Canyon Enduro Extrem 2013 - 17 Marzo. Inscripciones Abiertas

Tema en 'Canyon España' iniciado por mahham_, 20 Ene 2013.

  1. enduro man

    enduro man Miembro activo

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    urkulu
    buenas manuel yo iva con una torque blanca dorsal 167 a ver si teneis alguna mia , yo ahora estoy convaleciente durante un mes pero luego volveremos a la carga , despues de haber subido 9 puestos en la clasificacion sin cansarme debido al cambio en los tiempos ja ja
     
  2. CANYON España

    CANYON España Canyon Spain Team

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    Buenos días Enduro man,

    No ha habido suerte, tampoco tengo fotos tuyas.
    Podéis consultar a la gente de www.iberobike.com hicieron fotos prácticamente de todos y creo que las puedes pedir con mejor resolución. Si no los localizáis a través de su web, podéis hacerlo en su facebook.

    Buena semana y que llueva solo en cada dos días!! (tengo los huesos empapados)
    Manuel
     
  3. CANYON España

    CANYON España Canyon Spain Team

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  4. isengarder

    isengarder Miembro Reconocido

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    <<En aquellos días Patones y su Canyon Enduro Extrem habían adquirido un renombre fabuloso; sus hazañas enardecían las imaginaciones, y todo lo referente al sitio famoso de la inmortal hazaña tomaba en boca de los narradores las proporciones y el colorido de una leyenda de los tiempos heroicos. Con la distancia, las acciones de los arriesgados endureros adquirirán dimensiones mayores aún, y en Alemania y en Europa entera, donde se les considera como los bikers de los tiempos modernos, aquellos locos montados en bicis de largo recorrido y un pañizuelo enrollado en la cabeza bajo el casco lleno de barro, serán figuras de coturno. 'Capitulad y os respetaremos', decían las lajas de deslizante pizarra allá donde se encontraban, admiradas de la constancia de unos embravecidos ciclistas que a duras penas podían mantener abiertos los ojos de tanta tierra que desalojaban sus párpados. 'No sabemos rendirnos -contestaban- y nuestras carnes sólo se cubren de gloria'.

    Estas y otras frases deberían dar la vuelta al mundo.

    ¿Un endurero se rendirá? La muerte al que eso diga.

    El endurero no se rinde. Comerá barro y piedra; de su bici no quedará pieza sin llevar al límite; crujirán cien huesos cien veces que caiga; sus ojos enrojecidos vomitarán llamas; y lanzados al aire los cimientos de la cordura, bajarán cual colosos por el fondo de las sendas; pero un endurero no se rinde.

    ...Los preparativos comenzaron el 16 de marzo desde muy temprano, prometiendo la metereología gran furor de vientos y recio castigo de agua, con cuya presencia era imposible pensar en someter a la resbaladiza pizarra de Patones: pero si bien, a veces y algunos, tuvimos que echar pie a tierra por ser en exceso al orgullo peligrosa la defensa del equilibrio -y hubo quien, por no hacerlo, lo pagó con su propia piel- en las zonas de adherencia menos comprometida desplegaron los endureros tan temerario arrojo, que es aquel día uno de los más brillantes de su brillantísima historia.
    >>

    Canyon Enduro Extrem 2013. Extracto inspirado en el Episodio "Zaragoza", de Benito Pérez Galdós.

    Inicio.jpg

    Y sí; como un extraño invitado entre aquellos endureros estaba yo, sintiéndome fuera de lugar; muy pequeño entre tanto gigante montado a horacajadas en sus grandes monturas. Y es que en el enduro todo tiende a estar sobredimensionado; desde los recorridos, a los grosores de las barras, cuadros y espaldas de los bikers. Nada que ver con las patas flacas, gestos comedidos, control casi obsesivo de la alimentación y rostros enjutos propios del maratón, que es el entorno al que estoy más acostumbrado (aunque no me identifique tampoco al ciento por ciento con tales extremos)

    Mi sentido de la cordura, castigado por mi imprudencia, iba registrando con temor añadido cada uno de los comentarios y bravuconadas de aquellos que durante la manaña e incluso tarde del sábado anterior a la prueba habían tentado a la suerte, desafiando los recorridos planteados por el organizador: Bike Madrid. Algunos de ellos (pocos por fortuna) no podrían ya formar parte de los que saldrían al día siguiente. Su osadía les cobró factura por anticipado. Los comentarios eran coincidentes entre todos aquellos bravos: Agarre comprometido; pasos delicados; zonas estrechas; necesidad de recurrir a una trazada fina; terreno técnico; enlaces duros y agua por doquier.

    Warriors.jpg


    Tanta agua hubo, que hubo que evitarla en algunas zonas el propio domingo, por respeto a los límites de los menos favorecidos... aún así, eso no restaria dureza a las subidas, realizadas buena parte del no escaso tiempo que precisaban para completarse, a pie, por mucho que uno se crea sufrido pedaleador. Cierto es que en pista favorable, donde la cadencia y el ritmo son aliados, la Canyon Nerve AL+ que montaría el 17, demuestra con nota su renovada eficacia de pedaleo (con respecto a la antigua Nerve AM) La configuración actual (y reforzada) del basculante trasero demuestra por comportamiento que bebe en las mismas fuentes en las que yo habito. No en vano conserva la nomenclatura Nerve en su nombre esta gran bici, pero el apellido "+" queda corto para anticipar todo lo que ofrece esta sorprendente máquina cuando liberas la suspensión y dejas rienda suelta a sus 150 mm aprovechabilísimos con la justa progresividad para no perder sensibilidad ni capacidad de absorber impactos de entidad, y unos perfectísimos 67º de lanzamiento de dirección que la convierten en ágil y bajadora, sin descompensar los pedaleos, gracias a sus 74º de tubo de sillín, que convierten a la AL+ en una auténtica Nerve AL cuando situamos su horquilla TALAS en 120 mm... salvo por el engrosamiento al que ha sido sometida la bici para soportar el intenso maltrato para el que ha sido concebida esta versión AM-Enduro que no desfallece en los territorios donde no sobran los 160 a 180 mm de recorrido.

    Pero el enduro (al menos el extremo y sometido a cronometraje) no encuentra su sentido en el disfrute de las subidas, ni en ese equilibrio de encontrar la cadencia adecuada para disfrutar sin darlo todo; ni siquiera importa gran cosa dónde te hallas ni a dónde vas: sólo importa seguir subiendo hacia ese punto temido y ansiado a partes iguales donde inicia la bajada; mejor aceptan el camino a seguir los endureros cuanto mas vertical y corto sea el que te lleva al destino; Aquí no hay ritmos sostenidos, ni gestión del consumo; es todo derroche de potencia y arreones: Gastar subiendo a ritmo vivo conservando un hálito de vida para cumplir bajando, y la Nerve AL+ te lo permite con su mayor ligereza frente a otras máquinas más acorazadas.

    Es en el inicio de la bajada, cuando ajustas el casco integral y trodos los sonidos se amortiguan tamizándose de irrealidad cuando te enfrentas a todos tus fantasmas; el tiempo se ralentiza cuando echas el primer vistazo a un recorrido en el que te sientes más solo que nunca. Acompañado tan solo de tus propios pensamientos que anuncian victoria o catástrofe a partes iguales. A tu alrededor, los endureros charlan, afables, seguros de sí mismos y animados. Siempre dispuestos a compartir una palabra amable, a reír y a quitar importancia a las dificultades a las que todos nos enfrentaremos. Todo aquel que les acompaña en su demencial camino es un compañero al que tratan con respeto.

    Y allí te hallarás, insertando el chip en la barra de cronometraje, con ninguna seguridad de saber a dónde vas. Colgado al inicio de la montaña, justo donde percibes el inicio de un tortuoso sendero cuya visión se pierde siempre cuesta abajo; sendero estrecho y bien marcado: más propio de ser frecuentado por conejos y liebres antes que por bicicletas con ruedas de balón generoso y taco prominente: 2.3; 2.4; 2.5... cuán lejos las cubiertas ultralight de otras disciplinas, en las que se busca minimizar las inercias. Aquí se busca resistencia a los cortes y a los impactos más brutales contra roca descarnada y afilada; agarre en curvas en las que te verás sacando del pedal el pie de pivote para no salir despedid;, potencia de frenada que forzará la horquilla a puntos donde esperas una torsión que no llega; adherencia en las condiciones más extremas. El peso de la cubierta no cuenta cuando con lo que estás jugando es con tu integridad física. Las Continental Mountain King 2.4 de la Nerve AL+ impresionan y cumplen con creces con su función, incluso cuando crees que ya no podrán sostenerte más,lo hacen, y permiten que lances la bici hacia la siguiente curva enlazada sin perder tu trazada de supervivencia, con los brazos quemando por la tensión de tu primer encuentro con el enduro "a lo bestia"; ya no sabes cuánto llevas, ni cuánto te falta. Sólo sabes que sigue habiendo más dificultad allí delante, y que la pendiente, lejos de disminuir, aumenta demencialmente. Tu vértigo sube en sentido inverso al de la pendiente, que se enfrenta a ti en todas direcciones: hacia abajo y hacia los lados. Miedo, y plena conciencia de que no debes frenar aunque tu instinto te dice que allí por donde bajas con tus pastillas de freno oliendo a quemado es un campo vedado a los simples mortales, porque los que no lo son, no frenan donde tú lo haces, y hacen bien al no hacerlo.

    Mountain King.JPG

    Donde sólo los más grandes bajan sin miedo, prima la decisión, los movimientos rápidos y felinos; el arrojo, la técnica y la correcta elección de la delgada línea de trazada que separa el seguir montado de sufrir la primera caída que sufro casi a cámara lenta en una repentina curva contraperaltada a derecha por la que apreciaré, al ver volar mi bici por encima de las piernas, que no soy el primero en rodar, ya que los arbustos que me reciben sin más daño que el del orgullo por tan estúpida caída, muestran los muelles efectos de más cuerpos que se alejaron de la curva que queda más arriba. No tarda en pasar otro endurero que me pregunta en marcha si estoy bien. Levanto el pulgar. Sigo entero.

    GManera_CanyonEnduroExtrem_Low_38.jpg
    *Foto: http://www.alotrolado-mtb.com

    El tramo cronometrado Especial 1 no era sino el aperitivo de lo que estaba por llegar...
     
    Última edición: 1 Abr 2013
  5. EL PIRU

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    Isengarder....eres un Crack !!!!
     
  6. isengarder

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    ...Pero no creáis que Patones me había recibido tan solo con la caricia de sus arbustos aderezada con abundancia de agua que quiso acompañarnos fusionándose con nosotros en el mismo recorrido por el que transcurría el sendero; no. Patones exige un peaje a todo el que, despistado como yo, se atreva a desafiar sus caminos, y en mi caso ese "todo" incluyó el puñetero chip de cronometraje...

    Efectivamente, alcanzada la meta del primer tramo especial sin más incidencias que la reseñada (aunque sin demasiada soltura en todo el recorrido), hice el ademán de acercar el chip al lector para marcar mi tiempo, y pude sentir esa extraña sensación de vacío que se produce cuando lo que estuvo en mi mano, no estaba allí donde hacía unos minutos lo había visto. Chip perdido en algún punto del recorrido. Menudo estreno...

    Miré desconsolado al controlador del poste de cronometraje, buscando una solución imposible. Su única respuesta fue una sonrisa levantando los hombros: "Eres el tercero que lo pierde. Puedes seguir, renunciando a marcar tiempos o, si te haces una idea de dónde puedes haberlo perdido, dar la vuelta y tratar de buscarlo". Opté por la segunda opción. Con suerte, se me habría perdido justo antes del poste.

    Una hora y 12 minutos después de haber fichado en la salida, cerré el cronómetro de la primera especial. Lo cierto es que aquello me desmotivó bastante... No es que fuera a ir a ganar (mi desafío era terminar entero) pero sí que me habría gustado estar "en competición". Pero con ese primer tramo, me había autoeliminado. Posiblemente, incluso, generaría algún fallo al sistema de tiempos por "overflow" de cronometraje. De repente, casi me sentí como una amenaza para el resto de competidores...

    Subida.jpg

    Todo el (largo) enlace hacia la segunda especial fue una lucha interior en la que mis viejos fantasmas volvían a acompañarme: Frío; lluvia; nieblas y tiempo gris, firme deslizante, última posición... ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no te retiras; por qué no te vas al coche y te pones ropa seca? ¿Para qué seguir pedaleando? ¿Vas a seguir bajando como una abuela para terminar estampado en algún tramo?

    Con esa agradable compañía resonando en mi cerebro, me empeñé en seguir dando pedales, sintiéndome cada vez más inseguro al respecto de si sabía dónde me estaba metiendo... El final del camino al inicio de la segunda especial confirmó mis temores:

    Cúspide.jpg

    Sufrir un autoporteo montañés fue lo que terminó de destruir mi ya debilitado y recientemente inaugurado espíritu endurero. Llegué al inicio de la segunda especial con mi particular (e incansable) "Pepito Grillo" dándome la paliza insistentemente. Lo que ví desde la salida me pareció aún más demencial que la subida: Lo que parecía un demencial paso entre roca afilada y mojada auguraba todo menos agarre y suave pendiente detrás. Mis pupilas se volvían cada vez más pequeñas, a la vez que la confianza en mi pericia técnica para afrontar todo aquello. El ****** grillo se reía en mis orejas: "¿Lo ves, imbécil? Por ahí te despeñas y encima te tienen que sacar de aquí en ambulancia. Te lo dije; te lo dije, tenías que haberte vuelto al coche. Ni se te ocurra bajar por ahí, que sabe Dios por dónde te van a tirar estos locos."

    Y a punto estuve de hacerle caso, pero qué carajo... ¿Por dónde? Tocaba bajar, y luego ya veríamos qué hacer. Miré con resignación el poste de cronometraje, y me cercioré de que no había vuelto a perder el chip, que ahora llevaba en un bolsillo, bajo cierre de cremallera. Lo de menos ya, era el tiempo que tardara en sacarlo y cerrar el crono.

    Me adelanté unos pasos y me situé tras otro endurero que iniciaba su salida hacia una especie de V de roca que, más allá, descendía abruptamente (hacia el vacío, me dijo el cerebro)

    Quien me precedía en ese desatino inició su marcha montado. Su horquilla descendió por entre la V, y ví cómo su cuerpo desaparecía progresivamente. En una fracción de segundo, dejé de ver su casco, que fue sorprendentemente sustituido por dos piernas en vertical que evidenciaban una salida por orejas... Genial: Justo lo que necesitaba para calmar mis temores. El controlador dijo algo así como "otro más", lo cual me confirmó definitivamente la intención de no aumentar las estadísticas bajándome de la bici, dipuesto a pasar a pie ese tramo, así que pidiendo permiso a la autoridad, metí el chip en el poste de cronometraje y me dispuse a avanzar... cayendo en la cuenta de que ni siquiera me había puesto el casco. "¿A dónde vas?" parecía decirme el alucinado cronometrador. Al ver cómo me echana la mano a la cara resoplando justo antes de proceder a ponerme el casco, no dijo nada...

    Dedicándome (interna y silenciosamente) insultos y apelativos poco cariñosos, inicié una poco honrosa bajada a pie en el tramo de presunto rappel donde había visto los pies voladores. Todo me parecía ya técnicamente imposible de abordar, incluso un llano inocente se me antojaba una amenaza a mi integridad física. Tenía la sensación de ni siquiera saber mantener el equilibrio sobre una bici mientras la visión periférica seguía estrechándoseme cada vez más. Cuando pasé el tramo inicial (que no era para tanto una vez superado a pie), decidí forzarme a no realizar toda la bajada a trote cochinero con la bici al lado, así qme monté de nuevo, para notar de inmediato, a poca velocidad que cogí, que algo no iba bien en la suspensión... Ah, claro... iba con la horquilla y el amortiguador en posición Climb, y la TALAS en 120 mm...

    Nueva explosión mental. lo que me faltaba. Tuve que volver a parar, haciéndome a un lado mientras me adelantaba el siguiente participante. Yo a lo mío: Nuevos e ingeniosos insultos a mí mismo, y abrir suspensiones volviendo a dar 150 mm a la horquilla.

    Si me hubiera valido de algo, me habria puesto a darme cabezazos contra una piedra, pero pensé que no me haría falta; bastaba con seguir montado, así que, mirando hacia atrás por si venía otro endurero, empecé a bajar, absolutamente a la defensiva y con el cerebro plano. Pepito Grillo se retorcía complacido sobre mis meninges repitiendo machacante: "Telodijetelodijetelodije". Con esas componendas era fácil imaginar que la caída no tardaría en llegar. Paso con escalón entre piedras: clavada de frenos y caída lateral contra unas afiladas piedras de pizarra. Sin consecuencias.

    A punto estuve de tirarme por la pendiente (sin bici) allí mismo, para acabar con mi infausto día de una puñetera vez, pero el ruido del siguiente endurero me hizo reaccionar y sacar a la Nerve AL+ de la trampa en la que yo sólo la había metido.

    Bici arriba, y yo a un lado. El siguiente corredor me adelantó mirándome de reojo, sin saber muy bien qué hacía yo a un lado, de pie, mirando su paso y con la bici levantada como si estuviera celebrando una victoria... Celebrando, sí... los cojo...

    Todo cabreo tiene un punto de saturación. El mío llegó en ese momento. Parado en mitad de un sendero, con el crono sumando segundos, con una bici llena de barro sostenida sobre la cabeza, lloviendo; con niebla en el lejano valle y las manos heladas, no podía sentirme más imbécil...

    Seguí bajando lo que me venía por delante, como un muñeco, sin que recuerde gran cosa de cómo continuaba siendo el recorrido. Seguía tieso y rígido sobre la bici cuando entré en el tramo de bosque; siempre inseguro sobre piedras mojadas, la tierra húmeda que me recibió auguraba un mejor agarre... si no fuera porque el sendero se inclinó cuesta abajo, amenizando la pendiente con curvas y contracurvas enlazadas que me llevaban de lado a lado tirando de freno trasero para colocar la bici a la entrada de cada una de ellas hasta quedar casi detenido. Parecía un niño de 4 años que hubiera aprendido a montar en bici hacía dos días. Fue entonces cuando empecé a notar el olor a freno quemado. Pensé que todos estaban frenando alocadamente como yo, y que por eso el bosque entero olía a eso... pero qué carajo la gente..." ¡Si voy solo! "los únicos frenos que huelen a quemado son los míos". O eso o los antebrazos, que ya no podían más, de tiesos que los llevaba.

    Me detuve porque mis brazos amenazaban con explotar. En mitad del bosque, yo solo. Miré a mi alrededor. El tramo en sí no tenía ninguna complicación, y fui consciente de que estaba desaprovechando una magnífica oportunidad de DIVERTIRME sobre la bici. Mientras recuperaba la circulación en las manos, empecé a recapacitar sobre cómo la Nerve AL+ me estaba sacando de todos los apuros en los que mi ineptitud mental me estaba metiendo. Si seguía vivo era proque la Nerve AL+ te mantiene sobre la bici por muy mal que lo hagas tú (que era el caso)

    Otro endurero pasó por mi lado en ese momento, seguido de otros dos que le seguían, pisándole las huellas. Y yo parado...

    Con una profunda inspiración volví a situarme sobre los pedales, solté los frenos encarando de nuevo la pendiente, dispuesto, ahora sí, a dejar correr la bici, y a mí con ella. Dejé que mis pies se convirtieran en el punto donde la bici basculase, y empecé a lanzarme de curva en curva notando cómo el agarre de las Mountain King era sobrado para ese terreno. El cuadro de la Canyon obedecía dócil y ágilmente a cada giro y cada cambio de apoyo hasta que, apoyado en una postura más retrasada, agachada, libre y dinámica, conseguí empezar a mandar con cierta fluidez y criterio. Empecé a DISFRUTAR del sendero...

    Segunda especial: 12 minutos 44 segundos. Una ****** de tiempo, pero al menos llegué al avituallamiento sintiéndome un poco ciclista y no un mero "obstáculo móvil" aunque llegase con los brazos reventados. Lancé a Pepito Grillo al barro, y me engullí varios trozos de naranja y un Aquarius. Añadí un gel y una barrita, para que no me faltasen energías. Incluso me permití bromear con la gente del puesto. Había decidido cambiar el ánimo para encarar el resto del día. La nueva pista de enlace parecía, además, propicia para volver a encontrarme conmigo mismo. Reflexionando, lo cierto es que, a pesar de lo condenadamente mal que lo estaba haciendo, y de que había perdido una hora entera buscando el chip, aún iba rodeado de gente, cosa que no acababa de entender.

    La Nerve AL+ seguía demostrando, inalterable a mi desaliento, su capacidad de pedaleo, subiendo con eficacia, sin ningún vaivén y con notable menos esfuerzo que algunos cuantos a los que, a pesar de sentirme el peor ciclista del mundo, iba adelantando. Esos mismos a los que adelantaba en la subida me insuflaban ánimos al aplaudir mi ritmo. Qué gente más única esta que hace enduro...

    El cortafuegos, eso sí, a pie, como todos.

    La tercera especial la inicié con bastante mejor ánimo aunque el inicio era también de órdago y tiento. Pero la encomiable capacidad de absorción y direccionabilidad de la Nerve AL+ acudió al rescate, proporcionándome, progresivamente, una mayor fluidez y confianza en la conducción. Durante buena parte del sendero, apareció un precipio a la izquierda que me llamaba con una poderosa atracción. Acallé sus voces pegándome como un ratón asustado al lado contrario de su pendiente, con lo que a veces casi me subía por las paredes, teniendo mis más y mis menos con algunos arbustos que se interponían en mi inusual camino, pero poco a poco me fui notando cada vez más suelto, obligándome a dejar de mirar la pendiente que había más allá del, en realidad, sencillo camino a seguir. Eso sí, en los tramos en los que presuntamente había que pedalear, yo me dejaba ir, seguro de que me caería por el precipicio a poco que intentase dar pedales. Al menos lo llevé con resignación, y ya no iba jurando en arameo, así que cuando el precipicio desapareció, me fui viniendo arriba. 14 minutos 9 segundos. Otro tiempo de ******, objetivamente hablando, pero al menos mejores sensaciones.

    Nuevo tramo de enlace para relajarme y hasta el inicio de la 4ª especial. Esta sí, salí decidido a ir algo más rápido. El recorrido, más sencillo, daba pie a ello; pero me tomé tan en serio lo de ir rápido que, cuando terminé el tramo, me salté el poste de marcaje de tiempo obsesionado con coger inercia para derrotar a la nueva pendiente que se me ofrecía justo a la derecha de donde estaban todos esos ciclistas parados (¿?). Pasé los postes sin fijarme en ellos y, como el rayo, en pleno estado pletórico me puse en pie en pie para ahorrar segundos y llegar antes al crono que... Fue entonces cuando percibí los gritos (luego alaridos) que me estaban dedicando los de cronometraje diciéndome que tenía que cerrar el tramo...

    Frené, para dar la vuelta, llegar al poste y marcar el tiempo mientras los de control de paso se descojonaban de la risa. ¿Pero a dónde ibas tan rápido?... Para una vez que corro, lo hago justo donde no debo...

    Tiempo: 4 minutos 14 segundos.

    El enlace a la 5ª se me hizo muy llevadero a pesar de que volvía tener un par de repechos de los de resoplar como un jabalí. El final estaba cerca, y empecé a recapacitar sobre las sensaciones, que deberían haber sido mucho más positivas de lo que habían sido hasta ese momento. En cuanto decidí soltar los brazos y moverme sobre la bici pude disfrutar y reencontrame conmigo mismo, pero ya era tarde para lamentarme. Bajando lo que había conseguido bajar montado, no entendía por qué había ido tan tieso al principio, pero bueno: Todo es cuestión de cabeza, y la mía no había andado demasiado fina.

    Salida de la quinta especial, con la amenaza constante de la famosísima zona de pizarra deslizante. Ni la conocía ni sabía cuándo llegaría, con lo que cada zona con piedra que veía, se convertía en una presunta enemiga mortal, pero fui superando todo con cierta soltura hasta que, por fin, llegué a la "Zona Cero", después de comerme el manilalr con el pecho al clavarme en un paso donde habían puesto una especie de maderas con mallas o yo qué sé qué, supongo que para evitar que resbaláramos allí...

    Pocos metros tras él llegaba la "Zona Cero". Muy reconocible porque era donde estaba concentrado el público, y porque veías cómo iban bajando a pie algunos de los que te precedían. Eché pie a tierra, alertado por uno de los controladores, que me confirmó que estaban viéndose bastantes caídas, y que si no iba seguro, mejor lo bajase andando... le hice caso, y aún así dí con mis huesos en el suelo al resbalarme en un par de ocasiones. En ese lento (e indigno) tramo de bajada final, pude ser testigo de dos caídas y otros dos o tres bikers que sí consiguieron bajar todo el tramo sin percances, aunque por los pelos. Abajo del todo estaban atendiendo a otro ciclista, o eso me pareció. Suspiré aliviado. Yo había acabado, y había acabado entero.

    Desmonte.JPG
    Bajando.JPG

    Tiempo 5ª especial: 10 minutos 18 segundos.

    Notas finales: Me ha llevado cierto tiempo asimilar lo acontecido en ese día. He aprendido mucho y, desde luego, mis percepciones sobre la peligrosidad de las bajadas ha variado notablemente. Zonas que, antes del Canyon Enduro Extrem, me habrían parecido peligrosas de afrontar montado, ahora no me lo parecen tanto. Sigo sin ser un bajador, y sigo siendo mi peor enemigo, pero he mejorado mi técnica y, sobre todo, mi autoconfianza. La Canyon Nerve AL+ se ha demostrado como una sólida, leal y fiel compañera en este viaje. Nunca nadie trazó tan mal las curvas sobre una bici como esta sin dar con sus huesos en el suelo, y jamás ella emitió una sola protesta o un renuncio por abuso: Siempre me sostuvo indemne al límite de lo físicamente posible, y lo hizo sin inmutarse.

    Muchas y muy buenas cosas pueden decirse sobre esta bici... Y lo haré, porque he seguido probándola (en condiciones menos extremas, y con mejor estado anímico) pero ese análisis lo haré en un post aparte...


    ;)
     
  7. CANYON España

    CANYON España Canyon Spain Team

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    Que pasada de crónica Inse!! Gracias!!

    Estamos muy contentos de que sobre todo esta edición de la Canyon Enduro Extrem, pese a la dureza extra por razones climáticas haya conseguido acercar el Enduro Btt de competición a más gente como tu y que disfrutaran como lo hicieron.

    Os dejo otra crónica online de la carrera: http://www.planetamtb.es/index.php/...ategories/item/236-canyon-enduro-extreme-2013

    Ademas BIKE este mes a publicado un test de la Strive 7.0 probada en carrera también.

    Un saludo y mucho Enduro de duro!!
    Manuel
     
  8. liv076

    liv076 Miembro

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    Hola yo era el dorsal 124 teneis alguna foto mia

    gracias
     
  9. pedrorf

    pedrorf Miembro Reconocido

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    Isengarder me alegro mucho de que consiguieras vencer esos fantasmas mentales que aparecieron en un principio, y que finalmente pudieras disfrutar de la carrera y de la Nerve AL+. Yo ya hace unas semanas que disfruto de los 150mm y se nota mogollon la confianza que dan.

    Un saludo

    PD. Vuelve a la luz, que en el lado oscuro hace frio :angel
     

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