Tocho que hace más amena la mañana del lunes. Buena vuelta os habeis pegado. Y ya que estás también podías hacer crónica de la nocturna, o no se puede contar lo que haceis a oscuras ?? jejeje Que tal se portaron los mañaneros ?
Como todos los domingos desde que hemos cambiado la hora, me cuesta muchísimo levantarme, es cuando mejor estoy en la piltra y además entra un fresquito por la ventana.....es cambiar el sueño y el fresco por agobiantes y sudorosas subidas y acojonantes bajadas, pero me va la marcha y al final siempre sucumbo a la tentación. Y como todos los domingos, desayuno, preparo la mochila y a rodar, y muchos días me pregunto por qué no me habré quedado en casa, y hoy ha sido uno de esos. Me encuentro en el Parque con Óscar, Ángel, Manolo y Alejandro, y luego van llegando Pastor, Teo, Chema, Javi y Gelete, y por el camino recogemos a Manuel, que fiel a sus costumbres, llega tarde. No se sabe quién va a dirigir hoy el cotarro, pero se huele que no va a ser nada pistero, ya se va hablando de subir el Ecce Homo y casi nunca va solo, siempre va acompañado de otra serie de subidas que hacen que la misma sea un pequeño aperitivo. Y empezamos bordeando el parque por la pista hecha de trozos de ladrillos, subimos y bajamos varios senderos y llegamos a la altura de la pista verde, unos metros antes de coronar en la valla. Y cojemos por la transversal. Aquí comienzan las dudas de parte de los integrantes (incluído un servidor), pues cruza el parque de lado a lado, con cuestas muy exigentes y que desgasta fuerzas que es un primor; pero no voy a dar la nota, me digo que cuando se me acaben, me doy la vuelta y para casa, y me meto de lleno en el sendero. Me lo intento tomar tranquilamente y consigo ir guardando fuerzas que me puedan hacer falta más adelante, y no me siento nada mal, no puedo ir más deprisa y me tienen que ir esperando cada poco, ya que además técnicamente soy una nulidad y estoy transitando por senderos estrechos y técnicos. Consigo subir la mayoría de las cuestas, dejándome sólo las más difíciles, y como la mañana está fresca, tampoco tengo demasiada sensación de calor con el consiguiente menor desgaste. Llegamos al final, y la bajada hasta la pista la tengo que hacer andando, pues si bajo montado corro bastante riesgo de rebozarme en el polvo; subimos hacia el portón, punto en el que somos abandonados por dos integrantes que oliéndose el percal optan por otro tipo de ruta, y bajamos hacia el camino de la muerte, cuando ya estábamos a punto de bajarla, nos llaman y dicen que hay que subir por el cortafuegos, así que nos quedamos sin bajada. Lo que viene a continuación es seguir subiendo hasta coger el sendero de las conejeras, y subir por estas. No llevamos mucha ruta y yo estoy muy cansado, subo las primeras cuestas y sigo afrontando cada una como si fuese la última, en el momento en que me abandonen del todo, lo dejo y me doy la vuelta. Me "Pasteurizo" y subo a pie las dos siguientes cuestas y opto por coger otro camino para llegar al mismo sitio, Pastor y yo seguimos por el sendero hasta el Cerro Colorao, y el resto entran por el sendero que bordea la montaña y que yo evito dado el riesgo tan alto que tengo de caerme por el terraplén, debido al miedo que me da sentir el vacío tan cerca (intento ir por el sendero, pero voy metiendo la rueda hacia el lado bueno, y al final se me termina yendo la rueda al lado contrario, paso mucho miedo y prefiero ir por el otro camino, que es mucho menos peligroso). Bajamos del Cerro Colorao hacia el pinar del Ecce Homo, y nos encontramos con Juanpe y unos cuantos amigos, que vienen a hacer el loco por el Parque. Nos despedimos de ellos y de Gelete, que prefiere otro camino, y seguimos subiendo hacia la cota del día: el Ecce Homo. Las primeras subidas me las tomo con mucha calma, y con la misma filosofía afronto las siguientes cuestas, para llegando a las zetas meter la rueda en un agujero, que aprovecho para descansar en busca del arreón final, y pagando por ello que me adelante todo hijo de vecino. Este tramo se ha completado de un rosario de bikers con el mismo fin, conseguir llegar arriba, pero muchos de ellos no lo consiguen sin poner pie a tierra, y algunos tienen que empujar la montura el resto del trayecto. Por mi parte, consigo cabalgar de nuevo y, a pesar de llevar ya mucho desgaste en las piernas, consigo terminar sin más consecuencias. Ya una vez arriba, intento recuperar un poco el aliento, y contento porque no me encuentro nada mal, algo cansado por el esfuerzo inmediato, pero no con la debilidad manifiesta que me ha perseguido estas semanas. El pensamiento que tenía era volver por donde había subido, pues es la bajada menos peligrosa que tiene este Cerro, pero me convencen para bajar por el otro lado para no abandonar al grupo, y consiento muy a mi pesar. Las primeras cuestas son asequibles y se pueden hacer muy bien, y en cuanto noto que la pendiente es más pronunciada, pongo pie en el suelo y soy superado por Alejandro, que baja por ahí como yo por una pista, derrapando y saltando todo obstáculo que se le pone por delante haciendo fácil lo que yo considero muy difícil. No soy el único que baja andando, esto es una bajada más para cabras que para bicis, y me cuesta bajarla sujetándola. Lo que sigue es más sendero por las lomas que rodean el cerro, sube y baja continuo y bastante entretenido, en los que me propongo no poner pie a tierra y que a duras penas consigo, pues hay algunas cuestas bastante difíciles de afrontar. Llegamos a una pista y vamos hacia la entrada al Parque, haciendo el sendero del río, transita por una loma justo por encima y si te vas un poco, puedes caer al río; me aguanto un poco mis miedos y procuro pegarme lo más posible a la loma, es poco tiempo y lo logro. Ya estamos al final, nos queda la cuesta que nos deja a la altura del Remar y bajar hasta la báscula, cruzando el río y llegarnos a tomar las cervezas de rigor. Me han salido menos de 30 kilómetros, y en el GPS me pone que el desnivel de subida ha sido de 575 metros, cuando a mi parecer ha sido algo más, quizás debido a que las cuestas son cortas y muy empinadas, cosa que hace que las piernas se resientan mucho. Nada más y lo de siempre, agradecimientos a todos los que me aguantan, y por supuesto, a todos los que me leen las crónicas, que debe ser un esfuerzo mucho más grande que subir el Ecce Homo.
Pues sí, hoy me he caído y ha sido una caída espectacular. Voy a empezar a relatar el talegazo y luego cuento la ruta, para que los más morbosos no tengan que leerse todo para llegar a lo interesante. Iba por pista, en ligera subida y con un desarrollo cómodo, a buena velocidad y en ese momento la cuesta se empina un poco, son unos treinta metros de buena pista y en la que se puede apretar a las bielas sin excesivo peligro. Pero hoy los dioses no me han sido favorables, ayer cambié toda la transmisión : piñones, plato mediano y cadena; pronto compruebo que Murphy existe, pues cuando meto el plato pequeño y aprieto para subir una cuesta exigente, se me sale la cadena y tengo que ir toda la ruta sin plato pequeño. Como iba contando, llevaba un ritmo majo y en ese momento me adelanta un compañero, esprintando para llegar antes que yo a la zona más alta, momento que aprovecho para bajar un piñón y ponerme de pie sobre la bici para contrarrestar el ataque; consigo dar un par de pedaladas fuertes, y justo en la tercera pedalada, salta la cadena y empiezo a dar bandazos, cayendo sin remedio al suelo y arrastrando unos metros mi frágil cuerpo por el terreno; he rodado un buen rato y he sentido bastante dolor, lo primero que me miro es la rodilla y la tengo en carne viva, pero necesito un tiempo para hacerme un chequeo a fondo: dolor de codo, de hombro, de rodilla.....voy moviendo poco a poco cada articulación y, aparte del dolor intrínseco del golpe, no noto nada más doloroso en particular. Mis compañeros están preocupados, y como el golpe ha sido fuerte, mis quejidos son en su justa medida; pasados unos minutos me incorporo y veo los resultados: abrasiones en rodilla, codo, cintura y hombro; como he dado también con la cabeza en el suelo, me quito el casco y veo que está partido, creo que me ha salvado de algo más grave y comenzamos a lavar las heridas para poder continuar, lo que hacemos seguidamente. Bueno, es todo lo que he podido hacer para relatar una de las ****** más grandes que me he dado, o al menos, una de las más preocupantes debido a la velocidad y a lo sorprendente del fallo mecánico; y ahora procedo a relatar el itinerario de hoy, que ha resultado ser una clásica de las que solemos hacer, y que debido a mi incidente ha habido que hacerla algo más simple. No somos muchos, más bien pocos, nos hemos juntado nada más que cuatro a la hora establecida, así que nos ponemos en marcha Luhigi, Ángel, Alberto y yo; y lo hacemos por el camino del río, continuando por el carril bici y la pista detrás del Leroy, para coger el sendero del río y llegar al puente y llegar al campo de tiro. Hasta aquí el ritmo ha sido de charleta, sin apretar nada y tranquilitos. Cuando llegamos al campo de tiro, cogemos el camino que sale justo a la izquierda de la cuesta y continuamos por el mismo hasta llegar arriba, a la pista de Los Santos. Es un camino exigente, con algunas cuestas técnicas y duras, y es en una de estas donde compruebo que no me va bien el plato pequeño viejo con cadena nueva. A partir de aquí ni siquiera intento meter el plato pequeño, cosa que no me gusta demasiado, me va más reservar fuerzas para futuros esfuerzos. Cuando llegamos a la pista, bajamos por ella hasta llegar a una bajada a la izquierda, también pista, y que nos lleva hasta subir a un cruce de caminos: a la izquierda se sube a Los Santos a la altura de la plaza de toros, y a la derecha se va hasta las zetas (que algunos llaman piedras), salvando la primera parte de la subida de la misma. Tomamos la de la derecha, una bajada, y el resto subida; mis compañeros son mejores subidores (y bajadores, y llaneadores....) y pronto me dejan solo y a bastante distancia, cosa que no me importa, me impongo un ritmo para no agotar las fuerzas ya que no dispongo de plato chico (no me haría falta, pero soy ahorrador) y llego hasta las zetas un poco fatigado, encontrándome con Luhigi que se ha parado a evacuar líquidos. No me siento mal y sigo subiendo las zetas a mi ritmo, llevo a Luhigi detrás y por más que se lo digo no consigo que me pase, no me siento bien llevando detrás a alguien que sé que va mucho más deprisa que yo. Y así llegamos al cruce de caminos que corona este, pensamos qué hacer y acordamos bajar hacia Anchuelo, para llegar al pueblo por la pista que une el mismo con Los Santos. En la última cuesta previa a la bajada a Anchuelo, es donde me pego el talegazo relatado anteriormente, y sigo relatando el resto, que ya es poco. No me veo muy mal, hablamos y decidimos ir a Anchuelo a ver si me pueden curar las heridas, que dicho sea de paso, no tienen muy buena pinta, pero no hay casa de socorro y acordamos seguir por la pista que nos acerque hasta casa. Podemos ir por carretera, es mucho más corto y llevadero, yo me veo bien, con los dolores posteriores al golpe y sigo con ellos, no es cosa de ***** del todo la ruta de hoy. Mientras, sigo comprobando el estado general de mis maltrechos huesos: puedo mover el hombro, puedo apretar el freno, muevo también el codo y puedo mover las piernas, con lo que puedo hacer todo lo que se puede hacer en una bici. Seguimos por la pista se servicio del AVE y no la dejamos hasta llegar al camino de la Isabela, me han dejado ir en cabeza y van hablando tranquilamente, mientras yo marco un ritmo decente acercándome a la carretera de Villalbilla, me preguntan si puedo bajar los sincasa y les digo que sí, y en eso noto un siseo que me dice que hoy no es mi día, he pinchado y no se tapa, por lo que debe ser una raja, y tengo que parar para hinchar al menos dos veces y otra más en la gasolinera, antes de bajar los sincasa. Bajamos hasta Alcalá y nos vamos hasta los jubilados a tomar la cerveza, nos despedimos del buen Luhigi, que cada vez que viene conmigo me pasa algo, la anterior me dio una pájara monumental, y ésta es testigo de mi ******. Pedimos agua oxigenada para intentar que no se infecten las heridas y terminamos la ruta de hoy tomando unas cervezas reparadoras. Yo pensaba que había ****** la ruta, y seguro que lo he hecho en su justa medida, pero al menos me han salido 40 kilómetros en el GPS, lo que quiere decir que por lo menos hemos podido hacer algo, aunque haya sido accidentado. Agradezco a mis compañeros su paciencia conmigo, y haberme dejado liderarles todo el camino de vuelta, voy a tener que pegármela más a menudo, me ha gustado llevar la cabeza del pelotón y sin que nadie me ataque. Esto es todo, me queda lo de todas las semanas, pedir perdón por ser tan pesado y agradecer de todo corazón a aquél que tenga valor de leer este......no sé ni como llamarlo. En cuanto a los daños, me escuecen todas las heridas, tengo hinchado el codo, la rodilla y todo el lado derecho está arañado. En el codo tengo un dolor a la altura de la inserción con el hueso, pero no me parece nada grave, y tengo una molestia cuando toso en las costillas que tampoco parece preocupante, es todo consecuencia de un golpazo muy grande. Como decía uno que no me acuerdo quien es: P´HABERNOS MATAO. Y como daño material, el único ha sido que el casco ha pasado a mejor vida, no sin antes haber cumplido fielmente con su cometido, que no es otro que haber minimizado los daños en la cabeza, que han sido nulos.
estas hecho de tapa de alcantarilla, lo propio hubiese sio volver pa casa derecho y tu nada a seguir dando pedales... XD a ponerse bien prontito
Ánimo Luís, que has salido con bien de esta historia. De aquí a nada te dejan de tirar las costras y estás de nuevo dando pedales, que tú eres un tipo duro.
Confieso que la noche ha sido bastante incómoda, sobre todo a la hora de cambiar de postura, y que, como ya sabía de antemano, lo más doloroso que tengo ahora mismo es el costillar, dolor que irrumpió al enfriarme y que me preocupa. Por lo demás, todo sigue su cauce normal.
Luisito. Te vamos a cambiar el mote. De ( el pistillas) a el ( fregona) to el día por los suelos Recuperate pronto
Ya me llamaban así de joven, pero porque era un palo con muchos pelos, que ya me gustaría a mí tener ahora.....¡sobre todo en la cabeza!. Creo que voy a dejar pasar al menos un par de días antes de volver a montarme en la bici, que me empiezan a tirar las costras y el dolor de costillas no remite. Con esta caída ya me he sacado la cátedra y ahora soy catedrático en caídas y golpetazos jejeje. El que quiera clases, por favor que vaya pidiendo hora.
Hola Luisito, no te preocupes en exceso por el dolor de costillar, porque suele ser un desgarro intercostal, bastante doloroso pero poco importante, aunque te dará el coñazo durante algún tiempo. Mucho ánimo y a recuperarse, aprovecho para despedirme hasta septiembre. Un saludo a los mañaneros, que participan en este hilo mas que nosotros.
A que ya se ha pasado??.. Y la ruta no la jodió nadie, que salió muy bien si no hubiera sido por la leche, que uno ya va teniendo una edad y apetece rutas tranquis en las que se puede hablar.
