importante conocer... sucedió en el campeonato del mundo de ParaTriatlon. (1ª parte)

(aunque os parezca un poco largo, merece la pena leerlo y después difundirlo!)

Moisés Osuna Durán Paratriatleta
LONDRES, CAMPEONATO DEL MUNDO DE PARATRIATLÓN ...
... ALGO PARA REFLEXIONAR

Como llevo haciendo estos tres últimos años, me dispongo a escribir la crónica de mi último campeonato en el que he participado, el Campeonato del Mundo de Paratriatlón de Londres. Pero en esta ocasión no sé si lo que me dispongo a narrar puede considerarse una crónica de un evento deportivo o más bien una historia de una película de terror, una pesadilla, o que se yo de cómo catalogarlo…

Nos levantamos bien mi guía y yo, hemos dormido perfectamente la noche de antes y nos encontramos bien, descansados y con la mente a tope para salir a lo que hemos venido, a disputar este Mundial y luchar con todas nuestras fuerzas por una medalla, es para lo que hemos estado entrenando todo este tiempo y por fin llegó el día. Había muchas cosas de los días previos a la prueba que no nos gustaban, mala organización en general y sobre todo, una diferencia enorme de cómo iban el resto de países y como íbamos el “equipo español”. Había países con un gran despliegue y mucho mejor equipados que nosotros, y en cuanto al material del sector ciclista, mejor ni hablar. Al margen de esto, también había muchos detalles de la infraestructura de la carrera en si que no nos cuadraban mucho y veíamos que podía ser muy peligroso, pero ¿qué hacer?, no nos tocaba a nosotros solucionar esas cosas ahora, nosotros teníamos que meternos en nuestra ”burbuja”, olvidarnos de todo lo negativo y salir a hacer lo que sabemos hacer y para lo que nos habíamos estado sacrificando, hacer nuestra carrera.

Llegamos a boxes para dejar el tándem y vemos una desagradable sorpresa, el boxes destinado a paratriatlón es tercermundista, no tiene nada que ver con el de profesionales, sub 23 o juniors. Es algo que nos deja perplejos, pues estamos hablando ni más ni menos que del Campeonato del Mundo, del primer año ya en serio del ciclo paralímpico de cara a los juegos de Rio 2016, algo demasiado serio como para encontrarnos aquel boxes, boxes por llamarlo de alguna manera. Era un barrizal sin alfombra, sin caja para dejar el neopreno ni nada en la transición y lo más inquietante muy, muy peligroso por el riesgo de caídas. Tuvimos que volver a centrarnos, estamos aquí para lo que estamos, no podemos solucionar nada ahora y es lo que hay, a seguir concentrados en nuestra competición. Dejamos el tándem y nos vamos a prepararnos para la salida de la prueba.

Dan la salida a las 14:05 y empezamos a nadar junto al resto de parejas de todo el mundo, se palpa la tensión, y se nota el nivel, va a ser un Mundial muy disputado donde habrá que dar algo más que lo mejor de uno mismo. Van pasando los metros y no tengo buenas sensaciones en el lago de Hyde Park, pero no pasa nada, queda carrera por delante y estamos fuertes, me concentro y aprieto el ritmo con Jesús Gabaldón, mi guía, siempre a mi lado encargándose de que siga el camino correcto en el agua y no me desvíe. Tras una natación dura y estresante, salimos del lago y estoy contento, debería a ver podido nadar más rápido, pero salía con buenas sensaciones y empezamos a correr por la larga transición que nos quedaba por delante hasta llegar a coger el tándem. Nos vamos quitando el neopreno y seguimos corriendo, llegamos a la T1 donde nos espera el tándem y resbalo en el barrizal que había en el “boxes”, como si pisara una cáscara de plátano, mis pies salen disparados para arriba y caigo estrepitosamente para atrás golpeándome violentamente el hombro izquierdo, la cabeza por la nuca y los dientes contra mi propio cuerpo al rebotar. No me lo podía creer, el golpe había sido demasiado brutal, quedo aturdido por espacio de unos 5 segundos, no me lo puedo creer, – ¿todo el sacrificio se va a esfumar aquí? – , me niego a ese pensamiento, vuelvo en mi y me dirijo rápidamente al tándem diciéndole a mi guía que no se preocupe, que seguimos en carrera que subamos al tándem y ya analizaré los daños del golpe durante los primeros kilómetros. Luego más tarde me entero que en esa transición se cayeron muchos más participantes como yo, y es que era lo lógico en una transición instalada de una forma tan precaria. Comenzamos a rodar, a pesar del percance vamos en el puesto undécimo, que no está nada mal, teniendo en cuenta que queda toda la carrera por delante y somos probablemente una de las parejas más rápida en el sector en bici de los participantes. Pasan dos, tres kilómetros y vamos rodando cada vez mejor, puedo ir bien acoplado, el golpe no me afecta y solo al salir de las curvas que hay que entrar con precaución por la lluvia, al levantarnos para lanzar el tándem, me duele el brazo izquierdo, pero va a mejor, parece que se va a quedar en un susto y en el golpe, que me dolerá al terminar la prueba, pero sigo en carrera y con opciones. Aprieto los dientes y solo pienso en ganar posiciones. Vamos rodando cada vez mejor y recuperando puestos, el décimo, el noveno, el octavo y aún no hemos terminado la primera de las tres vueltas que hay que dar al circuito hasta completar un total de unos 23 km.

Al fin empieza a ir todo bien, las piernas genial, le digo a Jesús mi guía que estoy bien y que voy a más, por lo que nuestra confianza es total. Y un poco después, recién empezando la segunda vuelta, en una recta oigo gritar a Jesús, mi guía, no entiendo nada, no sé qué pasa, solo sé que inmediatamente después la rueda trasera se levanta, volcamos hacia la izquierda y salimos volando por los aires cayendo al suelo sobre mi lado izquierdo, y dando varias vueltas como si de un motorista se tratara, notando como golpeaba en la caída con la cabeza en la frente y luego atrás y finalmente contra mi brazo que llevo estirado para protegerme de los golpes. Íbamos a unos 55 km/h y no entendía qué había ocurrido, luego más tarde supe que un tándem francés que rodaba justo delante nuestra pinchó y no tuvo otra idea mejor que girar bruscamente para la izquierda para meterse en una zona a cambiar la rueda, sin mirar, en vez de pararse a la derecha como debe hacerse siempre. Mi guía Jesús, se vio sorprendido por la maniobra imprudente y temeraria de los franceses y resolvió rápido, gracias a lo cual no escapamos mucho peor. Se abrió a la izquierda para no colisionar contra ellos de golpe y ante la rapidez de la maniobra perdimos el equilibrio nosotros, saliendo despedidos por los aires y dando gracias a que había unos conos que frenaron al tándem durante la caída. Pero ahí estaba yo tirado en el suelo, recuerdo tener un flash de querer incorporarme para seguir compitiendo, pero fue solo un flash, pues al momento me di cuenta de la gravedad del golpe recibido. Me dolía mucho el hombro, no podía moverme, sabía que me había echo algo grave, vi que mi guía al menos parecía estar bien, y vi desvanecerse todas nuestras opciones, todos nuestros sueños en un momento. Pero no pasa nada, son cosas que ocurren y ya está, lo que no podía imaginar era lo que ocurriría a continuación…

…Comenzó una pesadilla que aún hoy no puedo entender. Ahí estaba, en el suelo, sujetándome el hombro con mi mano derecha y viendo como se acercaban a la zona los de primeros auxilios. Jesús mi guía, estaba de pie, y pude observar cómo hacía de interpretes a los que llegaban a auxiliarme, al menos era un alivio ver que él estaba bien. Empiezan a preguntarme y tocarme para ver si siento las piernas, el abdomen, etc, protocolo imprescindible en este tipo de accidentes donde puede haber cualquier problema oculto que agrave la complejidad de lo que se ve aparentemente. Me colocan un collarín para inmovilizar el cuello, y entre varios me suben en una especie de soporte a ras de suelo, para poder trasladarme a la ambulancia cogiéndolo entre varios. Pero esto no sucede, van pasando los minutos y sigo allí, veo que hablan entre ellos, que me observan, entre dos se van turnando mi brazo izquierdo que mantienen levantado para arriba, porque en cuanto cambia de posición duele demasiado y no puede moverse. Siguen pasando los minutos y empiezo a ponerme nervioso, no entiendo nada, l dolor es cada vez más insoportable y sigo tirado boca arriba en el suelo bajo la lluvia que cae, – ¿a qué están esperando para trasladarme? –. No hay peor cosa que a demás de ser deportista, ser fisioterapeuta de profesión y tener conocimientos de todo lo que puede ocurrir en estos casos por tu trabajo. Empiezo a deducir que algo pasa, que no es normal seguir allí, el hombro y el brazo me duelen cada vez más y algo grave debe pasar para que no me trasladen. Grito a mi guía para llamarle y preguntarle: – ¿qué ocurre? – Y me cuenta que al parecer no pueden llevarme a la ambulancia hasta que no terminen de competir el resto de categorías. Me quedo atónito, – no puede ser – , vuelvo a insistirle que pregunte, que se entere bien, ¡eso no puede ser!, – debe haber entendido algo mal –. Pero no, así era, ¿debía esperar a que terminaran de competir todas las categorías? Pero…. Podían tardar más de una hora y media, ¿qué estaba pasando?, eso no podía ser posible. Pero estaba equivocado y así fue, tuve que esperar a que terminaran de competir todos. El tiempo pasaba y seguía en la misma posición mojado, con frio y con un dolor en el hombro que ya era insoportable. No sabía cuánto tiempo llevaba allí tirado bajo la lluvia, ¿una hora, algo más?, no sé. Le digo a mi guía que les diga que no puedo más, que no aguanto más con el dolor y deciden colocarme una mascarilla para que respire algún tipo de analgésico y atontarme. Consigo aguantar unos minutos más con los calmantes, pero vuelve a doler demasiado, y vuelvo a decir que no puedo más, a lo que obtengo como respuesta más mascarilla con calmantes. Sigue pasando el tiempo y es insoportable, me siento cada vez más débil, más impotente, más dolido, más….. ¿maltratado sería la palabra? Mi mente no consigue entender cómo es posible tener a un accidentado así, esperando a que termine una carrera. Empiezo a tener mucho frío, dolor, más frio, empiezo a tiritar, me empieza a temblar el cuerpo y por tanto el dolor de hombro aumenta aún más, no puedo creérmelo, estoy entrando en hipotermia o yo que sé, y parece que aquí no es urgente llevarme ya al hospital. – ¿dónde está mi gente, mi país? ¿por qué en todo este tiempo no aparece nadie de mi federación? – . Oigo al resto de participantes pasar cerca de mi y no puedo evitar sentir miedo, pensar que ojalá nadie se vuelva a caer allí, porque cómo suceda eso me rematan, pues sigo tirado en mitad de la carretera, pasando participantes a uno y otro lado.

Por fin termina la prueba y empiezan a levantarme entre varios con cuidado para llevarme tumbado a la ambulancia. El dolor empieza a dispararse, estoy helado, débil y llevo prácticamente dos horas con el hombro luxado y roto, el dolor es ya inaguantable, se me salen las lágrimas y no sé ni por qué, no puedo controlarme, es inhumano y a medida que avanzan conmigo hacia la ambulancia, noto como el dolor crece dentro de mi haciéndome sentir miedo hasta ser todo tan inaguantable que pierdo el conocimiento. A partir de aquí todo es una reconstrucción entre lo que sentí entre periodos de consciencia e inconsciencia que viví hasta que todo terminó y lo que mi guía me ha contado. Ya en la ambulancia recupero vagamente la consciencia y creo que está mi guía junto a mi que me calma y alguien más del hospital. Tardamos en llegar al mismo, pues al parecer el conductor se perdió en el recorrido hacia el hospital y no pusieron sirena ni nada, se ve que no había prisa y daba igual prolongar más esa agonía. En la ambulancia me siento muy débil, una mezcla entre sueño y consciencia, no sabría cómo explicarlo, sé que estaba allí, pero al mismo tiempo no estaba. Con los baches del camino y el frio que llevo metido en el cuerpo, me siento muy, muy débil y llegando al hospital, o tal vez mientras me sacan de la ambulancia, o tal vez mientras ya me colocan en una camilla en el hospital, no lo sé, todo es confuso, sólo sé que empecé a convulsionar, que sentí dentro de mi una mezcla de cosas para las cuáles no hay palabras que puedan explicarlo y que sin saber cómo me vi tumbado en algún lugar del hospital, escuchando a mi guía gritarme – Moisés abre los ojos por favor, no los cierres, pelea, un último esfuerzo, dicen los médicos que es muy importante que abras los ojos – . Mientras tanto ocho médicos me atendían, me rompían el mono de competición para poder ponerme electrodos y monitorizarme y al parecer el pulso me bajaba excesivamente. En mi interior, en aquel rincón donde quisiera que estuviera mi consciencia, sólo un pensamiento apareció con muchísima fuerza tras escuchar a mi guía decirme que no me durmiera y que peleara, – aquello era grave, y tal vez entregarse al sueño que pedía mi cuerpo agotado significara lo peor, y eso no podía ser, había ido a Londres a competir y no podía abandonar a mi familia y a mi mujer Sandra de esa manera. Ese pensamiento empezó a hacerse muy potente y empecé a luchar como si de una pesadilla quisiera uno despertar y conseguí abrir los ojos, recuperar la consciencia y hacer que dejara de sonar el dichoso pitido de la máquina a la que estaba monitorizado. Más calmado, pero con una debilidad como nunca en mi vida he sentido, me explicaron que se me había salido el hombro y que me iban a hacer algunas placas más porque parecía que estaba roto. Me pinchan morfina y que se yo, me dan más analgésico con la mascarilla y me dicen que van a colocarme el hombro en su sitio y que si no aguanto el dolor que lo diga. El dolor vuelve a dispararse y vuelvo a salir disparado a ese rincón de semiconsciencia, donde siento lo que pasa, pero no puedo reaccionar, ni hablar, ni decir nada, sólo seguir aguantando y rezar para que todo esto termine de una vez. El dolor aumenta hasta un umbral inhumano, imposible de describir y de aguantar, y de repente, cesa. El brazo está en su sitio, no lo siento, pero lo sé y noto como vuelvo a recuperar lentamente la consciencia, muy despacio, a cámara lenta, unas lágrimas corren por mis mejillas que no puedo controlar, por fin ha terminado la tortura……..

 

(2ª parte)


……Pero estaba equivocado, empezaba otro tipo de tortura, la más dura quizás. Serian cerca de las 20:00 cuando ya estaba despierto con el brazo colocado hace apenas unos minutos cuando un médico o alguien llega y nos informa a mi guía Jesús y a mi, que debemos dejar el Hospital. No entendemos nada y mi guía, quien habla inglés y ha estado todo el tiempo a mi lado, menos mal, pues de lo contrario no sé ni si estaría hoy aquí escribiendo estas palabras, le comenta que debe haber un error. Le explica que somos triatletas paralímpicos que nos encontrábamos disputando el Mundial en Hyde Park y por un accidente nos ha traído la ambulancia aquí, pero que imaginamos que alguien de la organización o alguien de nuestro país, de la FETRI vendrá a por nosotros o estará buscándonos, pero que nosotros no podemos irnos así. Ellos no saben nada, e insisten en que debemos dejar la camilla libre y abandonar el Hospital. Nos miramos atónitos, después de todo lo sucedido, nos iban a dejar en la calle indocumentados, sin ropa, sin dinero ... Yo estaba completamente desnudo, pues me habían roto el mono de competición por completo cuando me intervinieron todos los médicos. Aún explicándole al personal del Hospital la situación, daba igual, el mensaje seguía siendo el mismo e insistían en que nos diéramos prisa y abandonáramos el Hospital. Acababa de salir de un shock, no tenía fuerzas ni para levantarme y menos aún para reaccionar a lo que estaba sucediendo. No podía más, era demasiado, – ¿dónde vamos ahora así, en estas condiciones, indocumentados? ¿cuándo va a terminar esta pesadilla?, ¿dónde está mi país? ¿nadie se ha preocupado por nosotros? ¿nadie de nuestra Federación, la FETRI se ha interesado por nosotros?, ¿nadie de la organización, nadie de la ITU? – No, tenía que estar equivocado, tanta incompetencia, tantos organismos tan importantes no podían estar fallando al mismo tiempo, debía calmarme, seguro en cualquier momento aparecería alguien con autoridad que pondría todo en su sitio. Pero no, estaba equivocado, nadie tenía interés, ni preocupación en saber qué había sido de nosotros y nadie apareció por allí…..

...Las 22:00 de la noche y por fin en el hotel. Afortunadamente, la prima de Jesús se encontraba en Londres trabajando y consiguió encontrarnos en el Hospital justo cuando nos echaban a la calle. Gracias Ana por estar allí, nunca lo olvidaré, si no llega a ser por ti no sé que habría sido de nosotros. Ella nos buscó un taxi y nos llevó al hotel. Salimos del Hospital, Jesús aún con el mono de competición y las zapatillas de la bici con calas, con el frio metido en el cuerpo y yo desnudo, con una batita y un pantalón que consiguió Jesús del Hospital vete a saber de quien y unos calcetines como patucos ideales para salir por Londres bajo la lluvia y mojarte bien los pies después de pasar por todo lo que había pasado. Así, salimos a la calle, como zombies andando pensando solo en descansar de una vez.
A las diez y pico de la noche aparecen dos personas de la FETRI en el Hotel, algo tarde pienso yo, pero bueno a ver qué dicen. Uno es un médico que limpia mis heridas y ve a Jesús. Nos preguntan si necesitamos algo. Estamos muy, muy agotados y conmocionados como para discutir o pedir explicaciones, por lo que les contamos de forma rápida lo sucedido. Nos preguntan qué tenemos pensado hacer y comentamos que mañana Sábado teníamos pensado dejar el Hotel e irnos por la noche al aeropuerto, pues teníamos facturábamos de madrugada. Nos comentan que así tal y como estamos no podemos estar en la calle, que mejor cojamos otro hotel para mañana o que nos vayamos directamente para casa en un vuelo mañana. No entiendo muy bien la propuesta, insinúa que nos vayamos, pero en realidad no nos están ofreciendo nada entiendo. Estoy confuso por el agotamiento y decido zanjar y preguntar – ¿quién va a pagar los vuelos para irnos mañana? –, obviamente nosotros. Comento que es imposible, que ya hemos gastado todo en acudir a Londres a este Mundial, no olvidemos que nuestra Federación no nos ha ayudado absolutamente en nada, y que no nos queda liquidez, y menos aún para resolver algo semejante allí desde Londres. Sacar dos billetes de salida inmediata para mi guía y para mi más llevar el tándem y demás, no es algo tan económico, como para disponer de esa liquidez sobre la marcha en un país extranjero, al menos para mi. No me dan ninguna solución, ni presentan alternativas de ningún tipo, dadas la excepcionalidad del caso. Comento: – aunque ahora mismo sacara los billetes, tenemos un problema y es que al estar yo tan débil y con el hombro roto, mi guía no puede sólo llevar todo el equipaje, el tándem y a mi, que por si no se han dado cuenta, compito en categoría de discapacidad visual, por lo que ni con un milagro podría mi guía con todo esto él sólo – . Cambian de tema, no ofrecen ninguna solución y se limitan a decir que descansemos y a ver cómo salimos mañana.

A la mañana siguiente, mi guía Jesús se levanta a las 6:00 para ir a Hyde Park él solito a buscar nuestras cosas que aún seguían allí. Nadie ni de nuestra Federación ni de la Organización se habían molestado en traérnoslo ni en resguardarlo de la lluvia. En Hyde Park se cruzó con uno de los máximos responsables del cuerpo técnico de la FETRI allí, quien no se dignó ni en acercarse a preguntarle, ni en decir nada. Después de todo lo vivido y lo surrealista de todo, Jesús cogió sus cosas y vino para el Hotel a por mi, embaló el tándem y nos fuimos del hotel. Gracias a que un amigo mío, Luís se encontraba en Londres viviendo, nos echó una mano ese día, dejándonos descansar en su casa y ayudándonos luego a ir al aeropuerto, pues sin él habría sido imposible para nosotros dos solos. Gracias Luis por estar ahí, nunca lo olvidaré.
En el camino al aeropuerto y durante todo el tiempo que estuvimos hasta que por fin salió nuestro vuelo, Jesús empezó a sentir las secuelas de su caída y del agotamiento, localizado todo en su pie. Empezó a cojear y terminó casi a rastras empujando el carro con el tándem por el aeropuerto y yo detrás de él no sé ni cómo. Pero sólo había un objetivo, abandonar Londres como fuera y así el domingo sobre las 14:00 más o menos, por fin estábamos en casa, exhaustos, pero en casa.

Comentar también, que durante el día del Sábado llamamos a la Embajada Española para denunciar lo sucedido y pedir auxilio. Tras varias consultas, nos contestan que no pueden hacer nada, que lo sienten mucho, pero que si por jurisprudencia, que si …. palabras bonitas, pero ninguna ayuda. Vuelvo a repetir, gracias, gracias y mil veces gracias a mi amigo Luis y la prima de Jesús, Ana, por haber estado ahí ayudándonos en esos momentos tan difíciles, sin vosotros no sabemos que habría sido de nosotros y gracias a ti Jesús, mi guía porque en este Mundial has sido un GUIA en mayúsculas y de no haber estado tan atento durante todas esas horas no sé qué habría sido de mi en el Hospital sin nadie, menos mal que estabas tú.

Han pasado ya diez días y aún nadie de ningún organismo se ha puesto en contacto con nosotros para saber de nuestra situación ni para interesarse mínimamente por nosotros, nada. Cuesta creer que tantos organismos, FETRI, ITU, la propia organización, el Hospital, la propia ciudad de Londres, la Embajada, todos puedan fallar al mismo tiempo y ocasionar una historia como la ocurrida. Imagino que alguno o todos tendrán más o menos responsabilidades en lo ocurrido y quisiera pensar que algo así no volverá a repetirse con ningún otro paratriatleta.

Después de lo vivido y sin ánimo de ofender a ningún compañero “discapacitado”, me hago una pregunta, ¿en esta sociedad quiénes son los verdaderos discapacitados o mejor dicho incapacitados?.....

 

vaya tela, buscate un abogado y sondea si hay alguna posibilidad de empaquetar a la federación, espero que os recupereis pronto de las lesiones y todo esto no os quite las ganas de seguir.

 

Una autentica pesadilla, de verdad no doy credito....
lo importante es que estas vivo por que esta claro que tu vida estuvo en serio riesgo.
parece que si no eres profesional no eres nadie y te tratan como a un animal por que a ti te trataron como eso, como un animal.amigo, estas vivo de milagro!!!!!!!
en cuanto a tu guia Jesús, consideralo tu hermano.
mucho animo y a olvidar todo esto.

 

Mucho animo! Que estafa las federaciones! Que pais!

 

ufff, perdón, perdón, perdón... se me olvidó ponerlo entre comillas. Debo aclarar que yo no soy Moisés; yo soy un amigo suyo, pero le trasmitiré con mucho gusto vuestros coentarios y apoyo hacia su persona. No obstante, sigue siendo correcta la intención al transcribir esto, ya que se trata de poner en conocimiento de todos, los problemas por los que él pasó, y que se pueden extender a cualquiera de nosotros, si alguna vez nos vemos compitiendo fuera, sin llevar las cosas muy atadas desde principio.
Gracias.

 

**** tío me e quedado impresionado con tu historia,no entiendo como se puede abandonar así a la gente y que esto pueda pasar en Europa,valla directivos que tenemos............de todas maneras gente como tu engrandecen nuestro deporte,mi mas profunda admiración

 

de piedra me has dejado, son todos unos sinverguenzas, no tengo palabras para expresar todo lo que les diria, y a ti pues mucho animo y a tu hermano (porque no lo considero tu guia) se merece un homenaje CON DOS *******

 

Una vergüenza... espero que esto no desanime a Moisés y siga adelante, porque un par de huevos queda demostrado que tiene para hacerlo

 

Bufff, que hijos de pu... todos esos que mencionas!!, para pegarles fuego, a los de la ambulancia, a los del hospital y al resto.

 

No te quedes de brazos cruzados y depura responsabilidades, eso no puede pasar ni en una prueba de domingo.Y si en vez de el hombro hubieras sufrido alguna lesión mas grave que no te hubiese permitido esperar el tiempo que esperaste hasta que te trasladaron??allí te dejan morir??señores que estamos hablando de vidas humanas y en un mundial nada más y nada menos.
En cuanto a ti Moisés no te desanimes y en cuanto te recuperes a luchar otra vez junto a tu guía Jesús por el que es tu sueño, mi más sincera felicitaciones y admiración.
Que tengas una pronta recuperación.un saludo

 

Juer, lo siento. Vaya trago.
Lo que no entiendo es como nadie cubría los accidentes.
En España, cualquier marcha cicloturista te cubre eso ya que te obligan a tener, al menos, seguro por ese día.
Y si estás federado ¿no lo cubre la federación?
En fin, que como siempre, la realidad supera la ficción...
Ahora a recuperarse y a seguir compitiendo. Suerte.

 

tiene *******, de vergüenza todo lo sucedido pero me quedo con una cosa, con como te atendio la sanidad en Londres y que luego venga aqui todo el mundo y desde el primer dia que ponen el pie en españa derecho a seguridad social.
Yo que tu denunciaba todo lo sucedido.

 

Ánimo Moisés .. y a su guía ... así funcionan nuestras federaciónes de verguenza sólo saben recaudar.

Lo dicho mucho ánimo y un abrazo muy fuerte de nuestro colectivo.

 

Hola. La verdad,asusta leer casos como este.
Seguro que ya estas asesorado,y va todo por buen camino.
Solo decirte animo. Tienes muxha gente a tu alrededor,y muchos compñaeros que aprovecharan tu experiencia para que no vuelvva a ocurri nada parecido.
Un saludo.

 

Acojonante...

Mucho ánimo!!

 

Pues vaya tela. A lo mejor es que no había dinero para que ningún chupagaitas (de los que se apuntan a comer jamón y salir en las fotos) estuviera allí presente.
Que te recuperes pronto y Animo para seguir practicando tu deporte, y para seguir denunciando como se (mal) trata el deporte y a los deportistas en este pais (Y eso que hay quien quiere organizar unos Juegos Olimpicos, sin prestar ninguna atención a los deportistas de base)

 

Mi madriña...y querían organizar unos Juegos Olímpicos...

Esto debería estar en manos de la prensa y que lo difundiera por que es VERGONZOSO¡¡¡¡

 

en primr lugar decir que es una vergueza lo de la federacion y lo del consulado(y luego se les llena la boca en decir que hay q ayudar al deporte que si jjoo...Todo intereses)
Y segundo aoprtando documentacion (que espero que te dieran en el hospital) yo lo mandaba a la federacion y x supuesto a algun medio de comunicacion para difundir esta verguenza.
Y desde luego si sigues compitiendo y ganas algo no saldria jamas con un chandal de una federacion que me maltrata y no me ayuda.
Animo

 

Lo primero es desear a Moisés una pronta recuperación y, como han dicho otros compañeros, esperar que esto no le desanime para seguir adelante.

Con esta historia queda de manifiesto que todos estos "organismos" parecen estar sólo para que algunos se peguen sus viajes y sus comilonas en lugar de ayudar al deportista que es el que lo da todo... qué lamentable!!! Espero que este texto llegue a oídos de alguien con un mínimo de vergüenza que trate de esclarecer lo ocurrido...