Porqué los conductores odian a los ciclistas

Tema en 'Ciclismo Urbano' iniciado por ruralbike, 10 May 2016.

  1. ruralbike

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    En el estado de Nueva Gales del Sur, Australia, los ciclistas se enfrentan a multas más severas tras las nuevas ordenanzas introducidas en marzo de 2016. Aunque hay muchos cambios, destaca el aumento de las sanciones por conducir una bicicleta de forma “feroz, imprudente o negligente” (de 71 dólares australianos a 425). Para hacerse una idea, muchas de estas multas acarrean las mismas consecuencias que conducir un coche a 80 km por una zona de 60 (446 dólares australianos) o hasta 59 km/h en zona escolar.

    El uso de la bici se ha vuelto a poner de moda en muchas ciudades (australianas y mundiales) durante los últimos años. Sin embargo, va de la mano de la percepción por parte de la población de un aumento de los incidentes en los que hay ciclistas involucrados. Echando un vistazo a los comentarios de cualquier artículo de prensa sobre las nuevas sanciones, deja ver los puntos de vista polarizados sobre los ciclistas.

    Como consecuencia, los gobiernos estatales han incrementado las multas para los ciclistas que incumplan las normas, poniéndolos a la alturas de los conductores. La mayor parte de los debates sobre las leyes gira en torno al abstracto argumento de la seguridad. La suposición implícita de que hasta ahora el comportamiento de los ciclistas no ha sido seguro: un reclamo que se puede considerar falso ¿Por qué odian los conductores a los ciclistas?
    Los estudios han demostrado que la percepción de los viandantes sobre el peligro de los ciclistas es mucho mayor que el riesgo actual. De hecho, el riesgo es tan mínimo que las regulaciones a nivel ciclista-viandante no se han incluído en los nuevos reglamentos.

    En la mayor parte de los accidentes en los que se ven involucrados coches y ciclistas, la culpa es del conductor. Aunque algunos ciclistas no cumplen las normas, la mayoría no son una amenaza. Si bien en el debate sobre las nuevas políticas está claro que existe un porcentaje importante de la población que estáen contra de los ciclistas.

    Con el fin de identificar exactamente cuáles son las fuentes de frustración para los conductores, llevamos a cabo un estudio en 2015 para examinar un rango de 26 comportamientos a los que los conductores se tienen que enfrentar a diario, estableciendo una escala de los más frustrantes a los menos. Pero lo cierto es que los ciclistas se dejaron ver por el top 5 con “conducir dos a la vez por un carril” como el quinto comportamiento más molesto en carretera. Aunque es legal, puede que sea algo a tener en cuenta para los ciclistas si quieren mejorar su imagen.

    En términos generales, otros comportamientos de los ciclistas como ir por carreteras generales y autovías, adentrarse por la fila de coches ante un semáforo y cruzar en rojo, no suponen gran frustración para los conductores. Teniendo en cuenta que los ciclistas apenas suponen una amenaza para los viandantes, que no suelen ser la causa de los accidentes con vehículos y que no suponen la mayor frustración para los conductores ¿Puede que los problemas relacionados con los ciclistas sean exagerados?

    La mayor parte del debate sobre las normativas se centra en la percepción de que los ciclistas son unos oportunistas (gente que se beneficia de algo por lo que no paga), pero no es el caso de los ciclistas: si tuvieran vehículos a motor tendrían que pagar los mismos impuestos que los conductores. El desgaste que hacen los ciclistas en las infraestructuras es insignificante.

    De hecho, los ciclistas pueden mejorar la situación de los conductores al transportar el mismo número de personas que algunos coches usando mucho menos espacio. La realidad es que todos los usuarios de las carreteras son unos oportunistas. En 2014, en Australia se gastaron un total de 20.000 millones de dólares australianos en carreteras, si bien solamente se recaudaron 18.000 millones con gravámenes relacionados en todos los niveles del gobierno. Esto significa que los 10.000 millones restantes fueron pagados por los contribuyentes: incluyendo ciclistas y gente que no hace uso de las carreteras.

    ¿Los ciclistas ralentizan el tráfico? No hay suficientes estudios como para sacar conclusiones definitivas pero de forma anecdótica podemos decir que pese a que un coche tenga que decelerar (y en algunos estados australianos tienen la obligación de darles suficiente espacio a los ciclistas al adelantar) es raro que alguno de estos incidentes aislados signifique importantes retrasos para el conductor, sobre todo si tenemos en cuenta que siempre se van a encontrar con semáforos u otras retenciones momentos más tarde, por lo menos en las zonas urbanas.

    Muchas veces los conductores tienen una noción trastornada del tiempo, pensando erróneamente que el resto de carriles van más rápido que el suyo. En términos generales, la gente es demasiado sensible al tiempo que pasa esperandoo haciendo cola y muchas veces exageran sobre la duración de un retraso.

    A diferencia de si las bicis ralentizan a los conductores, puede que en las ciudades con mucho tráfico sea al revés. Ir en bicicleta muchas veces resulta más rápidopara moverse entre dos puntos y si tenemos en cuenta todo el tiempo invertido con cada método de transporte, muchas veces los vehículos a motor soninferiores a las bicicletas o a otros medios de transporte.

    Otra explicación psicológica para la aparente aversión a los ciclistas es que, para la mayoría de los conductores, los encuentros con los ciclistas son diferentes de lo esperado. Los conductores están acostumbrados a preocuparse por lo que hacen el resto de vehículos y muchas veces no ves o no reaccionan a los ciclistas. Cuando ocurren incidentes negativos, esto significa que el conductor le echará la culpa al ciclista por estar donde “no debería” en vez asumir la culpa de sus acciones como conductor.

    Esto se suma a otro error humano fundamental conocido como prejuicio situacional: el hecho de tener un enfrentamiento con una bicicleta es menos probable, de ahí que sea más memorable. Esto hace que los conductores sobrestimen la probabilidad de otro incidente en el futuro.

    En general, el debate ciclista versus conductor es un ejemplo clásico de un debate la mayoría contra la minoría. Los conductores son los usuarios dominantes de las carreteras y son mayoría: aceptan a aquellos que también son parte del grupo y están más dispuestos a perdonarles.

    Por otra parte, los ciclistas son la minoría y están considerados como una amenaza. Están sujetos a ser deshumanizados y a la atribución del grupo equivocado, donde el fallo de un ciclista es visto como algo representativo de todo el grupo (“ese ciclista se ha saltado un semáforo en rojo” pasa a ser “los ciclistas se saltan los semáforos en rojo”).

    Al percibir al resto de usuarios de la carretera como rivales, estamos generalizando sobre cómo tratarlos, pese a que nuestras suposiciones no podrían ser menos ciertas.

    En el debate sobre las nuevas normativas en Australia, la mayor parte de las opiniones negativas sobre los ciclistas no están basadas en hechos, sino en sesgos inherentes que tenemos como humanos. Como muestra mi encuesta, al ser preguntados, muchos conductores admiten que les molesta más el comportamiento de otros conductores que el de los ciclistas.

    Matthew Beck, Catedrático en Gestión de Infraestructuras, Universidad de Sydney
     
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  2. Frames

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  3. ruralbike

    ruralbike Miembro Reconocido

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    es que es un estudio universitario, no un artículo de prensa
     

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