25 de julio de 2008. 4:45 a.m. Suena el despertador anunciando el inicio de un largo día marcado en el calendario varios meses atrás. Objetivo: recorrer los más de trescientos kilómetros que separan Madrid y Valdespino Vaca, un pequeño pueblo en el sureste de la provincia de León. Hasta ese día nunca he completado más de 200 kilómetros por lo que el planteamiento consiste en tener mucha paciencia, no forzar y esperar a ver qué ocurre con el paso de los kilómetros. Tras desayunar, vestirme y realizar todos los preparativos previos consigo salir a la hora prevista, cinco y media de la mañana. Si todo va bien espero llegar antes de que anochezca. Para ayudarme en esta aventura me he preparado una tarjeta con la relación de localidades del recorrido e indicaciones para los cruces que me voy a encontrar. Además he hecho una estimación de tiempos de paso que me servirán de referencia para saber si voy bien o no de acuerdo con el horario previsto (he establecido como hora de llegada las 21:15, media hora antes de la puesta de sol). Comienza la aventura. Aunque todavía no ha amanecido el inicio es muy cómodo. La primera parte transcurre por vías ciclistas, primero el Anillo Verde y luego el carril bici de la carretera de Colmenar. A pesar de ser pleno verano, al dejar atrás Madrid se nota un cierto frescor mañanero pero falta poco para que amanezca. Antes de llegar a Colmenar ya empieza a asomar el sol por lo que llega el momento de pasar a modo diurno y poner los cristales oscuros a las gafas. Después de unas tres horas llego al puerto de Navacerrada, la mayor dificultad en cuanto a desniveles se refiere. Afortunadamente está en la primera parte de la ruta. El puerto me lo tomo con mucha calma. No tiene sentido forzar porque el día es muy largo y lo que interesa es no cargar las piernas. A punto de coronar me detengo en la conocida Fuente de los Geólogos donde aprovecho para reponer líquido. Alcanzando la cima, dejo atrás Madrid y entro en la provincia de Segovia. Durante la bajada del puerto, la sombra y la velocidad provocan una cierta sensación de frío pero pensando en el calor que puede hacer durante todo el día hasta se agradece. Terminada la bajada, cruzo San Ildefonso y tomo dirección Torrecaballeros donde tengo previsto encontrarme con Jaca que me va a echar una mano en esta aventura. Al final nos encontramos unos kilómetros más tarde en Santo Domingo de Pirón: Donde aprovecha para sacarme algunas fotos: Me desprendo de todo lo que me sobra (las luces, el chaleco ) y me aprovisiono de más comida para llenar los bolsillos hasta el próximo avituallamiento. Mientras hago todo esto aprovecho para comer y beber algo. Reemprendo la marcha sin más dilación. Voy con algo de retraso respecto al horario previsto pero no es muy preocupante. La causa no es tanto por haber ido despacio como por haber calculado kilómetros de menos para la salida de Madrid. Ya llevó más de 100 kilómetros pero la sensación psicológica es la de que acabo de empezar. No en vano llevo menos de un tercio del recorrido previsto. Sigo recorriendo la provincia segoviana. A Turégano tendré que volver otro día para visitarlo con más calma: En Aguilafuente el empedrado de sus calles se encarga de recordarme que ya llevo seis horas encima del sillín. Aquí hago una parada rápida (está Jaca esperándome) y continúo hacia Lastras de Cuellar por una carretera entre pinares. Le siguen Hontalbilla, Adrados, Perosillo y Olombrada que es el último que me encuentro antes de entrar en la provincia de Valladolid por Campaspero. A estas alturas he superado la mitad del recorrido con el beneficio psicológico que ello supone. A partir de ahora los kilómetros que quedan son menos de los recorridos. Me encuentro bastante bien y tengo la sensación de que todo va según lo previsto. De hecho, he recuperado el retraso que llevaba y voy cumpliendo los horarios de paso. Al margen de su utilidad, el asunto de los horarios me está sirviendo de particular entretenimiento comprobando si voy con adelanto, con retraso y poniéndome objetivos a corto plazo. Alrededor de las dos y veinte llego a Quintanilla de Onésimo donde había previsto una parada larga para comer pero, al final, decidimos anularla. Desde que salí he ido comiendo cada hora y parece que me está funcionando bastante bien. Tengo la sensación de ir bien alimentado y el tiempo que había calculado para la parada podré aprovecharlo más tarde cuando, tal vez, me haga más falta. Afortunadamente el cielo está medio nublado lo cual me está facilitando las cosas. Más que nunca me doy cuenta cuando me encuentro una larga subida (larga en la medida en que las cuestas lo son por aquí) entre viñedos nada más atravesar Olivares de Duero. Se abre un claro entre las nubes y el sol pica de lo lindo en el momento en que está cayendo más vertical. Justo cuando llego arriba me llama Jaca (que iba por delante) para comentarme que la carretera está en obras y no se puede ir por donde tenía previsto (Castrillo-Tejeriego, Villafuerte y Esguevillas de Esgueva). Afortunadamente hay una alternativa que no supone más distancia desviándome por Piña de Esgueva. Y precisamente a partir de Piña es donde se empiezan a poner las cosas más emocionantes. Comienza a soplar un viento que más o menos de costado pero nunca a favor va a tener el detalle de acompañarme lo que queda de camino. Son algo más de las cuatro de la tarde. Con la llegada a Valoria la Buena (conocido por su celebración de la Nochevieja en verano) supero la barrera de menos de 100 kilómetros pero sólo por poco tiempo. El rutómetro me indica que faltan 97. Pero surge una nueva dificultad: nuevas obras nos hacen cambiar el recorrido y tengo que ir hacia Ampudia (Palencia) por Dueñas lo que supone unos siete kilómetros más. El adelanto ganado al no parar en Quintanilla me servirá para compensar el percance y amortiguar el retraso producido por el viento. Es en estos momentos cuando ya tengo claro que voy a terminar. Quedan cien kilómetros que no son pocos, pero muchos más son los que llevo conseguidos y muy mal se tendrían que poner las cosas para desperdiciar semejante inversión. Físicamente me encuentro bien, considerando las horas de pedaleo y, sorprendentemente, las piernas no me duelen como sería de esperar. Donde tengo más molestias es en los brazos (que ahora trabajan un poco más intentando superar el viento contrario) y algunas también en el apoyo de cuatro letras. Poco después de cruzar el Pisuerga y nada más hacerlo por el ramal del Canal de Castilla que pasa junto a Dueñas me encuentro terreno recorrido algunos meses atrás. Así que sé que nada más salir del pueblo voy a encontrarme con una subida que se va a asociar con el viento en su tarea de facilitarme las cosas. Pero está claro que todo es cuestión de paciencia y después de unos minutos de pelea alcanzo la cima para descubrir que, sin la protección de la loma, el viento sopla más fuerte y me espera una recta de varios kilómetros. Es época de recogida de cereal y se ven máquinas cosechadoras trabajando. Y para mi suerte no sólo cosechadoras. Comienzo a oír un ruido detrás de mí y un tractor me adelanta a una velocidad ligeramente superior a la mía. Y tras el tractor un maravilloso remolque de doble altura. No lo dudo, me pongo detrás de él y consigo ir más descansado y más rápido olvidándome del viento hasta que un par de kilómetros más adelante se desvía por un camino. Fue bonito mientras duró Sigo pedaleando hacia Ampudia. Aunque la carretera tiene buen firme no es muy agradecida: no se cruzan pueblos y apenas hay tráfico. Si a esta soledad le añadimos el viento creciente obtenemos como resultado uno de los peores momentos del día. Al llegar a Ampudia hago una parada más reposada que las anteriores. Llego bastante castigado pero me mentalizo de que lo que queda (68 kilómetros) es un pequeño esfuerzo en comparación con todo lo que llevo y que pedalada a pedalada me iré acercando al destino. Sea de día o de noche. También confío en que algún giro haga que el viento me entre un poco más de costado. Reanudo la marcha y, ahora sí, los pueblos palentinos se encuentran menos separados: Villerías de Campos, Boada de Campos, Capillas y Villarramiel donde tomo la N-610 hasta Villalón de Campos (Valladolid). Si antes me quejaba de no ver coches ahora es todo lo contrario. Hay mucho tráfico en general y demasiados camiones en particular. Cuando viene alguno de frente multiplica el efecto del viento contrario y cuando veo uno venir intento bajar algo más el cuerpo para no quedarme clavado. Los que me adelantan provocan el efecto contrario pero tampoco son muy agradables los bandazos. Afortunadamente al cabo de trece kilómetros llego a Villalón al tiempo que dejo la carretera nacional. Faltan 36 kilómetros. El tramo siguiente son 20 kilómetros por una recta que yo recordaba con algunas subidas y más bajadas pero ahora lo que me encuentro es más de aquellas y menos de éstas. Es lógico, lo que otras veces eran falsos llanos en estos momentos, con los kilómetros acumulados y el viento en contra, son repechos en toda regla. Las pocas bajadas las aprovecho para soltar las piernas y tratar de coger velocidad para la subida que suele venir a continuación. En algún punto de este tramo me está esperando Jaca de quien me despido hasta la llegada al pueblo. Paso por Bustillo de Chaves, Villagómez la Nueva y Cabezón de Valderaduey. En Saelices de Mayorga tomo un desvío hacia la derecha que hace que el viento no me entre tan de lleno. Aunque ya no tiene importancia el horario no se cumple por muy poco y aunque acumule algo más de retraso llegaré antes de que se ponga el sol. Faltan 17 kilómetros. Ahora es cuando disfruto de los mejores momentos. Ahora ya no hay subida que me asuste (apenas quedan) ni viento que me detenga. Monasterio de Vega. 14 kilómetros. Melgar de Abajo. Último desvío con premio en forma de bajada. 10 últimos kilómetros. Y de repente, un cartel que supone una pequeña alegría previa a la meta final. El cartel que indica la entrada en la provincia de León. Joarilla de las Matas. 3 kilómetros. Lo que queda lo recorrí tantas veces durante tantos veranos que hacen que lo disfrute de una manera muy especial. La cuesta de las bodegas, Valdepalacios y un último kilómetro con una recta que precede a un par de curvas donde a veces apretábamos jugando a ser ciclistas. Y donde hoy yo también aprieto. 21:30 p.m. 345 kilómetros y 15 horas de pedaleo después.
Enhorabuena por el reto!! Debe ser duro pedalear tantas horas en solitario. Yo la vez ke mas 170 km y al ginal tenia unas ganas de llegar tremendas.
Felicidades por el logro rroberrto!! No es facil pasar tantas horas sobre la bici, y más aún, como dice el compañero, rodando en solitario, pero la sensación al llegar a la meta es de plena satisfación ¿no es verdad? (aunque habria que pensar en la ""anulación del reto"", ¡¡ por que aprovechaste el rebufo de un tractor!! Felicidades de nuevo!! ;-) Saludos, Apsley.
¡Enhorabuena, amigo! Gran hazaña. Cosas así son las que me emocionan, más que 3:40 en cualquier marcha de esas. Bonito relato. Un saludo para ti y para ella.
Aproveché para hacerlo cuando el juez de carrera miraba para otro lado Hombre, lo de la marcha en 3:40 tampoco me importaría... Aunque sí que me he convencido de algo que oí una vez y que era algo así como en la bici es más fácil ir lejos que ir rapido. Muchas gracias. A los tres.
***** Roberto, ya me habías contado la historia en la kdd de Nava, pero poder leerte y ver esas fotos, eres un titan!!! ya veo que el trabajo previo fue muy concienzudo pues menudo plan de ruta que llevabas y encima Jaca dándote todo su apoyo, si es que estas mujeres son unas santas. Me quito el sombrero ante tu hazaña y te doy mi más sincera enhorabuena, CAMPEON!!!
Enhorabuena CAMPEON. Esto si que es una buena etapa yo diria etapon y en solitario"bueno eso es un decir" ya que tenias muy cerquita a la guapisima Jaca,que eso es un buen aliciente. No te tenia yo entre los locos,locos y digo locos por la locura de estas etapas,a mi tambien me gustaria de verdad poder alguna vez realizar una azaña de esa embergadura.Eres mi IDOLO desde estos momentos. Aqui un pequeño homenaje al bueno de Rroberrto,el ultimo dia que estuve disfrutando de su compañia,ayer.:risa:risa:risa
Y que lo digas. Y no sólo por el apoyo sino también por el tiempo que ganamos. Que no es lo mismo llegar a un pueblo y ponerte a buscar una fuente, un bar, etc. que tener al pie de la carretera el coche del equipo con todo lo necesario. Venga, venga... Pues anda que te iba a costar mucho a tí hacer algo parecido... :loco ¿Loco yo? Que va, que va. Pero los dos bultos que tenía forrándome los isquiones eran dignos de verse. La próxima vez les hago una foto que te veo muy interesado últimamente por cierto género fotográfico :culo ¡Hombre! ya sé quien me va a acompañar un rato la próxima vez. :mrgreen: .
No te creas que estaba totalmente recuperado,mira solo fue a comer,la bici la dejo en casita,jejejeje.
Es que acababa de salir de la enfermería... De todos modos hubo otros que tampoco llevaron la bici... :drive
Bueno la verdad es que os olvidais del verdadero héroe de esta historia y no es más que la pobre Jaca. No quiero ni pensar que día habrá pasado tardando 15 horas en 300 km, Jaca no recuerdo si sigues fumando pero seguro que ese día batiste el record, que paciencia tienes por dios. Bueno ahora en serio, a los que tenemos el inmenso placer de conocer a Roberto desde pequeñin no nos sorprende tanto estas hazañas porque siempre fue un tío muy especial, capaz de lo mejor, de lo inverosimil , de lo que nadie más se le ocurriría hacer, aunando (entre muchas otras) dos virtudes difíciles de conjugar, el esfuerzo y la humildad, justamente lo que caracteriza a un verdadero campeón. Muchas felicidades Roberto.
Ole ole y olem toda una proeza... como dice harek, estas cosas son las que hacen grande este deporte!! Además tuve la suerte de conocerte el otro dia en la comida, yo estaba sentao enfrente de Chano... a ver si volvemos a coincidir pronto!! Un saludo!!
Que no, que no. Que lo de Jaca no fueron tantas horas. Cuando yo salí de casa ella seguía durmiendo y hasta el primer punto de encuentro (después de más de 100 km) llegó por el camino más lógico (autovía y demás). Y cuando todavía me quedaban algunos kilómetros tiró hasta el final. Con lo que no pretendo restarle ningún mérito, que lo tiene y mucho. Sólo unas pocas horas. Ante esto sólo me queda decir: Por cierto. Si hubiera tenido que apostar quién iba a tomarse la molestia de registrarse en el foro para escribir una respuesta habría ganado. Como bien dices, hay cosas que no sorprenden tanto cuando se conoce a alguien desde pequenín. ;-) Muchas gracias.
El merito de Jaca,no viene de ese dia.............................si no de toda la temporada,animandote y acompañandote siempre,es una JOYA.