Hola, pues sí. Llevo un Sigma 2209, y en la urbana un Sigma 1106 con casi 9.000 km de trote. Y creo que viene a cuento en el post porque el 2209 es ya elemento integrado e indivisible en mi Nerve XC... El 1106 ha aguantado nieve; temperaturas bajo cero, cruce de ríos, aguaceros, calor extremo. Alguna caída. Lo aguanta todo sin haberme dado ningún problema jamás. Mi experiencia con el 1106 fue lo que me decidió a ni siquiera plantearme cambiar de marca. Me decidí por el 2209 porque tenía, además de las funciones del 1106, las otras funciones que buscaba: Cadencia, altímetro, temperatura y pulsómetro, así como todos los registros derivados de ellos. Además de lo anterior te calcula el gasto calórico aproximado (teniendo en cuenta tu sexo, edad y peso), pero, honestamente, eso me importaba poco, aunque, pues mira, ya que lo tiene, es curioso verlo. Sobre todas las funciones indicadas, el 2209 te calcula las medias. Es decir, cadencia media, frecuencia cardiaca media, etc, así como los registros máximos alcanzados en cada una de las mediciones. La visualización de los datos en pantalla es muy buena. Siempre tienes a la vista la velocidad y el pulso, y puedes elegir qué otro registro controlar. Los botones son muy accesibles y se pulsan sin problemas sobre la marcha. En montaña he encontrado que la cadencia (en mi caso sobre 70-80) es un registro muy útil para elegir el desarrollo más adecuado, ya que tengo cierta tendencia a adoptar desarrollos demasiado largos, lo cual no es demasiado aconsejable en monte. La comunicación entre el ciclocomputador y sus periféricos (incluyendo la banda pectoral, que es muy cómoda de ajustar y llevar) es perfecta e inmediata (y sin cables). En cuanto a su estanqueidad, no creo que sea menor que la del 1106, y éste me ha aguantado todo tipo de maltrato e inclemencias sin desfallecer nunca. Tiene además una mejora importante sobre el 1106, y es un detector de movimiento, que hace que el ciclo se active en cuanto detecta que tu bici se mueve (siempre que lo tengas montado sobre su soporte). Eso evita que se te pueda olvidar activarlo al inicio de la marcha y pierdas la mitad de los registros por no darte cuenta de ello hasta media hora después… La página web de Sigma ofrece una funcionalidad muy interesante y que yo aproveché para probar el aparato: tienes una especie de simulador virtual de sus funciones, que refleja perfectamente todas sus funciones sobre la base de una imagen interactiva del ciclocomputador. No lo desaproveches. La verdad es que no me preocupé mucho en mirar los ROX. Su precio se me iba de presupuesto, pero creo que, salvo error, la diferencia principal se encuentra en que los ROX vienen “de serie” con los periféricos y software necesarios para bajar todos los registros a un ordenador. Con el 2209 también puedes utilizar ese software y bajar los datos, pero tendrás que comprar la base adaptadora al ordenador y el software aparte (el ciclo viene con un bono descuento del 50% sobre el precio de venta del mismo). No sé lo que cuesta. De momento no voy a comprármelo, pero no lo descarto en un futuro aún por determinar. Siempre es curioso analizar cada salida. Mis impresiones sobre el sigma 2209, como ves, no pueden ser mejores…
A los sufridos lectores: Trataré de documentar gráficamente mis próximas salidas y/o comentarios sobre la MAGNÍFICA Nerve XC. Reconozco que hasta yo mismo echo de menos no ver fotos en mis comentarios...
oye isengarder me podrias ser de gran ayuda. yo tengo el sigma 1106 y estoy totalmente de acuerdo contigo ni un problema y funciona perfecto,de lo unico que hay que preocuparse es de la pila (pero vamos eso es en este y en todos) y ahora mi duda: ya sabes que el sgma 1106 va sujeto al cuadro por unas gomitas tanto la pantallita como el sensor (ami la verdad que esas gomitas no me inspiran mucha confianza y estoy viendo que algun dia de estos se van a romper) ¿sabes alguna forma de sujetarlos con bridas de las de toda la vida? espero que me puedas ayudar saludos y estoy ansioso por ver tu reportaje con fotos. ya sabes que yo en un futuro me comprare un am 9 ya has escrito en mi post "gente contenta con su canyon"
Muchas gracias Isengarder, has sido de gran ayuda. Con foreros como tú da gusto. Yo también espero impaciente esas fotos...
Buenaaas. ¿Sujetar los sensores con bridas? No creo que tenga ninguna dificultad especial, pero vamos, tampoco me he preocupado por ello... Puedes fiarte de las gomas. Resisten mucho más de lo que pueda parecer. Las mías llevan puestas más de dos años soportando todas las inclemencias metorológicas que puedas imaginar. Desde heladas a temperaturas extremas bajo el sol, pasando por nevadas, lluvias y barro, y siguen sin desfallecer lo más mínimo ni tener aspecto de que hayan perdido elasticidad o resistencia.
28 de junio de 2010. Primera incursión sobre barro (Ruta de 45 km). Pues sí. El sábado por la mañana realicé el primer test de la Nerve XC sobre barro, fruto de las tormentillas que están descargando en Madrid. En esta ocasión no fui solo. Tuve la compañía de uno de mis cuñados, que se acaba de comprar una Rockrider 9.1. Buena bici en relación calidad/precio, y sobre la que haré alguna valoración, porque fue una bici que estuve valorando muy mucho comprar, hasta que encontré el Valhalla (la página web de Canyon, gracias al foro específico patrocinado del Foro MTB) Lo primero que tengo que deciros (una vez más) es: ¡¡¡DIOOOOOOS. QUÉ GRAN BICI ES LA CANYON NERVE XC!!! Me vais a permitir este pequeño momento de exaltación, pero es que, cuanto más la llevo, más me gusta y convence la Nerve. Sobre todo ahora, que la he probado en, posiblemente, las condiciones más complicadas que he afrontado nunca sobre una MTB: Barro de toda índole y condición: desde abundante y plastoso, en el que las ruedas se hunden y pegan, hasta barro brillante en pequeñas capas sobre tierra dura, que resbala como el diablo. (También he llevado una bici alguna vez sobre nieve, pero me ha parecido más chungo el barro del sábado) Efectivamente, hay varias cosas que merece la pena comentar: 1.- La Nobby Nic detrás, en estas condiciones, es una bestia brutal. Te proporciona todo el apoyo, adherencia y tracción que quieras sin apropiarse de todo el barro del camino. Desde luego, los suelos mixtos/húmedos son sus dominios ideales. No tuve que preocuparme ni una sola décima de segundo de lo que me pasaba por detrás. La confianza que me aportó la cubierta fue total y definitiva. 2.- La Ardent, delante, centrifuga el barro muy bien y, a pesar de que la profundidad de sus tacos (menos acusados que los de la Nobby Nic) hizo que perdiera adherencia en varias ocasiones sobre el barro, lo cierto es que me fueron dando más y más confianza a lo largo de los kilómetros. Su pérdida de grip se limita a un pequeño deslizamiento perfectamente controlable y corregido sin brusquedad por la misma rueda si uno mantiene firme la trazada y no se vuelve loco con el freno (impresionantes los Formula RX, por cierto). La direccionabilidad que proporciona sobre estas condiciones es sorprendentemente buena (aunque me pregunto cómo habría bajado con una Nobby delante en estas condiciones. Posiblemente mejor aún), aunque en zonas de mucho barro se ve superada por la falta de profundidad del taqueado. En terreno húmedo, sin barro, se pega como si llevaran pegamento, y ruedan casi sin rozamiento. En lo que no falló nunca fue en capacidad de frenada. Ahí sí que sobresalieron. Ni un deslizamiento en frenada fuerte sobre el barro. Todo un seguro de vida que me fue dando más y más confianza en senderos de bajada, a la vez que, en las subidas, aprovechaba su magnífica capacidad de rodamiento. Lamentablemente, mi compañía del sábado creo que no quedó tan satisfecho con sus cubiertas (Hutchinson Toro, en medida 2,15, que parecían menos) Mordió el suelo en dos ocasiones en el mismo sendero, afortunadamente sin consecuencias, salvo las propias del orgullo herido. Otro elemento a destacar en mi Nerve son los pedales XT. Eliminaron el barro de manera inmediata y funcionaron en todo momento sin ningún problema. No pasó lo mismo con los Wellgo 823 WPD de mi acompañante, que quedaron bloqueados hasta el extremo por el abundante barro (aumentado por las dos caídas sufridas), lo cual derivó en dos posteriores caídas más en parado, al no poder desengancharse de los pedales, llenos de barro que se fue quedando, además, seco. Acabé teniendo que quitarle todo el barro acumulado aprovechando la imprescindible multiherramienta que siempre hay que llevar encima, y aflojándole el ajuste de dureza de los pedales, porque la verdad es que le resultaba complicado desengancharse. Ojo al dato a los poseedores de estos pedales, si transitan con barro. Se lo quedan todo y llegan a bloquear el enganche. Creo que mi cuñado no quedó nada satisfecho con su día de estreno... 4 caídas; dos de ellas en parado. Ambos codos con heridas sangrantes. En el izquierdo de cierta entidad. El tobillo derecho también acabó con heridas Lo que más le dolió (según me he enterado después) es que me riera en una de sus caídas y ahí tiene razón. Es cierto que uno no debe reírse, porque yo mismo podría haberme caído en cualquier momento pero oír a tu espalda a tu compañero de salida, de 185 cm de altura, bravo motero de Harley Davidson (de las gordas), diciendo aayaaayaaayaaaaaay justo antes de oír ruido de caída sobre matorrales. Frenar, mirar hacia atrás y ver dos piernas en vertical perdidas sobre hierbas altas, no deja de tener su puntito cómico sobre todo si a la pregunta estás bien responden inmediatamente con un sí, sí, no pasa nada. Lo que digo lo que más duele es el orgullo. No volvimos a transitar por senderos (de hecho, mi cuñado ya no quería ni oír hablar de ellos), y en todo momento fui eligiendo pistas más amplias. No quería convertir su salida en una tortura aún peor de lo que ya lo estaba siendo. Cada vez que afrontaba una subida era como si alguien le pusiera un ancla. Se quedaba trabado. Mis aproximadamente 4.500 km. anuales realizados sobre bici, también suponen una evidente ventaja que, le recordé, tenía que tener en consideración a fin de no deprimirse aún más. Me sorprendió muy positivamente la Rockrider 9.1 en su eficacia de pedaleo. El sistema NEUF bloquea efectivamente cualquier interacción de la pedalada, incluso pedaleando en modo molinillo, bastante practicado (cosas de la falta de forma) por su propietario. Reseñable es, sin embargo, una flexión acusada en la tija del sillín durante el pedaleo (los más de 90 Kg de mi cuñado deben suponer una importante carga de todas formas para cualquier bici. Aún así, creo que le falta algo de rigidez a la bici justo en ese punto (tija de 29,8 mm, pero sin refuerzo en la unión con el cuadro) Paralelamente a lo anterior, el testigo del amortiguador indicaba que mi cuñado había aprovechado los 120 mm de recorrido del amortiguador, con lo que se acredita aún más que, efectivamente, el NEUF funciona muy bien. De todas formas, lo cierto es que no le oí presumir de lo bien que funcionara su bici mientras que yo no podía evitar mirar mi Canyon con creciente admiración ni mi cuñado tampoco, quien preguntó por las cubiertas que montaba yo, en evidente acusación indirecta a la falta de adherencia de los suyos (¿culpa exclusiva de las cubiertas, o también la geometría de la bici influye?... Me pregunto si yo también habría besado el suelo de haber llevado la Rockrider, o fue la Nerve XC la que me proporcionó la estabilidad, absorción, tracción, adherencia, capacidad de frenada y, sobre todo, confianza suficiente como para mantener mi culotte impecable de barro, salvo por las salpicaduras que lanzaban las cubiertas No puedo decirlo, porque no probé la RR (talla XL; demasiado larga para mí), pero sí que puedo afirmar que, en las peores condiciones, la Nerve XC dio toda una lección de comodidad, estabilidad, reactividad, aprovechamiento de la fuerza (impresionante el Fox RP23) y potencia de frenada (los Formula RX son una maravilla que se dosifican perfecta y progresivamente con un solo dedo). Sí. Sin duda, cada día me siento más orgulloso y satisfecho de haber elegido una Canyon. Lamentablemente (incluso para mí), no llevé la cámara de fotos. Y mira que habría sido un día realmente chulo para ella, pero intuía que mi cuñado no iba a estar de humor para ponerse a hacer fotos y, por otra parte, reconozco que la Nerve XC invita tanto a seguir pedaleando, que sólo el pensar en parar para sacar la cámara, me parece una falta de respeto a una bici que te lo da todo bajo tus piernas, pidiendo siempre más. Otro comentario que merece la pena hacerse: Es tan suave la transmisión, y tan carente de ruidos y/o rozamientos, que la acumulación de piedrecillas y barro sobre la cadena me sonaban como a una sinfonía de crujidos. La limpieza de la misma se hace aún más imprescindible en esta bici. No sólo para mantener impecable su perfecta transmisión (full XT en mi caso), sino para mantenerte libre de crujiditos. Reconozco, de todas formas, que soy un poco maniático para los ruiditos y la precisión de las cosas. Posiblemente otros no se habrían ni percatado de los crujiditos Por cierto que (desde el respeto y sin ánimo de entrar en polémica) no comparto las quejas que los defensores de Sram hacen a los problemas de ajuste de Shimano. Desde que hice el ajuste de la transmisión al cambiar los pulsadores y el casete (ambos a XT), no he tenido que retocar absolutamente nada, y el XT es suave, inmediato, silencioso y preciso en cualquier condición. No obstante, si tengo qeu realizar algún reajuste, lo comentaré. A ver si por la noche puedo hacerle unas fotillos a la bici tal cual está ahora, a fin de ilustrar, aunque sea a posteriori, mi primera inmersión en barro con la Canyon Nerve XC 7.0 (Gran idea el guiado de cables interno en estas condiciones) No puedo más que seguir alabando mi Canyon. Cuanto más le pides, mejor responde.
joerrr al final me vas a convencer!!! ya sabes que yo ando entre la 9.3 y la tuya... difícil decisión! encima ahora me la comparas con la 9.1... no se, al final caerá la canyon... un saludo!
6 de julio de 2010 ¿Por qué permite Dios que llueva los sábados por la mañana? Efectivamente, el pasado sábado, día de tormentas matutinas en Madrid, tenía todo dispuesto para hacerme otra rutilla con la Canyon, que iba a dedicar a la puesta a punto fina de suspensiones. Hasta ahora, con la emoción que no decae, me limitaba a disfrutar de mis polimultiorgasmos biciclistas Canyon a cada pedalada que le daba a la Nerve XC, pero es hora de echar pie a tierra un segundo (por mucho que me cueste) y empezar a afinar la puesta a punto en la horquilla, más allá de lo realizado en parado el primer día. Tengo previsto bajarle un poco más la presión, porque creo que aún puedo exprimir un poco más el recorrido, y quiero sacarle TODO a la Fox. Del amortiguador es que me da vergüenza hablar Lo puse en posición 2 de propedal tras ajustarle el Sag, y no lo he tocado aún salvo para quitarle el polvo. Estoy por sacarlo de su alojamiento, ponerle nombre y traérmelo al trabajo en una fundita acolchada para tenerlo delante las 24 horas del día, junto a la foto de mi hija. Ehm creo que estoy un poco enfermo. Mejor dejarlo montado y obligarme a tocarle alguna configuración, por ver si es posible que vaya incluso mejor de lo que va ahora. Por si acaso, mediré la posición de rebote actual. Si algo funciona, mejor saber cómo estaba para poder volver a dejarlo igual si al final resulta que la configuración inicial era la ideal. Parece mentira que me dé pereza dejar de pedalear sobre la Canyon. Me da la sensación que al final van a considerar esta marca como doping, porque alguna sustancia dopante debe tener en el anodizado para conseguir ese particular efecto non stop en tus piernas y, peor aún, en tu cerebro. Me he repetido mil veces: Tengo que probar a desactivar el propedal en alguna bajadita, pero por alguna razón soy incapaz de soltar mi mano del manillar para mover la palanquita. Sólo quiero más y más velocidad; más curvas, más senderos, más pistas, más subidas y bajadas. Piedras, raíces, rocas, cortados, acantilados Lo que venga, lo supero sobre mi Canyon Nerve XC. Tendré que hacerme una ruta transpirenáica de 300 km en un día, a ver si consigo desintoxicarme un poco y preciso tener que parar O eso, o reviento sobre la Canyon al grito de: máaaas, dame máaaaaas Lo que sí he cambiado es el sillín. Le he puesto a la Canyon el Selle Italia Flite Gel Flow que llevaba en la urbana, ya que, acostumbrado a él, notaba cierto exceso de presión por la zona perineal con el Selle Italia XR que montaba la bici de serie (muy ligero, en cualquier caso. Me sorprendió cuánto, al tenerlo en la mano fuera de la tija) Aún no he probado mi viejo sillín sobre la Canyon, por lo que no sé si se nota la diferencia de comodidad (era otra de las pruebas previstas del pasado sábado). Ya comentaré mis impresiones. Debo decir que, en la urbana (BTwin 7 maxi tuned a XT), el sillín XR no me funciona mal. Claro que la ruta que tengo es de sólo 12 kilómetros ida, más otros 12 de vuelta, y así aunque vayas sobre una piedra, vas cómodo. No da tiempo a que muestre sus flaquezas. Lo que sí he notado, respecto del Flite Gel Flow, es que resbalas un poco sobre él. La piel sintética (o lo que sea de lo que está recubierto el XR) ofrece peor sensación de apoyo y precisión en marcha que la vera pelle italiana, y me hace modificar la posición de cuando en cuando, por notar cierto deslizamiento sobre el sillín. Es de notar, en cualquier caso, su ligereza. Por concluir, os comunico que he puesto una queja en la parroquia más cercana. Que el Altísimo me respete el sol durante los fines de semana por mucho que mi mujer le haya encargado lo contrario
Suelta suspensiones y verás el cielo abierto, yo ya no uso el propedal nunca, lo llevo en el 3 y sólo lo pongo cuando tengo un largo tramo de carretera por delante. Hace tiempo puse un post sobre el peso de cada uno y la presión que llevamos, puede que te sea útil. http://www.foromtb.com/showthread.php?t=466648 quizás habría que actualizarlo y ampliarlo... (yo ahora llevo 95 psi)
Muy útil el post. Gracias. A ver si este sábado puedo madrugar, hacerme una rutilla por la CDC y aprovechar a soltar un poco más las suspensiones. Cuando tenga mi setting, lo compartiré en el post específico para ello.
19 de julio de 2010. Primera ruta de verdadera montaña con la XC 7. Efectivamente compañeros. Este sábado puse a prueba a la Nerve XC 7.0 en las peores condiciones a las que se ha enfrentado, hasta la fecha, mi pequeña. Lamentablemente, tampoco llevé la cámara de fotos (habría habido fotos muy chulas) Mi compañero de ruta (Rock Rider 9.2 de 2009) no es de los que gustan dejar de pedalear ni un segundo y, honestamente, desde que tengo la Nerve, a mí tampoco me gusta, ni necesito, parar. Ello no obstante, habrá fotos antes o después. Yo mismo las echo en falta Comparativamente en ambas bicis, se notaba claramente (pero mucho) la ventaja de la Canyon en subida. Ignoro si por la eficacia de pedalada de la bici, la diferencia de peso de la bici a mi favor (aunque yo debo pesar unos 6 kg más que mi amigo), la eficacia del RP23 y su propedal o la potencia bruta de mis piernas (tampoco es que él sea un mindundi precisamente), pero donde él se quedaba enganchado, yo subía como si flotara sobre los pedales. Me sorprendió tanta diferencia, la verdad, y eso que todavía no he encontrado el momento para ponerme a ajustar fino de verdad el rp23... Bajando, la cosa se igualaba más. Además, a mi amigo le faltan varios tornillos en la zona que regula la prudencia, y tiene una fe infinita en que nunca se va a encontrar ningún obstáculo chungo tras una curva sin visibilidad, pero de todas formas, hay que reconocer que la RR 9.2 baja muy bien (y su propietario también. Que no le falle la suerte nunca ) El trazado del día: una exigente y técnica ruta desde Las Rozas hasta el pantano de Valmayor y, desde allí, más allá, casi hasta alcanzar Valdemorillo, siguiendo vías pecuarias y posteriormente senderos tipo singletrack hasta que nos encontramos en mitad de la nada. En pleno monte y con hierbas que nos llegaban a la cintura, así que tuvimos que dar la vuelta. Fueron solo 35 km. en total, pero los 35 km técnicamente más exigentes que he hecho nunca sobre una bici. Físicamente no fue ningún reto (parece que mi entrenamiento diario urbano me ha dado un buen fondo), pero técnicamente buf. La repera. Y el maltrato a la bici fue de nota. De hecho, nos encontramos con un biker local, que nos había venido siguiendo por el sendero de subida y, al preguntarle por cómo seguir hacia el pantano de Valmayor, le comenté si el camino iba seguir siendo tan cabroncete como el que habíamos subido hasta ahora, y sus palabras textuales fueron: No, que va. De hecho, el camino que habéis seguido, yo creo que es uno de los dos caminos más difíciles de la Comunidad de Madrid Ahí es nada. Me pregunto cuál será el más difícil Sinceramente, salvo en algunos tramos cerca ya del pantano de Valmayor, que reconocí del maratón del Festibike de 2009, no tengo ni idea de por dónde nos metimos. Sólo sé que aquello estaba lleno de rocas sueltas y pasos jodidamente técnicos donde, en unas cuantas ocasiones y para ser sincero, eché pie a tierra un poco acojonado. En algunos tramos de subida, para evitar que la bici se levantara, había que echar el peso bien adelante, y sujetar el manillar como si te fuera la vida en ello (y me pregunto si en parte no era así ) Nunca he hecho tanto cambio de dirección en tan poco espacio de terreno y, para ser sincero, no todos los cambios fueron voluntarios. La bici parecía que tomaba decisiones propias en algunos momentos en los que resultaba casi imposible mantener la rueda delantera pegada al suelo, pero, si uno adopta la postura adelantada correcta, y la cadencia apropiada, lo subes todo si tienes fe en ti mismo y en tu capacidad técnica. La bici no parece tener límites. Por analizar el contrapunto, las bajadas, en ellas siempre tengo el miedo de que se me vaya la bici de delante (consecuencias psicológicas de un megaostión que tuve hace casi un año en el maratón del Festibike por romper la rueda delantera y salir inevitablemente despedido por las orejas de la bici; a la sazón mi Btwin 7, que hoy dedico en exclusiva a uso urbano). Lo cierto es que la XC 7 no me dio ni un solo susto, y siempre me respondió con una nobleza digna de abrazo emocionado. Cada vez voy cogiendo más y más confianza y seguridad (todavía no llevo ni 200 km sobre ella, y eso también cuenta). Pero la Nerve responde siempre. Buena prueba de ello es la velocidad con la que afronté la vuelta en descenso en una zona llena de rocas sueltas, agujeros y arenales repentinos, donde puse a prueba a la bici y a todos sus componentes (sobre todo suspensión y frenos. Llegué abajo con la trasera pinchadamicropinchazo-- y no me di ni cuenta) De nuevo, sólo puedo tener agradecimiento para los ingenieros que han desarrollado este Cañón que es la Canyon. Aplomo, seguridad, capacidad de absorción, eficacia de pedalada en subida, nobleza en bajada ****, es que lo tiene todo esta bici, si bien es verdad que la postura más estirada, favorece más la pedalada que la escalada supertécnica, o el descenso más empinado. No es una AM, pero sube y baja como una auténtica bestia, y en llano, senderos o pistas se convierte en una bala con turbo propulsión. No engañan en Canyon al decir que es una todo uso. Me pregunto cómo debe ir una AM por esas zonas más radicales para volverse loco. Menos mal que no siempre transito zonas tan escarpadas, si no, ya estaría pensando en hacerme con mi tercera bici Para que os hagáis una idea de la dureza del recorrido, baste comentar que también pinché la rueda delantera. Dos pinchazos seguidos en el flanco, fruto a la mayor probabilidad de un enganchón con uno de los muchos zarzales que cruzamos (tengo los brazos de atravesarlos, como si me hubieran atacado varias jaurías de gatos furiosos- ¿Quién ******* los planta en mitad del campo en las zonas que transitamos los bikers?). Desmontado rápido, cambio de cámara y a seguir trotando. Como he dicho antes, también pinché la trasera. Micropinchazo. Me di cuenta al finalizar la ruta. Ignoro el motivo y localización del pinchazo, aún no lo he analizado/reparado, pero imagino que el desencadenante serían también las puñeteras zarzas, que tenían aguijones del tamaño de uñas de gato adulto. Como incidencia a destacar, en el último tramo de bajada, pensé que se me había desajustado el cambio unas pelotas: Es que llevaba el casete que parecía un muestrario de la vegetación local. La cadena saltaba de un piñón a otro porque no tenía dónde asentarse. Una vez limpio, el XT sigue donde lo ajusté. Rápido, preciso y silencioso. Sigo siendo un defensor de Shimano. Por cierto. Espectacular el rendimiento de la Nobby Nic en tracción, curvas y frenada (sólo la llevo montada detrás. Creo que adolece de cierta falta de direccionabilidad en seco) No obstante, esta cubierta detrás es un seguro de vida en terrenos duros, técnicos y escarpados, donde la tracción prime sobre la capacidad de rodadura. Delante, la Maxxis Ardent también proporciona un aplomo espectacular; una direccionabilidad magnífica, una rodadura suave y una capacidad de frenada que en nada desentona con las ruedas tipo tractor de la Nobby. Creo que montada también detrás mejoraría las cualidades globales rodadoras de la Nerve XC (impresionantes), sin notar mucha pérdida de agarre. No obstante, creo que las Nobby Nic destacan singularmente en capacidad de tracción en subida y frenada en bajada. Para terminar, y todavía más reafirmado en ello ante la profusión graso-vegetativa que se asentó en mi casete el sábado, he cambiado el sistema de lubricación de la cadena, y me he decantado por el que está de moda: la cera Squirt Lube. Hasta ahora, usaba un compuesto de cera y aceite de Motorex, que mantenía razonablemente limpio el sistema de transmisión. Pero la presencia del aceite siempre se hace notar en fomra de aglomeración indeseada de ******, y restos acumulativos grasos de color negro en roldanas del cambio, casete y cadena. Tras leer en unos cuantos sitios (revistas y foros) las excelencias de la cera Squirt Lube, me he decidido a probarla. Este domingo limpié y desengrasé la cadena a fondo, y le he aplicado la susodicha cera. Ya analizaré en mi próxima salida qué tal funciona y si es verdad la tan alabada limpieza y suavidad de uso que proporciona su empleo. En principio he quedado en repetir salida con mi amigo el suicida. No sé qué recorrido me planteará esta vez. Sólo sé que iremos a muerte, y que esta vez ya tendré 35 km más de confianza sobre la Nerve XC. Cada día estoy más contento de ser un Canyonero. Durante esta semana iré aprovechando a limpiar el polvo acumulado sobre la bici para volver a dejarla impecable. Esto forma parte del disfrute de una bici. Tener una buena bici no sólo se disfruta al montar sobre ella. Es cuidarla, limpiarla, engrasar, ajustar, revisar Una máquina como esta precisa cuidados, y disfruto como un enano proporcionándoselos. Por cierto. Voy a tener que reajustar el soporte del disco trasero. Me roza un poco desde que la compré y, aunque en marcha no lo noto, cuando llego a casa y ruedo con la bici a pie, me acompaña un pitido por el roce un tanto insoportable. Espero que no resulte demasiado complicado hacerlo. En principio, y salvo error, se trata de soltar los tornillos del soporte de ajuste de la pinza, apretar el freno firmemente, de manera que la pinza se autoajuste en la posición óptima y, sin dejar de apretar, volver a apretar los tornillos. Ya probé a separar las pastillas de freno y volver a dejar que el ajuste fuera automático, pero no tuve éxito y el roce sigue ahí. Veremos qué tal funciona cuando haga el reajuste espero no cagarla y tener que acabar llevando como un pardillo la bici al mecánico
Hola Isengarder, leerte es como ver mi futuro, y es que me encuentro actualmente en la misma situación que tú hace unos meses, ahorrando duramente euro a euro hasta poder hacer el ansiado pedido a Canyon. Con decirte quer tengo colgado en el interior de las puertas de mi armario las fotos de las XC 7 y XC 8 (es que sigo dudando entre las dos), junto con un cuadrante, donde relleno celdas por cada tramo de 50 € que meto en la bolsa, como cuando tenía 18 años y estuve ahorrando todo un verano para comprarme mi primera flaca de cierta entidad, y de eso ya hace otros 18 años. Me encanta la pasión que le pones en tus comentarios y como nos contagias tu ilusión por cada pequeño detalle, vamos abrir la caja debe ser como levantarte el día de Reyes con ocho años, que bonito es tener ilusión por algo. A disfrutar en la próxima salida, que tu disfrute es un poquito el de todos lo que leemos y vemos el camino a través de las lentes de tus gafas. LAS FOTOS, QUE NO SE TE OLVIDE LA CÁMARA, o con el móvil, o si hace falta miras al cielo y te buscamos conel google maps.
Hola Jcabap. Me sigue alegrando contagiaros un poco del entusiasmo y alegría que me está dando la Nerve XC. Yo me decidí por la XC 7 porque soy más de Shimano que de Sram (con todos mis respetos a quienes discrepen), y preferí dedicar el plus de precio a completar la transmisión XT con unos pulsadores de la misma categoría (unos XT) y, ya puestos, un buen ciclocomputador. Qué me vas a contar sobre el ahorro y la ilusión... yo me he pasado 7 meses metiendo en una hucha cada moneda de euro y/o de dos euros que me quedaba suelta al final de cada día para tener ese "pequeño" plus dedicado a completar la XC 7, una vez aprobado el presupuesto de compra inicial por mi mujer... y tengo 39 tacos y voy camino de la segunda niña... No creo citar a nadie si digo, porque así lo creo, que la felicidad es algo que construimos nosotros mismos a base de proyectos, ilusión y capacidad de seguir disfrutando de las pequeñas (o grandes) cosas de la vida como si fuéramos niños. Creo que al menos nosotros, los hombres, nunca dejamos de serlo del todo... o al menos yo. ****... Te aseguro que yo mismo me cabreo por no tener fotos de estos momentos que comparto con vosotros. Prometo llevar la cámara en mi próxima salida, que espero poder realizar este sábado, en compañía de mi amigo el suicida. Trataré de aprovechar su presencia para que saque alguna foto de la Canyon en acción. No me veo técnicamente capacitado para sacarme fotos en marcha mientras pedaleo. En el peor de los casos, al menos haría alguna foto estática...
Por eso sigo dudando, he sido desde siempre Shimanero, tanto en flaca como en rueda gorda, y nunca he tenido problemas, al margen de ligeros ajustes cada tres/cuatro salidas aprovechando un buen lavado para ajustar con los tensores de manetas y cambios para unos saltos de piñones/platos rápidso y directos. Por lo que cuentas, los pulsadores, el casete y el ciclocomputador te han costado menos de los 200 que hay de diferencia, lo que añade más ingredientes a la sopa de mis ideas. Además de la variación de sram/shimano en piñones, la XC 8 trae unas DTswis en llantas más ligeras, mejora la potencia y el manillar,tija y sillíon, pero a lo que más importancia le doy en el cambio es a los avid elixir CR, con manetas de carbono y ajuste de recorrido, que al ser del mismo grupo de sram utilian la misma anilla de sujección, es decir cambio y freno se unen al manillar por la misma pieza, dejando más espacio libre. Pero te lo aseguro, por más vueltas que le doy cada vez estoy más liado. Sinceramente, al final me decidiré por la que esté disponible dentro de mis gustos por colores. Infantiles y simples, así somos los hombres.
26 de julio de 2010. No pudo ser. No hubo salida el sábado. Efectivamente. Después de tener la cadena perfectamente engrasada (Encerada debería decir, más bien), y la Nerve limpia y en estado de revista para posar dinámicamente para su sesión de fotos en una salidita acompañado de mi amigo el suicida, en la previa llamada de confirmación del pasado viernes, la esperada cita se tuvo que cancelar. Impedimentos familiares, tanto por su parte como por la mía, hacían inviable el poder conciliar los horarios. El domingo también imposible, así que me dediqué, en lo que a mi Canyon respecta, a buscar la ubicación del pinchazo que afectó en mi anterior salida a la segunda cámara (la primera ya estaba reparada). En esta ocasión, se trataba de la que llevaba detrás, con la Nobby Nic. El resultado de la búsqueda: Dos micropinchazos. Uno de ellos de mayor entidad. Ya han quedado reparados con los antiestéticos parches. De todas formas, me he hecho con dos cámaras nuevas. Unas Specialized Turbo (creo recordar). Van a quedar de momento en la reserva porque ahora mismo me da pereza desmontar las ruedas para sacar las dos cámaras que monto (Continental Light reparada delante y nueva--Continental normal-- no ligera, detrás). La semana que viene me largo de vacaciones (por fin), así que, no disponiendo de ordenador, mi diario quedará pendiente de actualizarse hasta la vuelta de las mismas, a finales de agosto. Espero volver con unas cuantas fotos de mi Canyon, y en perfecto estado de forma para volver a afrontar el maratón del Festibike en septiembre. Cuestión de orgullo. Tengo que terminarlo en esta edición. La pasada (2009) la terminé en el hospital, con la rueda delantera hecha un ocho (literalmente), y cuatro puntos en el codo izquierdo. Ese lechoncillo fue el pistoletazo de salida a la decisión que completé con la adquisición de la Canyon: No volver a meterme en montaña digna de llamarse tal a bordo de una bici híbrida, no preparada para hacer el animalito, por muy en forma que uno esté, y por mucho que uno se crea que eso de que las bicis, los componente y las categorías tienen su por qué, es un cuento de los fabricantes... pues no. El material tiene un límite de uso, y cuando lo sobrepasas, rompes. Y encima de las bicis vamos nosotros. Y de eso se trata, de seguir sobre ellas.