Mucho talento malgastado veo yo aqui :rabbit :rabbit :rabbit La peña adelantando flacas tanto en llano como en subida, doblando el peso de la burra y la seccion de la cubierta... Madre mia que piernas tiene la gente.
Yo no he adelantado nunca a un carretero, ni un carretero a mi tampoco, es mas no creo que me haya cruzado con ningún carretero nunca, por las pistas que ando. Eso si con btt me han pasado muchos y yo he pasado alguno.( siempre saludando). Saludos.
Igual, gracias a levantar el pie, el hombre cuando ha llegado a casa lo ha contado todo feliz y contento. Has podido alegrar el día a una persona, y lo has hecho, así que quédate con eso y él contento, y tú también. No creo que siempre que alguien intente adelantarnos, o quedarse detrás, o lo que sea, tengamos que sacar la furia y el afán de competir en todo momento. Aunque es cierto, que a veces hay gente que te adelanta presumiendo, y ahí si que se debería permitir darles el palo. Pero si te adelanta porque va más rápido, o porque le apetece, pues bueno, cada uno va en la bici como quiere o buenamente puede.
Pues en la ruta última ruta que hice hace un mes se me calló un poquito el alma a los pies en el carril bici de La Marañosa en Madrid; me crucé con un montón de gente, bien podrían haber sido 50 tíos, tanto con bicis de carretera como de mtb, y me hinché de saludar a la peña y muchos más de la mitad pasaron de mi... no sé, siempre había tenido la idea un poco de que dos tíos en bici tenían algo así como una unión entre si por la afición mutua, pero veo que las buenas costumbres se van perdiendo; al final lo que te pasa es que acabas pasando de saludar tú también. Y sobre piques pues la verdad, soy más bien de los que ven cómo les pasan, pero si es cierto que un día de este verano yo me hice una ruta larga que comprendía también el carril bici de la Marañosa; el caso es que como era consciente de que me podían fallar las fuerzas si no iba regulando, yo subí tranquilito; hubo un tío que me pasó, me saludó y tal, todo super correcto. El caso es que me sacó un buen trecho y en la bajada yo seguí yendo tranquilo, regulando fuerzas, pero el tío se debió pensar que le estaba intentando pillar y no hacía más que mirar atrás y si veía que me había acercado se ponía a pedalear como un poseso. Me hizo gracia porque yo no tenía intención alguna de pillarle, pero el cada vez que miraba atrás parecía que había visto al demonio... ****, que uno es feo, pero no tanto!
