Ese pedazo de corredor: que igual ataca en la montaña que se la juega bajando. Hace de gregario y lo da todo el la contrarreloj. Le intentan birlar el tour y demuestra que es un señor dando tiempo al Landis para que se defienda sin meterse con el. Para mi un ejemplo a seguir así que eso: aunque tenía posibilidades de ir a las olimpiadas, en casa tampoco se estará mal, con ese pedazo de mujercita que tienes y un nene de un año. Ánimo Oscar
malas noticias se pierde toda la temporada es decir vuelta y olimpiadas y seguramente el año que viene no estara a su mejor nivel, mejorate campeon!!
Pues si. Muchos animos para este crack, que además es de aqui y un tipo muy majo. Te lo puedes encontrar en las marchas populares de la zona y es un tipo muy cercano y amable.
Me uno a los gritos de ANIMO!!!! Que pronto se nos recupere y vuelva a ser el campeón que es. Saludos
Jolines, tenemos que dar gracias, (no sé a quien), por seguir teniendolo entre nosotros, después del pedazo de talegazo que se ha pegado por poner toda la carne en el asador bajando, AUPA PEREIRO, todos esperamos verte de nuevo en lo mas alto, recuperate con tranquililidad, nos consta, que serás de nuevo ganador del tour, un fuerte abrazo de todo el foro.
Por el interés, y las enseñanzas que encierra este texto, sobre todo para aquellos que siguen sin ponerse el casco, os lo copio completo: ÓSCAR PEREIRO HABLA DE SU CAÍDA EN EL TOUR 'Pensé que iba a morir y deseé no sentir nada' JON RIVAS (Enviado Especial El Mundo) CUNEO.- El camión del Caisse d'Epargne está en la puerta de un hotel de pueblo, en Chiusa di Pesio, a unos kilómetros de Cuneo. Ocupa media calle y un guardia municipal se encarga de regular la escasa circulación cuando los ciclistas, sin demasiadas prisas, salen a entrenarse, a eso de las 11 de la mañana. Hace calor y Luis León Sánchez, ganador de una etapa, quiere salir a dar el paseo sin su casco. Uno de los auxiliares entra entonces al taller de las bicicletas y saca otro, destrozado, con la parte trasera aplastada. "Acuérdate de ésto", le dice. Luis León no abre la boca, coge su casco y se lo pone. El que está roto es ya una pieza de museo. Lo llevaba Óscar Pereiro en su vuelo sobre el asfalto, el domingo, en la curva de herradura del Agnello que podría llamarse ya "tornante Pereiro". El lunes, el ciclista, inmovilizado en una silla de ruedas camino del avión que le llevaría a Vigo, hacía un ejercicio de sangre fría al describir la escena: "Iba más rápido que los que iban por la izquierda. Y creo que fue Cunego el que se asustó un poco, hizo una maniobra un poco brusca y yo no fuí capaz de esquivarle. Entre frenar o intentar librar, decidí no frenar. Salté por encima del guardarraíl y vi... Tengo una imagen de muchísima altura. Me vi en el aire y luego me di en la cabeza. Y después seguí dando vueltas. Pensaba que me iba a morir y deseé que por lo menos no sintiera nada. Que me quedara inconsciente cuando tocara tierra". El casco le pudo salvar, aunque Pereiro se agarró a unos arbustos en su vuelo terrorífico. Fue después de que varios ciclistas del Lampre frenaran al ver la curva. Óscar no pudo pasar entre los de delante y para evitar golpear por detrás a los italianos se fue contra el quitamiedos. Salto por encima de la bicicleta, que se quedó arriba. En el pelotón hubo quien no se explicaba de dónde había podido caer. Los datos del pulsómetro indicaban que bajaba a 72 kilómetros por hora y que el frenazo seco redujo la velocidad a 50. Ahí se paró la maquinita. "Que sólo me pasara esto fue cuestión de una serie de circunstancias: haber rodado, no asustarme en el momento de la caída y caer primero con el casco y luego con la espalda. Fue mi salvación. Los médicos dicen que de cada 100 caídas como ésta 90 son para silla de ruedas". Envuelto en hojas de arbusto, agarrado a las ramas, sus compañeros pararon y le rodearon. Trataron de tranquilizarlo. "¿Qué me ha pasado, qué?", le preguntaba Pereiro a José Iván Gutiérrez, agachado a su lado. Le escucharon, le vieron mover las piernas y se serenaron un poco, aunque no demasiado. "No sabía si seguir o bajarme", confesaba Valverde. "A Alejandro, el susto le duró treinta kilómetros. Le tuve que decir desde el coche que venga, que adelante", recuerda su director Eusebio Unzue. "El brazo, es el brazo", repetía, tumbado en el asfalto Óscar Pereiro. Lo tenía retorcido, vuelto del revés. "La fractura del húmero izquierdo fue limpia por fortuna, decía ayer Jesús Hoyos, el médico del equipo español, pero estaba desplazada noventa grados". "Ha vuelto a nacer", era el comentario general. También el del médico, que el domingo se desesperaba buscando los medios adecuados para tratar a Pereiro. "Quisimos trasladarlo a Turín porque en Cuneo, aunque tenían los aparatos adecuados para hacer el scanner del hombro, faltaban los especialistas. Entre las vacaciones y el fin de semana no había nadie preparado. Al final, se presentaron los médicos y se pudo hacer allí". Las pruebas revelaron que, aparte de los golpes y la fractura, el accidente no había afectado a ningún otro órgano. "Teníamos miedo de una trombosis, o de una hemorragia interna. Por las características de la fractura se puede dar el caso si una astilla del hueso rompe una arteria o una vena. Por eso no podíamos trasladarlo al hotel. Debía permanecer en observación". Pereiro pasó una mala noche, por los dolores, pero amaneció más optimista. "Ya sabemos cómo es. Ve el lado positivo de las cosas". Recibió la visita de los responsables de su equipo y también la del director del Tour, Christian Prudhomme. Al ciclista del Caisse d'Epargne le queda mucho tiempo ahora para regresar a la bicicleta. Ayer a las 18.00 horas salió del hospital de Cuneo rumbo a un aeropuerto cercano en el que le esperaba un avión privado que puso a su disposición la empresa patrocinadora del equipo, la Caisse d'Epargne, después de haber tratado de fletar una nave medicalizada que no iba a estar disponible hasta mañana. El avión aterrizó en Vigo y Pereiro fue trasladado a la clínica Fátima en la que será operado en las próximas horas. Luego le queda una recuperación larga. "Es consciente de lo que tiene y de que le espera un periodo amplio de inactividad, pero se lo toma bien", dice Jesús Hoyos. "En un par de meses podrá empezar la recuperación específica. Con un poco de suerte volverá para preparar la próxima temporada junto al resto de sus compañeros". Aunque a Óscar Pereiro eso no le importa ahora: "Cada vez que ayer por la tarde pensaba en lo que había ocurrido, se me saltaban las lágrimas por estar vivo".
Animo CAMPEON. Este tio se merece un reconocimiento y grande, a parte de ser un ciclista de muy alto nivel , parece ser un tio muy majo y cercano a los aficionados. Asi que animo que la lesion al final son cuatro dias y las grandes personas son eternas.