Exactamente un año después de una fatídica caída en el descenso de la Rodana Gran que se saldó con el codo roto, el Tío Vaina volvió a les Rodanes de Ribaroja para desquitarse y certificar su retorno a lomos de su preciada Kona Cinder Cone del 95. No sólo escaló del tirón su otrora Némesis, la Rodana Gran, después de un año en el dique seco sequísimo, sino que además bajó el primero y con gran ventaja todas las sendas y trialeras que osaron cruzarse ante sus ruedas. Es bien cierto que Odín guía sus pasos! Un retorno épico que seguro animará a todos esos lesionados que no ven el final del tunel. El final existe, está cerca y se llama MTB! Canya! Lamentablemente, no hay más fotos del evento, ya que bastante tenía yo con ir detrás suyo con la lengua fuera. Yo, que llevo un año entrenándome a ver si así conseguía no quedar tan descolgado. Los cracks son así, no se olvidan de triunfar!