Algo como que Alejandro y Juanjo ya llevan bastante adelantado. Son algo más de cien kilómetros y se supone que se va en autobús hasta la sierra (no sé el lugar exacto pero más o menos a 1800 metros de altitud) e ir bajando hasta Alcalá. Hasta el Torote me parece que son 99 kilómetros más lo que haya entre el cruce del río y Alcalá. Se habla que entre los asistentes se hará un casting para que no haya nadie insuficientemente preparado y estorbe sobremanera. El autobús será a escote. Todo lo que te pongo es de lo que me ido enterando y no es nada oficial, hasta que se haga oficial todo esto es una utopía.
Pues a mi me salen 750 metros , altura mínima 570 y máxima 870. Lo que sí me preocupa es que me marcaba de temperatura mínima -6 (alguno menos sería, pero hacía frío de coj....). No hay tanta diferencia entre uno y otro ¿verdad?. A mí me han parecido por lo menos 2 o 3 mil de ascenso.
Pues me pongo al lío, ahora que he descansado un poco las piernas, pero aun ahora están un mucho deterioradas; hacía mucho tiempo que no me metía una panzada de cuestas tan grande y menos mal que no he visto ni a la garza, ni tan siquiera se me ha insinuado. Hoy el día no aparentaba ser tan frío, cuando ha amanecido se vislumbraba el sol y prometía ser una mañana muy buena para disfrutarla dando pedales, pero en cuanto he salido a la calle y dado un par de pedaladas el frío ha hecho mella en mí, el aire me cortaba en la cara y no me daba buenos augurios. He tardado bastante en entrar en calor y cuando he llegado a la PJ ya estaba algo mejor; en cuanto he puesto los pies en el suelo y me he fijado en el hielo que me rodeaba por todos lados ya no tenía ninguna duda: tanto frío no era solo sensación mía. Hemos salido unos cuantos, hoy no he caído en contarnos, siempre tengo la ayuda de Pastor, pero hoy no ha hecho acto de presencia (está de puente) y no sé los que íbamos; vamos a ver: Manolo, Manuel, Angel, Nani, Carlos, Luhigi, Alberto, Alejandro, Teo, Juanjo, Jose y yo, en total 12 o eso creo, a lo mejor me falta alguno pero en este momento no me acuerdo. Hoy la ruta la pone Manolo, y aunque hoy no estoy tan mal como en otras anteriores, me echo a temblar y no solo por el frío, pues lleva cara de querer guerra y bien que nos la ha dado, al menos a mí que pretendía hacer la crónica completa costase lo que costase, y ni así lo he conseguido, al final he hecho caso a mi cabeza y un corto trecho lo he hecho por mi cuenta, ya os contaré. Vamos por Nueva Alcalá atravesando por el campo y cruzando el río Henares por el puente de madera que es menos peligroso para nosotros que el puente Zulema, pasamos por el cementerio jardín y cruzamos el parque de saltos para subir hacia el Parque por debajo del puente y justo en el comienzo de los sincasa, cruzamos el camino recto hacia la pista central del Parque y continuamos recto, se presume que vamos a subir por la zarza y ya empiezo a tomar posiciones, estos van deprisa buscando calentarse y yo no tengo ganas de mucha guerra, al igual que Carlos y Ángel que se convierten en compañeros de fatigas y resoplidos. Hace un frío del carajo y tengo los dedos de las manos de los dedos y los pies como carámbanos, esta zona suele ser especialmente fría y lo bueno es que los barros están helados y las ruedas no se llenan del marrón elemento. Llegamos al tubo y lo cruzamos, la idea es subir por la derecha al Daytona, que igualmente está perfecto a causa del frío, y a mí ya se me ha puesto el cuerpo en funcionamiento, ya no tengo nada helado, las cuestas arriba tienen eso, que en cuanto te calzas un par de ellas ya no sientes para nada el frío. Y así, subiendo y bajando por los toboganes y los peraltes, alcanzamos la pista que sube hasta el Ecce Homo, que hoy no toca, hoy toca subir al alto del Llano, por el pinar que sale a la derecha y que sigue haciéndonos sufrir mucho a los de la retaguardia, sobre todo la puñetera cuesta empedrada y después la propia subida al alto, que nos calzamos sin descanso ninguno (normalmente se para en la valla para reagrupar pero hoy no toca, hoy toca sufrir); el ascenso se hace duro, el terreno que hace días estaba pisado y duro, hoy está removido y cuesta mucho mover la bici y no caerse, y hoy soy de los afortunados que consigue subir arriba sin plantar el pie, porque por delante está Alejandro haciendo de las suyas y procurando que algunos no suban muy a gusto; ya lo ha hecho en la anterior subida, en la que me he encontrado a Luhigi y a Alberto renegando por lo bajini del bailarín juguetón. Sigo llevando a Carlos y Ángel pegados y con la misma desazón que yo: hay que ver como van los de delante. Una vez arriba, la cuesta primera es horrible, todavía voy un poco bien y no se me atraganta, pero para algunos es más de lo mismo (me refiero a los juegos de Alex) y unos toboganes más adelante, en lugar de bajar por el final (la Támbara) bajamos por una que sale a la izquierda y que tampoco tiene desperdicio, el problema es que nos lleva a las zetas (piedras), más o menos a la mitad, y para llegar a susodicha bajada hay que hacer un poco más de subida. En estas, pierdo a Angel que ya me dijo que había cumplido y que se bajaba ya a Alcalá, por lo que mi compi a partir de ese momento es Carlos, que ya está sufriendo los excesos de ayer, que salió con los Mañaneros y le dieron bien de tralla, así que para mí cojonudo. Llegados al cruce (cuatros caminos para algunos), bajamos hasta Anchuelo por la pista y reagrupamos al final de ésta; en la Plaza me dejo a Carlos que ya no puede seguir más y me planteo seguir sus pasos, pero me he propuesto intentar terminar y no voy a dejarlo tan pronto, si bien mis pobres piernas me dicen ¡vete con él, vete! pero no las hago caso y continuo. Subimos por los perros hasta las antenas y me toca detrás de Alejandro, ¡me ha tocado la lotería! y a la primera que me hace, que no es otra cosa que ir un poco más despacio, me tengo que apear de la bici y dejo que pasen el resto y sigo como puedo hasta arriba. Me acuerdo de alguno que leyendo sus crónicas habla de que se le hace pelota, a mí esta se me hace balón de playa y si bien no vuelvo a plantar pie (ni siquiera en el cortadito del medio) por mi respiración se diría que estoy al borde del infarto; aprieto un poco más el culo y estoy a punto de cagarme, pero al fin llego arriba y llego donde está el resto de grupo. Creo que toca bajada y es verdad, bajamos por un sendero que si lo conocía no me acuerdo de él, todo lleno de piedras gordas y con alguna que otra rodera que hace mis delicias y estimula mis sentidos para cagarme en alguno. Así, llegamos a la carretera vieja que bordea la urbanización de Villalbilla, y tras un ligero descenso, tomamos a la izquierda para seguir haciendo el cabra, este camino ya le conozco pero al revés y la primera cuesta me quita unas pocas más de mis escasas fuerzas, que no recupero ni para atrás y ya empieza la cosa a ponerse seria, pues voy el último y encima cada dos por tres me tienen que esperar. Bajamos hasta la urbanización y opto por seguir la carretera un poco más que ellos, pues quieren subir por la derecha y a mí me da yuyu, así que llego hasta la pista que sube a la derecha y me encuentro con ellos en la confluencia entre los caminos; y seguimos subiendo, esta vez por la ladera del cerro, a la izquierda dejamos el sendero que bordea dicho cerro y que va paralelo a la carretera (ese tan bonito y llamativo que lleva al cementerio), y nosotros por uno que sale a la derecha y que nos llevará arriba del mismo Cerro; en pleno esfuerzo tenemos un encontronazo con un cazador que piensa que el monte es suyo y nos dice que no pasemos, pero no le hacemos caso y seguimos camino, a lo que sus deseos son "que ojalá nos peguen un tiro", a lo que le deseamos que para él el doble y con sus recuerdos y gritos abandonamos la zona para sufrir un poco más. Subidas y bajadas por el borde del cerro, y en vez de bajar por la que va al cementerio, vamos a la derecha por la pista. Más bajadas y subidas que ya se me están poniendo demasiado pesadas en las piernas, ya no soy capaz de pedalear suelto y voy muy atrancado y a duras penas llego al pinar por el que tenemos que bajar. Nosotros le llamamos la "bajada de Ángel", y que baja por en medio del pinar, con mucha tierra suelta y con tramos en los que las roderas nos dejan encajonados; yo no lo había bajado completamente nunca, pues las roderas coinciden con un gran desnivel, pero haciendo un alarde de testiculina y apoyando los mismos en el sillín, consigo superar la prueba, a pesar de mi cansancio extremo y que me hace ir penando en exceso el resto del camino. Tengo bien claro que cuando esté tan cansado como en esos momentos no debo hacer muchos alardes, pues el mismo cansancio me hace cometer errores y puedo tener un disgusto gordo. Una vez abajo, compruebo que Luhigi ha tenido un pequeño altercado con una valla oculta en el suelo, se le ha enganchado la bici y ha hecho un Supermán, como yo he llegado un poco más tarde no he podido comprobar si le ha dado tiempo a estirar el brazo; no ha tenido consecuencias, un poco maltrecha la rodilla y digo yo que un poco el ego, ya que todos o casi todos estaban de espectadores y aunque no he escuchado risas, siempre sienta mal caerse delante de alguien, es lo bueno que tiene ir el último y a distancia, que si te caes no se entera nadie. Ya estamos terminando, llegamos a la pista que une Villalbilla con el AVE y rodando me van las cosas un poco mejor, no me cuesta mucho seguir el ritmo, pero va a ser por poco tiempo, pues llegados al camino de la Isabela y cogiendo de nuevo dirección Villalbilla, al llegar a la carretera vamos hacia Alcalá, y al poco, entramos en un pequeño polígono que hay a la derecha y que tiene una cuestas......vuelvo a acordarme de la pelota de los coj..... y del c..... que hace la ruta. Subimos un cerro y ya bajamos todo hasta llegar al Gurugú; si no estuviese tan cansado creo que este tramo lo habría disfrutado mucho más, pero es que estoy en las últimas, no puedo dar dos pedaladas seguidas. Bajamos por los ewoks y llegados a la cuesta donde se mató el chico ese de Meco (lo siento, no recuerdo el nombre, DEP), subimos por un sendero que sale a la izquierda y veo por dónde pretenden bajar; aquí mi cabeza me dice "Luis, tú por aquí no" y le hago caso mientras compruebo los escalones por los que va bajando Alejandro. Pregunto si van a ir ya al bar, y me dicen que sí, así que me doy la vuelta y me bajo por los ewocks hasta la pista y la báscula, esperando al resto mientras estiro un poco las piernas en previsión de posibles efectos secundarios de la ruta. Y aquí he terminado, lo que no he hecho de ruta es mínimo y creo que hoy he cumplido con lo que me había propuesto, aunque el ritmo no haya sido el óptimo para mis aptitudes. He conseguido bajar y subir por casi todos los lados, a excepción de algunas subidas extremadamente técnicas, de lo que ando un poco escaso, y terminar al menos con dignidad y con una ligera sonrisa en la boca. El caso es que nos han salido 40 kilómetros y más o menos 750 metros de subida, que no está nada mal contando con que llevo poco más de quince días montando después de un parón de dos meses y medio. Y solo queda vuestro veredicto, que espero sea ten espléndido como siempre. Gracias a todos por vuestra paciencia.
Esto va de **** pena, es decir mas lento que yo. Un servidor mas rapido para los reyes. Esto ya esta muuu cargao.
Hola chicos, ya veo que en el puente no habéis parado, buena crónica Luisiño. A ver si tengo un rato y os pongo alguna foto de las dos rutas que hemos hecho en Gredos.
Ahí va el resto de las fotos, 80 kilómetros, en dos rutas de auténtico MTB. Ver el archivo adjunto 3173965
Pedazo de rutas que te markas, granuja. Asi luego aqui vas como si fueras de paseo. Muy gonito, menudas vistas.
Vaya pedazo de fotos guapas Fernando, ay que joderse que envidia, tu sigue poniéndonos los dientes largos y terminaremos odiándote enhorabuena por la ruta..
ya no nos llevas a Gredos muy buenas fotos, esos chicos no engordan nada voy a proponer a Luis para el premio Cervantes de crónicas deportivas os dejo un enlace para los quemaos de las amotos http://www.youtube.com/watch?v=Ph0SjLC_lqk nos vemos en la cena
Esta noche pasada teníamos nocturna, y además pasada por agua. Yo por mi parte tengo que patear hasta el lugar de quedada y allí me presento a la hora indicada; coincido con Juanjo y Juanpe y nos adentramos un poco más para encontrarnos con el resto, que han sido formales y están allí a su hora. Reconozco a varios que cuando salimos los domingos por la mañana no suelen comparecer, pero en estas especiales están dispuestos a sacrificarse por la causa y parece que se han entrenado para la ocasión; hay una tertulia animada y pronto nos pondremos en marcha. La ruta la han preparado Pastor y Chema y el principio no es muy bueno, pues estamos con la boca reseca y no hay lugar a la rehidratación, aunque al comenzar si que se nos facilita algo del líquido elemento y se calman los ánimos. Somos bastantes, no sabría precisar cuantos y el calor empieza a hacer mella, hablamos continuamente y empezamos los repechos, que van a ser un poco nuestro deleite; mientras seguimos con la hidratación viene el primer repecho, que cada uno afronta a su ritmo pero sin desfallecer, seguimos en grupo y en seguida damos debida cuenta de él. Continuamos adelante y pronto nos espera el segundo escollo, que no es otro que una rampa y que no sabemos distinguir bien lo que es, si chicha o pescao (mientras, el ambiente cada vez se calienta más y proseguimos con la hidratación a toda mecha, sin perder las composturas de momento). Y ya, pasado un tiempo prudencial, comenzamos la super escalada del día, ya regados bien por dentro y seguimos en pelotón, sin distanciarse mucho los unos de los otros; a alguno se le empieza a atragantar tanta cuesta y se va quedando poco a poco, lo gordo ya está pasado y quedan unos cuantos toboganes que nos ponen (al menos a mí) como motos y para colmo me dejan en cabeza, cosa que no me gusta demasiado, pues algún gracioso lanza algún recuerdo aprovechándose del anonimato. Para rematar la faena y recuperar fuerzas, probamos los dulces del país y un rato después aprovecho para desmarcarme y me voy con los Gascueña, que ya es algo tarde y está la noche muy lluviosa, por lo tanto, otra ruta que no termino ya que el resto siguieron más adelante y digo yo que haciendo alguna que otra cuesta más. PD. Comentar que aunque la tarde-noche fue bastante lluviosa, no llegamos a mojarnos nada por fuera, casi todo fue por dentro y yo me he tirado toda la noche levantándome al frigorífico a beber agua, me habré bebido al menos dos litros pues la deshidratación ha sido alta. Los repechos finales se me subieron a la cabeza y la falta de entrenamiento ha hecho mella en mí. Espero que al menos el resto se lo haya pasado tan bien o mejor de lo que lo he hecho yo y eso sí, ahora no me duelen nada las piernas. Edito para poner una foto que hizo Gelete y que es el único material gráfico del día
Voy enlazando una con otra y la verdad, no sé si verdaderamente aburro tanto como parece o parezco tanto como aburro. Pero voy a seguir haciendo esto le pese a quien le pese y espero no aburrirme yo también de hacerlo, que esa es otra; no desespero y aunque no pretendo ganar un Pulitzer ni nada parecido, al menos me sirve para entretenerme. Hoy era un día más, después de haber llovido un poco los días anteriores se imponía hacer algo mas pistero y con poco riesgo de barro, y que gracias a la mente prodigiosa de Pastor en caminos y senderos hemos pasado la prueba con nota. La alegría de hoy ha venido dada porque he terminado entera la ruta y aunque me ha costado bastante al final, he completado el reto. Hoy hemos sido ocho y en honor a ellos pongo los nombres: Alberto, Manolo, Carlos, Iñaki, Nani, Juanjo, Pastor y un servidor. Salimos de la PJ más o menos diez minutos después de la hora de quedada, y lo hacemos yendo hacia el Parque Natural, pasando el río por el puente de madera y cruzando la carretera para entrar en el mismo por la entrada principal. Como he dicho antes, se imponen caminos anchos con poco barro y subimos hacia la Puerta Verde por la pista central y la pista que lleva su nombre que sale a la derecha. No es una subida bruta, se deja hacer, pero ya empiezo a notar que hoy no es mi día, no voy bien y ya empiezo a ocupar el lugar que me corresponde en el pelotón, que no es otro que el último. Tomamos por las crestas y más de lo mismo, son divertidas y contiene un par de repechos que desgastan las fuerzas; así, cresteando llegamos al Portón de Anchuelo y bajamos por el camino que baja hasta el camino de la Isabela. Esta bajada está poco embarrada y me dejo ir, la curiosidad es que llego hasta abajo sin dar una sola pedalada y me pongo en cabeza: quiere decir que el resto del pelotón se lo toma con tranquilidad. Seguimos pisteando y ahora toca el camino de la Isabela hasta Los Hueros, y después la otra que va paralela al AVE y que llega casi a Torres de la Alameda; una vez aquí pedaleamos hasta el pueblo por carretera y atravesamos el mismo para proseguir. No tardamos mucho en llegar a uno de los principales escollos del día, una pista en sentido ascendente que nos llevará a lo alto de los Cerros que van a parar a lo alto del pinar de Valverde; como he dicho, es una sucesión de cuestas que se terminan haciendo insoportables, pues cuanto más avanzamos, los porcentajes son más altos y aunque no son técnicos al carecer de piedras o impedimentos sí se hacen duras de verdad para unas piernas que no funcionan del todo bien. Llegamos arriba (yo el último) y recuperamos fuerzas a base de una barrita que gentilmente me ofrece Nani (hoy me he despistado y no he cogido nada para comer), nos despedimos de Carlos que se va para casa, y bajamos por el medio del pinar, siempre por pista intentando evitar el marrón elemento que ninguno deseamos. Ya era hora que hiciéramos algo en sentido decendente, y según procedo me viene a la mente que es mucho mejor hacerlo en verano, es más agradecido pues te baja la temperatura del calentón que da el ascenso; y digo esto porque cuando llego abajo lo hago helado, no hace frío, pero es una bajada larga y te va dando el aire de cara que al final te deja un poco aterido. Llegamos al final del pinar y pillamos la pista que nos acerca a Valverde, más pueblo y más subida. Me refiero a la que sale desde la rotonda y que está un poco cortada por el agua, pero bastante practicable; yo ya estoy en reserva y por eso nada más empezar meto plato y negocio las cuestas sin prisa pero sin pausa, veo como todos se van alejando, a excepción de Pastor e Iñaki que incluso van de cháchara y tenemos un contacto más con un grupo de moteros, que hoy se nos han cruzado varias veces y a los que hemos visto hacer el burro bajando las trialeras y las laderas: de hecho en medio de esta subida han abierto un nuevo trazado por en medio del monte. Llegamos arriba, justo donde hay una pequeña era que cuando hace buen día, algunos aprovechan para hacer volar sus aviones y helicópteros en miniatura. Nosotros seguimos de frente y bajamos hasta Villalbilla, para subir hacia el cementerio y comenzar la vuelta hasta Alcalá y lo hacemos por un sendero single, que en principio está practicable y poco a poco se va poniendo más embarrado y resbaladizo, con la consecuencia de que hay más de un resbalón sin consecuencias pero que acaba descabalgando al jinete; en una de esas me veo inmerso y al intentar frenar me patina la rueda y mi final es de frente contra las zarzas, me levanto como si no hubiera pasado nada y de hecho no lo hubiese hecho de no ser que llevo a Pastor detrás y comenta la jugada. Esta bajada va a parar al lavadero de Villalbilla, y de ahí al cementerio para coger la pista que baja hasta el polígono y la pista que cruza el AVE y que nos acerca a Alcalá; vamos bien de tiempo y acordamos alargar un poco la ruta, subiendo por donde hemos bajado (me refiero a la cuesta que sube hasta el Portón de Anchuelo y las Crestas) y viendo mi estado no tengo otro remedio que protestar, cosa que no sirve de nada, estos chicos están pletóricos y les gusta ver sangre y yo estoy a punto de desangrarme vivo. Ya no abandono el último puesto en ningún momento, a veces Pastor me espera y ellos también lo hacen, pero más espaciado y continúan en cuanto ven que llego, lo que no me permite recuperar el resuello; sobre todo la primera subida de las Crestas me saca completamente de punto y a duras penas consigo encadenar pedaladas, con el agravante de que llevo una musiquilla en los dos frenos que no me ha abandonado en los últimos kilómetros, es hasta molesta y al ir más despacio, mucho más insistente ( lo que me faltaba, voy muerto y encima llevo la bici frenada). Como puedo consigo hacer las crestas al revés y alcanzar al resto que me están esperando al final, para cruzar por el Gurugú hacia la bajada de los sincasa, que está un poco resbalosa y que al menos yo sigo haciendo despacio en previsión de posibles fallos debido al cansancio y al terreno. Así llegamos a la báscula del Parque, terminamos la ruta y nos vamos al bar a reponer líquidos y comentar las jugadas conflictivas del día. Y no me queda nada más que decir, solo que he llegado a casa bastante deteriorado y cansado, menos mal que he recuperado líquidos en el bar, que si no......ya solo me queda recuperar y esperar a la próxima. Para los aficionados a los números, todavía no he descargado los datos del GPS pero los voy a mirar.......... 45 kilómetros en 3 horas justas con 713 metros de desnivel acumulado.
