SEPTIMO ARTE Hoy voy a intentar trazar un paralelismo entre nuestra “excursioncilla” al castillo de nuestro santo patrón y el séptimo arte. UNA DE ROMANOS. Dicen que Roma no se hizo en un día; eso es porque los romanos eran unos “mingafrias, que vas a esperar de una gente que se ponía escobas en la cabeza para ir a la guerra. Si en vez del imperio romano estaríamos hablando del C.C.Corellano, bajo el mando del emperador Fernandum Cameus otro pelo les hubiera lucido. En ese caso Roma se haría todos los días para antes de la hora de almorzar, y por las noches la desmontaríamos y la recogeríamos en cajas de cartón, para volver a montarla al día siguiente. A las siete de la mañana se daba cita el emperador y algunos de sus generales con sus legiones para mandarlas a estas a la conquista de nuevas tierras. La legión se componía de 38 pechos de lata dispuestos a darlo todo en defensa de su maillot. Estos eran de varias cromatologias, predominaban el verde y el negro de nuestro club, también estaban los toriles y color sangre, como queriendo dar algún indicio. Había también hachabikes, algún ciclos López de Alfaro y un sinfín de colores sin denominación concreta. Este año no contábamos con ninguna romana el seno de la legión, aunque Almudena a estado toda la mañana apoyándonos en labores logísticas y fotográficas. Quien haya hecho la mili, ya sabe cómo va esto. El emperador nos deseo suerte y todas esas cosas y nos envió a la guerra, mientras que el se regresaba en su vehículo a su casa. Nosotros como disciplinados soldados, obedecimos sus órdenes sin rechistar. Aun de noche, aunque ya clareando abandonamos Corella, escoltados por una cuadriga de “legionarios municipales” hasta cruzar el rio. Como el día iba a ser largo, el ritmo inicial ha sido muy tranquilo, yo creo que bastante más tranquilo que en años anteriores. La ruta era la misma de todos los años. Al principio por el pareton, para continuar por Burcemay y desde aquí a Tambarria. A esas el sol ya parecía querer incendiar el cielo, y aunque la temperatura era agradable, todos mirábamos al sol y pensábamos que en poco tiempo le íbamos a agradecer su compañía. El viento todavía no había hecho acto de presencia, pero ya estaba comprometida su asistencia y ya sabíamos que el cierzo cuando dice que va a venir… viene. Ya de día hemos tomado la calzada de Pompaela (Pamplona) para así poder atravesar varios obstáculos que se nos presentaban de par de mañana, “el canalun, el ferrocarrulum, el rio Ibero, y la autopistam A-XV”. EL TRIANGULO DE LAS VALTIERRAS. Una vez abandonada la carretera entramos en una zona donde los GPS pierden cobertura, las brújulas se vuelven pijolas y en general a todos se nos pone una caraja del quince. La cosa parece fácil, pero cada año nos ponen una trampa nueva. Este año al llegar a la rotonda donde solemos tomar el camino que nos lleva hasta Valtierra, unas vallas cortaban el camino por las obras del tren. Así que aturdidos por la influencia del triangulo de las Valtierras, unos hemos saltado la cuneta, otros han continuado por carretera y mientras tanto Floren y Josemi en el coche haciéndose cruces sin saber a quién seguir. Por fin en un ataque de cordura hemos negociado con Santafe, y se ha ofrecido a sacarnos de este entuerto a cambio de que le devolviéramos el 50% de la cuota y aunque no tenemos poderes para negociar sin la autorización del presi hemos tenido que ceder, ya que intentábamos llamar por teléfono, pero por los teléfonos solo se oía cadena dial, debido a las influencias electromagnéticas de este maldito triangulo. LA COLINA DE LA HAMBURGUESA. Mítica cima la que se nos presenta desafiante. Las ordenes son claras, hay que conquistarla; cueste lo que cueste. A esta colina, nosotros la conocemos como el Yugo. Su nombre ya provoca correr de tripas. Al principio hemos empezado casi riendo, aunque hemos terminado sudando y mucho. La escuadrilla de Toriles ha dejado claro desde el principio que querían ser los primeros en tomar la colina. Igual que aguerridos infantes de marina se han lanzado sin importarles nada ni nadie. Estaba cantado que los demás íbamos a llegar al Yugo a mesa puesta. Por si fuera poco el comandante de los toriles, yakito, guardaba un as en la manga. A mitad de subida le ha ordenado al oficial de comunicaciones que pidiera apoyo a la caballería y en apenas unos segundos, ha aparecido un pedazo de tanque (John Deere) en el que se han parapetado todos; bueno todos los que tendrían huevos a subir el Yugo a mas de 25 km/h. Así que del tanque nos hemos ido descolgando todos y el último ha sido yakito, a quien solo le quedaba rematar la faena a puerta vacía. Después del trozo de descanso se ha desencadenado la última batalla donde yakito seguía siendo la rueda a batir, bairy78 ha protagonizado una remontada espectacular, para firmar el según puesto y Toño a completado el pódium, dando tiempo a txiki, torrente y ya poco a poco todos los demás. Después de una gran victoria toca la celebración, una mega fiesta con chicas, alcohol y música. Hoy nos hemos tenido que conformar con unas barritas en la balsa que hay al bajar del Yugo. Es lo que tiene la dura vida del ciclista. FLORENCE DE ARABIA (con Peter Otul) Florence de Arabia es un conocido beduino que se encarga de guiar expediciones de mercaderes para atravesar el desierto del plano bardenero. Conocida por estos lares es su silueta a lomos de su camello (el patrol del ayuntamiento) con la compañía de su inseparable amigo Josemi. En esta ocasión era el mundo al revés, ya que el guía iba todo el rato en posiciones traseras y la caravana de mercaderes pedaleábamos en todo momento delante de él. Aunque este desierto es famoso por inhóspito y cuenta con muchas historias de trágico desenlace en esta ocasión fue un paseo. Solo hay que reseñar una caída de Joaquín, aparatosa, pero sin graves consecuencias. También hay que decir que como había prometido el cierzo ya estaba aquí, y había venido para quedarse. Como decía; Florence nos condujo con éxito a través de la bardena y el plano, y al poco de bajar el plano llegamos hasta el oasis de La Oliva, donde el daba por concluida su labor y beduino y mercaderes nos felicitábamos por el éxito de la expedición. SENDEROS DE GLORIA. Estábamos apenas a unos kilómetros de la primera gran parada del día, aunque eso no quiere decir que la cosa iba a ser relajada. Nada más tomar la carretera de Carcastillo las cadenas se apuntaron todas al plato grande. Parecía claro que el viento iba a hacer necesario que empleáramos la cabeza, además de las piernas. Íbamos subiendo a la cabeza los íbamos a luchar por la gloria en Carcastillo. Toño ataco demasiado pronto, quizás por ser desconocedor de la etapa, y de su trabajo nos aprovechamos el resto. A un kilometro más o menos, ya estábamos allí todos los candidatos. Yakito ataco arrastrándonos al resto, hasta que al llegar a la entrada al pueblo ya no quedábamos más que cuatro o cinco. Ya dentro de la localidad torrente y Yakito aflojaron la marcha y en los últimos metros quedamos en cabeza rec y yo. Las piernas ya empezaban a flojearnos a los dos y yo casi firmaba la plata, pero… Al llegar a la última recta veo a Almudena con su cámara de fotos dispuesta a sacar una foto del que llegue primero. Siendo como soy un chupacamaras y sabiendo que iba haber pruebas graficas de la victoria, me puse en pie sobre mí maquina, me olvide de que rec es mi primo y en un acto de miserable egoísmo acelere hasta la línea de meta. ¡pirata campeón! Todos los vecinos de Carcastillo han salido a la calle a vitorearme, aquello ha sido un sin parar de hacerme fotos y firmar autógrafos, las calles atiborradas de aficionados venidos de toda Europa, unidos al grito de ¡pirata, pirata, pirata! Este último párrafo, no sé si fue exactamente así, o lo he soñado; pero no importa demasiado. MI GRAN BODA GRIEGA. Que almuerzo ni que *******, esto parece ya un banquete de boda. Por varias cosas, una por los comensales, más de cincuenta estábamos. Entre bikers, bikers de la media javierada y apoyos, como digo más de cincuenta. Ojito también con el menú, aparte del típico menú colesterol, a los postres rosquillas de la María Antonia, pero a discreción y para rematar, champan. Como decía, igual que en una boda. Como no, txupitos y para dar más realismo al asunto, hasta borrachos cantado villancicos con una botella de anís y una cucharilla. Como esto siga así, vamos a tener que hacer la javierada con traje y corbata. RIO BRAVO. Por fin el sheriff se iba a incorporar a la expedición. También habíamos adquirido cuatro caballos de refresco, y con eso esperábamos que la diligencia aumentara su velocidad. José Daniel se ha tomado su papel de caballo de refresco con una seriedad máxima y nada más salir de Carcastillo se ha puesto en cabeza y hasta llegar a Murillo no ha abandonado esta posición. Después de Murillo llega un repecho, que en condiciones normales es una tachuela; pero teniendo en cuenta el momento del día, no lo es. Cuando empiezas a subir, en el estomago entran en estado de centrifugación los huevos, la chistorra, el jamon, las patatas, el champan, las rosquillas, los chupitos, el café, la barrita de la mañana y hasta los calamares que te comiste el día de tu primera comunión. Un mal rato que había que pasar. Al final del repecho abandonamos la carretera y tomamos la ruta del salmón; rio arriba. Este año tocaba la margen derecha y aunque algunos dicen que es más dura, a mi me gusta más porque es mas camino de btt. En este tramo Jorge (Gutëmberg) se ha subido a la diligencia, ya que no estaba pasando un buen día y no quería ralentizarnos el paso al resto. Aprovechando el impas algunos hemos optado por aligerar equipaje, valiéndonos de la diligencia. Ese ha sido mi caso. Yo, como siempre confiado y bienpensado; he dejado mi caballo al cuidado de los que tengo por “amigos” y cuando he vuelto. ¡Oh sorpresa! Mi caballo no está. Ellos me han contado que dos docenas de Siux les han tendido una emboscada y que no han podido hacer nada para defender a mi propiedad equina. La verdad es que los quería creer, pero… había que verles las caras. No pasa nada, les he comentado: para este ritmo que llevamos os puedo acompañar tranquilamente corriendo, ja, ja. Al final el tema se ha solventado, he encontrado a mi montura malherida a unos metros entre unos arbustos. Ya sé que este el precio que tengo que pagar por estar todo el año tocando los *******. No nos faltaba mucho para llegar a otro punto caliente del día, Gallipienzo. Esta parada es famosa por la fruta y alguna rosquilla y por que también hay meta volante. Toño no estaba dispuesto a que se le escapara como en Carcastillo, así que como no conoce el terreno ha optado por atacar de lejos y que sea lo que dios quiera. Txou, que es de mecha corta, se ha ido a su rueda y los dos en solitario se han plantado en Gallipienzo, aunque Toño unos metros por delante. EL DIA DE LA MARMOTA. Todo vuelve a empezar y todo se repite. Después de comer algo de fruta en Gallipienzo y echarnos las típicas fotos, tomamos rumbo a Sanguesa. Como digo todo se repite y como en otros parones se empieza despacio, pero la etapa nuevamente termina en meta volante, en esta ocasión la de Sanguesa. Después de circular unos kilómetros tranquilos cuando se va oliendo la llegada la cosa se calienta y como estamos en el día de la marmota la cosa acaba como siempre. Yakito es el que pega el ultimo hachazo y el resto nos vamos descolgando poco a poco, hasta que el llega en solitario y después vamos llegando un rosario de bikers con cara desencajada reconociendo la imbatibilidad de este monstruo. ASALTO AL CASTILLO. Una vez en Sanguesa, acordamos que cada cual elige su camino para conquistar el castillo. La mayoría optan por la carretera y de ellos no puedo contar nada porque no sé como ah sido la cosa. Los que hemos optado por el camino hemos subido como siempre; sacándonos los ojos. Nuevamente los toriles se iban a encargar de llevar el peso de la subida. Jifanel enseguida se ha desentendido de la batalla, y rec se ha quedado con su sobrino, así que allí nos hemos quedado Santafe y servidor para servirles de carnaza a estos caimanes. El resultado era previsible, los toriles han copado el pódium. Yakito, bairy78 y Josean se han presentado en solitario yo me he colado detrás y quinto, otro toril, torrente, dando tiempo a Santafe y al resto de los que han venido por camino. Poco a poco han ido llegando los que venían por la carretera y después de inmortalizar el momento y ya que no nos han dejado asaltar el castillo, pues hemos decidido asaltar el bar. Ya con los gaznates mojados hemos subido en grupetas a Yesa, para darnos una merecida ducha y después de estabular los caballos disponernos a comer. SONRISAS Y LAGRIMAS. La comida no ha sido nada del otro jueves. Aquí tengo que descargar de toda responsabilidad al presi, y para el que no se haya enterado y haya notado diferencia de años anteriores y hoy voy a aportar un poco de información. Fernando llamo para concertar la comida y quedo con el restaurante en hacerlo como en años anteriores. El problema ha venido a raíz de que el local ha cambiado de dirección y los nuevos dueños no sabían nada de lo que acordábamos en años anteriores. Sirva como anécdota para ilustrar el tema, que a la hora de cobrar, han tenido que llamar a los anteriores dueños para ver que nos cobraban. Dicho esto y aunque suene raro; la comida, es lo menos importante de la comida. Lo realmente importante es sentarnos a comentar todo lo sucedido en el día y reírnos, reírnos mucho. Así pues entre plato y plato ha habido muchas risas y muchas sonrisas, pero a los cafés, y para completar el titulo de la película iban a llegar las lagrimas. Llegado el final de la comida, le reservábamos al presi una sorpresa. Miembros del club y simpatizantes le habíamos comprado un regalillo, para que los disfrute con Cristina. Sin duda no es ni una parte de lo que se merece, pero queríamos tener un detalle con él. Fernando, dando muestra de la gran persona que es se ha emocionado, y mucho, no se lo esperaba y le hemos cogido con la guardia baja. Al rato cuando ha podido nos ha dado las gracias, pero las gracias se las tenemos que dar nosotros a él. La fotografía cachonda del día ha sido cuando estaba pagando la cuenta al tiempo que lloraba como una magdalena; y los que lo estaban viendo, estarían pensando: ¡***** que clavada le han debido meter! Bueno creo que con esto es suficiente, Solo me falta decir; gracias, muchas gracias a todos. Hemos pasado un día magnifico, y el año que viene repetiremos, todos y alguno más que este año por diversas cuestiones no ha podido. Ahí va también como despedida la carta que en nombre de todos le dimos a Fernando. Hace ya más de veinte años, que se dice pronto, que llevas desviviéndote por este club y por cada uno de sus integrantes. Todos sabemos que lo haces con todo el cariño del mundo y sin esperar nada a cambio. Lo cierto es que nuestra posición es muy cómoda, nos lo das todo hecho y como pago lo único que te llevas de vez en cuando es alguna que otra crítica, que tiene narices la cosa. Este año hemos pensado que ya va siendo hora de que reconozcamos tu trabajo y tus muchas horas empleadas en nuestro disfrute. Así que hemos decido que nuestro agradecimiento se revele en algo más que unas palmaditas en la espalda y en un ¡ha estado todo de **** madre, Fernando!. La verdad es que si fuéramos justos te merecerías una pensión de por vida o un piso en la costa o como poco un Mercedes descapotable. Pero en este club todos somos muy modestos, y además si te regalamos un coche ¿Qué te regalamos cuando el club haga las bodas de oro? Que las hará. ¿Un avión?. Todo este palabrerío es solo una excusa, para que seas víctima de un chantaje. En realidad somos una panda de “güebones” y esto no es sino una manera de presionarte para que sigas haciéndonos todo el trabajo sucio durante unos cuantos años más. Te damos este obsequio, que aunque es una mínima parte de lo que te mereces va acompañado del abrazo de todos y cada uno de nosotros. No lo recibas como un reconocimiento a tu labor como infatigable presi, que también. Recíbelo como un detalle de tus amigos, porque eso es lo que somos todos. TUS AMIGOS. Por cierto ¡¡¡Ha estado todo de **** madre, Fernando!!!
La crónica de hoy, empieza desde ayer. Tenemos que hacer lo que en términos cinematográficos se denomina un “flashback”. Así pues nos remontamos a la tarde del sábado, cuando se empezó a gestar la etapa dominical, en el wasas. El grupo de wasas, más que de un club ciclista parecía el de un grupo de quince añeros preparándose para salir de marcha. Que si a las nueve es tarde, que si a las ocho es pronto, que si a mis amigos les dejan más. Total que en un ataque de putinismo (de Vladimir Putin) se me hincharon los … y dije a las nueve y punto, y que no se rebote ni el tato que como me ponga tonto, invado Crimea. El prologo de la etapa no iba a terminar aquí, ya que antes de montarnos en la bici, había que decidir que indumentaria vestir, y llegados a este punto, alguno ha hecho como las mujeres antes de ir de boda. Es decir, poner toda la ropa que hay en el armario encima de la cama e ir descartando una a una todas las prendas, hasta dar con el conjunto perfecto. El resultado ha sido variado, corto integral, culote corto y maillot largo, piratas, culote largo maillot corto y la opción coronel… ponerse todo. Con todo y con eso nos hemos dado cita en el hotel nueve jinetes y sus respectivas monturas, a seguir: metalworker, bairy78, txou, Tito, Jabitxu, Montorio (Javier), pilo,jifanel y pirata. En principio no había ruta predeterminada, pero a algunos nos rondaban algunas ideas por la cabeza. Después de cuatro bromas matutinas y los reglamentarios saludos, y sin demasiada demora nos hemos puesto en marcha. Como casi siempre hemos empezado por el Ombatillo y a continuación Morterete. Al llegar a la muga de Alfaro, los cabeceros del grupo han optado por el camino paralelo al barranco de cantares en vez de la variante Jacinto, al parecer la gente barruntaba que la etapa iba a tener su enjundia. Del camino del barranco hemos llegado a la venta del Pillo, poco después tras un giro de 180 grados hemos llegado hasta la cara sur del grifo y desde ahí en un abrir y cerrar de ojos hasta el alto de Valdecalera. Por pura deducción, si estamos arriba; toca bajar, ósea “gosaaaar”. El descenso de Valdemadera es un txikipark, para los bikers. Plato grande, soltar frenos y que sea lo que dios quiera. A mitad de descenso, donde confluyen las dos posibles trayectorias, hemos realizado una pausa, que alguno ha aprovechado para quitarse algún forro. Tras reanudar la marcha y después de un kilometro de carretera, nos hemos presentado en las Ventas, donde tocaba cruzar el Alhama. Dicho y hecho. Yo, subo un par de piñones, y para allá que me voy. Pero ha habido un problema; me he olvidado de que esta mañana me rodeaba de moñas. Así que ahí estaba yo a un lado del rio y al otro mis compañeros deliberando que hacer. Los bairys, no se lo han pensado demasiado y después de ver que no me ha llegado el agua a la cintura han seguido mis pasos. Lo de el resto ha sido de traca, todos descalzos con las zapatillas en el pecho o en las manos, incluso alguno que se hace llamar legionario; ¡ahí, que vergüenza para la legión! Después de este lamentable episodio hemos reemprendido la ruta. Tras 500 metros por la pista de Cabreton, hemos tomado el camino que discurre por el barranco del Añamaza en dirección sur, hasta llegar a la base de las palomeras. Esta subida la hemos afrontado por la parte derecha para a mitad de ascenso tomar el camino que va por la ladera, siempre en dirección sur, hasta girar bruscamente a la izquierda y comenzar una bonita zona de toboganes. Subir y bajar, y subir y bajar, y subir y bajar; hasta que cuando el camino se orienta a la pista de Valverde lo abandonamos por la izquierda y empezamos una subida constante hasta el punto más alto de la carreta del Ospinete. Llegados a este punto descendemos unos metros y de nuevo para arriba por el camino que corona en la caseta verde. Bueno, es hora de comer, que un plátano ya nos lo merecemos. También aprovechamos el receso para hacernos unas fotos y comentar las incidencias de la mañana. A partir de aquí mi intención era descender hasta la carretera de Madrid, y después de cruzarla continuar la mañana por una zona muy elegante que descubrimos el año pasado. Nada más comenzar el descenso, Montorio pincha. Todo parece indicar que se trata de un llantazo. El equipo de mecánicos se ha puesto manos a la obra y hemos hecho un cambio de neumático que ni el equipo Ferrari; si es que al final las lecciones del presi han ido calando en el personal. Seguimos bajando y me dejan a mi delante… insensatos, como si yo supiera por donde quiero bajar, es mas hasta en dos ocasiones bairy78 ha intentado reconducirnos y yo nada, empeñado en no hacerle caso y al final, cagada. En vez de en la carretera de Madrid, nos hemos presentado en la de la Nava y ya no era cuestión de volver, porque se nos iba a hacer tarde. ¿Qué quiere decir todo esto? Pues muy sencillo; que son las doce y estamos en Fitero. Se dan las circunstancias idóneas para subir a la Atalaya, a mi que falta tiempo para proponerlo, y mis compañeros que son todos unos “pecholatas”; pues eso todos para allá. Hemos optado por la que sube hacia Sancho Varón, cuando llegas a la bifurcación de la escombrera, ya que es la que nos va aproximando más hacia territorio corellano. Era la última subida de la mañana y todos teníamos ganas de quemar un poco de carbonilla, así que hemos llegado prácticamente de uno en uno. Después de la penúltima pausa del día en la balsa que esta a unos pocos metros del alto, hemos bajado a ritmo alegre hasta el camino de Fitero y al llegar a este hemos girado a la izquierda en dirección a Morterete. La idea era regresar por la cuesta del Luismi, aunque únicamente lo hemos hecho bairy78 y yo, ya que el resto no tenían ganas de saltar una valla de alambre. El divorcio ha sido momentáneo, ya que ellos han elegido la variante Jacinto y en apenas unos minutos nos hemos vuelto a fundir en un solo grupo. Ahora solo faltaba desandar los primeros kilómetros de la mañana, primero por Morterete y luego por el Ombatillo. Eso no quiere decir, que estuviera todo hecho, ya que como todos sabéis, cuando llegamos a nuestra querida ciudad por este ruta hay gran premio Cepsa y naturalmente se disputa como si fuera la última etapa del tour. Bueno no me queda mucho más que contar, únicamente que ha sido una mañana casi perfecta. Temperatura ideal, sin un pelo de viento, recorrido no demasiado largo pero bastante exigente y muuuuuyy bonito y sobre todo, inmejorable compañía; aunque alguno se haya descalzado para cruzar el rio, je, je. Nos vemos en los caminos.
Domingo de ramos. Bien, bien; pero lo de hoy también podría llamarse viernes de dolores, o domingo de resurrección. En total hemos sido once los apóstoles de la bici, los que hemos salido a proclamar la palabra de nuestro señor presidente. Supongo que no hemos llegado a doce, como mandan los cánones, por el tema de los recortes. Los apóstoles hemos sido: jifanel, pilo, el colegiado, Txemi, Jabitxu, Tito, Luis (un madrileño), Alfonso, que ha resucitado, yakito, metalworker y pirata. Naturalmente, que hayamos salido los once juntos, ni mucho menos quiere decir que los once iríamos a llegar juntos a nuestro punto de partida. La hora acordada para la salida era las ocho y media y la primera labor del día era felicitar a yakito, ya que hoy era su cumpleaños. Cumpleaños de verdad, no como el mío de ayer. Ya teníamos dos terceras partes de la etapa cerradas, la hora y los bikers, solo faltaba un pequeño detalle… el recorrido. Últimamente, no sé qué sucede, que mis compañeros me preguntan por el recorrido, y lo que es peor, me hacen caso y me siguen. Eso solo puede significar dos cosas. Una, que a mí me este entrando el conocimiento; o dos, que ellos lo estén perdiendo, y dicha sea la verdad, no se cual de los dos escenarios me preocupa más. El despuntar de la mañana ha sido a ritmo muy suave, hemos tomado el camino al Villar y desde ahí a la villa vecina rio arriba, Cintruenigo. Una vez aquí, por el camino del camping hasta Fitero, donde unos hemos optado por el senderillo de al lado de la acequia, y los que tienen cuatro perrillas que perder se han ido por el pueblo; para luego fundirnos de nuevo en un solo grupo a la salida de Fitero. Llegados a este punto se ha producido la primera deserción del domingo, cuando Alfonso ha pensado, acertadamente, que le íbamos a dar un buen calentón para su primer día y ha continuado por la carretera a su bola. El resto hemos seguido por el camino de la vega hasta la pista de Cabreton. En esta zona la panorámica era espectacular, el valle del Añamaza nos ofrecía una vista de postal. La primavera y el sol a baja altura se combinaban en simbiosis perfecta, lástima que esta bucólica paz pronto iba a quedar atrás. En realidad éramos nosotros los que la íbamos a dejar a nuestras espaldas. En poco más de dos kilómetros hemos girado a la derecha, para remontar la pesquera por la cara este. Realmente esta subida no es demasiado exigente y ni tan siquiera requiere del plato pequeño. Lo que realmente la ha hecho dura ha sido el ritmo, al menos para mí, que he osado a desafiar a los dioses, léase, pilo y yakito. Al coronar hemos realizado la primera de las múltiples paradas de la jornada. Todos juntos de nuevo hemos bajado hasta la zona de la Albotea donde hemos girado a la derecha, para llegar por la senda hasta el puente de hierro y salir en el árbol caído a la carretera de Cervera. Hasta el momento todo iba bien, demasiado bien; así que metalworker se ha encaprichado con pinchar. La cosa ha ido más o menos rápida y en cinco minutos y entre todos le hemos apañado los cuartos traseros de su montura y nos hemos puesto de nuevo “pedales a la obra”. Cruzamos la carretera, ya empezamos a subir por una cuesta inexplorada por casi todos los integrantes de la expedición. A esta subida la hemos bautizado como la del tubo de escape, debido a que jifanel un día en labores de indio rastreador dejo desprovisto de este citado dispositivo a su coche. Todo seguía yendo bastante bien, pero metalworker se ha empeñado en pinchar nuevamente. A decir verdad, lo que ha pasado es que la cámara que ha puesto en la anterior ocasión estaba ya pinchada. Cierto es que por un momento se han despertado sus perores pesadillas y pensaba que ya estaba de nuevo como el año pasado cuando pinchaba más que un cactus, y los domingos no hacía con media docena de cámaras. Aunque por fortuna para todos nosotros ha sido una falsa alarma. Vamos a seguir con nuestra subida. Nuevamente de trata de una subida no demasiado exigente, aunque muy bonita, es un camino poco, o casi nada transitado. Típico camino de pastores con piedra suelta y un par de pasos comprometidos pero practicables. En realidad se trata de remontar la sierra que hay entre la carretera de Cervera y el barranco de Canejar, para acabar descendiendo hasta este. Justo al terminar el descenso, viramos a la izquierda para volver a ascender a la sierra en esta ocasión por el camino de los repetidores. Aquí repetimos el menú de casi toda la mañana, subida no demasiado exigente, pero subida al fin y al cabo. Aquí Luis se ha borrado y se ha vuelto hacia Rincon de Olivedo para regresar a casa por carretera. Nosotros nos hemos partido en dos grupos. Cuando los primeros ya llevábamos en el primer desvío cinco minutos esperando, nos hemos empezado a preocupar y nos hemos dado media vuelta a buscar al resto. “Hay que joderse” se han metido por un casi camino que no va a ninguna parte y se han cruzado con el único tractor que había en diez kilómetros a la redonda. Le han preguntado al tractorista que si ese camino empalmaba con el de los repetidores, alojando así la esperanza de no tener que regresar al punto de partida, pero… su gozo en un pozo. De nuevo reunificados, hemos continuado ascendiendo al primero de los repetidores y seguidamente al segundo. Aquí nueva parada, foto, barrita y trago. Reemprendida la marcha, aun quedaba subida aunque bastante más suave, y en unos diez minutos hemos llegado al corral donde empieza la GR que en un espectacular descenso nos conduce hasta Cervera. Jifanel, Tito, Jabitxu y yo hemos elegido este descenso, mientras que el resto han optado por el camino. El descenso lo hemos realizado a ritmo bastante tranquilo. La verdad es que estaba en muy buenas condiciones. Cuando ya llegamos al balcón donde se divisa Cervera, hay un paso complicado de piedra con pronunciada pendiente y un giro de 180 grados. Yo en ese paso casi siempre me he descabalgado, pero hoy me notaba capaz de afrontarlo montado. Pues me he equivocado. La caída ha sido casi en pardo, pero ¡¡¡*******!!! Que duro esta el suelo. Por suerte el incidente ha sido antes que el punto más comprometido, donde sí que ya no hay escapatoria. Todo se ha saldado con un rasmazo en la pierna, otro en el codo y la mano izquierda hinchada. En Cervera hemos vuelto a converger los dos grupos. Yakito y Jabitxu se han vuelto para llegar a buena hora a casa, ya que tenían compromisos. El resto hemos ascendido el puerto de Cervera, unos por el sendero y otros por la carretera, para a continuación seguir en trayectoria ascendente hasta el alto de Valcurnia, ya nuevamente por pista. Desde aquí hemos descendido hasta la pista de Cabreton, descenso en el que a jifanel se le han puesto un par de veces por corbata, y a continuación por el camino de la vega, zona donde hemos perdido el contacto visual con el colegiado y Txemi. Ya en la carretera del Ospinete los hemos vuelto a ver, aunque en Fitero los hemos vuelto a perder ya por el resto de la mañana. Desde Fitero hasta Cintruenigo hemos bajado a ritmo alegre y ya desde aquí a casa ya tranquilitos por el Villar y el camino bajo. Aunque de los once que hemos salido únicamente hemos llegado cinco hermanados hasta Corella. Gracias a todos por preocuparos por mí. Estoy bien y por suerte para unos y desgracia para otros con ganas de dar mucha guerra. Por cierto que yo me he hecho daño, pero la piedra también se ha llevado lo suyo, no creáis. Bueno amigos, creo que por hoy ya está bien. Preparaos que se nos presenta una semana de penitencia ciclista. Nos vemos en los caminos.
Aunque ayer no era día señalado como de salida oficial del club, nos citamos por medios de última generación; ósea el whatsapp, con idea de pasar una mañana de btt, como diría yo… inolvidable. Inolvidable es el adverbio que más se adapta a la etapa de ayer. Nos costara tiempo olvidarla, ya que nos ha dejado secuelas psíquicas y físicas. Fuimos ocho los que nos enrrolamos en semejante aventura. A las nueve en punto partíamos del hotel, metalworker, Montorio (Javier), Tito, jifanel, bairy78, 4chichas(Luisja), Michel y pirata. La nomina ya presagiaba que algo iba a suceder, ya que la mezcla de pirata y jifanel siempre esconde sorpresas. Al principio no teníamos claro el rumbo, así que decidimos tomar el camino del Ombatillo en dirección sur y así mientras calentábamos decíamos el “camino” a realizar durante el resto de la jornada. A la altura de Morterete ya parecía que la madeja se iba deshaciendo y todos los puntos de mira apuntaban hacia Yerga. Ahora es cuando la matan, ya que a Yerga se puede ir por infinidad de caminos, cortafuegos y …. Después atravesar el barranco de Cantares, a la altura del corral de ovejas, optamos por la subida clásica, que empieza entre viñas y continua por el camino flanqueado de carrascas hasta ganar la pista de Autol. Durante esa subida ya quedo claro que apenas el camino pingara un poco, la batalla se iba a desencadenar. Al llegar a la pista de Autol, nos reagrupamos todos y ese era el momento donde se iba a empezar a escribir la tragicomedia del primero de Mayo. A nuestros pies teníamos un pseudocamino que apuntaba hacia la cima de Yerga. El coronel propuso explorarlo y nosotros, que de disciplina militar sabemos un rato, no discutimos la orden y para arriba que nos pusimos a pedalear. Al poco de empezar, el camino confluye con un cortafuegos y ahí que nos quedamos nosotros meditando. Tito intenta hacernos entrar en razón y nos dice que ese lo ha hecho alguna vez andando y es muy, pero que muy pino. Esas palabras, a nosotros , lejos de hacernos recular nos espolean, y sin dudarlo tomamos la opción más irracional. Después de un rato de duras cuestas, pero todas posibles, llegamos a la pista principal de Yerga. En ese punto la pista y el cortafuegos coinciden perpendicularmente. Después de una breve conversación decidimos dividir el grupo en dos, unos por el cortafuegos y otros por la pista, acordando reunirnos en la cima. El cortafuegos es duro pero asequible. Las zonas más duras coinciden con pistas de aerogeneradores y el piso está en muy buen estado. Total que en unos pocos minutos llegamos a la cima y nos vamos en busca de nuestros compañeros, ya que arriba la mañana era bastante desapacible. De nuevo reagrupados tocaba decidir por donde continuábamos la mañana. A mí se me ocurre proponer buscar un sendero que me habían informado que descendía desde la pista, entre pinos hasta la yasa. La cosa quedo en el aire, y sin concretar demasiado nos lanzamos hacia abajo. Aproximadamente a un kilometro del monasterio, en una curva se adivina un sendero en la dirección que buscábamos. A pie de sendero hacemos una mini parada y mientras barajamos las posibilidades… bairy78 sin mediar palabra se arranca sendero hacia abajo. Al principio el sendero no presenta demasiado buen aspecto, apenas hay marcadas un par de rodadas entre arbustos donde cabe la bicicleta a duras penas. Pero todo eso a nosotros nos importa una ******, ya que una vez que uno se encarrila, el resto somos incapaces de no seguir su estela. Como he dicho, el sendero no apuntaba demasiado bien. Estaba claramente intransitado, pero la dirección era la adecuada y era descendente lo cual es una ventaja. Apenas en dos minutos ya habíamos hecho la primera parada, puesto que el grupo se iba estirando y el sendero lejos de mejorar hacia todo lo contrario. Alguno propuso volvernos antes de que aquello fuera a peor, pero no nos hacía ninguna gracia, porque en poco tiempo habíamos ganado mucho desnivel y volver sobre nuestras huellas parecía poco atractivo. Mientras deliberamos, nos cruzamos con Shandokan que venía en dirección contraria, y le preguntamos que porque se volvía; nos dijo que el camino estaba bien, pero que se volvía para afilar el machete, aunque… le adivine una sonrisa socarrona. Así pues decidimos continuar con la esperanza de que en algún momento las condiciones de la ruta mejoraran. Esto no sucedió, sino mas bien todo lo contrario. Aquello iba, como se suele decir de mal en peor; en mucho peor. Al poco el sendero se cierra y se cierra de vegetación, hasta que al final la espesura y algún que otro pino caído lo hacen impracticable. En este momento regresar era ya una locura; así que decidimos abandonar el “sendero” y empezar a bajar por una ladera donde se adivinan bancales donde andar, hasta sin bicicleta, era un infierno debido a lo espeso de la vegetación. Si bien en este punto darnos media vuelta nos parecía una locura, era solo una locurita y la opción que adoptamos a la larga se iba a tornar en una locura y media. Lo único que teníamos claro era la dirección que debíamos seguir, la única opción era intentar llegar a la yasa fuese como fuese. En ningún momento había camino y progresábamos muy lentamente reptando entre pinos o saltando arbustos, todo esto con nuestras maquinas a cuestas. ¡¡¡Una odisea!!! Hemos hecho muchas locuras con la bici, pero esta ha sido del top ten. Nos hicieron falta casi dos horas para hacer kilometro y medio, según los GPS, y literalmente nos costó sangre, sudor y casi lagrimas. De todas maneras y a pesar de todo la fortuna estaba de nuestra parte. A pesar de que todos llevábamos “las canillas” ensangrentadas, no tuvimos percances serios. Si tenemos ahí cualquier incidente de entidad, la única manera de evacuarnos hubiese sido un helicóptero y no estoy exagerando. Como digo la suerte nos enviaba pequeñas señales. Montorio perdió las gafas y las encontró en un lugar donde sería difícil encontrar un dos caballos naranja fosforito. Al poco perdió la bomba y la encontré yo. Y lo mejor de todo, y lo que sin duda fue el factor que más nos ayudo a salir de semejante liada; fue el humor. En ningún momento dejamos de reírnos de nosotros y a pesar de que éramos ocho gilipitxis perdidos en el monte íbamos a carcajada limpia todo el rato. Después de dos largas horas conseguimos descender hasta la yasa, a la altura del cortafuegos de Santa María. Era la una del mediodía, ya estábamos en territorio civilizado y casi sanos y salvos. Desde ahí había que regresar a casa. Lo que es el regreso, en cualquier etapa me llevaría un par de párrafos, pero hoy, y después de la aventurilla, lo resumiré en una frase. Volvimos todos juntos y punto. Esta vez nos hemos superado, a poco nos vemos como el último superviviente, durmiendo en la tripa de un camello. O lo que es peor, como el equipo de rugbi de los Andes, comiéndonos unos a otros. Ahí tenia las de ganar el 4chichas, que se hubiera quedado el ultimo, porque no vale ni para caldo. En fin que dentro de un tiempo nos reiremos de todo esto. ¡Que ******, yo me estoy riendo ya! Cuando queráis lo repetimos, ja, ja, ja.
Hola amigos. Desde el Club Ciclista de MArcilla, queremos invitaros a la BTT que hemos organizado para el día 10 de Agosto. Un recorrido espectacular. Ahí os cuelgo el cartel, con toda la info. Saludos