Dado que hace mil que no entro, solo quería compartir con vosotros mi ruta de este verano con un amigo de Sevilla. abrazos. Sevilla-Barcelona-Viena-Traiskirchen (52 km) La crónica realmente empieza el día anterior, con el show para empaquetar las bicis, toda una experiencia. Nos habíamos instruido con videos de internet, e incluso habíamos llamado a la compañía pero de la teoría a la práctica, hay un gran salto. Bajamos el sillin, quitamos la rueda delantera, desinflamos las ruedas, atamos la rueda delantera al cuadro, y protegimos las partes más delicadas, como los frenos, la horquilla y los cambios. Luego envolvimos todo en plástico de cocina, y pusimos unos cartones en la base de la bici. Finalmente, le pasamos unas vueltas de papel-pompita, para amortiguar, y precintamos todo con cinta que habíamos tenido que pedir en una frutería porque la que habíamos previsto se gastó. Cenita, y nerviosismo por la logística del dia siguiente: furgoneta de long. Al aeropuerto, yo me quedaba con las bicis, el volvía a aparcar en kansas city, a donde iríamos a la vuelta en bus, y luego subía en taxi al aeropuerto todo ello porque los taxis se negaban a subirnos con las bicis, incluso empaquetadas, y como salíamos a las 7 am Luego tocaba facturar las bicis, donde fueron problemas con el escáner pese a que la compañía nos había dicho que podíamos llevarla incluso sin desmontar, de hecho a Viena llego además de las nuestras una bici sin empaquetar, rodando. Requirió un poco de dosis de peloteo y compadreo, para que al final nos las metieran sin pasar por el escáner (asombroso pero cierto) en vez de llevarlas a un escáner mayor. Las vimos subir al avión desde la ventanilla, asi que al menos ibamos despreocupados.. En el vuelo Barcelona-Viena, sufrimos un pequeño retraso, una pena, pues era tiempo de menos para ver la ciudad La llegada al aeropuerto era muy delicada .alforjas ok, bicis ok, desembalamos, y ok, todo funciona, ningún golpe extraño en apariencia, salvo mis cambios que al principio no cambiaban muy bien, aunque se le quito en los primeros km de ruta, y mas adelante si que descubriría un golpe en el freno de disco delantero que lo ha dejado un poco doblado, con la consecuente comida de pastillas. Montado todo en el aeropuerto, salimos rumbo a Viena, no sin problemas al principio para aprender a orientarnos con las indicaciones del mapa. Una vez cogido el truquillo, sin problemas: son las 15 30, esta nublado pero no llueve, y pese a que hay trafico intenso, enseguida nos metemos en un carril bici que nos introduce en las afueras de la ciudad. La avenida que nos da entrada a la ciudad es la del cementerio, compartiendo ruta con la línea mas antigua de tranvía de la ciudad. Llegamos al centro, donde dedicamos unas tres horas a ver catedral, ayuntamiento, el río, y un poco de paseo por zonas peatonales. Hay mas españoles que en Burgos, y muchos se acercan a preguntar al ver las banderas de Cruzcampo y de España, y nos desean suerte en nuestra aventura. Tras un descanso bocatero en un parque con vistas al edificio de la Opera de Viena y una pedazo de copa helado de chocolates varios, emprendemos la salida de esta capital, pues se va haciendo tarde, se ha nublado, y hay mas de 20 km de trayecto hasta Traiskirchen, pueblo donde pretendemos echar la tienda. Empieza a aparecer el cansancio, pues llevamos muchas horas despiertos, y además caen unas gotas de lluvia. Antonio, siendo un poco exagerado, se pone el chubasquero e incluso amenaza con poner las guarda-alforjas (esta deseando estrenarlas, ya lo conocéis). Numerosos putis flanquean la salida de Viena, quien dijo que eran netamente españoles? Lo de las carreteras de Austria da miedo!!! Ya de noche llegamos al pueblo acordado, una placita muy bonita, y mucho verde alrededor, magnifico para echar la tienda en cualquier rincón. Algunas placitas curiosas y un caganet como los que ponemos en nuestros belenes en navidad!!! Cerveceamos para hacer un poco mas de tiempo, y cenamos un kebap. Salimos del pueblo y enseguida encontramos una ruta de bici que se adentra en un parque en las afueras. En un campo de futbol que hay en esa ruta, cerca del borde de los arbustos echamos las tiendas, cerca hay unos edificios pero nos cubre la vegetación, así que alli nos quedamos. La noche es corta corta, y a las seis am, habrá que estar en planta. Llueve un poco por la noche, pero las tiendas se portan. Lo importante es que ya estamos en Austria, y nuestra gran aventura de pequeños locos ha comenzado! Traiskirchen- Pinggau (82 km) Como a las seis de la mañana ya estaba el Sol fuera, nosotros con él!! Este viaje va a tocar levantarse muuuuy temprano, al menos siempre que durmamos de ilegales. La babosas han acudido a nuestras tiendas como si se tratara de un parque de atracciones, y resbalan constantemente por la tela impermeable. Nos acompañaran en todo el viaje, pues son tan austro-eslovenas como los habitantes de estos países. Las hay a patadas. Nos levantamos en el parque-campo de fútbol, y recogemos con cierta prisa para que nadie nos dijera nada. Un rápido desayuno de fruta y galletas precede a nuestra vuelta ala B 54, carretera secundaria de la que iremos entrando y saliendo hasta el final del dia. Los putis siguen flanqueando los primeros km de ruta, y un feo poligono industrial da paso a la parte mas incomoda del dia, la b 54 aquí lleva dos carriles en cada sentido y sin arcen. Aunque en seguida se torna mas tranquila y con carril bici. De todas formas, es sorprendente cómo respetan al ciclista en austria, eres completamente prioritario, y los conductores aminoran completamente la marcha al acercarse a ti. Cruzamos numerosos pueblos pequeños, con parques extensos salpicados de altares y monumentos a los Caidos. Long. Sigue haciendo honor a su monte la Gitana que se ganó en la Transandalus a fuerza de llevar las cosas cual gitanos en carromato. En este viaje tambien veréis varias fotos de la versión más gitana de nuestro Antonio. Destacamos tambien como prácticamente todos los semáforos incluyen al ciclista en el recuadro que España destina sólo a peatón. http://img827.imageshack.us/i/1013120.jpg/ http://img827.imageshack.us/i/1013123.jpg/ http://img824.imageshack.us/i/1013124.jpg/ Destacamos Wiener Neustadt, uno de los mayores de la región, muy cuidado y armonioso, con un amplio area peatonal en el centro, unas 15 calles, lleno de palacios, un cine de verano en la plaza mayor, y un recinto amurallado. Una preciosidad. Lo mejor de todo, sus numerosas cafeterias-pastelerias artesanas con una bolleria exquisita que nos sirvió para reponer fuerzas tras casi 40 kilometros de ruta. A partir de aquí, la carretera se volvió muy tranquila, sin casi coches, cruzando pueblos de pocas casas, e iglesias que parecían de juguete, y una zona que era Parque nacional, aunque no pudimos adentrarnos demasiado, si pillamos un trayecto paralelo a la via del tren, y un recorrido de corredores perfectamente indicado, Ademas disfrutamos de las manzanas que brotaban de los manzanos que prácticamente hay en todas las carreteras de Austria por las que hemos pasado. Asi fuimos disfrutando hasta llegar a Aspang-Markt, pueblo mediano aun no de montaña, de unos 2000 habs, y punto donde comenzaba un puerto de montaña de varios kilómetros que superaba los mil metros de altura, primero de nuestra ruta, que nos obligo a concentrarnos en la subida y echarle casta para no pararnos a la mitad. [/URL Bendito bar-hotel de montaña que había en todo lo alto, y que nos brindó unas salchichas especiadas, y un cervezón de medio litro que nos devolvió a la vida. Una vez superado este puerto, descendimos vertiginosamente, por una carretera que en España seria un camino de cabras, abrigados por el frio que hacia a esa altura, hasta Tauchen, donde dudamos por donde continuaba el camino. Una vecina nos indico por donde continuar, que era por la misma carretera que traiamos, pese a que no estaba indicado que llevara a Pinggau. Al parecer, el pueblo que vimos por internet era mas pequeño de lo que parecía, y el que venia indicado era el vecino Friedberg, muy en alto, con varias iglesias y casas señoriales con balcones llenos de flores. Como teniamos tiempo, y dudando de si nos habiamos explicado bien/nos habían entendido correctamente, fuimos hasta ese pueblo, para verlo y efectivamente comprobar que era otro. Descansamos en la plaza mayor, donde una fuente de estas a ras de suelo nos sirvio para refrescarnos, y calmar el calor que de nuevo apretaba, pues ya estábamos a no mucha altura. El único pero, que fue donde me di cuenta de que el freno de disco había tenido un golpe en el avión, se movía bastante, y además se estaba comiendo la pastilla pero bueno, una vez superado el enfado inicial, lo apreté como mejor pude, y tiramos. Con el sol luciendo en un dia veraniego, decidimos bajar un poco hasta el rio de Pinggau, en eso no habiamso errado en internet, y darnos un refrescante (gélido) baño en sus aguas poco profundas. Los chinos del suelo masajearon los pies, e incluso mi espalda ( si, tuve ******* de tumbarme en esa agua fría fría fría) Además, nos hizo las veces de ducha, ya que salimos el miércoles de Sevilla, y estábamos a jueves tarde, con dos dias de pedaleo encima, y muy bien no olíamos. Nos cambiamos, ante la mirada atónita de un vecino y cachonda de una vecina, que ademas después salio a la puerta a conversar con nosotros, y nos bajamos al mini market, a comprar la cena y el desayuno. Nos tomamos antes un chocolate caliente con unas galletas chocolateadas que nos supieron a manjar, y no veáis la siesta que se echo el amigo Antonio alli mismo, en las sillas de la chocolatería de Pinggau. En cuanto compramos, salimos a buscar sitio donde dormir, cruzamos la vía del tren y seguimos a una mujer que corría bosque a través en lo que parecía ser una pista que se alejaba del pueblo. Antes de meternos en el bosque, nos vio un señor que había allí apostado junto a un landrover, con más pinta de viejo verde que de guarda, aunque no le dimos importancia. Montamos las tiendas entre árboles de mas de 20 metros de alto, en un bosque cerrado, sobre una mullida capa de hojarasca y musgo que hacían el colchón más cómodo de la Tierra. Ya eran las 20h30` y empezaba a oscurecer, asi que sacamos la cena, unas salchichas de bote, jamon y buen queso, y panes blanco y negro, ademas de fruta y yogur. En seguida empezó a llover, esta vez con cierta intensidad aunque paró enseguida. Cenamos con cierta celeridad, y comenzo a llover de nuevo en el postre, asi que recogimos y justo cuando ibamos a levantarnos para ir alas tiendas, oimos un landrover. Apagamos las luces, pero él habia visto las tiendas. Paró, dio media vuelta, y encendió las largas, iluminando perfectamente tiendas y bicicletas. Empezaba a llover más fuerte. Eso parecio desanimarlo de bajar. Arrancó el motor de nuevo y siguió pista arriba. Parecia que nos permitían dormir.
De Pinggau a Graz 88 km En mitad de la noche nos despertó un fiestón… no podía ser verdad, pero si…una fiesta Rave de los mas heavy en mitad de un bosque perdido de Austria. Surrealista, pero la tuvimos hasta las 2 am. Yo la verdad es que me puse los tapones que siempre llevo alos viajes y dormí del tiron, peor Antonio lo pasó regular. A las seis y media, recogiendo las tiendas, apareció el guarda, quien nos empezó con el clasico “aquí no se puede acampar…” pero bueno, carita de pena, estábamos perdidos, y llovía, era de noche…. y que nos ibamos ya. Que no estábamos acampando sino pernoctando, y …enseguida el tio quiso satisfacer su curiosidad…de donde eramos, cuantos km habiamos hecho, a donde queríamos ir, …etc, y acabo mostrándonos una pista alternativa ala carretera para no tener que bajar de nuevo al pueblo, y subir por la carretera. La pista cruzaba el bosque, mientras el sol iba apretando. Un buen regalo el que nos hizo el guarda. Desayunamos con el guarda observándonos atónito, yo creo que dandose cuenta de que habiamos desviado el tema de haber pernoctado en un Parque N. y tiramos pista arriba por un túnel de vegetación, altisimos esos pinos de montaña, hasta que aparecimos de nuevo en la B59. Un día frío el de hoy, se empezo a nublar hasta quedar totalmente encapotado, y en el que nos hemos dado una paliza grande para llegar a Graz antes de comer. A pesar de salirnos en algunos pueblitos como Herbert o algo asi, que tenia sus calles salpicadas de fuentes que eran en realidad nacimientos de agua, y mas en el centro, calles peatonales y empedradas preciosas, nos metimos un intenso rompepiernas por páramos y bosques de más de 40 kilometros, hasta que por fin paramos a comernos algo de lo que llevábamos en las mochilas, en la terraza de una pizzería de carretera que estaba cerrada pero tenia las mesas fuera y con unas vistas muy bonitas. Matábamos por algo caliente, un café o un chocolate, pero el cansancio nos pudo y nos hizo parar antes. Nos tomamos una especie de salchichas secas estilo fuet pero mas pequeñinas, especiadas y muy sabrosas, algo de pan, galletas y fruta. Vaya un Branch en toda regla. Afortunadamente al retomar la ruta salio el sol, aparecieron mas pueblitos de nuevo, y cuando estábamos recargando agua nos cruzamos con un aleman que estaba recorriendo Europa…durante 5 meses!!!! Nos contó que nos quedaba una fuerte subida, y después un descenso largo hasta Graz. Pero antes nos encontraríamos con esta cigüeña…que yo se que iba para casa de mis primos… La entrada a la ciudad fue espectacular, muy bonita, por grandes avenidas de “tintes” militares y casas grandes y coloridas de epocas en las que las crisis desde luego no eran globales, cruzando parques hasta acceder al recinto amurallado, de calles mucho mas acogedoras con casas muy coloridas y calles adoquinadas y principalmente peatonales. La actividad en la ciudad a esa hora, las 14 30, era frenética, tranvías, gente andando para todas partes, muchas niñas arregladitas y gente bastante cuidada por lo general…la impresión tanto Antonio como yo coincidimos que fue mucho mejor que Viena. Ahora tocaba buscar hotel…en el centro de Graz solo hay uno, historico, y la habitación costaba 155 euros, por lo que salimos del casco historico, y preguntamos por hoteles, y vimos dos mas… hasta que por fin, dos chicas nos indicaron el Hotel L´Etape. Eso era una señal, buscamos y nos encontramos con un hotel de gente joven, por 51 euros la doble, con ascensor que permitia subir las bicis sin desmontar las alforjas, (las dos ala vez!!) y lo mas original, era auto-check in, es decir, maquinita mas Tarjeta, tecleabas nombre y DNI, y te asignaba un código con el que abrías la puerta de tu habitación. Fantástico! Creemos que todas las habitaciones tienen una cama doble y una individual en litera, por lo que las habs realmente son de tres plazas. En España seguramente pediríamos una “individual” y dormiríamos 4…jajajajaja. Ducha reconfortante, por fin tras tres dias! Y un lavado de ropa que urgia ya…GPS y cámaras a cargar, y nosotros a almorzar a un hostal albergue en el que habiamos preguntado antes y no quedaba sitio, y por 12 euros zampamos una Ensalada tamaño bandeja, una sopa de cebolla, y unos raviolis de queso y de salmon, mezclados con una salsa pa chuparse los dedos. Y un postre… y un cervezon….mmmm vamos que acertamos de pleno. Nos reactivamos un poco, para acercarnos a los sitios que habia que ver y tomar café…y siendo viernes, empalmar con la cena y la “salidilla” que hiciéramos. A destacar la construccion que habian hecho en medio del rio, bar de copas y para conciertos, el centro cultural acristalado que destacaba sobre todos los edificios, el Castillo que tenia unas vistas de la ciudad muy bonitas, y todo el centro, muy vivo y peatonal, con calles muy comerciales. Momentazo sin duda aquel en el que con la caraja el amigo Antonio tomándose un café le echo el azúcar al agua…sin comentarios…pero con documento gráfico! No podeis dejar de pasar por la calle Sporgasse, donde redacté gran parte de la crónica, donde se encuentran los mejores bares de copas de la ciudad, y sus alrededores, para cenar y tomar algo son fantasticos. Una ciudad muy ambientada. Sin embargo, la austriaca es siesa como ella sola, por lo que recurrimos a S. google para ver “como ligar con una austriaca” Nos apuntamos “eres muy guapa” en austriaco…y hasta ahí puedo contar!! Jajajajaja Lo que si puedo afirmar es que la noche incluyó cena, con quesos muy ricos y mejor vino, y fritos de pollo y cerdo muy típicos de allí, y copa a posteriori en un Pub. . . en fin, que nos cogimos un pedo mas tonto… y con eso del pedo…además vinieron los pedos, los de verdad…que daría para otro capitulo, pero que no puedo dejar de decir que olían exactamente igual. Fue bastante divertido, porque se peyera quien se peyera…olía igual (de mal por supuesto) (Bueno y yo por que estoy contando esto…?) 4ª Etapa: Graz- Slovenj Gradec 114 km La etapa la comenzamos algo mas tarde de lo habitual, sobre las 8, dado que habíamos tenido una noche movidita. Cuando salimos, me di cuenta de que el casco no estaba en la habitación, lo cual quería decir que me lo había dejado en algún lugar durante la búsqueda de hoteles. Lo mas seguro era que fuese en el cajero automático de check in del hotel, lo cual cobraba veracidad al no aparecer tampoco los guantes. La recepción cerrada (es lo que tiene el autocheckin) ….y el tiempo pasando. Menos mal que había un teléfono y la limpiadora llegaba justo cuando nos íbamos. Sólo sabia austriaco, pero nos hicimos entender….la imagen mia jugando al pictionary para hacerle entender que me había dejado el casco en la maquina, y que por favor se lo contara a la que tenia al teléfono….debía ser muy cómica. Con ese tiempo que perdimos, decidimos salir de la ciudad sin desayunar, y parar una vez abandonásemos ésta, pero al poco tiempo de pedaleo estábamos hombrunos, por lo que paramos en una pastelería que Antonio eligió con muy buen ojo en un barrio del extrarradio, …todo decorado en madera, olor a café, …a pan recién hecho..y a pasteles! Nos tomamos dos dulces y un buen café. El pastel de manzana es el mejor que he comido nunca, …y Antonio opina igual. Ya con la barriga llena, la ruta se ve de otro modo, salimos por una zona residencial, donde tuvimos dificultades para encontrar el camino adecuado, si bien sabíamos que íbamos bien porque habíamos preguntado si esa calle llegaba al pueblo siguiente al que íbamos. Encontramos una “loqui” que estuvo con nosotros un rato, iba y venia, y que mas o menos nos indico por donde tirar. Un tanto rara. La ruta nos deparaba un dia muy tranquilo, de pueblito en pueblito, por carretera súper tranquila, sin casi vehículos, y casi siempre con carril bici, lo que nos permitia hacer bastante el tonto con las bicis… y entre pueblo y pueblo ibamos discutiendo si lo que teniamos a nuestro lado eran calabazas o sandías. Fue tema de conversación de ayer y del dia de hoy, hasta que paramos abrimos una y …eran calabazas, no sandías francesas como antonio se empañaba en defender. De hecho, nos encontramos con que en próximos días se celebraba un festival con calabazas y muñecos. Los pueblos eran todos con colores y grandes casas, seguramente comunales antiguamente para labriegos. Casi en la frontera con Austria, nos encontramos con dos alemanes que venían de cicloturismo también haciendo una ruta desde Viena, e iban para cruzar la frontera, solo que ellos paraban en Maribor, y a Ljubljana, vía Slovenj Gradec. Subimos juntos el puerto de montaña y cruzamos juntos la frontera. Ese paso ha sido uno de los más bonitos y emotivos del viaje, tanto por la preciosa y dura subida, como por lo emotivo de cambiar de país. Además, la bajada y entrada a Eslovenia es impresionante, a pesar de de venir de Austria, Eslovenia sorprende por lo bonito de sus montañas y ríos, y lo verde que es. Hay un cambio cultural importante con respecto a los austriacos, en cuanto alo abiertos que eran, ya por aquí te saludaban y respondían a tus saludos, cosa que no nos pasaba los primeros días. Eso del “saludo ciclista” no se lleva en tierras austriacas. En seguida nos desviamos a una carretera muy secundaria, y subimos un cerro a un pueblito pintoresco, muy pequeñito en torno a una gran iglesia, donde había un bar (“amigo” donde nos pusieron unos cervezones más que llamativos. Decidimos almorzar ahí,. Y echar una pequeña siesta en el césped de la iglesia, con el airecito de montaña que corria y el murmullo de los pájaros de fondo. Uploaded with ImageShack.us Una hora después, almorzados y descansados, seguimos tirando hacia nuestra meta, nos separaban sólo veinte kilómetros mas…por lo que íbamos tranquilos…y pensando que todo seria junto a este rio, el Drava, ancho y manso, y Ay amigo! Nos quedaban 7 kilómetros de subida a un tanto por ciento muy alto, que ralentizaron muchísimo nuestra marcha…y que además fueron erráticos. Todo iba fenomenal por pistas y carreteras muuuuuy tranquilas, por lo que no nos extrañó que llegado un cartel que indicaba “San Daniel” hacia la derecha por una carretera empinadísima fuese efectivamente por ahí. Subia subia…y la carretera se transformaba en una pista que seguía subiendo….así que ya un poco extrañados por la altura y la distancia recorrida, y tras varios intentos de hablar con los granjeros, por fin en una casa con un chaval joven nos hicimos entender en ingles, y nos explico que íbamos hacia san Daniel, pero … hacia la ermita , no hacia el pueblo. Sacamos todos los mapas e improvisamos una ruta para no repetir el camino vuelta atrás, y bajamos la montaña por otra cara hacia la carretera que nos llevaba a Slovenj Gradec, sólo que 14 km más arriba. Afortunadamente, desde que nos dimos cuenta que nos habíamos perdido, hasta nuestro final era todo cuesta abajo, hasta la carretera, y después la carretera tenia una vía verde a su derecha, y recorría todo el valle, con pendiente cero, con unas vistas preciosas, con río y mucho verde a los lados. Era inevitable imaginar aquel valle nevado en invierno, con la pequeña carreterilla y la vía del tren como únicas conexiones con el resto del mundo. Nos habiamos perdido, pero gracias a eso, cruzamos un bosque montañoso precioso y recorrimos todo el valle sin apenas esfuerzo extra. Slovenj Gradec nos deparaba, además de un pueblo con una calle principal bonita y una Iglesia medieval muy curiosa, una sorpresa : Se estaban disputando un europeo amistoso de Baloncesto con la selecciones inferiores, un España Eslovenia, que animamos como los mas fans. A ellos también les hizo gracia que aparecieran por allí dos ciclistas españoles con una bandera! Tras esta descarga de adrenalina, nos fuimos a una pizzería, donde cenamos, y recorrimos de nuevo el pueblo para salir al otro lado, en busca de lugar para echar las tiendas. Era sábado noche, y el pueblo estaba animado, tuvimos tentación de quedarnos a tomar una copa, pero fuimos conscientes de que era tarde y nos quedaba pedaleo para buscar sitio donde echar la tienda, y de que llevábamos 107 km en el cuerpo ya. La cosa estaba complicada porque habia luna llena, y porque todo parecia ser muy residencial. Para colmo en muchas casas de las del as afueras habia gente celebrando fiestas. Tras dos intentos infructuosos pro caminos en busca de un sitio adecuado, nos metimos en uno que se alejaba de las casas, y nos llevaba detrás de un enorme campo de lúpulo. Echamos las tiendas ahí, cuando de pronto escuchamos un grupo de gente correr hacia nosotros. Aparecieron primeros dos chavales relativamente alterados/asustados y después como el resto de la familia eslovena. Afortunadamente, solo querían saber qué hacíamos allí. Enseguida enseñamos mapas, tiendas, y explicamos que estábamos perdidos y cansados, que íbamos a dormir y nos íbamos enseguida por la mañana. No pusieron ninguna pega, así que allí nos quedamos. Terminamos de montar las tiendas pasadas a las once de la noche…vaya diíta largo. Era un suelo liso y arcilloso, no demasiado duro, aunque si bastante “pegajoso”. Cuando quisimos darnos cuenta, estábamos con las calas embarradas y las tiendas algo manchadas. Menos mal que solo restaba dormir pues estábamos cenados y todo.Al final la friolera de 115 kilometros recorridos.
Slovenj Gradec – Ljubljana (103 km) El amanecer es terriblemente frío y humedo. Una espesa niebla envuelve todo y laas tiendas están empapadas. El suelo, arcilloso, es un barrizal. Teniamos el cuerpo algo cortado, y ademas no teníamos más desayuno que unas galletas. Era cuestión de encontrar un bar, pero …antes había que encontrar el rumbo correcto, que la noche anterior habíamos perdido. En este punto las indicaciones fallaban bastante, así que tras preguntar varias veces, decidimos tirar hacia un pueblo que estaba a 12 km, por una carretera muy tranquila, y ahí retomar las indicaciones….”pa qué!!!!?” sólo encontramos en el camino un bar abierto con bebidas, donde tomamos un zumo, y pa arriba, un puerto de mas de 10 km, duro, precioso, eso si, pero con un hambre….. era domingo y todo lo que habia estaba cerrado o abria muy tarde. Menos mal que en el camino encontramos algun que otro manzano que nos dio la vida. Eso si, cabe decir que las vistas en la pista llanera de esos montes eran muy muy bonitas Llegado a a Ravne,pudimos parara en una cafeteria pasteleria, y ahí nos pusimos las botas….bocata, dulce mas chocolate caliente. La secundaria 225 es la carretera que venimos siguiendo, atravesando varios pueblos pequeños, con montañas a los lados, que da pie a pensar en los duros inviernos que deben vivirse aquí. Constantemente apartandonos y volviendo a la carretera, encontramos algun descansadero e incluso una pequeña casa bar donde tomar algo… Hasta que salimos a un punto en el que tres carreteras se unian y tomaban rumbo a un unico paso entre dos altas montañas de casi 2000 metros, …de lejos se veia que subía un pequeño puerto….pero ay!!! Mala percepción, de pequeño nada, mas largo y duro de lo que habíamos pensado.12 km a mas del 10% de pendiente, sin tregua y a altas horas de la mañana con un sol de justicia. An tonio se quedo sin agua, menos mal que pudimos pedir en una casa. En lo alto del puerto, pasadas las 15 h, y a unos 30 km de Ljubljana habia un bar de invierno, llenod e deportistas que hacian actividades por la zona, y con platos con muy buena pinta. Decidimos comer ahí, unos filetones que no vamos a olvidar en mucho tiempo. Afortunadamente cuando retomamos el camino a Ljubljana todo era cuesta abajo, o llano. Antonio pudo comprobar la veracidad de su teoria: Que Ljubljana significa “Piedra que rueda” porque la tires desde donde la tires en Eslovenia, la piedra llega a La capital….en fin… Entramos en la capital, tras varios rodeos para acceder por donde pudieran entrar bicis, y no por una autopista, y llegamos a una gran avenida, con mucha euforia, tanta que acabamos tirados en el suelo. Cosas que tiene el bromear en bici. La rueda de Antonio se perforo con mi plato grande, y hubo que hacer un apaño con cinta americana que aguantaría todo el viaje. Buscamos el hotel Zeppelín, aconsejados por mi amiga María, que además regentaba un español. Pudimos subir las bicis, y el tio se porto de pm: lavado de ropa, consejos para ver la ciudad rápido, donde comer…y lo mas importante, nos anulo una reserva que iba tarde para que pudiéramos quedarnos. La ciudad se veia bastante movida, y es bonita, si bien no nos gustó tanto como Graz. Me han encantado esas calles curvas , anchas, adoquinadas, llenas de casas de colores y bares con terrazas, y la musica que habia de artistas callejeros. Os dejo un minivideo: http://www.youtube.com/watch?v=KGAJw1pMrGY Dimos un par de vueltas, tomamos dos cervezas junto al rio, en dos sitios distintos, y luego cenamos en una pizzería un par de pizzas supero originales, y unas copas de vino muy ricas. En concreto, al miatenia salmon, pescado, caviar , hueva de trucha, queso fresco, cigala queso y tomate y una salsa de ajo y perejil maravillosa…os aseguro que es de las mejores que he probado en mi vida. Ljubljana - Prvacina (Eslovenia) –Sagrado (Italia) 119 kilometros Al dia siguiente el desayuno estaba incluido, y estaba bastante rico. Con eso de que hasta las 8 no empezaba, nos hicimos los remolones, y al final abandonamos Ljubljana pasadas las 10 de la mañana. No nos importaba demasiado porque no había que llegar a ningún sitio en concreto, teníamos estimado Prvacina, un pueblo a 96 km, pero podíamos quedarnos antes o después. Abandonamos Ljubljana por una carretera no muy tranquila aunque con carril bici incorporado, la 409, muy plana y recta, mas de 20 km de llaneo, atravesando pueblos alguno de ellos con riachuelos y puentecillos con caminos-calles completamente peatonales, hasta Logatek y Kalce, donde paramos a tomar algo de fruta. Hicimos bien porque a partir de ahí empezó la montaña. Nos desviamos por la carretera 621 que serpentea subiendo entre bosques, un largísimo puerto de montaña, que pasó factura a alguno que otro, sobre todo porque iba tieso de agua. Antonio, **** , llena de una **** vez el camel, que pa algo lo llevas….no he visto tio mas perezoso para eso…no lo ha llenado en to el viaje! Al final, en una casa con un perraco que cualquiera entra, nos rellenan los botes de antonio, y podemos continuar mas tranquilos. Cuando llegamos arriba a un hostal- refugio, ofrece unas vistas inigualables. Un curioso cartel indica camas, en esloveno “Sobe”. Estamos en un punto habitado desde la prehistoria, y con las ruinas de una fortaleza medieval muy grande. Ademas, la carretera se queda por pistas cresteras como unos 12 kilometros mas, sin terminar de romper en bajada, atravesando numerosos jardines-huerto con arboles frutales, y zonas de ciruelos silvestres, de los que damos buena cuenta, Y llegamos hasta Col, donde definitivamente ponemos ya las bicis a mas de 50 en un bajadón largísimo, con unas vistas impresionantes, en la que el paisaje cambia radicalmente, la vertiente es mucho mas seca, y el bosque se vuelve pinar, bajando decenas de kilómetros hasta Adjovscina, final de esta bajada, pueblo grande donde repaso mi bici en una tienda y hacemos una parada para almorzar. Vamos muy adelantados, gracias a esa prolongada bajada. Almorzando decidimos avanzar todo lo que podamos, por lo que replanteamos que si pasamos a Italia hoy, probablemente mañana podamos llegar a Venecia haciendo un esfuerzo, por lo que ganariamos un día al no dormir en Portogruaro. Dimos buena cuenta de las hamburguesas, y salimos de esta especie de capital comarcal, pedaleando a buen ritmo, hasta llegar a Prvacina, tan temprano que no dudamos de que dormiríamos en Italia esta noche. Paramos a eso de las 18h para comprar provisiones de cenar, en un pequeñísimo supermercado aun en Eslovenia. Mientras entro a comprar, Antonio se ha hecho muy amigo de un buen personaje…el video no tiene desperdicio. http://www.youtube.com/watch?v=FFn-XqNm1q4 Atravesamos la última frontera de nuestro viaje, por la region de Gorizia, mucho menos espectacular que la otra, ya que es una calle residencial, y seguimos pedaleando unos kilómetros mas. Al final, hemos hecho 119 kilometros, y la meta de llegar a Venecia no esta tan lejos….o eso creiamos, porque lo de los kilómetros los italianos se lo pasan por el rabo…lo mismo faltaban 60 que 80 …era increíble….y desmoralizante. Pero nuestro primer cartel con indicaciones de Venecia nos dio mucho animo. Para dormir, hemos elegido una zona cerca de un rio enorme, que indica que se inunda súbitamente por maniobras en el rio. Antes hemos preguntado a los vecinos, que nos aseguran que eso solo lo hacen en invierno. El sitio es muy bonito, con mucha vegetación, y ningun ruido, si bien, el problema esta en los mosquitos y la humedad que hay, que hacen el calor sofocante en cuanto te mueves un poco. Yo ademas he roto la mosquitera, por lo que me veo obligado a cerrar la tienda completamente. El termómetro de Antonio marca 30 grados a las 21 h. Antonio cena en su tienda, yo me salgo fuera, enfrentándome a las hordas de mosquitos, porque mis bocatas son de Atún y paso de pringar toda la tienda. La noche es impresionante de estrellas, completamente despejada y al poco sale un lunón lleno que me deja flipado. Ya solo nos queda un día de viaje… Sagrado – Venecia 136 kilómetros El último día de pedaleo amanecimos muy confiados…teniamos por delante un día entero de camino llano, y muchas ganas de llegar. Nos levantamos para desayunar pero los mosquitos enormes lo habían hecho antes, asi que decidimos meternos en el pueblo de Sagrado y desayunar alli. El pueblo, de arquitectura tipicamente italiana, con un campanil muy alto, y una plaza enorme, parece deberse a la la Terza Armata, ya que hay numerososo monumentos a la Marina Italiana. Antonio terminod emontar su bici adecuadamente en este pueblo, haciendo honor a su mote “Gitana”. En seguida, nos metemos en la provincia del Veneto Desde ayer, venimos escuchando un ruido que cada vez es mas fuerte en su rueda trasera, un chirrido intenso que a veces llega a ser muy molesto. Por mas que revisamos cambios, disco y demás no damos con lo que es. Una razon mas para llegar hoy as Venecia. Todo el trayecto discurre por la SS14, salvo pequeños desvios, para atravesar pueblos,. La carretera es peligrosa, no ya sin carril bici, sino sin arcen, mucho trafico, y la mentalidad italiana, completamente diferente ala austroeslovena, donde la bici es prioritaria. Aqui sentimos que molestamos, pasan muy pegados, y tenemos algún que otro susto que nos hace acordarnos de la madre de algún conductor. Vamos a plato a bastante velocidad hasta la plaza mayor de Portogruaro, donde tomamos un buen capuchino, galletas, frutos secos y chocolate. El pueblo es bien bonito, con una torre inclinada (muy muy inclinada) y un rio con dos molinos aun activos, con un sistema de compuertas que hacia al molino ir mas rápido o mas lento. Hacemos 61 kilometros mas de carretera horrible y encima cometemos el error de tirar por una circunvalación, que nos hace dar un rodeo. Donquijote nos indica el buen camino hacia Venecia Sobre el mapa, intentamos recuperar algo de tiempo perdido, tirando por una SS secundaria,q ue ademas atravesaba unos viñedos y después la marisma de la “Laguna de Venecia”. Es lo unico paisajistico que vemos en el dia. Por fin vemos un cartel que indica Venecia “7”, por lo que decidimos no comer y tomar solo un refresco, y seguir adelante….cara partia cuando lo que deberia poner en ese cartel era un 17…faltaba el uno. Ademas, durante mucho tiempo, los carteles oscilan de 8 a 12 de 12 a 15 despues otra vez 12 , y asi sucesivamente, en un baile de numero que nos desmoraliza un poco….pero por fin aparece Venecia, y un largo puente de entrada a la ciudad que recuerda un tanto a Cadiz. Ya si que si, no hay tu tia, estamos llegando!! Y tras un sinfín de escaleras, puentes, esquivar mucho turista, y hacernos fotos con algún que otro español, llegamos a la Basílica de San Marco, meta y fin de nuestro viaje. Tras esto, discutimos sobre que hacer, si buscar hotel, o volver al camping. Finalmente optamos por un hotel que costaba 40 euros por persona y noche, en una doble que estaba muy bien. Los turistas nos miran con caras raras al entrar en los hoteles….no se por qué!!! Jajajajaja Nos sorprende lo barato que era el hotel en que nos quedamos, dado lo caro de la oferta que había alrededor. Durante nuestros paseos por Venecia, seguimos preguntando a posteriori, y todos eran bastante mas caros. Recomendado: Hotel Violino D`Oro, pagando en efectivo. Duchita, y paseazo por Venecia. Vimos una parte de la Academia y zonas colindantes, hasta llegar ala punta que permite ver el Gran canal desde en frente de la Basílica. Luego Cena y copa guiados por dos chicas italianas de Venecia que conocimos sobre la marcha. Venecia es una ciudad muy poco nocturna, sobre todo en periodo estival, donde el turismo es de pareja que cena y se van al hotel. En invierno, al parecer, hay más vida por los estudiantes. Esta noche nos hemos quedado por Rialto, donde en una coctelería si echamos un rato divertido. Ala vuelta al hotel, Vemos que la marea ha subido muchísimo, inundando un poquitin algunos trocitos de calle. Nos imaginamos la Venecia inundada, debe ser tambien algo muy pintoresco. No se si tendre tiempo para poneros algunas fotillos tambien de nuestro dia de ocio por Venecia…pero al menos la promesa de crónica de este Gran viaje ha sido cumplida. Lonnnng, muchas gracias por la magnífica compañía, y por todas las risas que nos hemos echado!!!! espero hacer otro viaje pronto!!!! Un abrazo a todo el foro.
Impresionante, enhorabuena por el viaje y la currada, yo cuando salgo tantos kilómetros no hago fotos de lo cansado que voy XD