Aunque ya he expuesto mi visión del asunto antes, a modo de ejemplo pongo mi experiencia de ayer: -07:15. Se me abren los ojos. Qué pereza. Qué a gustito estoy en la cama. Venga me quedo 15 minutitos más. Por supuesto, me duermo. -08:40: Bueh, ya es tarde. Hoy no salgo. Además, parece que hay niebla y hace fresquete. "¿Ya te estás buscando excusas? Venga, hombre, desayunar, prepararte y salir son 40 minutos. Si a los diez minutos de rodar sigues sin ganas, te vuelves y ya está." Salí, casi con la esperanza de que subiendo a Galapagar se me cerrara del todo la niebla y media vuelta, pero ni siquiera había empezado a subir el puertecillo y ya se me había pasado la tontuna. Y "poyaque" estoy aquí, sigo hasta X, "poyaque" estoy en X, hasta Y, etc. Total, que me llegué a Navalespino, y allí me encontré con esta vista. Durante la subida fueron mejores. Me recordaron a días espectaculares en Asturias o Cantabria, salvando las distancias, claro. Si me quedo en la cama, me lo hubiera perdido. Un día precioso. La imagen no hace justicia. A la izquierda se ve la carretera que baja de Robledondo, que se ve al fondo, arriba, y donde se abrían las nubes. El robledal de Robledondo, con los colores del otoño, espectacular.
Es muy buen "truco" eso de pensar en montar 10 minutos y pirarse si no viene la "motivación". A mi no me suele pasar, la verdad. Pero algún día entre semana que salgo sólo y me viene la pereza pienso en lo ****** que es cuando no puedes salir por lesión o cosas peores.