En todas partes cuecen habas. Algún concejal ha visto una forma de rentabilizar un gasto inútil en pintura roja y/o sacar votos de la parte alta de la pirámide de población. Lo más gracioso del vídeo es ver como van caminando personas por el carril y los policías no les dicen nada. Por lo que parece la pintura roja es en realidad una acera con radar trampa para ciclistas. Por otra parte no sé si es legal esta norma, pues las bicicletas no tienen obligación de llevar velocímetro homologado, con lo que no se puede asegurar el cumplimiento de la norma. De todos modos, Francia ya no es lo que era, y los derechos ciudadanos cada vez importan menos. Por otra parte, esta situación creo que es anecdótica, por eso sale en el Télejournal. En la mayoría de las ciudades francesas sucede todo lo contrario. Los carriles bicis van a un lado de la calzada y los ciclistas circulan por el carril como si fueran en una etapa del Tour y pobre del peatón que no se dé cuenta de donde pisa (generalmente un extranjero despistado), porque aprende "francés" coloquial a toda velocidad.
En Santander hay carril-bici. No hay carteles explicativos sobre su modo de uso, pero uno piensa que en una ciudad esta vía se construye para que sus habitantes puedan desplazarse en bici por la misma, para ir a su trabajo o para pasear. No se me ocurre pensar que su función sea de lugar de entrenamiento y por eso me espeluzno cuando veo a alguno equipado al completo ir como una flecha por la bahía o el sardinero. Se llamará carril-bici igual que otros carriles-bici de Francia o de más allá, pero obviamente no son lo mismo. Dicho lo cual, tampoco está de más que los peatones procuren no pasear por ellos, aunque incluso en estos casos les ceda la preferencia (no es cuestión de ir atropellando a señoras despistadas, que suele ser lo habitual)
que buenos estos franceses lo bueno de no estar en forma como yo jaja que mucho dinero no me sacarian jajaja
Y que lo digas! Yo este verano he estado usando bastante el carril de los Castros, y ahora cuando tengo que bajar al centro vuelvo dando una vuelta por la bahia y el sardinero, pues me encuentro a bastante gente yendo a toda pastilla como si nada. Hay alguna zona en que si se puede ir rápido, pero muchos tramos son compartidos con la gente que va andando y no son capaces de reducir la velocidad cuando pasan al lado de un peatón, con el consiguiente susto que se lleva la gente.
