Ha llovido toda la semana, y ésto ha evitado que pudiéramos salir más, incluso el viernes me levanté temprano a ver cómo estaba el día y estaba lloviendo, así que optamos por abortar la salida planeada, que iba a ser carretera y con la flaca, que las últimas lluvias tienen que tener el campo fangoso de necesidad. Ya sabía que la ruta de hoy iba a ser más pistera de lo habitual, Fer tiene un recorrido que dice que cuando lo ha hecho ha tenido 0 barro, y amparándonos en su experiencia vamos a probarla. Hemos ido a la Plaza de la Juventud, a ver......Alberto, Manolo, Teo, Gelete, Chema, Pastor, Rafa (feliz cumpleaños, tío), Iñaki, Alejandro, Jose Villalba, Fernando, Juanjo, Richard y yo, y si me dejo alguno ruego que me perdone, ahora mismo no me viene a la cabeza. El inicio es el mismo de casi siempre, o sea, acercarnos hasta el Parque Natural cruzando el río por el puente Zulema, y una vez en el mismo coger la pista lateral, que sin abandonarla nos lleva directos hasta el Portón de Anchuelo; mis comienzos no son nada halagüeños y pronto ocupo mi posición natural al final del todo y observando que la distancia va aumentando poco a poco. Parece que las piernas no van como deben, el caso es que me voy acostumbrado a dicha sensación de inicio, y procuro tomármelo con tranquilidad, llegando al portón en condiciones aceptables; luego bajamos por la pista hasta el camino de la Isabela y seguimos el mismo hasta Los Hueros. El ritmo no es muy fuerte y me permite recuperarme un poco para afrontar las siguientes dificultades del día. Cuando llegamos al pueblo, torcemos a la izquierda y subimos por asfalto hasta llegar a un portón muy grande, volvemos a torcer, esta vez a la derecha y viene la siguiente subida dura del día: el Predicador. La verdad es que esta subida me suele costar bastante hacerla, y me pasa lo mismo que con todas: me voy quedando a la cola, intentando subir a mi ritmo para no morirme en el intento. Antes de llegar a las cuestas más empinadas me dicen que vaya regulando, pero es que cuando llego a las mismas no puedo hacerlo, me acelero y voy a tope, estirando el cuello todo lo que puedo para coger más aire. Hoy tengo un pequeño altercado con una piedra del camino, que unido a mi agotamiento, me hacen poner pie al suelo, teniendo que subir la cuesta a pie, siendo imposible montar en medio de la misma. Llegados a la cima continuamos por la pista y empezamos a comprobar que de 0 barro, nada. Nos encontramos con grandes charcos que son aprovechados por Alejandro para salpicar a todo el personal (como se lo pasa el tío), y que ocupan todo el camino, teniendo que pringar las ruedas de barro. Nos vamos metiendo con el sherpa, pues no ha cumplido lo prometido, ¡y encima con Alex haciendo el burro en todos los charcos!. Bajamos hasta Villalbilla por la carretera (nos da un poco de miedo meternos por el sendero), y subimos por la pista que nos debería dejar en Anchuelo. Pero cuando hemos subido todo lo subible y empieza un poco la cuesta abajo, tomamos por un camino a la derecha y subimos otra vez, hasta las antenas. Dicho camino tiene un par de cuestas que cuando las ves asustan, pero luego cuando las vas haciendo no son tan duras como parecen, al menos a mi parecer. Cuando llegamos a dichas antenas nos abandona Fernando y con él Teo, que tiene que estar pronto en casa. Nosotros seguimos por la pista hacia Santorcaz y empiezo a disfrutar, es todo llanito y me dejan ponerme por delante, cosa que aprovecho para poner un ritmito alegre hasta llegar al pueblo. En el pueblo aprovechamos para reponer fuerzas y paramos en la placita que hay al lado, no vamos a ir otra vez con el barro en las ruedas a la plaza no vaya a ser que nos terminen llamando la atención, ya que está el Ayuntamiento al lado; y nos enteramos que Alejandro se ha dado la vuelta porque ha roto un pedal (qué extraño, con lo bien que trata el material). Después de un pequeño descanso seguimos camino y bajamos a Anchuelo por el sendero de los olivos. No está especialmente mal, de vez en cuando nos encontramos con algún peligroso charco de barro y tanto yo como la mayoría, optamos por hacerlo controlando bastante no vaya a ser que nos dé un disgusto gordo el marrón elemento. Bajamos al pueblo con las ruedas bien repletitas de barro, pues hemos tomado por un sendero arcilloso que se encarga de llenarlas y bajamos por asfalto hasta el camino visigodo, que nos ha de llevar hasta el Parque Natural. En principio el ritmo por la pista es asequible, y a medida que vamos superando la primera cuesta y luego la segunda, va subiendo poco a poco, llegando a la última apretando con todo lo que tenemos y llegando al portón de Anchuelo con la respiración un tanto desencajada y desperdigados. Ya estamos oliendo el final y acordamos hacer las crestas para terminar la ruta, y dicho y hecho, una vez estamos todos enfilamos las primeras cuestas, teniendo la deserción de Pastor que se baja por la pista. Ya llevo un par de calentones, y cuando empiezo a hacer las crestas me veo bien, y si bien no aprieto todo lo que puedo, sí que me permito la alegría de llevar en fila india a todos los que me siguen; me consta que alguno no me quiere superar no por no poder sino por no querer, cosa que me anima a seguir con el ritmo, llegando al final de las mismas por delante del grupo. Después dicen de bajar por la cuesta empinada que hay un poco más adelante y yo decido bajarme por la pista. Bajando por la misma me encuentro con un grupo bastante numeroso de caminantes, que hacen que mi ritmo de descenso se atenúe bastante, hay que respetarlos y pasar a su lado despacito, aunque haya algunos que ocupen toda la pista como si fuese para ellos solos. En fin sigo bajando, llego a la pista central, bajo hasta la barrera y espero a los demás, que no tardan nada en llegar. Llegados a Alcalá, nos propone Rafa tomar una cerveza, que nos invita por ser su cumpleaños, pero es tarde y agradeciendo el detalle, le felicito y le digo que tengo prisa, que ya me voy para casa; y con Alberto, que también la tiene, nos vamos y dejamos al resto camino de las cervezas. Me han salido 46 kilómetros y hoy he vuelto a pasarlo bien, no tanto al principio que me cuesta ponerme a tono, lo voy a tomar como que ya no doy para más, que ése es mi tope y ya está, y que cuando debido al cansancio el resto baja un poco el rendimiento, el mío sigue al mismo nivel y me voy igualando. Nada más, solo me queda lo de siempre, mi agradecimiento y disculpas a todo aquel que se digne en leerme, sobre todo a los más fieles, que me consta que hay alguno que lo hace todas las semanas. GRACIAS A TODOS PD. En el día de hoy me he enterado que a Alejandro le han robado la bici de su local, aprovechando que ha salido esta mañana y no se la ha llevado al no haber terminado de ponerla a punto. Un putadón gordo que le han hecho, está parado y le han quitado a su gran amor, con ella ha corrido dos Campeonatos de España de Enduro y en los dos ha quedado el primero en máster-50. Si hay Dios, no sé como permite que pasen estas cosas, aparte de otras muchas injusticias que dominan al mundo y que ahora no vienen al caso.
Hoy tocaba MTB, y por ser domingo, salida del club. Como además el viernes fue fiesta, pues hoy no nos hemos juntado nada más que nueve, que voy a nominar: Alberto, Ángel, Villalba, Pastor, Teo, Rafa, Carlos, Nani y el que escribe. Como se ve, hoy hemos salido casi todos los de segunda división, quitándome a mí que soy de regional. No sabíamos de antemano ni quien ponía la ruta, ni por donde nos tocaba hoy transitar, pero ha aparecido voluntario Jose Villalba y nos propone subir hasta Los Santos por la Virgen. Así que empezamos saliendo de la Plaza de la Juventud y cogiendo el camino del río, el carril bici y la pista que pasa detrás del Leroy hasta la entrada del sendero del río, haciendo una parada estratégica para cambiar una cámara que no se arregla. Serpenteamos durante un rato por el sendero y llegamos al puente, pero hoy seguimos rectos por el camino hasta la carretera de Los Santos y subimos hacia el pueblo un par de kilómetros hasta un camino que nos sale a la izquierda. Este camino es más bien una pista, que creo termina en Chiloeches, pero después de hacer unos cuantos toboganes, nos desviamos a la derecha, llegando al poco rato al pie de la subida del Marqués. Todo este camino ya he puesto que tiene muchos toboganes, pero es que además posee unas cuestas rompepiernas bastante importantes, que al menos a mí me va minando poco a poco las piernas. Cuando veo alguna a lo lejos me pregunto si eso se puede subir, pero una vez dentro de ellas no son exageradamente difíciles de superar. Cuando llegamos al pie del Marqués no empezamos a subir, sino que tomamos por un camino que sale a la izquierda y que, como no, también está plagada de cuestas como todo el camino anterior, y alguna incluso peor. No pasamos nada de frío, es más, llegados al pie de la subida procuramos aligerarnos de ropa para no sudar en exceso, pues la ****** se las trae. Ya estamos subiendo y se van sucediendo las cuestas, en un principio no son muy empinadas y poco difíciles, además este verano han metido la máquina y han eliminado las roderas del agua y alguna piedra que daba el puntito técnico al ascenso, aunque las cuestas ya le dan su propia dificultad. Me he quedado el último y no distingo a nadie por delante, a medida que ascendemos nos vamos adentrando en una especie de neblina que entorpece la visión, y casi sin darme cuenta me encuentro arriba, a pesar de que me ha costado Dios y ayuda subir ciertas cuestas, al final se me ha hecho corto. Reponemos fuerzas al lado de la imagen, y visto que ya se nos hacía tarde, aunque Villalba está muy emocionado por hacer una bajadita y subir parte del Marqués hasta Los Santos, decidimos ir al pueblo por la Cañada Real, que se tarda menos. Por delante se van unos cuantos, que algunos curran y otros tienen bastante prisa, y aprietan el ritmo, mientras yo me quedo rezagado con otros dos y dejo que se den tralla por delante. Llegados al pueblo, pretendíamos hacer la bajada del mirador, pero se han ido por delante por la pista y bajamos por la misma para descender por los garbanzos hasta el cruce de caminos de la Támbara. Cogemos a la derecha, y bajamos por las zetas, recibiendo por el camino alguna delicadeza por parte de los cazadores, que no entienden que por un camino transiten bicicletas. Descendemos las zetas y después de un par de subibajas, nos reagrupamos a la altura del campo de tiro, para llegar hasta Alcalá por la carretera de Avón, la pista detrás del Leroy, el carril bici y final feliz cervecero. Como casi siempre, los inicios de la ruta no han sido nada buenos, y además en las subidas siempre me quedo si no el último, al menos de los últimos; pero luego según pasan los kilómetros me voy encontrando mejor, llegando al final de la ruta con buenas sensaciones, quizás también debido a que los finales suelen ser pisteros y descendentes. El caso es que no termino fundido, y eso que muchas veces, sobre todo en los inicios, no termino de encontrarme. No sé como explicarlo para que se me entienda, pero es que es lo que me pasa, termino bastante mejor de como empiezo, incluso hasta con más fuerza. Bueno, que me han salido 52 kilómetros ( pongo el "me" porque pongo el contador desde mi casa, y lo paro en el mismo sitio, y no salgo más que yo del mismo sitio) en 3 horas y media más o menos. Y ahora viene lo de siempre, los agradecimientos y las disculpas. Hasta la próxima, gracias. En estas salidas no hay reporteros gráficos, por lo que las fotos brillan por su ausencia.
Ya empieza el tema con los cazadores... y mira que no lo echaba de menos. Otra buena cronica Luis, como cada semana... jejej
Ya empieza el frío, y con estas temperaturas, el no saber que ponerse o para no helarte, o para no asarte. En cuanto a los cazadores, ya se sabe que les jode mucho que les espantemos la caza.
por si le interesa a alguien el material que lleva merece la pena http://www.foromtb.com/showthread.php?t=1064531&page=2
Seguro que muchos lo habréis leído ya, pero es que merece la pena una rewiew. http://www.ignacioysushistorias.com/2011/12/acabo-de-llegar-de-una-de-esas-salidas.html
No jodas!!!, me vas a tener que decir cómo, o que yo soy un patán o has puesto otras bolas, porque no había manera de dejarlas en su sitio. Que conste que cuando lo intenté la primera vez me pareció que ya estaba arreglado, pero en cuanto el pedal dio unas vueltas, se volvieron a salir, y que conste también que deseo que lo hayas arreglado y que yo sea un patán, eh?.
Jajajjajaja. Me queda probarlo bien. Pero le he dado una vuelta al polígono y funciona perfectamente. El problema de las bolas es que tenía demasiadas y siempre se terminaba por salir alguna. Hasta qué se han quedado las necesarias. Ahora parece que Esta bien.
Pues me alegro que el problema fuese ése, lo que no me cuadra es que sobren bolas. A mí me pasaba cuando desarmaba los relojes, luego intentaba montar las piezas y siempre me sobraba alguna jejejeje.
Siento mucho no haber colgado el pestiño que suelo poner todos los domingos, pero es que ayer estaba el foro en mantenimiento, así que lo haré en unos momentos, que yo también estoy en mantenimiento.
Dominguera Ibexera Pues nada, hoy como todos los domingos tocaban ruedas gordas, ayer me bajé a darle un poco de aceite a la cadena, inflar las ruedas y engrasar partes móviles para poder levantarme un poco más tarde, que me cuesta un poco madrugar cuando empieza a refrescar el ambiente. Hoy nos hemos juntado 11, y voy a ver si me acuerdo de todos: Manolo, Ángel, Rafa, Alberto, Richard, Óscar, Pastor, Fernando, Iñaki, Luhigi y el que escribe. Empiezan las discusiones por ver quién pone la ruta y si digo la verdad no sé quién la ha puesto hoy, el caso es que hemos ido hacia el Parque como casi siempre, cruzando el puente Zulema. Bajamos por la cuesta que nos deja en la pista central y vamos por el barranco de la zarza un rato, para tomar la cuesta que sale a la izquierda para entrar en calor; está un poco rota de las aguas aunque se puede subir bien, y lo siguiente es el aguilucho (que así lo conocemos los Ibex) completo, es decir, hacerlo hasta la pista del Ecce Homo, cruzar ésta y seguir subiendo por el monte hasta llegar a la misma pista bastante más arriba. Ni que decir tiene que el fresco ha pasado a mejor vida, yo estoy sudando mucho, he venido preparado para más frío y me he equivocado, la temperatura es agradable y los mosquitos son incordiantes. Subimos por la pista el cuestorro que hay y llegamos a un pinar, tomando el camino que sale a la derecha para subir hasta el Cerro Colorao, pero antes tenemos una subidita con piedras para ir haciendo boca. Nos hemos adelantado Ángel y yo, con la convicción de ser alcanzados antes de llegar a la valla, pero no, ha habido por detrás más parón de lo debido y tenemos que esperar un rato al resto. Justo en este punto nos encontramos con el doceavo elemento de la ruta de hoy: Juanjo, que ha llamado para ver donde íbamos y nos ha dado alcance. Una bajada pequeñita y nuevamente a subir, hasta lo alto del Cerro Colorao, nos desperdigamos según las fuerzas y luego a bajar hasta las Conejeras. Esta parte la hago con Pastor, me dan mucho miedo los barrancos que se quedan a mi derecha y optamos por ir más arriba que hay bastante menos peligro; luego una bajada y llegamos al Portón de Anchuelo. No me siento muy mal ni falto de fuerzas como otras veces, que cuando empezamos pronto a subir me abandonan como el desodorante. Bajamos por la pista hasta la carretera de Anchuelo, y seguimos por pista dirección polígono de Villalbilla; más o menos 300 metros después de pasar el puente que pasa debajo de las vías del AVE, cogemos el camino de la izquierda y llegados más o menos al pie del Cerro Gordo, a la derecha directos al mismo. Subimos y bajamos un rato bordeando el monte, y lo dejamos atrás para seguir subiendo por senderos hasta otro cerro, el que domina Villalbilla por el lado derecho, otras veces he puesto el nombre pero ahora no me viene a la cabeza. Seguimos bordeando el cerro, acercándonos a la bajada del cementerio, empieza con piedras sueltas, continúa con un escalón y luego una bajada empinadísima hasta la pista del cementerio de Villalbilla. Yo no bajo más que la primera parte, luego me acojono y termino a pata, teniendo que soportar el cachondeo de los más diestros y atrevidos. A continuación cogemos el sendero que bordea el cerro en cuestión, pero por la ladera y llegamos a una pista, que sube hacia Anchuelo a la izquierda y baja a Villalbilla a la derecha; cogemos el de la izquierda y subimos, las fuerzas ya andan escasas y solo pueden mantener el ritmo unos pocos, y a duras penas llego al final de la subida. El plan es subir a las antenas de Anchuelo por un camino que sale a la derecha, pero aprovecho que se ha hecho tarde, y que tres compañeros proponen volver a Alcalá bajando por la pista; nos despedimos del resto y seguimos los cuatro nuestro camino: pista hasta el puente del AVE, y después toda la pista de servicio hasta llegar al camino de la Isabela, y subir un poco la carretera de Villalbilla hasta el Restaurante el Gurugú, para bajar los Ewoks hasta el Parque y de ahí a Alcalá dando por terminada la ruta de hoy. Me han salido más o menos 40 kilómetros, y digo +- porque me han salido 34, pero me he tirado mucho tiempo marcándome 19 y pico, y es que sin querer debo haber parado el GPS, pero le he preguntado a Alberto y llevaba 39 al llegar al Alcalá. El resto de la ruta, a ver si alguno se digna en transcribirla en el foro, que yo he contado lo que he hecho, no la ruta real. Muchas gracias a los sufridos lectores y disculpas de todo corazón por el latazo interminable. Hasta otra.
***** Luis pensaba que te saltabas la cronica de hoy. Como siempre revivo los caminos cuando relatas los nombres. Un saludo cabras
