LA HISTORIA DE MI BTT: MALAS VIBRACIONES Y KILÓMETROS EN BICI (y en coche...)

Capítulo 1 Decidir el modelo​

A principios de junio ya tenía decidido que iba a comprarme una btt y que el presupuesto rondaría los 550€ con la posibilidad de subir a los 600 si surgía una oportunidad irrechazable. Me recorrí toda Valencia de tienda en tienda preguntado por modelos y negociando condiciones. También visité El Corte Inglés y el Decathlon. Después de toda ésta maratón solamente me quedaba decidirme por el modelo que más me conviniese. Para ello conté con la ayuda de un amigo que compite y es mecánico. Entre recomendaciones, consejos y disertación me quedé con dos modelos: la B’Twin Rockrider 8.1 del 2010 y la Orbea Sport Sherpa.

Foto1 B’Twin Rockrider 8.1 del 2010

Foto2 Orbea Sport Sherpa​

La Rockrider 8.1 del 2010 se quedaba en 550€ y la Sherpa en 535€. La Rockrider estaba rebajada por el hecho de ser del año pasado, mientras que su homóloga del 2011 costaba 700. Como a mi esas historias de comprar el último modelo o la que más me guste estéticamente me da completamente igual, decidí quedarme con aquella que me proporcionara mejor relación calidad-precio, mejor servicio postventa y que estuviera mejor montada en cuanto a componentes.

Finalmente me decidí por la Rockrider 8.1 del 2010, sobre todo por los componentes y porque me aconsejaron repetidamente sobre el buen servicio postventa de Decathlon, que ante cualquier problema se hacen cargo. Además, resultó que cuando fui a por ella, la habían rebajado 50€. Se quedó en 500. ¡Perfecto!

Capítulo 2 Comprar una btt nueva te hace recordar las viejas​

El caso es que me la lleve tan contento –ya sabéis como van éstas cosas-. Pero he de decir que antes de ésta btt, tuve otras dos. Vamos, otras dos historias.

La primera, cuando contaba con 11-12 años más o menos, una del Continente que actualmente he adaptado para moverme por Valencia [foto3] y de la cual guardo un gran recuerdo. Recuerdo que me la regalaron por Navidad. Aquel día desperté temprano, vi que Papá Noel me la había traído, la entre a la habitación y me volví a dormir. No sabría decir si lo que quería era dormir cerca de ella o es que temía que fuera un sueño.

Foto3 Mi primera btt ahora reconvertida en una de paseo para moverme por Valencia​

La segunda, me la compré yo pocos años después. Era una Otero que ya estaba bastante bien, con cuadro de aluminio y buenos componentes. La usé muchísimo, tanto cuando vivía en mi pueblo como cuando fui a estudiar fuera. En aquella época hacía mucho deporte y la bici formaba una pequeña parte entre todas mis aficiones. También la estuve utilizando en Valencia, ya cuando se me quedó pequeña, hasta que me la robaron, no hace tanto –por tonto-, pues el candado era fácil de cortar.

Afortunadamente mi hermano tenía la suya en el pueblo medio abandonada -pues él también vive fuera, pero más lejos que yo- por lo que la desempolvé y la puse a punto [foto4], y siempre que bajaba al pueblo, fuera fin de semana o vacaciones, me hacía mis rutas. Así, poco a poco, afiance mi afición a la btt y me surgió el deseo de tener la mía propia, de mi talla –que siempre iba con una más pequeña-, que fuera un poco mejor para meterle caña y que no sólo la pudiera disfrutar en mi pueblo.

Foto4 La bici de mi hermano

Capítulo 3 Rockrider 8.1 del 2010 y “las malas vibraciones”​

Lo que resulta más importante contar en éste capítulo es el desengaño que uno se puede llevar. Dejando de lado que el mecánico del Decathlon no hizo muy bien el ajuste inicial, la bici parecía estar perfectamente. Pero no fue así.

El primer problema que tuve fue al querer aflojar los pedales automáticos. Se soltó un tornillo y me fue imposible volverlo a atornillar. Lo llevé a la tienda y cómo el mecánico tampoco lo supo poner –debía estar defectuoso el pedal-, me dio uno nuevo. Veredicto: Bien resuelto.

El segundo problema fue el verdadero hueso de ésta bici. Resultó que en la primera salida que hice ya en mi pueblo me di cuenta que cuando accionaba el freno trasero vibraba toda la bici. Era muy incómodo. Tanto que cuando se frenaba con fuerza se volvía imposible mantener el culo pegado al sillín. A mí por lo menos no me gustaba…

La llevé a la tienda otra vez, al Decathlon cerca de mi pueblo –no al de donde la compré-. La tuvieron dos o tres días y no averiguaron que le pasaba, por lo que ajustaron bien todos los tornillos y me dijeron que la probara.

Me la llevé, la probé y continuaba con el mismo problema. Me pregunté, ¿qué acaso no han probado si el ajuste de los tornillos ha resuelto el problema de la vibración? Evidentemente no, por lo que la tuve que volver a traer. Veredicto: Mal resuelto.

La tuvieron dos o tres días y no averiguaron que le pasaba, por lo que lijaron la pastilla y limpiaron el disco y me dijeron que la probara.
Me la iba a llevar pero decidí probarla allí mismo, en el parking. Continuaba con el mismo problema. Volví a preguntarme, ¿qué acaso no han probado si el lijado de la pastilla y la limpieza del disco han resuelto el problema de la vibración? Evidentemente no, por lo que entre de nuevo a la tienda y le dije al mecánico que la bici seguía vibrando exactamente igual que las anteriores veces. Veredicto: Mal resuelto.

Se la quedaron un par de días y para entonces me llamaron y me dijeron que no sabían cuál podía ser el problema, que seguramente sería un problema de geometría del cuadro, por lo que habían pedido una caja de transporte para que el camión se la llevara a la central, donde le harían pruebas a ver qué le pasaba. Les dije, ya bastante mosqueado, que lo que fuera necesaria para resolver el problema. Veredicto: Bastante mosqueado.

Pasaron como cinco o seis días hasta que los llamé para preguntarles cómo iba la cosa y, sorprendentemente, la bici aún seguía en su taller, porque no les habían mandado la caja de transporte. Ahí ya se me hincharon definitivamente los “argumentos” y les pregunté cuando podía hablar con el responsable del departamento de ciclismo. La conversación tuvo lugar un viernes y el encargado no estaría hasta lunes. Veredicto: Hinchándoseme… las venas.

Fui a hablar con el encargado el martes porque el lunes estaba en Valencia por cuestiones de trabajo. Le expuse mi caso, mi malestar por haber pasado todo el mes de julio sin poder disfrutar de mi compra y además de haber sufrido lo que me parecía la incompetencia de los mecánicos y en general de Decathlon. Le dije muchas cosas, entre otras éstas: que yo había cumplido mi parte, pues ellos tenían mi dinero desde hacía un mes, pero en cambio yo había recibido una bicicleta defectuosa; también le dije que yo había pagado por una bici nueva y si la bici tenía algún defecto o problema que no encontraban, debían darme una nueva aunque sólo fuera por no tenerme un mes –y lo que quedaba aún para resolver el problema- sin mi compra; etc.

Finalmente quedé con el encargado que iba a pedir un cuadro de la Rockrider 8.1 del 2010 y que si no venía en dos días, me darían una bici nueva de las que tenían allí, o sea, su equivalente del 2011. A los dos días me llamó el encargado y me dijo que me pasara a por una bici nueva. Para cuando pasó esto, ya era principios de agosto. Veredicto: ¡Por fin I!

Y así es como terminé con una Rockrider 8.1 del 2011. Puede que alguno piense que la historia terminó bien, incluso que se me compensó el mes de julio que pasé sin mi bici. Puede que sí, puede que no.

Recordad que siempre puede fallar algo. Pero eso lo dejo para el siguiente capítulo.

Capítulo 4 Rockrider 8.1 del 2011 y “las nuevas malas vibraciones”​

Pasé a por mi nueva “nueva bici” e intenté hacer borrón y cuenta nueva con mi desilusión. Así que de nuevo volvía a estar contento. Aún me quedaba gran parte de agosto para disfrutar por los caminos y senderos de la sierra de mi pueblo. Pensé aliviado que después de muchos kilómetros en coche, por fin tocaba hacer kilómetros con la btt [foto5].

Foto5 Mi nueva "nueva bici"​

En cierta manera fue así. En las primeras salidas todo fue bien salvo los habituales problemas de desajustes en cambios y frenos. Pero al poco tiempo noté que el freno de delante empezó a hacer un sonido extraño que no sabía cómo describir en palabras (los frenos que monta son unos Avid Elixir 3). Tal vez como el de algo metálico sobre el que deslizamos un objeto de goma en que las partes que entran en contacto están mojadas. Intenté pensar que era un sonido normal en unos frenos nuevos. Pero el sonido persistía y decidí llevarla a la tienda, por si acaso. Se lo expliqué al mecánico de turno y aquel les echó un vistazo rápido y me dijo que todo estaba en orden, que debía ser cosa de que eran nuevos. Le hice caso y me volví a llevar la bici a casa.

Llegó septiembre y subí a Valencia por motivos laborales, ya para quedarme. Seguí saliendo con la bici y el sonido empezó a venir acompañado por un pequeña vibración -¡oh! ¡misteriosas vibraciones! Y en la siguiente salida la vibración se hizo más molesta. Además, cuando más se calentaba el disco, más ruido hacía y mayor era la vibración. Llegado un punto en que no podía tocar ni la maneta del freno, decidí que eso no era normal y que la tenía que llevar al Decathlon. Para más inri, el freno trasero también empezó a vibrar, pero mucho menos que el delantero.

La llevé al Decathlon con la excusa de la revisión gratis que ofrecen por comprar una bici y le expliqué al mecánico que me atendió –llamémosle A- todos los detalles y problemas que daban los frenos. Eso fue un viernes. El martes por la mañana como no tenía noticias de la bici, llamé. Me dijeron que la cogían esta tarde. El mecánico con el que hablé –llamémosle B-, que no era el mismo con el que hablé la anterior vez, me preguntó por los problemas con el freno, que le explicara que le pasaba para tenerlo en cuenta a la hora de la revisión. Esa misma tarde, a última hora, me llegó el mensaje de que estaba arreglada.

El miércoles, me pasé a por ella. Me atendió el mecánico A. Me dijo que el mecánico B ya lo había mirado y que ya no hacía ruido alguno. Yo, para no pecar de ingenuo, que uno ya llevaba muchos viajes, muchos kilómetros de ir y venir por la bici, la probé en el parking y resultó que -¡sorpresa!- seguía haciendo la misma vibración. De nuevo en la tienda cogí al mecánico y me lo llevé al parking y le dije que se quedara ahí quieto y escuchara atentamente, que iba a frenar en sus napias. Frené y pudo comprobar en vivo y en directo cuál era el problema. La probó él personalmente y corroboró lo que yo venía diciendo: ruido y vibración. Le dije: ves, no es tan difícil, sólo hay que probar si funciona bien o no. Si funciona bien, se acabó. Si no, se buscan alternativas. Pero si no la probáis, no hacéis nada. El mecánico le cambió la pastilla al freno delantero por si ese era el problema y salimos al parking a probarla de nuevo. Finalmente, dejó de vibrar. ¡Por fin II!

En dos semanas no pude salir con la bici, pero en cuanto salí, ya en octubre… sí, chicos, a éstas alturas de la historia por estadística todos podéis saber cómo continua. ¡Volvía a vibrar! O sea, que la pastilla no podía ser. He de decir que antes de salir de ruta había limpiado y engrasado la bici, pero os puedo asegurar que no contaminé el disco. Esa misma semana llamé por enésima vez al Decathlon y le dije al mecánico que estaba hasta el… moño, que después de todos los problemas que había tenido con la primera bici, no eran capaces de resolverme éste nuevo problema, que se me había agotado la paciencia y que les iba a llevar la bici y que no quería que me la devolvieran hasta que estuviera perfecta.

Ese viernes se la traje. Estaba el mecánico A y alguien que supongo era el encargado. Les dije lo mismo que hablé anteriormente por teléfono y les advertí que, ¡por el amor de una madre!, no quería volver a hacer más viajes, que se las apañaran para arreglarlo y que pusieran toda su atención en comprobar que los arreglos, las acciones, las medidas que tomaran funcionaban. El supuesto encargado la estuvo mirando y me estuvo preguntando concretamente que le pasaba a la bici –lo expliqué por quincuagésima vez- y si yo había podido contaminar el disco de alguna manera –le dije rotundamente que de ninguna manera.

Me marché y no miré atrás.

Continuará.

 

MORALEJA: 1º Cambia de frenos
2º Cambia de mecanico
Con estas 2 recomendaciones seguramente disfrutaras mas de la bici!!!

 

que te pongan unos frenos shimano slx o xt y se te soluciona el problema.

 

y de que frenos hablamos????

ya de entrada me parece exagerado cambiar una bici por una vibracion en los frenos.
me juego el culo a que montas unos puñeteros shimano deore de 60 euros y eso no falla.

 

Cuidaito de ablar mal de los shimano que los llevo yo en la merida con discos de 180 y eso frena que se las pela eh!!!jejeje

 

Frenos de disco hidráulicos Avid Juicy 3 160 mm en la Rockrider 8.1 del 2010. Pero en esta la vibración era espectacular -un poco más y la bici daba botes-. Era un problema del cuadro.

La nueva, del 2011, monta unos Avid Elixir 3, 160 mm.

 

La orbea si monta los shimano,pero la del deca creo que monta unos avid,y esos vibran que da gusto

 

No le des mas vueltas,si solo te vibraba al frenar,era cosa de los frenos,seguramente estaban mal purgados o tenias los discos abaleados,pero el cuadro no tiene nada que ver,vibraria si tuviese alguna vaina partida o los soportes de las pinzas desoldados,pero eso se vería a simple vista!!!

 

Muchas gracias por los consejos, pero no me apetecía gastarme pasta en unos frenos nuevos con la bici nueva en garantía.

Por lo de cambiar de mecánico, no lo he puesto, pero la última vez antes de llevarla al Decathlon, la lleve a mi mecánico de confianza en el pueblo y, a pesar de reconocer el problema que describo, tampoco supo solucionarlo.

 

Yo admito que nunca me había topado con unos frenos de disco, por lo que no sabía, ni sé, que es lo que ocurría. El "delito" lo tienen los mecánicos del Decathlon, y más si tienes razón.

 

No si tienes razón,y estas en tu derecho de que te den las cosas en condiciones,que a mi me a pasado cosas similares y e echo lo mismo que tu,pero el problema de los frenos lo vas a seguir teniendo casi seguro,con el tiempo nos lo dirás jeje!!!

 

Esperaré a ver cómo se desarrolla el 5º capítulo y sucesivos.

 

¿Algun consejo si persisten las vibraciones? A parte de comprar unos frenos mejores y más caros. ¿Qué harías vosotros en mi situación? ¿Qué les dirías a los del Decathlon? Gracias a todos.

 

Como parece ser que el capítulo 5º aún está por hacerse realidad, mi opinión, muy personal por cierto, es que te olvides ya de Decathlon por mucha garantía que te quede pero es que al final vas a estar haciendo viajecitos sin conseguir nada.
Está claro y es evidente que la mejor solución es cambiar los frenos y aunque ya has cambiado las pastillas me parece que los discos no los has tocado. Yo de tí los cambiaría para ir descartando problemas.

Infórmate y pregunta qué taller puede ser de confianza cerca de tu zona y prueba.

 

Hola Silostur, creo que tus frenos son ABS !!! jajaja No sé que decirte, mi coche también tiene un ruido al que 4 mecánicos diferentes (2 de la casa Peugeot y 2 "de talleres de barrio") no han sabido solucionar, ni encontrar explicación. Supongo que estaremos ante un nuevo caso de Expediente X, ya sólo nos queda acudir a Iker Jiménez.
Lo que parece estar claro es que el problema viene de los frenos (o de la suspensión... no sé si nadie ha reparado en ella...), si fuese de diseño del cuadro le habría pasado a miles de personas y ya lo hubiesen solucionado (retirando el producto del mercado por ejemplo), pregunta aver si los que llevan esos frenos les ocurre lo mismo o intenta averiguar si la suspensión tiene holgura y se mueve de alante a atrás en dirección de la marcha. Un saludo y espero el siguiente cápítulo, espero que tengamos final feliz

Pdta: muy cierto lo del último mensaje sobre los discos, pueden haberlos contaminado antes de entregarte la bici, quien sabe...

 

http://www.google.es/search?hl=es&b....,cf.osb&fp=e84a7e0ad0dc6de3&biw=1366&bih=681

Ahi tienes casos parecidos al tuyo para aburrir... comun en frenos Avid.

 

Yo tengo unos shimano xt, cambié las patillas traseras por una sinterizasdas de esas... a los pocos días un ruido que no veas al frenar. Desmonte las pastillas, puse una gota de aceite en los pistones del freno ( ojo, solo en los pistones con cuidado y con la pinza quitada, que no toque el disco ni nada, luego limpias bien), y mano de santo, desaparecio el ruido y las vibraciones. Pruebalo, igual te sirve también, aunque los avid tienen fama de ser ruidosos.

 

Yo tengo una 8.1 del 2010 con esos frenos y al principio también tenia esos ruidos(y como es lógico pasaron de mi). Era un pistón vago de la pinza, no metía las dos patillas con la misma fuerza, por lo que provocaba una vibración, la cual se reproducía de manera solidaria en el cuadro y hacia ruido. Hay dos opciones que con el uso empiece a trabajar bien la pinza o que tengas una burbuja de aire y haya que purgar.
Particularmente estoy muy descontento con los mecánicos del Deca, de hecho dudo mucho que sean mecánicos cualificados.

 

todos sabemos los problemas de frenado que tienen los avid juici 3 y 5 , se ha comentado mucho incluso ay marcas de bicis que han decidido no montarlos yo no le echaria la culpa al cuadro , a mi se me dobol un sunn dog y te digo que se nota y mucho y no solo al frenar , al dar curbas , al tumbar ,al pisar baches grandes...... en todo

 

Pon unos discos de 180 y ya veras como mejora el tema.