He redactado este articulo informativo sobre espolón calcaneo y fascitis plantar. POCA ALTURA DEL ARCO PLANTAR Y MUCHAS HORAS DE PIE Dentro de la sintomatología dolorosa presente en el pie, y en concreto en la planta del pie, se encuentran dos entidades muy conocidas por los podólogos, y por aquellas personas que las padecen, sobre todo aquéllas en las que confluyen varios factores: poca altura del arco plantar, muchas horas de pie, y un movimiento continuo. Cuando se dan estos condicionantes, suele aparecer en primer lugar un dolor localizado en la planta del pie, justo sobre el arco plantar, y tras éste, y pasado un tiempo, dolor en la zona plantar del talón. Y ambos síntomas estás relacionados directa a íntimamente con la fascia plantar. Es por este motivo, que si bien son dos diagnósticos distintos, deben ser abordados de forma simultánea y relacionada. La fascitis plantar se define literalmente como la inflamación de la fascia plantar, que puede ser motivada por varios factores que se explicarán en el correspondiente apartado. El espolón de calcáneo, se puede definir como la calcificación de la inserción de la fascia plantar, es decir, la calcificación de la fascia plantar bajo el calcáneo. (CAUSAS) BIOMECÁNICA DEL PIE Y ANATOMÍA Como se apuntaba en la introducción, son varios los factores que pueden desencadenar ambos diagnósticos. Por eso, para entenderlo correctamente, es preciso remitirnos a la biomecánica del pie y a la anatomía. La fascia plantar es un tejido fibroso muy denso cuyo origen está, presumiblemente, en el tubérculo medial de la base plantar del calcáneo. Desde aquí se expande en forma triangular por toda la planta del pie hasta llegar a los dedos. Su función es básicamente controlar la forma del arco plantar, y contribuir al mecanismo de la marcha, es decir, que podamos andar. Es por este motivo que cuando la morfología del pie está alterada, especialmente en pies plano y/o cavos, también lo está la fascia plantar, resultando de ello un sobre estiramiento -en el caso del pie plano-, y una excesiva tensión -en el cado del pie cavo-. Esto repercute directamente en la función mecánica de la fascia plantar, puesto que realizará su función con excesiva tensión y/o tracción, lo que provocará la inflamación y/o contracción -en pie plano y en pie cavo respectivamente-. Un sobre estiramiento o tracción excesivos, originará, a largo plazo, la tensión en la inserción. Como ya hemos dicho, la inserción está localizada en la base plantar del calcáneo, y, por lo tanto, al ser hueso, éste responde creando más hueso. En otras palabras: se calcifica, y de ahí la imagen que se ve en la radiografía. (SINTOMAS) DIFERENCIAS ENTRE LA FASCITIS PLANTAR Y EL ESPOLÓN Cada una de estas dos patologías se manifiesta de distinta forma. Presumiblemente, en primer lugar aparece la inflamación aguda de la fascia, y ello provoca que tras permanecer largas horas de pie y tras andar durante muchas horas consecutivas, aparezca en la planta del pie, justo donde está localizado el punto más alto del arco plantar, un pinchazo, como si algo cortara la piel, que impide andar correctamente e incluso imposibilita permanecer de pie. Mejora con el reposo. Al contrario, el espolón de calcáneo se manifiesta con dolor en la zona plantar de dicho hueso, que aparece tras episodios de dolor como el que se acaba de describir. A diferencia de la fascitis, este dolor aparece inmediatamente cuando se apoya el pie en el suelo, y va remitiendo gradualmente hasta no dar sintomatología. Y también al contrario de lo que ocurre con la fascitis, el dolor no remite con el reposo, sino que sigue estando presente. TRATAMIENTO CONSERVADOR O QUIRURGICO Conservador: se basa en actuar externamente al pie con la ayuda técnica de, por ejemplo, una ortesis y/o un vendaje funcional. En el caso de inclinarse por esta opción, se pueden tratar ambas patologías con un mismo tratamiento. La elección en este caso es aplicar una ortesis que cumpla dos objetivos: relajar la fascia plantar y descargar la base del calcáneo -inserción de la fascia plantar-. Quirúrgico: esta opción se limita a eliminar la calcificación de la fascia plantar mediante cirugía. En el caso del espolón de calcáneo, una tercera vía es la infiltración, si bien ésta siempre debe ir acompañada de una ortesis. A parte, no se recomiendan más de dos infiltraciones, puesto que pueden contribuir al empeoramiento de esta patología.