Haya paz hombre... Vamos a ver si consigo apaciguar a estas fieras xtremas con unos fotillos: https://plus.google.com/113515003260...ts/YDR43WRotLd Espero que os gusten. Por cierto, que tenéis a todo un modelo en el grupo, alguien nacido para estar delante de un objetivo. La cámara le quiere, el flash sólo le ilumina a él... :qmeparto Enhorabuena a todos, los de la paliza semanal y los de la paliza monumental de Colmenar.
Que tal recuperaste???, me enteré que tuviste algún contratiempo, no me sorprende, menudo **** calor pasamos...
Vuelvo a pedir perdón por el fallo técnico, y felicito a Mario por las fotos. Hay algunas realmente geniales.
Al final me recupere del corte de digestión Y termine. Me jode por que iba bastante bien pero las carreras son así
Ya ves, yo no dejé de tener percances hasta el tercer avit. Y encima sin agua, casi me retiro ahí, menos mal que llegó y pude terminar. Por cierto ya he visto que has visitado al impresentable del foro xm.
Cuando las cosas no van como debieran, es lo que suele pasar. He de comenzar comentando que llevaba desde el miércoles sin salir (lo habrán notado los que sigan el blog) y no me las prometía muy felices, debido también a que estoy sufriendo una alarmante baja forma que me ha lanzado de lleno otra vez a la parte de atrás del grupo, y con mucha diferencia con los de delante. Bueno, pues hecho este inciso, voy a pasar a relatar lo que he hecho, una parte con el grupo y la otra ya sólo: nos hemos juntado al menos diez en el día de hoy, y como no recuerdo fielmente el número voy a hacer recuento: Ángel, Manolo, Rafa, Fernando, David, Juanjo, Alejandro, Manuel, Villalba, Jose María, Jesús y yo, total 12. La ruta la impone Manolo y nos vamos dirigiendo al Parque para comenzarla, cruzamos el río por el puente de madera, atravesamos por el cementerio jardín y el parque de saltos para empezar subiendo hacia el Gurugú por los sincasa. Como ha venido David, el hijo de Rafa, el jugueteo está asegurado y comienza haciendo afiladores a todo hijo de vecino con una maestría inusitada, nos ha rozado la rueda a todos en pocos segundos. La subida se hace tranquila y como las fuerzas están intactas no hay muchas diferencias, por lo que coronamos más o menos en grupo, y continuamos hasta la rotonda para enganchar un camino que sale a la derecha hacia la cuesta mecagüentó, que hoy también soy capaz de hacer completa, y luego bajamos hasta el camino de la Isabela por una pendiente muy pronunciada y que tampoco llega a hacer ningún estrago en el pelotón; bajamos por la Isabela hasta Los Hueros y cuando pasamos las naves, subimos por asfalto hacia el Predicador, pero no es esa la intención, sino que subimos un poco más por la carretera y tomamos la siguiente entrada, algo más corta que la propia primera subida, pero más pronunciada y con el mismo resultado: llegar al depósito, y aquí si que se empiezan a notar las diferencias, el pulso se me pone por las nubes y procuro regular un poco para no morirme en el intento, pero la cuesta no permite ningún alarde, o das pedales o te bajas, así que opto por la primera opción y apretando los dientes y algo más consigo llegar arriba, donde ya todos me están esperando menos uno (que no voy a decir por aquéllo del derecho a la intimidad). A mí por lo menos me da tiempo a recuperar el resuello, y la continuación es por el camino que lleva a Valverde, compruebo que el que ha llegado el último sigue sufriendo en los falsos llanos y en cuanto la cosa se pone cuesta arriba aumentan las diferencias, y opto por ir a su ritmo para hacerle compañía, que el sufrimiento acompañado es algo menor. Y es un poco más adelante cuando sucede lo que dice el título, vamos algo retrasados y no vemos el camino que ha seguido el grupo delantero, mi instinto me dice que han bajado por el hormigón y el sendero de bajada hasta Villalbilla, pero mi compañero me comenta que pueden haber ido de frente, cosa que dudo y vigilo al fondo del sendero para comprobar que a lo lejos se ven varias siluetas. El motivo de mi enfado instantáneo es debido a que nadie ha esperado que lleguemos a la intersección, ya que podría dar lugar a equivocaciones y habernos perdido irremediablemente, y que una vez en Villalbilla tengo que soportar las quejas de mis compañeros, que llevan toda la mañana esperando. Esto, unido a que ya vengo rebotado de arriba, y a que no quiero tirarme mosqueado toda la mañana, opto por seguir mi camino yo solo y se acabaron las historias; en el cementerio de Villalbilla les dejo y yo continúo mi jornada sólo. El resto ya es a mi ritmo y la verdad es que me ha venido bien, vuelvo por el polígono y cojo la pista hasta Los Hueros, en el pueblo cojo el camino de la Isabela y subo hasta el portón de Anchuelo para dirigirme al pueblo por el camino visigodo, para coger nuevamente la pista que sale a la izquierda y que sube hasta Los Santos. Como me voy encontrando mejor, mi intención es subir toda la cuesta hasta el pueblo sin quitar el plato mediano, la ruta la pongo yo y si desgasto todas las fuerzas, con darme la vuelta asunto arreglado. Y dicho y hecho, consigo llegar algo justo, pero lo hago y me bajo hasta la fuente, me paro en un banco y me como relajadamente un plátano. Como voy sólo y no quiero arriesgar lo más mínimo, me bajo por la pista, que está más concurrida en caso de accidente, hasta llegar a Alcalá. No me gusta mucho subir, pero hay que reconocer que lo hago por darme el gustazo de bajar, y si encima es pista en buenas condiciones, mejor, bajo a buena velocidad hasta el campo de tiro y lo que me queda es llanear por asfalto hasta el camino del río. Sigo por el mismo y compruebo que todavía es pronto, así que me paso por delante del bar de la Nueva por si el grupo ya ha terminado, y al no verlos continúo haciendo algo más, me voy otra vez al Parque Natural y cojo la pista del medio, subiendo por la pista de la derecha hasta la Puerta Verde, y paralelo a la carretera por el camino hasta los sincasa, pues mi intención es bajarlo y dar por terminado mi periplo solitario, pero antes me paro en la fuente que hay enfrente de la gasolinera para refrescarme (y tanto, no veas lo fresquita que sale el agua todo el año) y llamar a Ángel para saber dónde están tomando las cervezas, me dice que donde los jubilados y para allá me dirijo con la intención de demostrar que el enfado ha sido puntual y que ya está todo olvidado, pero que hay que estar más pendiente para que estas cosas no vuelvan a pasar. Un par de cervezas después, y un rato más de charla y todos para casa, que mañana será otro día. Por mi parte, me han salido por el cuenta más de 67 kilómetros, que apenas han hecho mella en mis piernas, debido más bien al poco ritmo que me he impuesto, y que tampoco me he metido cuestas dolorosas, sino más tendidas y aptas para mis escasas cualidades ciclistas. Desde aquí quiero pedir perdón por si alguien se ha sentido dolido conmigo al haberlos dejado así, más que nada por los que no estaban en el bar, pues con el resto ya lo he hecho y aportado mis motivos, que también he expuesto en esta crónica, y aunque sepa que no tengo toda la razón y que las formas me pierden, creo que ha estado suficientemente motivada, al menos para mí. Más disculpas por el rollo que acabo de soltar y muchas gracias a los que lo lean, el cielo es vuestro, que lo tenéis ganado.
No es cosa de días, de donde no hay no se puede sacar y yo ya no doy para más. De todos modos, me conformo con llegar donde he llegado, puedo aguantar rutas duras y con kilometraje. Estoy convencido que para practicar este deporte es más importante el indio que las flechas y aunque no esté dotado especialmente para ésto, tampoco soy el peor.
Todos menos los superheroes... Aunque tiene razón el Sr. Fruto Seco, hay días mejores y peores, no hay nada que hacerle..
Hoy me ha tocado currarme dos crónicas, la del viernes con Ángel y ésta que estoy dispuesto a empezar. Me cuesta muchísimo madrugar, pues a las siete menos cuarto de la mañana entra un fresquito por la ventana que no veas, pero es que me puede el vicio de los pedales y a regañadientes me voy desperezando y preparando para una nueva jornada bicicleteril. Llego tarde a la plaza, solo han sido dos minutos y ya estaban casi todos, siempre quedan los de siempre, que, casualidad de la vida, hoy no han hecho acto de presencia; bueno, si que ha venido uno, Alejandro y nada más llegar hemos emprendido la marcha, que se nos hace tarde. Yo particularmente no me las prometía muy felices, pues no había salido nada esta semana y la anterior tampoco, sólo un día entre semana y para poder ir progresando me da que es poco. Como siempre, empiezo con malos augurios, muy cansado, y a medida que va avanzando la jornada me voy encontrando algo mejor y con más fuerza, para terminar bastante bien. Bueno, paso a contar las peripecias que hoy hemos tenido el gusto de afrontar los presentes en ese momento: Alejandro, Ángel, Carlos, Alberto, Rafa, Jesús(AR), Manolo, Chemari, Pastor y un servidor. El principio es dirigirnos hacia el Parque y cruzar el río por el puente de madera, para atravesar el cementerio jardín, pasar el parque de saltos y debajo del puente, para subir hasta el camino de los sincasa. Tomamos el mismo y subimos hasta el Gurugú, hoy me he hecho la promesa de intentar empezar un poco más fuerte y he procurado no despegarme mucho de la cabeza, lo que he conseguido a duras penas y con gran dolor de piernas, y con la sensación de que los excesos los pagaré más adelante. Estamos en el Gurugú y vamos hacia el parque por el sendero paralelo a la carretera, para entrar por la puerta verde, y acto seguido hacer las crestas, que como ya vamos algo más calientes también las procuro hacer más pegado a los de delante, que dicho sea de paso, cuando ven que nos distanciamos más de lo normal, bajan un pelo el ritmo y así vamos haciendo la goma continuamente. Se anda bien, yo diría que un pelo más deprisa de lo normal, o es mi impresión, porque a estas alturas yo siempre procuro ir un poco más tranquilo y mucho más atrás, pero hoy no, terminando las crestas más adelante que otras veces. Bajamos hacia la muerte, y hacemos el Daytona hasta la pista que sube al Ecce Homo, que me toca hacer junto con Carlos a ritmo de persecución, llegando a alcanzar a los últimos elementos del grupo en el cuestón que tiene la misma, y que produce un sobrecalentamiento más en las piernas. Mientras, por delante han bajado el ritmo y dejan que les alcancemos en el pinar que sale a la derecha y que son las estribaciones de subida hacia el alto del llano. Hoy no puedo con la primera cuesta, que es técnica y tengo que poner pie al patinar la rueda; esta primera cuesta no es la peor, y como la hacemos del tirón, la siguiente nos va minando un poco más las fuerzas y nos hace sudar la gota gorda hasta llegar arriba. Esperamos un poco a los rezagados (yo he llegado penúltimo) y seguimos por el alto del cerro hasta afrontar la bajada hasta cuatro caminos; llegados a este punto, lo siguiente es subir hasta Los Santos, y el camino elegido son los garbanzos, con dos cuestas que te llegan a poner el pulso a tope y que sigue mermando fuerzas, que ya van quedando pocas. Llevamos más o menos 20 kilómetros y ya hemos hecho cuatro subidas buenas, de las que sientes como si te tiraran para atrás del sillín y por más que miras no ves nada ni a nadie. Terminamos de subir a Los Santos por el sendero que bordea el mirador y una vez en la pista de arriba, bajamos hasta la fuente a reponer fuerzas y refrescarnos un poco, pues el calor ya es alto y más con todo lo que llevamos subido. A partir de este momento, entramos en terreno más favorable para mí, ya que no hay ninguna subida explosiva, sino más bien pista y terreno en ligero descenso con algún falso llano, por lo que ya visito asiduamente la parte alta del grupo, y en algunos momentos hasta a encabezarlo, siempre con el permiso de los más fuertes, que en estos terrenos se dejan ir y nos dejan a los pisteros disfrutar. Vamos por el cementerio del pueblo a la izquierda, por la cañada, y seguimos por ella, pasamos la urbanización por el lateral y continuamos un par de kilómetros hasta llegar al desvío indicado, que no es otra cosa que el camino del águila (está cerrado de febrero a junio por cría del animal) que nos deja justo en la pista del marqués; bajamos por la misma, algunos más deprisa que otros, que por cierto, no está excesivamente mal, pero compruebo que está dificililla debido a las correnteras de agua y bajo despacio por si las moscas. Llegamos abajo, y comienza lo que se viene a llamar terreno apache, sucesiones de subidas, bajadas y llanos en los que todo el mundo está con el cuchillo entre los dientes y en el que el ritmo va aumentando paulatinamente, por delante se rompen las hostilidades y ya se va a tope, llegando al cruce con la carretera con un quemazón en las patas bastante importante. Por mi parte ya he hecho todo lo que tenía que hacer, me ha costado horrores pero he procurado forzar más de lo normal y mis piernas se resienten, por lo que el resto del camino pienso hacerlo algo más tranquilo y sin desgastar, bajamos hacia El Encín y me encuentro delante con Chema, que todavía está con ganas de jaleo y aprieta un poco para ver si le sigo el juego, pero como digo, no tengo más ganas de juerga y procuro no perderle sin hacer un sobreesfuerzo. No vamos muy fuerte, pero comprobamos que nos hemos quedado solos y paramos un poco en la sombra a esperar al resto, ya estamos llegando al final y está todo el pescado vendido. Pasamos por Avon, la pista detrás del Alcampo y el carril bici hasta la calle Ávila, para continuar un poco más hasta la parada final: el bar de los jubilados para tomar una cervecita reponedora a la sombra. Los números de la jornada de hoy han sido: 51 kilómetros en algo más de tres horas y un dolor de piernas monumental y con un desnivel de más o menos 700 metros. Con esto he terminado la crónica de hoy, con la alegría de no haber tenido ningún altercado en forma de caídas o lesiones, y despidiéndome de todo aquel que tenga el valor de leer tamaño ladrillo, agradecido por haberlo hecho. Hasta la próxima, que espero sea pronto.
Se me ha olvidado poner nada por aquí y lo voy a subsanar, aunque sea tarde. Para el que quiera unirse a la nocturna que hacemos hoy, hemos quedado a las 21,30 en la Plaza de la Juventud. Es muy recomendable llevar buenas luces, y por supuesto el casco es obligatorio.
Esperamos crónica Luis... jeje Van a estar los caminos animados hoy, he visto a los del CC Loeches también de nocturna. Y ojo hoy con la opcional que se puede complicar. Disfrutar de la noche.
Yo lo he tenido :llora... ¡Es broma! :aplauso4 Buena crónica, y mejor cuando son sin consecuencias Muy guapos los vídeos, Carlos. Estás cañero hoy, ¿eh?
Si me dicen lo que me esperaba para hoy, lo mismo ni me levanto de la cama, me quedo en casita que se estaba muy bien en la camita. Pero no sabía nada, y después de todo, es mejor no saber la que te espera, así que me visto y me lanzo en busca de mi destino, encontrando a Alejandro por el camino y en su compañía llego al punto de encuentro. Hoy no parece que vayamos a ser muchos, hay que madrugar y después de hacer la nocturna, la mayoría ya tiene su dosis de bici de esta semana. Pero sí que nos juntamos unos pocos, a ver si la memoria.....Jesús, Manolo, Alejandro, Pastor, Ángel, Gelete y yo, más luego Juanjo, que como siempre llega algo tarde y nos coge por el camino. La ruta la pone Alejandro y yo ya estoy temblando, y no soy el único, pero hay que hacerla o al menos intentarlo, que él si hace las que maquinamos nosotros. Empezamos como siempre, puente de madera, cementerio jardín y bike park, pero hoy nos tiene preparada la subida por el vertedero; normalmente esto lo hacemos de bajada que es mucho mejor, y de subida tiene la particularidad de agotar las fuerzas, y mucho más en frío. La primera cuesta la hago andando por no gastar balas, pero las siguientes las paso montado y con gran desgaste, haciendo otra muy empinada también andando y terminando montado el resto. Cuando llego arriba lo hago exhausto y apenas sin aliento, con una flojera de piernas que no vaticina nada bueno, y con el convencimiento de que la cosa no ha hecho más que empezar. Me planteo la retirada estratégica, no tengo buenas sensaciones y voy a hacer el ridículo como me dé una pájara, pero decido continuar y sigo al grupo nada convencido de mi decisión. Entramos en la urbanización Peñas Albas, y empezamos pisteando, lo que me permite recuperarme un poco, para más adelante ir bordeando la urbanización por un sendero al lado del precipicio, y que me hace patear mucho más de lo que considero lógico. Mi indignación va subiendo y vuelvo a plantearme la retirada, pero mi máxima "esto es a estilo tropa, que cada uno se jode cuando le toca" me obliga a continuar e intentar aguantar por encima de todo. Entramos en Nuevo Zulema y seguimos haciendo la circunvalación, esta vez es más practicable y no hay que andar, y nos vamos aproximando a la pista que nos acerca al cerro del Viso. Subimos un poco y sendereando llegamos a una bajada fuerte que nos deja en la pista. Esta bajada está difícil, apenas tengo agarre, y haciendo snow consigo bajar las primeras cuestas, más al final me bajo, conocedor de la extrema dificultad que entrañan las últimas; me encuentro una bici en medio del camino y sin jinete, preguntando que qué hace allí, y compruebo que a pocos metros aparece entre los pinos su dueño, ha tenido que saltar por encima, y el resto lo ha hecho corriendo, parando unos metros más adelante. Bajamos el tramo difícil y cuando llegamos a la pista vemos que el jinete sin bici se ha roto el culote a la altura de donde la espalda pierde su casto nombre, y encima está enseñando toda la hucha, todo un culo peludo el día del orgullo gay. Entre risas continuamos, y bajamos por otro sendero que hay justo enfrente, las primeras cuestas las hago andando, y parte montado, son más empinadas de lo que mi alarma me permite, y encima la rueda no agarra nada, delante de mí hay otra caída sin consecuencias, se tiene que ir a un lado para no atropellar al de delante, y yo continúo como puedo arriesgando más de lo normal. El resto lo hago andando y llegamos otra vez abajo del Viso. Estamos en la pista principal y hacemos parte de los toboganes, para subir otra vez por lo que yo llamo la bajada de la piedra. Normalmente esta subida la hacemos de bajada, como la del vertedero, no sé lo que le ha dado a Alejandro, que todo lo que debíamos hacer de bajada, lo hacemos de subida. Y es que la subidita se las trae, no es muy técnica, pero tiene un par de cuestas muy jod... y que yo no tengo más remedio que hacer otra vez a pie, para terminar haciendo un tramo más tendido pero agotador. Llego a la pista, donde todos me están esperando, para seguir subiendo por la pista un poco más, y hacer otra bajada que yo no conocía, que nos deja otra vez abajo. Continuamos por la pista, y ya no la abandonamos hasta llegar a coronar el cerro, no sin antes pararnos a recuperar fuerzas en forma de alimentos. Lo que me espera es duro, y más después de las banderillas que llevo, pero a pesar del cansancio consigo llegar arriba, como siempre el último. Ya nos han abandonado dos elementos, que tenían cosas que hacer, y nosotros seguimos por el cerro a hacer otra bajada, que como podéis imaginar, gran parte tengo que hacer con la bici, pero rodando a mi lado. Otra vez estamos abajo, y volvemos por la pista de abajo del Cerro, hacemos un par de toboganes y nos desviamos a la derecha, es un terreno también de subeybaja, pero no es tan pestoso como la pista, y llegamos a la carretera del Zulema al poco tiempo y yo al menos, muy cansado. No hemos hecho muchos kilómetros, pero las cuestas han sido pronunciadas y duras, me han desaparecido las fuerzas, que recupero en cuanto el terreno se pone algo más llano, pero la ruta está terminando y es mejor no hacer ningún alarde, no vaya a ser que quieran subir alguna más. Nos dirigimos a tomar la cerveza de rigor y acabamos la ruta en la sombrita y con un tercio en la mano. Me han salido 32 kilómetros, que se me han hecho eternos. Como ya puse antes, lo que relato es lo que yo siento, no sé lo que pensarán los demás, Alejandro dirá que no ha sido nada, y alguno más también, pero a mí me han sacado de punto desde el principio y he ido todo el rato fuera de él. Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, y seguro que le encuentro algo positivo, al menos me servirá para acostumbrar algo más las piernas a estas cuestas tan duras, sé de unos cuantos que han subido todas y algunos menos que lo han bajado todo, yo desde luego, por mucho que practique no conseguiré hacer ciertas cosas, y menos bajar esas cuestas tan empinadas. Al final no ha sido para tanto, yo esperaba tener las piernas mucho más cargadas y he recuperado bastante bien, quizás sea debido a la escasez de kilómetros, pero objetivamente he de confesar que no sé como ******* he conseguido llegar a lo alto del cerro del viso, dado el estado lamentable en el que me encontraba. Me despido como siempre, agradeciendo a los posibles lectores su paciencia y dedicación, y pidiendo perdón por el tocho que sale. Muchas gracias y perdón.
¡¡Ánimo valiente!!!. La crónica de la nocturna no la he puesto, que bastante hay con una semanal y aquí solo pongo las salidas oficiales, no las jornadas lúdico-festivas.
