Imagina que comienzas una subida de unos tres kilómetros con pendiente variable y tramos duros, con piedra suelta y roderas. Lo único agradable es el silencio y el cantar de los pájaros, aunque con el calor que hace raro es que alguno píe. Pues de repente aparecen dos tirillas con artilugios como el de la foto, pero más cutres. Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaammm buaaaaaaaaaaaaaaammm.... La bicimoto de uno iba bien, aunque le costaba subir, pero la del otro se paraba cada dos por tres. No sé las veces que les pasé y me pasaron. ¡Qué ruido y qué dolor de cabeza! Les dejaba la trazada buena para que me pasaran y se alejaran, pero nada, la moto de uno no iba y el otro se paraba a esperarlo. Y si le daba caña para alejarme, al momento les oía venir a los dos. Al final, pensando que me iba a dar algo porque llevaba las pulsaciones por las nubes casi me paro para que se alejaran un poco. La cuesta terminó y el silencio volvió al campo. Probablemente ha sido la subida más aperreada de mi vida.
cosas que pasan,no estamos solos,a un que rompan la paz igual nosotros se la rompemos a otros sin querer,a si que paciencia.
Cosas que pasan, igual que cuando vas por carretera rápido, comiéndote todo el humo, tiras el hígado y adelantas al "tío Paco" con la mobylette (con su cajón correspondiente) y seguido te vuelve a adelantar para quedarse delante de ti sin irse ni dejarte pasar.
***** que el tío Paco te quiere y lo hace para que entrenes tras moto. Enviado desde mi ONEPLUS A5010 mediante Tapatalk