y los brazos y giran la cabeza a un lado y a otro con el comentario "ya te vale hombre, que tienes una edad ...". Obviamente no les puedo contestar, no me entenderían. Quizás sean ellos los raros ... o quizás no. No lo sé me da igual
a mi me miran raro por ir en bici a trabajar y hacerme 22 km teniendo que subir a la vuelta un pequeño repecho de 7% para luego por la tarde volver a trabajar..pero como dice MAnuPa: No lo entenderían....
Cuando una tormenta te pilla a medio camino,,, las gotas de agua callendo por la visera del casco, notas que empieza a saltar barro de las ruedas pero no puedes ir mas despacio porque la casa aun esta lejos y la tormenta parce estar sobre ti. Los truenos, el olor a tierra mojada, la lluvia ... Esa sensacaión de libertad es increible..
emocionado quedé con tus palabras que cual zarza que encontré arañando ayer mi piel se me han clavado en el alma....
bellísimo texto (recordadme que le escriba al Rey de Suecia proponiéndole para "el Premio") pero no le hagáis mucho caso que la Mercromina está muy cara y poneros las protecciones, hombre!!!
Pues ya somos varios raros. Pero no me da igual, por que compartir esas sensaciones, e incluso ver como el que te precede dobla amablemente una rama para que te la comas mejor que él también es una sensación a la que no renuncio.:mrgreen: No sé si es comparable, pero este verano en Vallnord me caí dentro de una mata de cardos tan grande, que cupimos la bici y yo. Durante 20 minutos me quemaba una pierna, y llegué a meta rojo como un tomate. Un saludo. La próxima vez buscaré un pedrolo para bajarme.