Degurixa-Besaide 2011 El largo puente de la Constitución nos sirvió de excusa para repetir una de nuestras rutas favoritas. Y aunque se está ganando el apodo de la inacabada, sus bosques y sus paisajes me siguen empujando a intentar completar esta vuelta por el corazón de Euskadi. Para acortarla (en julio salieron 118 kms.) llevamos los coches a Lagutiano (eso supone unos 25 kms. menos). El segundo recorte será la senda del canal; además la época del año la hace desaconsejable (lo que puede suponer otros 25 kms. y dos horas menos). Aún asi nos esperaban más de 65 kms. Con esta niebla arrancamos Carlos, Jaime y servidor. Era tan baja que una pequeña cuesta nos permitió ver el sol naciente. Sin entretenernos lo más mínimo, llegamos a la vía verde del Vasco-Navarro. Pasamos la antigua estación de Landa . . . y seguimos hasta llegar al alto de Arlabán, ya en Guipuzcoa. Antes de dejar este tramo de asfalto, saludamos a nuestra patrona, la Virgen de Dorleta. Y empezamos a subir, metiéndonos en el paisaje. Sobra ropa. Tras una larga subida llegamos a uno de esos sitios mágicos Seguimos subiendo, mientras disfrutábamos de las vistas del valle del Deva. Nos tomamos un respiro en este cruce llamado Altaura. No nos queda ni un cuarto de la subida. La amplitud de las vistas nos confirma que estamos arriba. Urkilla, Aitzgorri, Urbía, . . . Paramos y enfocamos nuestro primer objetivo, Degurixa. Bajamos por el hayedo.Aparecen las primeras bordas. Atravesamos estos pequeños prados intermedios. La bajada se las trae. Jaime poniendo atención. Es obligado parar para deleitarse con esta depresión, Degurixa . Quedan dos rectas de trialera jodidilla , para alcanzar esos inmensos y espectaculares prados. Solo sabiendo que Jaime es esa pulguita del camino, podemos calcular las dimensiones de este paraje. Localizamos, por vez primera, la fuente de Degurixa. Y nos vamos para abajo. Miramos hacia atrás para apreciar lo que hemos bajado. Creo que Xaoma guarda un recuerdo agridulce de este lugar. Lógico, con él lo recorrimos al revés. Pedimos a una pareja de montañeros que nos fotografiara. Estábamos contentos por el lugar, pero sobre todo por poder volver a pedalear juntos. Compartimos el mismo nivel de entusiasmo por la montaña, aunque Jaime se haya desviado al asfalto (estoy seguro que solo temporalmente). Nos despedimos de Degurixa e iniciamos el descenso por una pista hormigonada entre hayedos de duendes. Las aguas del río que baja a Urkulu crean pequeñas cascadas. La pista puede ser muy rápida. De hecho mis compañeros han volado. Llegamos al pantano de Urkulu, cuya cuerda es totalmente paseable. Saco a Carlos ante la curiosa torre de la iglesia. La quietud de la lámina de agua la convierte en un espejo. Tras sortear varios caseríos continuamos nuestra bajada ahora por pinares . . . . . . ahora por hayedos. Atravesamos Mondragón (tb. Arrasate), ciudad industrial del alto Deva. Son las 12, y aunque acumulamos ya cierto retraso, paramos a tomarnos un par de pinchos con un refresco. Y salimos por este paseo que nos enfila a nuestro segundo objetivo, Besaide (al fondo Anboto). Empezamos subiendo por una pista de gravilla. Más adelante por pistas entre pinares. Aquí el cruce del día. Lo tomamos correctamente pero mis dudas nos mató. Seguimos subiendo . . . y subiendo. Antes de esta foto, ya habíamos retrocedido una subida dura dura, para tomar otra alternativa, menos desnivelada, aunque con zonas rocosas que nos obligaban a breves pateos. Tiempo perdido: casi una hora. Las prisas y mi torpeza hicieron que me estampase contra el suelo en una zona técnica de rocas. Dolor, dedo índice derecho luxado, y lo que es peor tremendo impacto fronto-lateral en mi GPS (ha fallecido, R.I.P.). El dedo me dolía pero el resto más. Para entonces la ruta total ya estaba abortada. Enseguida alcanzamos la fuente de Besaide y tras breve parada para reponer líquidos, llegamos por fin a Besaide. Carlos muestra su satisfacción; su titánico esfuerzo se veía recompensado. Era la primera vez que estaba en estos monumentos en memoria de los montañeros fallecidos. No le dejamos disfrutarlos mucho. Ni subimos arriba para ver las vistas del Anboto o la divisoria de las tres provincias vascas. Un puñado de fotos . . . . . . y arreando que son las 2:30 h. Todavía subimos tres cuestecillas más antes de iniciar la bajada-fuga final. Bajamos a Aramaiona (Alava), donde nos recogió el hijo de Jaime, y nos llevó a Legutiano. Ahora tengo claro que es el territorio vizcaíno el que se nos resiste. Fueron más de 60 kms. y nos faltaron otros 15 para rematar. Carlos, Jaime os merecéis este reportaje. Seguramente que vendrán días peores, pero este bien bien, lo que se dice bien, no terminó. Eso sí, desde aquí afirmo que habrá nuevo intento. Por cierto, cuento con vosotros. Hasta otra.
