Pequeñas crónicas del ciclismo.

Tema en 'General' iniciado por Harek, 10 Dic 2019.

  1. Harek

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    El primer doblete de la historia del Tour.

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    Lucien Petit-Breton gana la etapa en el Parque de los Príncipes delante de Francçois Faber.

    Al finalizar el Tour de Francia 1908, el triunfo del equipo Peugeot es total. Lucien Petit-Breton, François Faber y Georges Passerieu ocupan las tres primeras plazas de la clasificación general.

    La última etapa tiene lugar el 9 de agosto, y por primera vez en la historia no terminará en Ville d’Avray, sino que lo hará directamente en el Parque de los Príncipes.

    En esta pista, Petit-Breton y Faber se presentan juntos para efectuar la última vuelta.

    En el sprint, Petit-Breton se impone y se hace con su quinta victoria de etapa, una más que Faber. Además consigue su segunda victoria en el Tour, el primer corredor en ganar dos veces. Pero ya ha designado a su sucesor: “el año próximo, la victoria será para Faber. He decidido cederle el testigo”.

    Hasta luego.
     
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  2. Harek

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    Doullens juzga.

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    Octave Lapize recibe los honores de ganador.

    La côte de Doullens, lugar estratégico en la Paris-Roubaix, juega su papel “depurador”.

    El 11 de abril de 1909, veinte corredores llegan juntos abajo y solo tres llegan juntos a la cima: Cyrille Van Houwaert, Louis Trousselier y Jules Masselis.

    En el descenso, tras un enorme esfuerzo, Octave Lapize alcanza a los escapados.

    A 15 kms de la llegada, un pinchazo impide al belga Van Houwaert participar en el sprint.

    Trousselier parece que va a ganar, pero a la salida de la última curva, derrapa y cae, Lapize esquiva la caída con mucha fortuna y se hace con la victoria de esta prestigiosa prueba.

    Con 22 años, su victoria tiene un enorme mérito porque él no pertenece a ninguna marca de bicicletas, corre en solitario, sin ayudas. Esto le ha llevado a perder un tiempo precioso reparando cuatro pinchazos. Pero nada le ha impedido cubrir los 266 kms en 9 horas y 3 minutos, una hora y media menos que Van Houwaert en 1908.

    Hasta luego.
     
  3. Harek

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    El primer Giro de Italia.

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    Recreación de la salida en Milan.

    Cuando el periódico italiano “La Gazzetta dello Sport” anuncia, en su número del 7 de agosto de 1908, la organización del Giro de Italia, la sorpresa es inmensa en Italia y Francia, donde Henri Desgrange no ve con buenos ojos esta ocurrencia.

    El Giro ve la luz de manera un poco precipitada pues los organizadores temer ser adelantados por un competidor, el “Corriere della Sera”.

    Pero la tenacidad de Armando Cougnet, administrador de “La Gazzetta” y director del Giro, lleva a 127 corredores a la Avenida de Monza, en Milan, para tomar la salida el 13 de mayo de 1909.

    Esta primera etapa está marcada por la caída de dos favoritos, Giovanni Gerbi, ídolo de los “tifosi”, que emplea más de tres horas en reparar su bicicleta, y Lucien Petit-Breton, que abandona esa misma tarde.

    Hasta luego.
     
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  4. Harek

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    El calvario de Eugène Christophe.

    Eugène Christophe en el Turchino.jpg
    Eugène Christophe en el Turchino.

    Una pequeña representación de extranjeros, en ellos François Faber, Eugène Christophe, Louis Trousselier y Gustave Garrigou se presenta el 3 de abril en la salida de la Milan-San Remo.

    Desde la salida se suceden los demarrajes y el pelotón se extiende sobre unas centenas de metros.

    Ante este infernal ritmo y el deplorable estado de las carreteras, Garrigou y Ernest Paul prefieren no aferrarse al vagón de cabeza constituido por Cyrille Van Houwaert, Octave Lapize y el italiano Luigi Ganna.

    Lapize, aterido de frío, abandona en el control de Ovada.

    En la ascensión al Turchino, Christophe alcanza a Ganna pero se detiene poco antes de la cima se detiene temblando terriblemente, entonces comienza a correr a pie para calentarse. Un poco más tarde vuelve a montar en la bici y alcanza la cima con una desventaja de seis minutos sobre Van Houwaert.

    Pero, doscientos metros más adelante descubre al belga, con la bicicleta en la mano y un capote sobre la espalda, abandonando la carrera.

    El francés continúa en solitario, sobre una carretera totalmente nevada, bajo el sufrimiento, con las manos y las piernas heladas.

    Encuentra a un espectador que le lleva hasta su casa, le invita a cambiarse de ropa y le ofrece un ponche caliente.

    Christophe que está recuperando el calor junto a la ventana, no ve pasar a ningún corredor. Además su anfitrión no le permite salir hasta que ha pasado un tiempo prudencial.

    Finalmente, vestido con las ropas secas, Christophe prosigue su calvario y termina victoriosamente los últimos cien kilómetros.
    Después de esta espantosa carrera, pasará un mes de recuperación en una clínica y necesitará dos años para recuperar la totalidad de su potencial físico.

    Hasta luego.
     
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  5. Harek

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    El Tour aborda los Pirineos.

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    Octave Lapize a punto de franquear la cima del Tourmalet.

    Los organizadores, seducidos por la ascensión del Ballon d’Alsace y del col de Porte, quieren ir un poco más lejos, y sobre todo más alto. Alphonse Steines, asistente de Henri Desgrange, visita los Pirineos y ha decidido que, a pesar del deplorable estado de los caminos forestales, los corredores franquearan los cols de Peyresourde, Aspin, Tourmalet y Aubisque.

    En la interminable subida al Aubisque, Octave Lapize y Gustave Garrigou están en cabeza, pero la ascensión se revela terrible. Viendo a los oficiales al borde de la carretera, Lapize les grita: “¡Sois unos asesinos!”. Prosigue el ascenso a pie con la intención de abandonar en la primera villa que encuentre.

    Un “isolé”, el bayonés François Lafourcade, efectúa una prodigiosa ascensión y pasa la cima delante de todos con quince minutos de ventaja.

    En el descenso, Lapize, que ha recuperado las fuerzas, alcanza a un desfallecido Lafourcade. A su vez, es alcanzado por el italiano Albini, autor de un soberbio descenso. Los dos hombres se presentan juntos en Bayona, donde el francés gana la etapa.

    Diez minutos más tarde llega François Faber que conserva la primera plaza de la general. Garrigou, castigado por un terrible desfallecimiento, llega con una hora de retraso.

    Al cierre del control, solo diez corredores se han presentado en la meta y algunos “isolés” no llegarán a Bayona hasta el día siguiente, en bici o… en coche. Henri Desgrange repesca a todos ellos. No es la hora de la severidad, ni de la defensa de los principios: hay que salvar el Tour.

    Hasta luego.
     
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  6. Harek

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    Lapize, a los puntos.

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    Al comienzo de la 14ª etapa del Tour de Francia 1910, François Faber no tiene más que tres puntos de retraso sobre Octave Lapize.

    Poco después de la salida, bajo el manto de una negra noche, decide dejar la compañía del pelotón, que tarda un rato en darse cuenta de su marcha.

    Lapize toma cartas en el asunto y se lanza la persecución. En Morlaix, la ventaja de Faber llega a los diez minutos.

    Es entonces cuando un banal accidente pone fin a la batalla. Faber ha pinchado poco después de Lamballe y el grupo de perseguidores le alcanza mientras que está al borde de la carretera cambiando el neumático.

    Desmoralizado, el pobre Faber no puede responder a un ataque de Gustave Garrigou y de Lapize.

    Al paso por Granville, mientras que las lágrimas surcan su rostro, “El gigante de Colombes” ha perdido diez minutos. En la meta de Caen la desventaja llegará hasta los cuarenta minutos. Su apuesta por renovar la victoria en el Tour le ha salido mal.

    Hasta luego.
     
  7. Harek

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    Bordeaux-Paris, a vista de pájaro.

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    François Faber tras ganar la carrera.

    Marcel Violette
    , periodista del semanario deportivo “La Vie au grand air”, ha seguido por primera vez a los corredores de la Bordeaux-Paris 1911 en aeroplano, en un biplaza militar Farman.

    Una innovación de importancia para el reportaje ciclista pues el periodista tiene así una visión global de la carrera y no se contenta con mirar pasar los corredores por un punto preciso.

    Desde hace veinte años he seguido todas las Bordeaux-Paris, en bicicleta, en moto, en automóvil, en tren, pero la forma más agradable y la más útil para el lector, es el aeroplano”, cuenta Violette.

    ¿Qué ha visto Violette? Primero, un Octave Lapize imperial, confirmando su extraordinaria forma de principio de temporada. Por detrás, François Faber y Gustave Garrigou se dirigen juntos en el control de Poitiers cuando Garrigou sufre una caída y rompe su máquina. Toma entonces la bicicleta al hombro y hace corriendo los tres kilómetros que faltan hasta el control donde se hace con una nueva montura.

    Durante este tiempo, Faber ha alcanzado a Lapize y le suelta al paso por las orillas del Loira.

    En Orléans, pasa con dieciocho minutos de ventaja sobre Garrigou, que ha rebasado a un desfallecido Lapize.

    En el valle de Chevreuse, Garrigou está a punto de alcanzar a su adversario, pero este acelera de nuevo y, a pesar de una caída al pasar sobre las vías del tren, Faber llega al Parque de los Príncipes después de 18 horas y 3 minutos de esfuerzo. Garrigou es segundo a veinte minutos y Jules Masselis tercero a una hora y catorce minutos.

    Hasta luego.
     
  8. Harek

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    Una feliz inspiración.

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    Henri Pélissier en 1911.

    Desde hace un año, un joven francés ha estado brillante en numerosas circunstancias.

    Henri Pélissier, 20 años, llamado “La Ficelle”, terminó 3º en el Tour de los Independientes, creado por Peugeot en 1910.

    Henri Pélissier, el mayor de cuatro hermanos: Francis, Jean y Charles, se dedicaba en prioridad al trabajo en la granja familiar de Passy hasta su fortuito encuentro con Lucien Petit-Breton. “¿Quieres acompañarme a Italia para correr? Son las tres, el tren sale para Milan a las nueve. Tú decides”, le propone el antiguo vencedor del Tour de Francia.

    Algunos días más tarde, los dos franceses toman la salida en el Giro della Romagna-Toscana. Aquí, el joven Pélissier sufre una caída que le elimina de la carrera.

    Pero después llega lo asombroso: Henri Pélissier gana una tras otra la Corsa delle Tre Capitali (Turin-Florencia-Roma), la Milan-Turin y el Giro de Lombardia.

    Hasta luego.
     
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  9. Harek

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    Los parias del Tour.

    1.jpg Jules Deloffre

    El 30 de julio de 1911, en la llegada del Tour al Parque de los Príncipes, la multitud no escatima sus aclamaciones a Gustave Garrigou, el vencedor, pero él ha abandonado ya el estadio cuando Paul Deman acaba la carrera.

    Este Deman, 13º en la clasificación general, es el vencedor de la categoría de los “isolés”. Enseguida llega Jules Deloffre, segundo de los “isolés” y primero de los no apoyados. Es decir, de los que no se benefician de ninguna tipo de apoyo o cuidado.

    El “isolé” es en alguna manera el paria de la carrera, aquella persona de la que nade se ocupa, a la que nadie ayuda. Mientras que las estrellas son trasladadas en coche al masaje o al hotel para descansar y comer, el “isolé” retoma su bici después de horas de esfuerzo en busca de un alojamiento barato.

    Aunque está prohibido por el reglamento, estos corredores no dudan en reagruparse entre ellos. Pero ante todo, después de cada final de etapa, el “isolé” debe ocuparse de su bicicleta, repararla, limpiarla y eventualmente encontrar en la villa las piezas que necesite cambiar, todo con los cinco francos al día que les proporciona a cada uno “L’Auto”.

    En el control de avituallamiento, los profesionales no toman todos los alimentos que les han preparado. Entonces los “isolés” se hacen con todo aquello que han dejado sobre las mesas.

    Deloffre, ha encontrado un medio de mejorar su situación. En cada llegada, a pesar de su estado de fatiga, efectúa varios saltos acrobáticos y varios juegos de equilibrio tras los cuales recauda la voluntad entre el público presente.

    Otros menos ágiles, venden postales pues la vida es dura para los desheredados del pelotón.

    Hasta luego.
     
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  10. Harek

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    Crupelandt a domicilio.

    1.jpg


    El equipo Alcyon, ya vencedor en la Milan-San Remo y en la Paris-Tours, espera redondear estos triunfos es esta Paris-Roubaix que se celebra el 7 de abril de 1912.

    Pero, con François Faber, el equipo Automoto espera conseguir su primer triunfo de la temporada.

    El organizados, “L’Auto”, ha decidido que los corredores que abandonen no podrán utilizar ninguno de los diez coches oficiales, de ellos seis pertenecen a los constructores de bicicletas y cuatro a los fabricantes de neumáticos. Ellos deberán alcanzar el control más próximo por sus propios medios. “Es de un efecto deplorable para la multitud que asiste a esta prueba, el ver pasar a los corredores en coche. Los espectadores pueden llegar a pensar que todo es un fraude”, precisa el periódico.

    La carrera no se decide hasta que quedan 40 kms para la meta, cuando Faber, Verschoorf, Trousselier, Van der Berghe y algunos más han desaparecido tras varios incidentes.

    En cabeza, el corredor local Charles Crupelandt y los belgas Odile Defraye y Maurice Leturgie mantienen un ritmo infernal, saltando de los pavés a la acera.

    A pocos kilómetros de la meta, mientras que Leturgie es víctima de una caída, Crupelandt demarra. Solo el vencedor del último Tour de Francia, Gustave Garrigou, puede seguir su rueda.

    Los dos hombres llegan juntos al velódromo del Parque de Barbieux. Tras una última batalla por la victoria, el “roubesiano” del equipo La Française-Dunlop se impone ante un público enloquecido por esta bonita sorpresa.

    Hasta luego.
     
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  11. Harek

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    El Tour crece un poco más.

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    Eugène Christophe en el ascenso al Galibier.

    Después de la 3ª etapa en la que se ha afrontado el ascenso al Ballon d’Alsace y de la 4ª con el Col de la Faucille en su recorrido, el belga Odile Defraye se encuentra en lo alto de la clasificación general en el momento de llegar a la etapa cumbre de los Alpes con el ascenso al Aravis, Télégraphe y Galibier.

    La ascensión al coloso alpino se hace muy dura para la mayoría de los corredores, obligados a abrirse camino a través de la nieve, sobre una ruta embarrada, los corredores se ven obligados a cruzar a pie los tramos más duros, del 14%.

    Pero Eugène Christophe, que ha ganado dos de las cuatro primeras etapas, lleva a cabo un verdadero recital. Poco antes de Annecy alcanza a Jean Alavoine que viajaba escapado, le suelta en el Télégraphe y franquea la cima del coloso Galibier con una ventaja más que suficiente para llegar victorioso a la meta de Grenoble en la 5ª etapa del Tour de Francia 1912.

    Hasta luego.
     
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    Última edición: 25 Abr 2020
  12. Harek

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    La bandera belga más fuerte que las marcas comerciales.

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    Odile Defraye celebra la victoria en el Parque de los Príncipes

    El belga Odile Defraye, de 20 años de edad y miembro del equipo Alcyon, ha tomado la salida en el Tour de Francia 1912 al servicio de Gustave Garrigou, vigente ganador de la carrera. Desde las primeras etapas, Alphonse Beaugé, su director deportivo, se da cuenta de que el flamenco es el más fuerte de los dos y decide jugar sus cartas con él.

    Pero, en la 5ª etapa, entre Chamonix y Grenoble, Defraye pasa muchas dificultades en el ascenso al Col de Galibier. Ha estado a punto de abandonar cuando en el descenso del Col de Aravis un perro le ha hecho caer a tierra.

    Firmin Lambot, belga enrolado en el equipo rival Peugeot, sobrepasa a Defraye poco antes de la cima del Galibier pero en el cruce del Lautaret se equivoca y en lugar de girar hacia Grenoble, lo hace en dirección contraria hacia Briançon… no hay nadie en el cruce que le corrija su error.

    Después de varios kilómetros de bajada, es un peón caminero quien muy sorprendido por su presencia, le avisa de su error. Da media vuelta y retoma el ascenso a este puerto que no estaba en el recorrido.

    Kilómetros más adelante alcanza al líder de la carrera, Odile Defraye, que se encuentra totalmente desanimado y en trance de abandonar. Y aunque ambos pertenecen a equipos rivales, la solidaridad nacional es más fuerte. Lambot anima a su compatriota, le hace ver que si abandona lo lamentará durante toda su vida.

    Los dos juntos alcanzan la meta de Grenoble. Defraye se clasifica 9º y Lambot hace 10º. Defraye ha perdido el liderato de la carrera, pero dos días más tarde lo vuelve a recuperar por delante del francés Octave Lapize y durante las etapas que restan para terminar no hará más que consolidar su primera posición hasta llegar a Paris victorioso. Es el primer ciclista belga en ganar el Tour de Francia.

    Hasta luego.
     
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