Y tanto que influye, a mi el miedo escénico me deja para el arrastre. A veces salgo bajo de moral, y me voy creciendo en la ruta. Otras, al revés, pero no es lo normal. Lo peor son las cuestas fuertes, y he empezado a utilizar un truco: me olvido de la cuesta, miro para delante pero sólo unos pocos metros, sin ver lo que me queda. Y pienso en otra cosa. La mayoría de las veces funciona, porque quien suele decir basta antes que las piernas, es el coco. Ahora mismo estoy cogiendo fuerzas mentales para salir mañana pronto, porque lo que es hoy ... Vago style 100%
A veces tonterias como por ejemplo: todo el tráfico que voy a encontrar antes de poder salir a la montaña, hacen que se me quiten las ganas de salir. Si se trata de algún problema de verdad ni te cuento.