Felicidades!! Esperando esa crónica. La de año pasado me encanto. Yo soy de Roses,dónde empieza la transpyr y cuándo te vi en la salida, al lado de todo el resto de participantes,con sus bicis de carbono y miles de euros y equipaciones de cientos de euros,pensé:Ole sus huevos!!,un tío que le importa un carajo el ir a la moda y el que dirán. Al final,lo importante es sentirse bien con uno mismo y pasar del que dirán. Saludos crack
Gracias a todos por vuestros comentarios. Ya lo expliqué el año pasado. Al final, lo que pasa es que esa es la bici que tengo y esa es la ropa que llevo cuando monto, y no o voy a cambiar para hacer la Transpyr. Yo no me siento cómodo en una bici de carbono dura y nerviosa de XC puro y no me siento cómodo con el pijama de lycra y por eso no los uso, y me parece estupendísimo que sea lo que todo el mundo usa para hacer algo como la Transpyr, no tengo nada en contra y espero (y me da igual) que a nadie le moleste que yo vaya como me de la gana.
Y bueno, aquí va el ladrillo. Que os sea leve y haceros con alguna bebida fresca, que el calor aprieta. Ya antes de empezar la sensación era agridulce. Por una parte, es uno de esos retos que hacen ilusión y que, una vez has preparado durante meses, esperas con impaciencia y por supuesto nerviosismo. Pero por otra parte, esta Transpyr ha sido para mi una despedida intensa y emotiva porque, después de haberme dado tanto, haberme enseñado que se puede disfrutar, ¡y mucho!, de otra manera, el lugar que ocupa mi Singular quedará cubierto por otra. Y esta Transpyr será lo último grande que hayamos hecho juntos. Pero esa es otra historia; volvamos a la Transpyr. El año pasado sufrí. Mucho. Ya lo sabéis. Completarla tuvo sabor épico, de algo que has logrado hacer y que no sabes si jamás serás capaz de repetir, porque al fin y al cabo nunca he sido un gran deportista; desde luego, nunca he sido un deportista a la altura de tal reto. Por eso cuando la acabé ya me prometí a mi mismo que no repetiría: por el sufrimiento sufrido pero también para no tener que enfrentarme de nuevo a un reto que me venía grande. Pero el hombre es el único animal que tropieza, y a gusto, no dos sino múltiples veces en la misma piedra, de modo que enseguida me dejé engañar por mi compañero de equipo para apuntarme de nuevo en 2015. Por Dios, que desfachatez. La única solución era encontrar tiempo donde no lo hay y prepararme a conciencia, porque esta vez ya no había espacio para imaginar lo que podía ser una Transpyr. Esta vez ya lo sabía. Así que esta vez me he preparado más. Y mejor. Mucho más y mejor. No sólo le he dedicado más horas y he hecho más kilómetros sino que además lo he hecho pensando en entrenar, no sólo en salir en bici. Quizás no es tan divertido (bueno, lo es, pero de otra forma) pero desde luego es muchísimo más eficiente. Ya habéis visto en este hilo algunos de los entrenos que he hecho, especialmente algunos de los largos que son los que más se pueden parecer a una etapa de la Transpyr. Esos son lo que finalmente me han dado ánimos y me han hecho pensar que este año iba para disfrutar de la bici de montaña desde el primer día hasta el último. No a disfrutar después del hecho de haber conseguido superar un reto, sino a disfrutar directamente de una semana de vacaciones en la que me iba a pasar todo el día montado en la bici. ¡Qué gozada de idea y qué ingenua! Como casi siempre la vida tiene sus propios planes que, de vez en cuando se encuentran con los tuyos. Y esta vez no iba a ser una excepción. Tres días antes de irme hacia Roses empecé a sufrir un dolor intenso en una muela. Dos visitas al dentista después tenía ya pautada una medicación de antibiótico, analgésico y antinflamatorio para toda la semana y llevaba puesta una banda metálica en la muela. Empezamos bien. El sábado llegamos a Roses y de nuevo nos vemos rodeados de ciclistas pro, perfectamente preparados con sus máquinas de competición afiladas. Pero esta vez ya no nos tomaba por sorpresa, esta vez ya éramos veteranos. Gestionamos la inscripción, preparamos las bicis, cenamos y a descansar, que mañana es la primera etapa. Y ya empezamos no muy bien con una noche muy mala porque me duele la muela y porque la banda metálica se me clava en la lengua. Bueno, una noche mala la tiene cualquiera. Y por fin, a la mañana siguiente, arranca la etapa. Son las ocho de la mañana y hace bastante calor... mucho calor. Ya sabemos que hay prevista una ola de calor, pero pensábamos que a medida que fuésemos subiendo hacia el Pirineo el calor sería menos. Craso error. Durante toda la semana hemos sufrido las consecuencias de una terrible ola de calor que nos ha hecho pedalear a medio día muchas veces a pleno sol marcando entre 47º y 50º en el termómetro del GPS. Una burrada. Una burrada que ya el primer día, en la terrible subida a Oix se cobró el abandono de mi compañero de equipo por un golpe de calor y que a mi me hizo sufrir lo indecible en las horas centrales del día. La cosa pintaba mal por el calor, pero no sólo por el calor. Algo me estaba pasando a mi, porque a pesar de que no iba mal, estaba sufriendo más de lo que había previsto. Hacía mucho calor, demasiado, pero es que además no me entraba bien la bebida y menos aun la comida. Mal asunto. Digamos que no es fácil hacer más de 100km al día con desniveles de 2.500 o 3.000m acumulados y además con calor extremo si no bebes y comes bien, pero es que me era muy difícil. Cualquier cosa que me metía en la boca (de comer...) me provocaba náuseas y ganas de vomitar y lo peor es que los días sucesivos no fueron muy diferentes. Durante las cuatro primeras etapas estuve malcomiendo a la fuerza lo poco que mi cuerpo aceptaba y durmiendo mal por las noches debido a la maldita muela. Con lo que, en la última subida dura de la cuarta etapa, el sufrimiento era tal que decidí acabar esa etapa (dentro del corte de tiempo, por supuesto) y abandonar la Transpyr. El motivo era sencillo: yo había venido a disfrutar de la bici, y no estaba disfrutando en absoluto, sino sufriendo lo indecible y cada día iba a peor. Ni siquiera los cuidados de los fisios me servían para algo, dado que en realidad mis músculos no estaban trabajando. Sencillamente no había gasolina y sin gasolina no se anda. Esa decisión de abandonar sin duda fue liberadora porque todos sabemos que el sufrimiento es en gran parte mental. Entonces llegó la bajada de esa cuarta etapa, la bajada a Ainsa. Son unos 20km de sendero, a veces fluido y a veces técnico e incluso de nivel alto, pero siempre divertido. La afronté con ganas tras tomar un gel (qué asco) que me dio las fuerzas para tal bajada. Y claro, volvió la sonrisa a mi cara y las ganas de continuar sobre la bici. Y es la motivación la que te hace buscar soluciones cuando los problemas aprietan. Hablé con un médico que me confirmó que el antibiótico debía estar teniendo un efecto importante sobre mi rendimiento, mi actitud e incluso sobre mi estómago, y decidí dejarlo hasta la vuelta a Barcelona. En paralelo, me recomendaron algunos cambios en mi dieta para "apaciguar" lo más rápidamente posible a mi estómago, de modo que en Ainsa cayó una cena espectacular con dos buenas cañas. Supongo que todo ello fue lo que además me ayudó a dormir algo mejor. Y vaya si funcionó. Las tres últimas etapas fueron harina de otro costal. A pesar de tener mis momentos de euforia y mis momentos de sufrimiento, como es normal en etapas tan duras como las de una Transpyr, en general disfruté mucho de la bici en estas etapas, que es precisamente lo que yo quería que fuese esta Transpyr como "veterano". Desde luego no estaba al 100% después del sufrimiento inicial ni era capaz de comer lo que se debe, pero si comía ya mucho mejor y sobre todo, cuando el perfil lo requería que fue un par de veces por etapa, utilizaba la magia de los geles para superar las peores subidas sin problemas y para llegar en buen estado a los tramos técnicos, que son muchos y para nada fáciles, tanto de subida como de bajada. Este año no encontramos el barro del año pasado, este año el master fue en piedras secas y sueltas. No sé que es peor. Y ese sufrimiento de la cuarta etapa que me hizo pensar en abandonar no volvió e incluso la última etapa, que el año pasado fue para mi un calvario, fue pura diversión de bicicleta de montaña. Y al final, el recuerdo es bueno y de disfrute. Mucho más que el año pasado, aunque también he llegado a pasarlo mucho peor. Con un sentimiento agridulce por el abandono prematuro de mi compañero Pau que ya está totalmente repuesto, pero con la felicidad que da completar un reto como este, especialmente después de haber estado tan cerca de abandonar. Y por supuesto, no volveré a inscribirme en la Transpyr.
Ante todo, enhorabuena por tu aventura/as. Quizás la pregunta ya tenga respuesta en este mismo post o sea ridícula ya que mi rutas son muy diferentes pero......me llama mucho la atención que lleves el peso repartido por la bici en vez de en una mochila tipo Hawg, Evoc......cuál es el motivo? Hace tiempo, mucho tiempo, hacía rutas largas y alguna carrera maratón de 100, 120 y hasta 160 km y llevaba un camel. Siempre he pensado que mejor llevar el peso tu, que la bici por eso se me ha licuao el cerebro al ver tu bici y a tí sin mochila. Un saludo. *envidia sana modo ON
Yo tengo dos motivos para no llevar mochila: son pueden concreto, uno es que si hace calor pasas mucho más calor y el cuerpo se ventila mucho peor. Precisamente yo llevo camisa para favorecer la ventilación del cuerpo y la diferencia con mochila es enorme. Este punto este año ha sido importantísimo. El otro motivo es que la mochila para una Transpyr pesaría bastante entre el agua, la comida, las herramientas que lleves, al menos una cámara, chubasquero, manta térmica, móvil... y el efecto sobre mi espalda de una mochila pesada es terrible. A mi, cuando tengo que hacer tiradas largas tipo maratón prefiero de largo llevar el peso en la bici. Otra cosa es en enduro, que si prefiero llevar mochila y la bici lo más ligera posible.
Menuda machada! Enhorabuena. M encantaria hacer algo asi. Menuda aventura tiene q ser jejejje He de decirte que camisa de rayas y pantalon de rayas no pega ni con cola....lo lei el otro dia en la interviu
Me sumo al grupo de los envidiosos. Mi más sincera enhorabuena! pd. te ví en la tele aunque no pude escucharte (es un caso raro. En mi casa, normalmente, cuando sale algo que me interesa, se le va el volumen a la tele "misteriosamente"...).
Buf, yo no soy quién para dar consejos. Yo tengo mi método, pero no tengo ni idea de si es bueno o hay otro mejor o de si puede ser bueno para alguien más que no sea yo. El único consejo que creo que es de aplicación general es que para una prueba como la Transpyr es fundamental el entrenamiento de la hidratación y la alimentación, tanto antes como durante y después de la etapa. Tienes que saber qué es lo que funciona para ti y qué pauta te puede servir para asegurar que sin esperar a tener sed ni hambre comes y bebes lo justo y necesario para acabar las etapas en buen estado y poder continuar al día siguiente. Hay que aprovechar los entrenamientos largos para poner a prueba diferentes sistemas hasta dar con el bueno, con el que te funciona. En mi caso, beber cada 15 minutos y comer cada 30 minutos una cantidad determinada de unos productos concretos. Yo he visto este año como precisamente la falta de este entrenamiento ha acabado con muchos participantes.
Yo uso llantas de carbono Nextie de 50mm y neumáticos Schwalbe Snakeskin (Nobby Nic 2015 y Racing Ralph detrás) de 2,35, que una vez montados en estas llantas dan un balón de 2,65 aproximadamente.