Ayer, día 28 de agosto, un grupo de 12 ciclistas del Club Ciclista de Montaña 8'30 de Marchena, nos ocurrió un hecho insólito que creo que si no se cuenta uno revienta. Lo he titulado así porque no se me ocurre otra forma más educada y más jocosa que esta. Les cuento lo sucedido. Viniendo de vuelta desde el cordel verde Morón-Alcalá en dirección a nuestro pueblo y siendo aproximadamente las 12 de la mañana, con un calor insoportable y unos 80 kilómetros a nuestras espaldas paramos a por un refrigerio en LA VENTA EL RITMO, sita en el kilómetro 6,400 de la A-361, Carretera Marchena -Morón de la Frontera. Una vez dentro del establecimiento pedimos al ‘amable’ camarero unas bebidas refrescantes y llenar los botes de agua (1/2 litro) para llevar en la bicicleta. Cuál fue nuestra sorpresa cuando contesta “¿Todos vais a llenar los botes de agua?” Sí, contestamos. Se dirigió a la habitación contigua y milagrosamente el grifo escupió sus últimas gotas, lo que lógicamente nos hizo pensar que había cerrado la llave de paso. No poco indignados, algunos tuvimos que comprar el agua embotellada y otros compartir la poca que habíamos obtenido. Nos aguantamos como gente educada que somos y decidimos no pisar ese local el resto de nuestras vidas. Creo que como se suele decir, EL AGUA NO SE LE NIEGA NI A UN PERRO y no sé en qué sitio habrá aprendido este señor a trabajar detrás de un mostrador. Además nos debe conocer puesto que es paisano nuestro. Pongo esta experiencia en conocimiento y ruego su difusión, en particular al mundo del deporte, para que sepan a lo que se enfrentan si alguna vez deciden entrar a pedir agua gratis en la VENTA EL RITMO. Buenas tardes. Uploaded with ImageShack.us