No tema al tiempo. Manifieste inquietud o ansia por llegar al sitio, solamente cuando haya quedado a tomar un café con algunos de sus colegas, justo antes de salir en bici. Cierre las cremalleras de su camelbak/evoc o quechua/boriken -según la clase social biker a la que pertenezca-, con ritmo enérgico, y... ey! no corra por el pasillo, no vaya a desatar una tormenta familiar innecesaria por desencadenar un despertar masivo, que pueda conducirle a una llamada al móvil con inciertas consecuencias, y justo en mitad de la bajal, o peor aún, una frase lapidaria a su vuelta. Si es necesario, póngase las zapatillas en la escalera con la luz apagada. Tranquilo, solamente corre el inevitable riesgo de ser atisbado por algún vecino en plena adolescencia que vuelve de traca, pero tranquilo le digo, seguramente a esas intempestivas horas, el estado del adolescente no permitirá alcanzar a reconocerle así como acostumbra a ir: pseudodisfrazado de Comando G, así que su reputación en la comunidad de vecinos no se verá mancillada. Luego sí, apriete, haga lo que tenga que hacer rápidamente, cargue la burra en el coche, dele al CD, esquive el camión del reciclaje, “cachis siempre me lo encuentro a la misma hora!”, después al flagoneto del vendedor ambulante, reduzca ante el coche patrulla, dé dos vueltas más a la manzana y… slow! Pídase al llegar a la barra lo suyo y empiece a parlamentar con sus congéneres, sobre esto o aquello, anécdotas de la semana y rajamentas varias hacia el que no ha venido. Ignore las caras raras del personal. No saben lo que es el montan bai, ni mucho menos lo que siente un endureta repetable como usted. Arranque el coche y tire al destino, con tranquilidad, la carretera es peligrosa. Mire de reojo el mensaje subversivo que cuelga de su retrovisor: "Papá no corras". Un clasicazo. Cuando vea que el acercamiento en coche va X minutos por encima del “peor horario previsto por la organización”, no se desinquiete, ¡piense en Ghandi, en Maki Navaja o en Carpanta!, si sigue nervioso piense en lo difícil que resulta la vida de una bióloga como la Obregón, en estos tiempos de crisis. Repita conmigo: "sloooowww". Mejor, ¿verdad? Una vez en destino, al principio del track pirateado de internet, descargado pasándose por el forro la Ley Sinde, podrá decir aquello de “venga nenes, démonos un poco de aire” (que no prisa), mientras las burras vuelven al estado natural. Revise que están completas, que su eje de 20 no se quedó en el garaje, chequee su armadura, oiga el clic del casco, y si lo olvidó en casa váyase cagando leches a cualquier formato comercial agresivo que abundan junto a las "M" de McAuto, y compre uno de esos modelos marca-la-pava-más-vale-que-no-me-caiga-hoy. Todo listo. Hora larga después de la hora prevista, proceda con su índice a meter plato chico y con el dedo gordo de la otra mano el piñón grande, a estirar las patas agarrotadas, a oír la típica cháchara entre colegas, las risas, el jejejé, jijijí que te dibuja una sonrisa en la cara, mientras poco a poco, la realidad te da de lleno en forma de terrible cuestarrón. Zas, como un plato de lentejas en pleno agosto. De todos es sabido, que es el momento de abrir el libro de filosofía por el capítulo 1: los presocráticos, y dejarse llevar, comenzar a fluir… Mire a escasos metros por delante, ver lo que se le viene encima 50 metros por delante solo servirá para flagelarse antes de tiempo, y uno no madruga para eso, o bueno, no del todo exactamente. Así que céntrese en mantener a flote la rueda delantera, que no pierda el contacto con el firme, y siéntase un seguidor más de la slow life. Fuera las prisas, atrás quedan los atascos entre ruidos de claxon y humos infames, atrás los gritos del encargado general de su empresa, las cacas de funestos canes al pasearse por el parque, el agobio sempiterno de las colas del super ya son un vago recuerdo en su mente. Ahora siga el lento discurrir del taco lateral de su Jai Alai Roler. Sí, ciertamente una 2,50 lastra, pero qué más le da a una mente en equilibrio como la suya, que sabe bien que el hombre no procede del mono, sino del caracol. “Pobres aquellos que no conocen las raíces de la Humanidad!” –pensará-, y a la que esté pronunciando la “h” de Humanidad… exclamará un poderoso a la vez que sorprendido: “jodo, ¡pero si ya estoy arriba!”. Ahhhhh, todo llega, todo fluye, be slow, my friend! Ahora, quítese el molesto caparazón, saque sus cuernos al sol, dele al tomillo… y al turrón!! y repita conmigo... CARACOL EL ÚLTIMO!!! :rasta
Juas! Que pluma tienes capitán! (de la de escribir...) pues si, y yo añadiría, después de toda la semana divagando, en cuanto hueles a monte, se te olvida casi todo... Be slow my friend! (aunque no olvides que ahora hay carreras de enduro, 2 palabras incompatibles no hace mucho)
Chulo, chulo!! De todas formas, te guste o no te guste el relato (creo que a todos nos ha encantado) es de agradecer que en los tiempos que corren una persona dedique parte de su tiempo a que los demás disfrutemos leyéndolo. Muchas gracias!
Un crack el rot & roll este... De dónde decís que sois? Es que igual algún día me paso por allí para haceros la visita. :mrgreen:
