Ayer repetí otra edición de la Fiesta de la Bicicleta. Como siempre es una gozada rodar sin el ruido de los coches pudiendo pasear por algunas de las calles de Madrid de manera tranquila. Eso sí, es patético que para el único día que se corta el tráfico a los coches, y encima que es domingo por la mañana, que ya de por sí hay pocos coches, no se mantenga cortadas las calles sino todo el día, al menos hasta las 14:00. No sólo se abre el tráfico inmediatamente tras los últimos ciclistas, no llegando ni a las 2 horas en algunos tramos, sino que esta vez deján un paso muy estrecho en Plaza Castilla. En fin, lo de siempre, a los conductores, ayuntamiento y a muchos más les sigue incomodando que las bicis salgan a la calle. Pues muchos tendrán que irse acostumbrando a que en Madrid hay gente que no consideramos la bici sólo para hacer deporte o como ocio.