Análisis: De la Grand Canyon CF SLX a la EXCEED

Tema en 'Canyon España' iniciado por isengarder, 28 Ene 2017.

  1. isengarder

    isengarder Miembro Reconocido

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    Vivimos en una época de constantes cambios y evoluciones que desde nuestra óptica de usuarios no siempre entendemos o aceptamos como necesarios o ni siquiera útiles. Cuando circunscribimos este vértigo evolutivo al mundo de la bici, nos encontramos con discursos encendidos al respecto de la necesidad de aceptar, o no, los cambios introducidos por la industria. Polémicas como los frenos de disco en las bicis de carretera o la continuada evolución, con pasos hacia adelante y hacia atrás, dados en la geometría y cotas de construcción de nuestras monturas.

    La aparición de las 29, y su rápida aceptación por parte de los usuarios, generó la necesidad de readaptar las geometrías y los conceptos clásicos de construcción que habían permanecido bastante estables, particularmente en las bicis rígidas, que son (además) las que más se demandan en España. La evolución de los materiales y en concreto la conquista del mercado por parte del carbono (tan criticado al principio), que llegó impulsado por la necesidad de aligerar los nuevos y más grandes cuadros de 29, generó una auténtica revolución de la que quizá no hemos sido del todo conscientes. De repente, empezamos a leer sobre fibras unidireccionales o multidireccionales, gramajes, módulos... la lucha se planteó en conceptos contrapuestos: Rigidez vs. absorción; nuevas medidas y conceptos como el Stack y el Reach, etc.

    Algunas de las primeras 29 adolecían de una dolorosa falta de dinamismo en orden de marcha, particularmente en la entrada en curva, pero también en aceleración. La altura de su dirección, igualmente, iba en contra de la tan aclamada eficiencia pedaleadora de las 29er. El peso de las ruedas se convirtió en otro problema, así como su excesiva flexibilidad y deformabilidad.

    Fueron aquellos tiempos difíciles para las 29, y para sus usuarios (nosotros), que veíamos, y en algunos casos sufríamos, cómo algunas marcas daban palos de ciego poniendo en el mercado auténticos trolebuses que eran rápidamente “evolucionados” (para sorpresa y enfado de sus compradores) con nuevas versiones al año siguiente, que en nada se parecían al (infumable) modelo anterior. No pocos fueron los compradores que pagaron de este modo--a mi entender poco ético--el coste del desarrollo de algunas marcas de campanillas.

    Canyon no fue uno de ellos; de hecho, si algo les criticaron los medios oficiales de prensa especializada es que entraron “tarde” en el mercado de las 29. Y fue cierto: tardaron en sacar su primera 29, pero fue así porque Canyon no quiso vender un producto que no estuviera a la altura de lo deseado y deseable. En eso no han cambiado. Afortunadamente.

    La primera 29 rígida que presentó Canyon (Grand Canyon AL) sigue siendo a día de hoy una gran bicicleta, que aunque ha sido lógicamente superada por sus posteriores evoluciones, no necesitó durante sus años de reinado como tope de gama en rígidas 29er de Canyon, el ser “eliminada de la faz de la tierra” para no quedar en evidencia.

    2.JPG

    Lo mismo podemos decir hoy con la esperada y deseada evolución de la LUX CF; una bicicleta que ya cuenta con algunos años funcionando a plena satisfacción de sus poseedores (y yo he sido uno de ellos) pero de la que no cabe duda que puede ser mejorada en algunos aspectos, sobre todo una vez se comparan sus reacciones con las que proporciona la absolutamente excepcional Canyon Exceed CF SLX, que es la evolución de la Grand Canyon CF SLX, que fue a su vez la evolución de la inicial Grand Canyon AL; una bicicleta (la GC) que elevó a la excelencia las cualidades dinámicas del aluminio del modo que siempre hace Canyon con todos sus cuadros que (aún) emplean este material, el aluminio. Un material que en absoluto debemos despreciar, ya que vale más tener un buen cuadro de aluminio que un mal cuadro de carbono; pero ese es otro tema, y no quiero alargarme con la introducción (todavía) más…

    3.jpg

    Es cierto también que de Canyon pueden criticarse algunas cosas. Su modelo de negocio, que es el de venta directa On Line a nivel prácticamente mundial está gestionado (casi) como si se tratase de una tienda local en Alemania, y ese modelo de gestión genera muchas tensiones en los mercados locales, y no pocos cabreos para los compradores que (reconozcámoslo también) entramos en modo “ansiedad extrema” desde el mismo momento en que hacemos click en el botón de compra. Es también fácil recordar el caos y los problemas sufridos con el cambio de gestión logística que sufrieron (y sufrimos todos) al cambiar todo su proceso de producción a su nueva fábrica en Alemania, y es también valorable el retraso que puede sufrir, aleatoriamente, la resolución de cualquier incidencia con nuestra bicicleta, si ésta tiene que ser finalmente valorada o resuelta desde la central en Alemania.

    En mi insignificante opinión, una marca como Canyon debería gestionarse como una empresa multinacional, y no con una gestión localista… pero estas son las cosas que tiene el que Canyon siga siendo una empresa que hace sus bicis con ese toque “artesano” y entusiasta.

    Pure cycling.JPG

    A cambio, tenemos unas de las mejores bicicletas del mercado, a un precio que, aunque ya no sea tan brutalmente barato como resultaba hace unos años en su gama de MTB, sí sigue siendo extremadamente competitivo y merecedor de la etiqueta de “compra maestra”; y si hablamos de bicis de carretera, aún diría “barato”, manteniendo las mismas prestaciones y la misma calidad excepcional que es la seña de identidad de la casa.

    Pero, como decía, otra de las características “marca de la casa” es que las evoluciones de las bicicletas Canyon son siempre acertadas, y sus nuevos productos (que nos presentan sin prisas, tratando de evitar errores e, indirectamente gracias a ello, haciendo que nuestras bicis no sufran una depreciación radical como ocurre en otras marcas) no decepcionan.

    Todavía recuerdo con nostalgia la que fue unánimemente calificada como “la mejor doble de 120 mm del mundo en 26”. Una bici que nació demasiado tarde, justo en el ocaso de las 26, y en el inicio del reinado de las 29: La Nerve CF. Un bicicletón que ya presentaba conceptos de geometría avanzados que han sido utilizados posteriormente en modelos como el Exceed.

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    Pero permitidme que vuelva al sentido inicial del post: La evolución de las tope de gama rígidas de 29”. De la Grand Canyon CF SLX, a la Exceed CF SLX. ¿Qué cambia entre ellas y, sobre todo, en qué se traduce dicha evolución? Mi intención, para aquellos a los que os interese, es mostraros con detalle todo lo que hay detrás de la evolución de estos dos modelos icónicos, y que apreciéis el trabajo de ingeniería que existe en la iteración de la Grand Canyon CF SLX hacia la Exceed CF SLX.

    5.jpg

    (Continuará)
     
    Última edición: 28 Ene 2017
  2. Samkira

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    Me interesa el tema , esperando el to be continued


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  3. ivagoc

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    No nos dejes en suspenso y publica la segunda parte de una vez :)
     
  4. fran21642

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    Yo también estoy interesado en el análisis, me parece muy bueno

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  5. isengarder

    isengarder Miembro Reconocido

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    Lo primero en lo que un potencial comprador de estos modelos de bicis se fija es en el peso, y hay que reconocer que el cuadro de la Exceed puede presumir del resultado final; tanto por sí mismo como en la evolución contemplada. Según datos oficiales (que considero fiables, aunque históricamente han existido variaciones máximas de hasta un +/- 3%), se consigue un ahorro de 300 grs con respecto al cuadro de la Grand Canyon CF SLX, para alcanzar en la Exceed los 870 grs de peso final.

    Ojo: Este cálculo se hace sobre el cuadro “naked”; es decir, sin rodamientos de dirección ni de pedalier, sin tornillería, sin cierre de tija, sin patilla de cambio, y por supuesto sin cableado interior. Sólo se pesa el cuadro en carbono puro y duro. Cabe decir que todos los fabricantes proporcionan los mismos datos cuando presumen del peso de sus cuadros.

    1.jpg

    Lo segundo en lo que debe fijarse un potencial comprador de estos modelos de bicis es en la ecuación más complicada, que es la que mezcla la deseable rigidez con las cualidades dinámicas de absorción y flexión, junto con una adecuada resistencia estructural a los impactos y al estrés mecánico (ciclos de carga, que en las pruebas del sector suelen elevarse hasta los 200.000 ciclos sin roturas para garantizar la excelencia de un cuadro. Es relevante decir que Canyon tiene su propia unidad de “tortura” en Alemania, y somete todos y cada uno de sus cuadros y componentes a dichos test de estrés antes de ser aceptados para pasarlos a producción)

    Conseguir una escala de valor clara para medir esta ecuación es notablemente complejo, ya que los valores netos se ven alterados por la búsqueda de las necesarias capacidades de absorción y flexión del material, y todo valor puramente matemático, superior o inferior, no contempla las complejidades de las necesidades dinámicas de un cuadro de MTB, que debe ser más flexible que uno de carretera, a la vez que más resistente, por lo que la escala STW (Stiffnes To Weight Ratio) viene siendo tradicionalmente utilizada para objetivar un valor que proporcione una referencia medible, pero éste debe ser mesurado convenientemente según la especialidad.

    No soy ingeniero de materiales, y considero que tampoco viene al caso tratar de hacer aquí una tesis sobre la interrelación Strength to Weight Ratio / Stiffnes to Weight Ratio (que no es lo mismo), por lo que, de manera resumida, bastará por decir en términos que todos entenderemos que un cuadro de fibra de carbono para bicicleta tratará de conseguir la máxima rigidez con el menor peso posible, sin olvidar la necesaria (imprescindible más bien) capacidad de absorción y flexión que consigue que un cuadro sea capaz de pasar por terrenos rotos sin destrozarnos la espalda, ni hacer que las ruedas pasen más tiempo en el aire que sobre el terreno a consecuencia del carácter “rebotón” (y por tanto ingobernable) de algunos cuadros de carbono (o de aluminio, o acero en el pasado) Es decir: No siempre lo más rígido es lo más adecuado, y la máxima rigidez viene generalmente asociada al mayor peso de los materiales (tipo y cantidad) empleados, por lo que tratar de conseguir el equilibrio ideal entre todas estas variables, en cada parte de un cuadro de una bici de MTB es lo que justifica que haya ingenieros encargándose de estas cosas...

    Lo que sí puede afirmarse es que Canyon lleva teniendo en consideración esta ecuación desde el principio, y es por ello que sus cuadros han mantenido siempre excelentes puntuaciones en esta escala, y por ende la máxima consideración entre los profesionales del sector (Como siempre digo, es un hecho relevante que el actual director de Solo Bici —M.A. Sáez—tenga desde hace años como bici personal una Canyon Ultimate CF; y que esté esperando como agua de mayo la nueva Ultimate con frenos de disco para actualizarla, tal y como me comentó cuando coincidí con él en el pasado Unibike)

    Como ejemplo de lo que digo, aquí abajo os dejo unas pruebas de STW que la revista Roadbike alemana (y esta gente es muy seria en sus pruebas; tanto que hay alguna que otra marca que prefiere no exponerse a sus test, para evitar quedar en evidencia) publicaba ya en 2010 sobre un buen número de bicicletas de carretera, valorando específicamente a la Canyon Ultimate CF SLX de 2010.

    Fuente:
    http://cozybeehive.blogspot.com.es/2010/01/bicycle-frame-stiffness-numbers.html

    Pedalier.png
    Tubo de dirección.png Horquilla.png Confort.png
    La marca verde de los gráficos indica el mínimo grado que en Roadbike consideran como óptimo (o deseable) Como véis, la Canyon analizada no queda precisamente en mal lugar en cada uno de los aspectos contemplados, incluyendo el último (confort), y esa interacción es, precisamente, la auténtica vara de medir del éxito del desarrollo de un cuadro, ya que que la bicicleta que queda acreditada como más rígida (la Canyon Ultimate CF SLX de 2010) resulta a la vez destacada en confort. En mi opinión, esa es, precisamente, la certificación de un excelente trabajo global de ingeniería, y una de las razones (mantenidas en el tiempo) que han venido consiguiendo que me siga manteniendo fiel a la marca.

    Volviendo a la actualidad, y a la comparativa, ¿cuál es el valor STW del que Canyon presume en su Exceed?

    2.jpg

    AL respecto de la interpretación del valor, la propia Canyon explica su compromiso en la búsqueda de estos valores óptimos en sus propias palabras (en inglés):

    3.jpg

    Los números, por tanto, parece que están del todo a favor de Canyon. Se puede apreciar que los valores STW de un cuadro de carretera son superiores al de un cuadro de MTB que, evidentemente, va a estar sometido a impactos muy superiores a los que va a sufrir un cuadro de carretera que resultará por tanto más rígido pero más frágil, obteniendo así un valor STW algo superior en las partes analizadas (el valor ofrecido para la Exceed es una media global de todo el cuadro), pero sorprendentemente, no demasiado lejano al de una bici MTB. Canyon, pues, puede presumir por méritos propios. Y lo hace, como puede verse. Orgullo ganado a base de datos y pruebas.

    Todo esto está muy bien ¿Verdad? …El STW, la máxima rigidez al menor peso etc. Pero… ¿Qué hay de cómo va el cuadro? ¿No habíamos dicho que un cuadro ultrarrígido puede ser la peor de nuestras pesadillas?

    Pues efectivamente, así es, y en Canyon lo saben. Por eso, utilizan una mezcla de distintos tipos de fibra de carbono para conseguir que el cuadro reaccione frente a impactos y vibraciones del modo específico en que el ingeniero de desarrollo (Jan Erhardt; un apasionado de la bici al que conocí personalmente en la ABR de 2016, y con el que incluso monté en una de la etapas, tal y como comenté en mi post de la ABR) pretende dotar específicamente a la Exceed.

    Concretamente, Canyon desvela (ver la foto anterior) que los tipos de fibra que emplea para la Exceed son el HT, HM e IM. Parece utilizarse una nomenclatura que parece referirse a los estándares de fabricación de Toray, que viene siendo reconocido como el referente industrial en fabricación de carbono. Obviamente, Canyon no proporciona el grado exacto y, mucho menos, la disposición de sus fibras, que son secreto industrial. A simple vista, no obstante, puede apreciarse en el cuadro que se emplea tanto fibra unidireccional como compuestos trenzados (particularmente en la zona del tubo del sillín), quedando evidenciado (no podía ser de otro modo en un cuadro de esta categoría) que se emplea cada tipo de carbono en perfecta consideración a las fuerzas direccionales que va a tener que soportar en cada zona donde éste se aplica, en la menor cantidad posible, sin comprometer la durabilidad y resistencia del conjunto. Salta a la vista, pues, que no estamos hablando, en ningún modo (y tampoco era así en la GC CF SLX) de un cuadro de “composite”; o cuadro de pasta de polvo de fibra de carbono mezclado con epoxy, que es el componente único de no pocos cuadros “de carbono” que podemos encontrar bajo las pegatinas de las marcas más renombradas… allá aquellos que se dejan engañar por el mero reclamo publicitario de “cuadro de fibra carbono” cuando en realidad están comprando cuadros de composite, con un grado de resistencia única y uniforme aplicado en todas las zonas. Ese es el secreto de por qué hay cuadros de (presunto) carbono tan asequibles…

    Nota importante: La diferencia entre el carbono del cuadro de la Exceed CF SLX y el de la Exceed CF es el grado de las fibras de carbono empleados; superiores—más ligeros—en la CF SLX que en la CF, pero Canyon asegura, y la experiencia demuestra, que el comportamiento dinámico de ambos cuadros (absorción y flexión) es idéntico. La única diferencia entre ambos cuadros es el peso final del conjunto, algo superior en la CF por el grado de las fibras de carbono, que siguen el mismo orden y dirección que en su hermana SLX.

    Volviendo a lo anterior: ¿Realmente se ha preocupado Canyon de dotar a la Exceed de un comportamiento dinámico en el que las aparentemente antagónicas palabras “confort” y “rendimiento” puedan darse la mano?

    Dejaré el desarrollo de la respuesta a esa importante interrogante, y la presentación de otras, para la siguiente entrada ;)
     
  6. ivagoc

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    Bien por tu reporte, gracias por estarlo publicando @isengarder he encargado una SLX y en el corto plazo la estaré comparando en físico también con mi GC SLX . Espero con ancia tu siguiente publicación.
     
  7. ivagoc

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    Se me fue un terrible error ortográfico! "ANSIA" en lugar de "ancia" hasta al mejor cocinero se le va un tomate entero!! :)
     
  8. isengarder

    isengarder Miembro Reconocido

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    “Confort” y “Rendimiento” son dos términos que las marcas deben emplear con cierto tino, pues a los profesionales (sobre todo los de carretera) eso del “confort” les suena a blandura, y a que, a la larga, van a tener que hacer más fuerza para enfrentarse a sus otros rivales que sí van subidos en potros de tortura ultrarrígidos, que es lo que demandan a sus patrocinadores. Dale una bicicleta cómoda a un profesional, y le verás pedalear angustiado buscando por dónde está perdiendo potencia.

    Un profesional (sobre todo de carretera) suele pedir a su bicicleta la máxima rigidez; la máxima sequedad de reacciones, en la búsqueda del no perder ni un ápice de potencia a la hora de apretar los pedales… Lo que no suelen saber los profesionales del ámbito de las dos ruedas (que, dicho sea con todos los respetos, raras veces compaginan su deporte con estudios de ingeniería industrial; principalmente por falta de tiempo, o de interés), es que la máxima rigidez por sí misma no es la panacea del rendimiento deportivo, y que una bicicleta ultrarrígida puede acabar por generar más fatiga muscular que aprovechamiento de la potencia generada por esos mismos músculos.

    En Canyon llevan muchos años siendo conscientes de ello, y por eso mismo sus bicicletas dan especial importancia a la correcta absorción de vibraciones, como vía de protección contra la fatiga muscular que produce la repetición sostenida de miles y miles de micro (y macro) impactos que deben ser amortiguados por la musculatura del ciclista. Sus bicicletas, y por supuesto también la Exceed, incorpora en su desarrollo la tecnología VCLS, con soluciones específicas patentadas por Canyon (el ejemplo claro de sus resultados lo tenemos con los gráficos de mi anterior entrada, que hacen referencia a una de sus bicicletas ya en 2010)

    La tecnología VCLS son las siglas que emplean en Canyon para “mitigar” el impacto que produce a los profesionales el conocer su significado: “Vertical Comfort Lateral Stiffness” (Confort vertical rigidez lateral), y es que, efectivamente, una correcta absorción de impactos y vibraciones incide de manera muy positiva en deportes de esfuerzo continuado como es el ciclismo. O al contrario: Una bicicleta que no absorba impactos ni vibraciones, hará que terminemos una ruta “deslomados”. Si alguien os dice eso de que “una bici de competición tiene que ser por su propia naturaleza incómoda”, no os dejéis engañar: Es FALSO. Una bicicleta de competición no tiene por qué resultar incómoda. Es más, NO DEBE resultar incómoda si queremos evitar lesiones o, simplemente, si queremos disfrutar con nuestros propios retos. Que no os engañen: Una bicicleta incómoda, es una bicicleta mal diseñada.

    Cosa distinta son las “cabras” o bicicletas de contrarreloj. Ahí la comodidad suele quedar supeditada a una postura extrema, y a geometrías específicas, que buscan deliberadamente el aprovechamiento físico y aerodinámico más eficaz. En esta disciplina concreta, la posición de la cabeza, o de los codos, incide en segundos ganados o perdidos. La comodidad se olvida (en no pocas ocasiones por simple ahorro de costes de construcción y diseño) en pos de la obtención de un resultado muy específico en unas pruebas muy concretas, con atletas muy entrenados. Este es otro tema, que me haría apartarme del objeto del post, pero entiendo apropiado dejarlo al menos apuntado.

    Como decía, la tecnología de materiales VCLS busca proporcionar absorción frente a impactos verticales, que son los que recibimos en nuestras manos (en MTB, ayudados por las horquillas) y, sobre todo, en las lumbares. Quien ha sufrido los rigores de exponerse a una bicicleta ultrarrígida, sabe de lo que hablo. El dolor que causan estas bicis en la parte baja de la espalda puede llegar a ser invalidante en plena ruta, o simplemente, desembocar en una lesión. Pero aún así, hay quien duda: “¿No es acaso incompatible el aprovechamiento de la fuerza de la pedalada, con la flexión indeseada de, por ejemplo, el triángulo trasero de una bicicleta frente a una presión vertical (la que se produce al pedalear)?

    Pues sí, y no. La cuestión se encuentra en determinar con precisión científica (y no meramente terminológica) cuáles son las deformaciones y torsiones que se producen con el pedaleo, y la solución pasa por neutralizar precisamente esas deformaciones y torsiones, generalmente oblicuas, por cuanto que pedaleamos con un pie cada vez, y no puramente verticales. Nuevamente, los ingenieros de desarrollo tienen las claves del desarrollo de los materiales para buscar la máxima rigidez lateral (la que neutraliza la torsión producida en el pedaleo) mientras que se mantiene la capacidad de absorción de impactos verticales, que son los que deriva el terreno directamente sobre nuestro cuerpo. Y la Exceed proporciona una comodidad de marcha en los terrenos más comprometidos que resulta tan sorprendente como fascinante para una rígida 29er ultra reactiva como es ésta bici. Pude comprobarlo en un test tan exigente como es una carrera MTB de seis días de competición de máxima exigencia, como es la Andalucía Bike Race. Ni un solo dolor, ni la más mínima molestia en la zona lumbar.

    Pero, cuidado: Una bicicleta se conforma por la suma de todos sus componentes, y hay un componente fundamental en el resultado final en términos de confort de la Exceed: La tija VCLS Post 2.0. La Exceed es una bicicleta más exigente a nivel físico, si no lleva esta tija, si bien debe añadirse que las molestias sólo comencé a notarlas a partir, aproximadamente, de las 8 horas de una ruta particularmente exigente en cuanto a lo roto del terreno por el que discurre (Maratón Bajo Tiétar)

    Puedo afirmar lo anterior con tanta rotundidad porque tengo la prueba de contraste que me permite afirmarlo así. Pasé 6 días de intensa competición en la ABR'16 sin una sola molestia a nivel lumbar, y sin embargo, en la Maratón Bajo Tiétar de 2016, que me tomé en modo recreativo, montando la tija telescópica (Reverb) para ir más cómodo en algunas zonas, acabé sufriendo ciertas molestias a nivel lumbar durante la última hora de carrera que, reconozco, me sorprendió tratándose de la Exceed, a pesar de que la marcha no era precisamente suave a nivel de exigencia física, ni yendo más relajado de lo habitual:

    MOMBELTRAN.jpg
    De lo anterior se desprende algo que resulta importante tener en consideración: La Exceed es una bicicleta que, de no contar con la absorción extraordinaria que ofrece la tija VCLS Post 2.0, puede acabar provocando molestias en rutas especialmente largas, o con terrenos (como es el de la Maratón Bajo Tiétar) que no da descanso al cuerpo. Ojo, pues, si pretendéis ahorraros algunos gramos metiendo una tija más ligera que la VCLS 2.0, sobre todo en carreras, o rutas, que superen las 8 horas de duración. Personalmente, no recomiendo cambiarla. La comodiad que proporciona justifica con creces esos gramos de más que, por otra parte, la Exceed ya compensa más que sobradamente por su propia esbeltez y peso, aunque ya sabemos todos a qué límites nos puede llevar la obsesión por el peso. Pues bien: Comprad un portabidón más ligero, o llevad la multiherramienta más compacta y ligera del mercado, pero no prescindáis de la tija VLCS 2.0; algo que, como veis más abajo, yo no hago, ni en la GC, ni en la Exceed.

    VCLS.jpg

    De hecho, la propia Canyon lo especifica y detalla. Es cierto que tendemos a no creernos demasiado lo que las marcas dicen de sí mismas, pero con Canyon, mi experiencia me dice que sí debemos (y podemos) creer lo que dicen de sus propias bicicletas. No mienten cuando las detallan; no mienten cuando otorgan importancia a un componente específico de una bicicleta al centrarse en en el confort que proporciona la tecnología VCLS, que debe entenderse como un todo en el desarrollo de la bici:

    Komfort.jpg
    Y es que, si bien es cierto que el triángulo trasero de la bici ofrece por sí mismo cierto nivel de absorción que se agradece sobre todo a la hora de no perder contacto con el terreno cuando vamos rápido en terrenos rotos, (de lo contrario, además, el dolor me habría aparecido bastante antes de las 8 horas que tardó en presentárseme, tal y como me ha pasado en otras pruebas, y con otras bicis—particularmente en una 24Doce que tuve que padecer a bordo de una Trek X-Caliber, por rotura de la Trek Superfly 100 que inicialmente iba a haber utilizado), cuando nos enfrentemos a pruebas MTB maratón realmente largas, o particularmente ultra maratones, ojo a prescindir de este componente que, como vemos en el gráfico de más abajo, es el que más nivel de comodidad nos puede proporcionar sobre la bici. Ah, y no, por si os cabe la duda: No flexa mientras pedaleamos, ni provoca dolor de rodillas por alterar la altura desde la que pedaleamos, descuidad.

    deflection.jpg
    Bien… Creo que he desarrollado con la suficiente amplitud y detalle lo que se refiere a los aparentemente antagónicos “confort” y “rendimiento”, que se mezclan en relación verdaderamente simbiótica en la Exceed. Si tenéis alguna duda más concreta, no dudéis en plantearla, y trataré de responderos.

    Mi próxima entrada volverá a centrarse en la comparativa entre la Grand Canyon CF SLX y la Exceed, proporcionando los detalles y modificaciones que han conseguido alcanzar el notable ahorro de peso entre ellas; reseñaré su preocupación por diseñar prácticamente una bici diferenciada por cada talla que venden, dejando para el final mis comentarios y opinión, más personal y subjetiva, sobre el comportamiento dinámico, en marcha, de la Exceed, puesta en comparación con la Grand Canyon, y por sí misma considerada.

    Gracias por vuestro interés ;)
     
  9. ivagoc

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    Genial, disfruto mucho tus publicaciones. De hecho me he convencido en comprar la exceed cf slx, ahora es cuestión de esperar. Tengo una Nerve en 27.5 y una GC CF SLX ambas en talla M, pero ahora he decidido una S con la exceed ya que es lo que el sistema me marca, mis medidas son 1.69m con 80cm de entrepierna. Estoy un poco nervioso en tener la talla S sin saber si realmente es mi talla correcta. Tienes algún comentario al respecto?
    No te doy like porque hay un problema con mi app- que ha desaparecido esa opción

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  10. isengarder

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    La talla es una percepción muy personal... aunque sí puedo decirte que mi compañero en la ABR tiene unas medidas muy similares a las tuyas y llevaba la Exceed en talla M, que es la misma talla que llevo yo, que mido 1,79 con +/- 82 cm de entrepierna. Por otra parte, la Grand Canyon que tiene, es talla S, y también va muy cómodo. En bici de carretera, lleva talla S, y yo tengo la Canyon Endurace en talla M... Vamos, que la talla S le va bien, pero (igual que tú) se adapta sin problemas a una M. Llevando la S ganarás algo en maniobrabilidad, porque la postura es algo más compacta, manteniendo la misma longitud de vainas que en la talla M (las Exceed en talla XS, L y XL tienen distinto tamaño de vainas entre sí) El pedalier es de 170 mm, por 175 en talla M. La mayor diferencia que te va a proporcionar es que en talla S llevarás la tija más sacada que si tuvieras la talla M, y que irás unos milímetros más abajo y más corto de postura, pero igualmente cómodo.

    Si eres bueno técnicamente, te va a dar un poco igual cualquiera de las dos tallas, y entre ambas bicis sólo notarías un poco la diferencia de la postura más estirada a la hora de pedalear de firme, si hubieras seguido con la M. Si vas un poco más justo en bajadas técnicas, agradecerás la talla S,porque te va a permitir moverte con más soltura sobre la bici. Pero, en cualquier caso, no creo que notes una gran diferencia entre la talla S y la M, aunque viniendo de la GC, y además en talla M, ya te digo que vas a flipar con la diferencia en la postura de "ataque" sobre el manillar... Y con las reacciones de la bici en general.
     
  11. ivagoc

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    @isengarder
    Gracias por los comentarios sobre las tallas, se ve que también te apasiona esta disciplina y que estas también agusto con la marca Canyon. Para la GC he mandado pedir una potencia de 70mm con ángulo de -20° (FSA SL-K Drop MTB Stem) mi potencia actual es de 80mm con un ángulo de -6° , la nueva la he pedido de 70mm para ir un poco más corto e inclinado y adaptarme en lo que me llega la Exceed y poder evaluar posiciones como me lo has comentado. Tienes algún comentario sobre la potencia de -20° ? has intentado esa posición alguna vez?

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  12. isengarder

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    Hola Ivagoc. No; nunca he probado una potencia de -20º, ya que las talla M de Canyon se me adaptan como un guante (potencia a -6º yo también) sin necesidad de ponerla abajo del todo (no me gusta ir demasiado bajo de dirección, porque ya llevo la tija bastante sacada, con lo que la posición ya me resulta más alta de atrás sin necesidad de recurrir a grados extremos en la potencia), pero en el circuito profesional se ven con cierta regularidad las potencias "ultranegativas" para bajar el manillar, con lo que no me parece una decisión desacertada sino todo lo contrario, particularmente para la GC en talla M, teniendo en consideración tu estatura.

    Viendo que has optado por ponerte esa potencia en la GC, creo que has acertado decidiéndote por la talla S en la Exceed... ;)
     
  13. ivagoc

    ivagoc Miembro

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    Me ha llegado la Exceed CF SLX ya comentaré que tal la experiencia. ---

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  14. Curro82

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    Yo he tenido GC CF en talla M y ahora tengo Exceed en talla S. Mido 1,74 y 80 de entrepierna. Estoy mil veces más cómodo, bajo mejor y es mucho más manejable la talla S que la M. En la M me sobraba bici por todos sitios y me daba la sensación de ir montado en un caballo.
     

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