Sr. Director de : El ciclismo de montaña es un deporte limpio, promueve el respeto a la naturaleza y te enseña a amarla. Cada fin de semana, cientos de personas de todas las edades nos adentramos en los preciados valles y entre las cumbres de nuestras sierras. Nuestra actividad facilita la denuncia de atropellos contra el entorno, contribuimos a mantener limpios, libres y abiertos los caminos, somos voz crítica, y estamos en la primera línea de vigilancia contra incendios. Algunos de nosotros incluso llevan ya a sus hijos y les enseñan que todo lo que ven debe permanecer así, para que ellos lo contemplen como lo contemplaron nuestros abuelos. Nosotros somos testigos directos de los pequeños cambios que van alterando nuestro entorno y observamos con impotencia como, muchas veces, incluso las administraciones que deberían velar por su integridad patrocinan las actuaciones que provocan su destrucción paulatina. A los ojos de los que mejor conocen la montaña, es obvio que ciertos políticos y ciertos empresarios, a los que se les llena la boca de supuesto amor por su tierra, simplemente, no la conocen. No entienden cuánto daño pueden provocar ciertas alteraciones aparentemente inocentes sobre la fauna, la flora y el paisaje. Curiosamente, detrás de estas actuaciones muchas veces no está la mala voluntad, sino la ignorancia, y la creencia de que se está prestando un servicio cuando se está provocando un daño irreparable. A cada uno de ellos, les preguntaríamos, ¿cuándo fue la última vez que dio usted un paseo por el corazón de esa sierra que tanto dice respetar? (sin su utilitario o su todoterreno de gran cilindrada, obviamente). Se ruega contestarse a uno mismo con sinceridad. Dicho esto, no hay conducta incívica que nos moleste y nos indigne más que la que proviene de nuestras propias filas. Alrededor de Granada se realizan durante el año no menos de dos docenas de pruebas ciclistas. Entre las más recientes, dos de las más espectaculares de toda España, la Sierra Nevada Límite y la Subida Cicloturista al Veleta: dos retos de dureza extrema en los que reina el compañerismo y el valor del esfuerzo compartido. Para los que hemos participado en estas y otras pruebas, es un motivo de vergüenza (ajena) comprobar que la conducta de unos pocos desmerece la de la mayoría. Nos sentimos profundamente indignados con esos pocos que tiran residuos de todo tipo (envoltorios, botes, cámaras pinchadas ), y que no sólo provocan un tipo de contaminación que perdurará decenas de años, sino que ponen en peligro la misma existencia de esas pruebas ciclistas en las que participamos limpiamente cientos de personas. Igualmente, denunciamos la conducta de cualquier persona, deportista o no, que altere en lo más mínimo el paisaje o el equilibro de los ecosistemas rurales y de montaña, que produzca ruido o molestias innecesarias, erosione los caminos o cambie su trazado, o suponga una molestia o un peligro para otras personas. Queremos con esta carta manifestar nuestro amor al deporte, nuestro respeto a la naturaleza, y nuestra denuncia de los que manchan uno u otra con su conducta. José César Perales López Rafael Núñez Gómez Luis Fontana Gallego Antonio Gálvez Borrego Ángel Ramón Fernández Sánchez Juan Carlos Navarro Rodríguez Luis Federico García Romero Gastón García Berenguel Alejandro Astruc Hoffmann Gabriel Gómez Guerrero Agustín Barbero Gervilla Carlos Gutiérrez Peña David Lirio Domingo (Todos ellos miembros o simpatizantes del Club Ciclista Granabike, Granada)
Queridos compañeros, Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Me alegra poder deciros que podéis ver la carta publicada hoy sábado en La Opinión y el Ideal de Granada. Creo que hablo en nombre de todos los firmantes si os animo a reenviarla a todos los amigos, foros, clubes, listas de correo y páginas que queráis, añadiéndoos en la lista si así lo queréis. Un fuerte abrazo, César, C. C. Granabike