Hoy he vuelto a enfrentarme con mi archiconocido archienemigo: la lluvia. Después de bastantes años rodando con tráfico y un año rodando en la selva que es Madrid, me considero con cierta experiencia a la hora de conducir por asfalto, pero es cuando se pone a llover cuando me vuelven todos los "traumas" y miedos, como si volviera a llevar ruedines, y es que las unicas veces que me he caido con la bici en ciudad ha sido en días de lluvia. Una de estas caídas fue cuando agarré una muy bien ideada rejilla del metro, ingenuo de mí pensaba que llevando la dirección recta podría pasar; nada más entrar en ella la rueda delantera se fue de cañas, una pista de hielo. Hoy, creo q mas bien al cangelo con el q voy, he vuelto a caerme en uno de estos baldosines que tienen rectangulos en relieve, aunque esta vez creo que por ir demasiado despacio y no girar suficiente la rueda. Mi pregunta es, en estos días de adherencia mínima y con cubiertas lisas, o con mínimio dibujo y balón fino, como os enfrentais a las curvas ?? rápido y tumbando, o muy despacio y girando bastante el manillar. Yo voy con el rollo de que cuanto más gire el manillar más fácil es que la rueda delantera deslice, pues tu ejerces la inercia recta (la trasera no gira vamos); así que tiro más a tumbar un poco con el cuerpo ....
Si está mojado/embarrado/arenoso/aceitoso... inclinar lo mínimo si vas rápido (y no tocar el freno). Cuanto más rápido vayas, más te puedes inclinar (como en seco). Si vas lento (lento, lento) hay que hacer uso de la dirección y mantener una perfecta horizontalidad.