Hace 18 meses comenzó todo el declive de tu larga vida. Un mes de Julio, una madrugada, y todo se te vino abajo. En la madrugada, despertaste enferma, con fiebre alta, apenas podías respirar. Tu anciano marido avisó a los hijos, por minutos la situación empeoraba. El 112 no actúa, casi 2 horas después, sigues esperando que te lleven al hospital y alivien tu pesar con algún sedante. Cuan larga fue tu espera. Un simple catarro, en unas horas, derivó en una grave pulmonía, que apunto estuvo de costarte la vida esa noche. Varios días de ingreso hospitalario fueron necesarios para tu recuperación. Al volver a casa, nada volvió a ser igual para nadie. Tu escasa musculatura, atrofiada por la avanzada edad y las limitaciones de tu cuerpo, ahora era peor aún, no podías sostenerte en pie, la cama es ahora el único lugar en el que puedes estar. Con dificultad, te llevabamos al salón, a tu butaca de siempre, frente a tu marido, donde pasabais las tardes viendo la televisión, cosiendo, hablando con las visitas. Poco tiempo después, la situación empeoró. No podías hablar, tus nietos no entendían tus palabras, y lo más doloroso, a veces no nos reconocías, ni a tus hijos. Muy duros fueron esos días sin que nuestra abuela nos reconociera y nos mirase como a extraños. Poco a poco eso cambió, volviste a recordarnos a todos, incluso viejas anécdotas, como la de tu nieto imitando "el salto de la rana" de un famoso torero, cuando apenas tenía 5 años. Otro de tus nietos, quien por descuidado, cayó en una fuente del paseo marítimo, o cuando el pequeño de la familia, el que ahora recuerda y escribe esos momentos, se perdió en el parque siendo un renacuajo. Nunca imaginarás la alegría que sentiamos esos días, cuando nos contabas esas cosas, riendote, mientras rodeabamos tu cama. Pero la alegría fue pasajera. A principios de las Navidades, caiste gravemente enferma, un pequeño infarto cerebral, te hizo por un tiempo casi vegetal, no hablabas, solo balbuceabas, no dormías, apenas ni movías tus brazos castigados de artrosis. Por necesidad, trasladada a una cama de residencia en la alcoba donde antaño tu hijo mayor dormía, tu familia creía perderte para siempre, con la dolorosa situación de casi 6 meses en los que tu hija vivía en tu casa, sin apenas regresar a su propia casa, teniendo 2 hijos y un marido. Otros 14 días en el hospital fueron necesarios para tu total recuperación, al volver a casa, las navidades fueron amargas, vacías, y tristes. Cada noche, tu hija no descansaba. Tu, sin darte cuenta, no la dejabas dormir, llamandola de madrugada. Todos sabíamos que no lo hacías con mala intención, solo querías no estar sola. A tal punto fue insoportable la situación, que nos vimos obligados a contratar a una mujer para esa tarea, tu hija y nuera, agotadas, no tenían una vida normal. Natalia fue la encargada de velar tus sueños cada día. La situación parecía mejorar, aunque todos sabíamos que no te recuperarías. Eso era lo de menos, te teníamos con nosotros. Pasaban los días, y con tus achaques, fueron pasando los meses, ningún cambio. 15 meses después de comenzar todo, otra situación inaguantable, agotadora, y martirizante, nos hizo contratar una segunda mujer, esta vez para ayudar de día en casa. Pasaste de llamar solo de noche para tener compañia, a llamar a todas horas, incluso cuando almorzábamos. La más damnificada era tu hija, quién pasaba el día en tu pequeña casa. Una mujer, Rosi, sería partícipe de las tareas de cuidarte. Te encanta estar con esa chica, es cariñosa contigo, y tu con ella. Cuando te coje de la mano, callas tus lamentos, al fin y al cabo, solo quieres cariño y compañía. Pero cuando Rosi vuelve a su casa, con su familia, de nuevo pierdes el control. Tu hija a veces desespera, te grita. Sabemos que no lo haces con mala intención, abuela, pero a veces era inaguantable. Tu yerno ya no tenía ganas de ir a comer a tu casa con su mujer después de un día de trabajo, porque no dejabas descansar. No te lo recriminaremos, te comprendemos, te queremos. Mes 17, tu hija llora a escondidas, se desespera. Los médicos no saben que recetarte para que descanses, no duermes por las noches, ni de día. ¿Cómo un cuerpo tan gastado por la edad, con problemas de corazón, diabetes, y demás achaques de la edad, puede aguantar tantos berrinches como coges cuando no se te hace caso?. De nuevo, unas Navidades mustias, un simple día más en el calendario. Hace unos días, tu situación llegó al límite, sin más remedio que avisar a un doctor para que te visite. Tras las comprobaciones de pulso y respiración, el médico da un veredicto; tu corazón pierde fuerzas por momento, puedes durar 2 días más, o seguir casi en estado vegetal durante días, semanas, hasta que tu cuerpo no aguante más. Tu hija, quien tiempo atrás perdió la Fe en Dios, pero sabiendo tu vida pura y agradecida, llamó al cura de tu iglesia, Don Pedro. Tras la Extrema Unción, solo nos quedaba esperar tu merecido descanso de esta vida. Tu hija lloró ante su hijo menor, el pequeño de la familia, narrando la situación. Hoy, 4 días después de la visita del párroco, tu situación empeora. Has dejado de hablar, ni siquiera un balbuceo, una queja para llamar la atención. No tienes apenas fuerzas para tragar la comida, ni beber, ni tomar tus medicaciones. Esta tarde, al visitarte, tu parecías dormir, tu hija te agarraba de la mano, con lágrimas en los ojos. De repente, toses. Vuelves a toser, y de pronto, dejas de respirar, dejas de moverte por completo. No podía ser, estoy viendo la muerte de mi abuela. Rosi rápidamente te volteó y frotó en la espalda, y volviste a respirar. Después de eso, la visita de la ambulancia, y el comunicado de los asistentes: El desenlace es inminente. Ahora, delante de la pantalla, escribo entre un mar de lágrimas, el comienzo de la despedida de un nieto a su abuela, quien tuvo un cariño infinito hacia su familia. Ahora, con lágrimas contenidas, espero tu ida hacia la paz eterna, descanso infinito, que tan merecido tienes. Has vivido 84 años, conociste la guerra, el hambre, pero nunca perdiste la esperanza de hallar la paz en la vida. Siempre fuiste debota y fiel a Dios, en misa, cuando faltabas, todos preguntaban por tí. Serás hasta el fatídico día, una superabuela. No se qué más decirte, todas las palabras son pocas para expresar el cariño y amor que puede tenerle un nieto a una abuela, y no hay palabra alguna que pueda definir el dolor de los que algún día te perderán. Es ley de vida, todos sabemos que llegará el día en que nuestros seres más queridos se irán de este terrenal mundo, y pasarán al descanso eterno. Estas palabras, te las dedico a ti, abuela, aunque se que no las llegarás a leer. Para mi, nunca habrá persona más bondadosa que tu. Para mi, abuela, siempre estarás en mi corazón. Hace ya 18 meses, tuvo lugar, el comienzo de una despedida. Hasta siempre, abuela. Un abrazo, tu nieto David, el pequeño de la familia. Siempre te querré.
Mi mas sentido pesame, ahora es momento de descansar de su largo caminar y dejar a sus seres queridos que la recuerden siempre con una sonrisa, dejando en este momento que ellos realicen sus respectivos caminos en paz, pero con un recuerdo de agradable añoranza en su caminar. Como de costumbre Un Saludo y en esta ocasión también un abrazo de corazón.
David lo siento mucho.... despues de leer tus palabras y descubrir tus sentimientos puedes estar seguro que estaba muy orgullosa de ti. Son momentos muy duros que solo el tiempo irá curando, un abrazo de todo corazon.
Lo siento David. En estos momentos tan duros no me suelen salir las palabras apropiadas. Te acompaño en el sentimiento y piensa que ahora ella por fin ha descansado y después de leer estas lineas, ten por seguro que estará más que orgullosa de su nieto David. Un sentido abrazo compañero.
tu abuela debio ser muy buena persona para que escribas eso tan bonito de ella, me he emocionado, un abrazo muy fueret tocayo!
bonitas palabras expresan tus sentimientos aunque sean tristes.. la verdad es que me has hecho entender con tus palabras el amor que tenias y tienes hacia tu abuela! piensa que ahora esta descansando despues de una larga lucha! es ley de vida! animo tio y no te undas!
A ver chicos, gracias por el apoyo, pero creo que os habeis desviado un poco jeje. No ha fallecido aún, sigue en el estado de ayer, sin hablar, apenas despierta. Obviamente son síntomas de que su vida acabará en un corto plazo, pero aún vive. Muchas gracias a todos por el apoyo.
Lo siento mucho David. Leyendo tu relato me han saltado las lágrimas, precísamente porque describes lo que pasamos con mi abuela durante 7 largos años, de microinfarto cerebral en microinfarto cerebral, como lo denominaban los médicos. Nosotros lamentáblemente nos despedimos defínitívamente de ella hace apenas 7 meses, y a pesar de que la carga fuera grande, porque a nadie dejaba descansar, requería atencion 24x7 y no podías prácticamente comunicarte con ella, lamentáblemente la pérdida de un ser querido es algo muy muy duro y todos la echamos mucho de menos. Solo que sepas que tienes mi apoyo en estos momentos tan duros, el foro está a tu lado aunque sólo sea para que puedas despejar un poco de todo lo que te rodea y desconectar un rato. Y piensa que aunque esto no es más que una forma de entretenimiento, y no nos conozcamos las caras, siempre tendrás alguien por aquí con quien charlar, o a quien contarle tus problemas o alegrías. Un abrazo, se fuerte y ten valor y paciencia para estos días duros que te esperan hasta que por desgracia os tengáis que despedir definitívamente de ella.
joe tio me has emocionado, tu abu tiene qu eestar orgullosa de ti, en cierto modo me siento identificado con tu relato... lo pasé muy mal cuando hace cuestion de 6 meses murió mi abuela, un abrazo tio
bonitas palabras, tambien tienes mi apollo tio, yo tambien he pasado varias veces por esa situacion y es... muy mala. saludos
Bueno, de este tema hace ya más de un año. En aquellos días, parecía que fallecería en cuestión de horas, días como mucho, y hasta el día de hoy, esta misma tarde, no ha descansado. No es un tema agradable para nadie, pero necesitaba contarlo, esto de estar viviendo lejos de la familia con 17 años y sin compañía alguna en el piso, y tener que esperar a que vengan a buscarme, no es lo mejor que podría pasarme ahora mismo. En fin, saludos a todos.
Te acompaño en el sentimiento, no se el estado en el que se encontraba, pero a veces, esto es lo mejor. Saludos y ánimos!
es bueno contar las situaciones que nos atormentan por dentro un saludo david y tu abuela estará agradecida eternamente por tener un nieto como tu
