Hace unos años, cuando no dejaban meter la bici en el tren, me vine al trabajo, a 32 km de casa, en coche con los nanos, que venían aquí al cole. Me avisan de que me toca quedarme por la tarde y le digo a mi marido que se suba con la bici, recoja a los niños y luego ya vuelvo yo en la bici a casa. Llega vestido de romano, me deja la bici y el casco en el despacho, le doy las llaves del coche y se larga. Y a eso de las seis, cuando acabo de trabajar, me veo con mi traje de ejecutiva agresiva, mis taconazos de 8 centímetros, mi casco y mi MTB. ¡Se nos olvidó completamente la ropa! Como en la MTB llevo automáticos con plataforma, me até los bajos de los pantalones con unas gomas elásticas y me casqué los 32 kilómetros que separan mi casa del trabajo pedaleando con los tacones. Y con el bolso a juego colgando a un lado. Suerte que era la MTB; en los pedales de la flaca resbalan los tacones, ya lo he comprobado.
Siendo un chiquillo, en la casa de la campo de mi abuela, mi tío y yo. Por allí había alguna bici, BH y Torrot y no sé si alguna más. Me monto en el manillar apoyando los pies como podía en las tuercas del eje de la rueda de delante, y mi tío montado en la bici nos metemos por un camino de tierra. Era con un poco de pendiente hacia abajo, pero muy poco. En eso que nos acercamos a una curva un poco cerrada, y desde mi punto de vista, bastante rápido. Y empiezo a imaginarme que si nos viene un coche un poco rápido de frente nos lo comemos. Empiezo a gritar y como veo que no me hace caso, yo no sé si por instinto o por qué empiezo a meter la punta de los pies entre los radios. En 1 segundo me veo de morros en el suelo y mi tío y la bici volando por encima de mi. De eso que te levantas pensando vaya tela, nos hemos matao!! Pues 4 arañazos cada uno, y creo que 2 radios rotos la bici. Yo creo que si me pasa eso ahora acabo en la UCI.
De estas que empieza la subida y vas subiendo piñones. Se me van acabando y pienso, no problema, estoy en el plato mediano, aún me queda meter el pequeño para subir cual gacela. Voy a bajar al plato pequeño y, oh sorpresa, llevo compact.
Tengo una bici de acero con punteras deslizantes, estaba funcionando con monoplato y un 11-42 10v, un cassete shimano con un extender garbaruk. Decido pasarme a 11 v poniendo un piñon roscado de cierre de 10t, comprado en ebay y modificado por el compañero aluments. El cuadro va un poco justo de vainas para un piñon mas y el eje de las crank brothers se queda corto. El compañero aluments me hace un alargue de eje en acero encastado en el eje de aluminio. Queda genial. Como hay que forzar las vainas para que entre todo al aumentar la anchura, me fabrico una puntera deslizante nueva en acero, pero que en vez de ir por dentro del cuadro va por afuera, ganando el espacio que necesito. Todo esto genial. El piñon de 10 t es un poco ****** de desmontar porque hacen falta dos llaves de piñones a la vez, una para bloquear la piña y otra para aflojar el piñon. Una vez montado todo con maneta 11 v va como el culo. Desmontar, volver a montar, cambiar sirga, por su puesto cadena 11v, cambiar línea de cadena con separadores entre la piña y el nucleo, entre el pedalier y los platos, todas las combinaciones posibles y sigue fatal. Un piñon no sube, bajar baja bastante bien, llega arriba y llega abajo pero sigue fallando. Tensar, destensar, se me jode el tensor de la maneta, busca una maneta vieja y cámbiaselo. Dos días desmontanto y montando y cambiando cosas y me encuentro en el suelo un piñon, es el 13. Habia montado solo 10 piñones y no podía con el salto del 11 al 15 y sobraba un clic. En fin... invésil es poco.
No es de bicis pero vais a ver que a imvésil no hay quien me gane. Voy a cambiar el aceite al coche al taller de un amigo con el que tengo mucha confianza. Está muy ocupado pero me deja el elevador y me pongo manos a la obra... Vacío el carter, pongo el filtro nuevo, bajo el coche al suelo para llenarlo y cojo la pistola/surtidor de aceite que viene de un bidón de los grandes. Me pongo a echar, a echar, a echar, miro la varilla... nada, abajo del todo... sigo echando... sigo echando... nada, que no sube... miro el marcador de litros de la pistola y veo que van casi 4 litros... miro hacia abajo y veo que mis es están dentro de un gran charco de aceite... NO HABÍA PUESTO EL TAPÓN DEL CARTER... Menudo estropicio, más de dos horas limpiando aceite para dejar el taller medio limpio otra vez... y os puedo asegurar que no soy nuevo en mecánica, a mis coches me lo hago todo yo, desde cambiar una correa de distribución, cambiar embragues o cualquier tipo de avería... pero un mal día lo tiene cualquiera.
Nota mental: cuando se repara un pinchazo, especialmente con abrojos de por medio, que comprobar que no quedan pinchos por dentro antes de volver a montar la cubierta ... para no tener que volver a empezar de cero al poco tiempo. Edito: Y para buscar pinchazos en la cámara se empieza por la válvula como referencia y no se acaba con el primero que encuentres, sino cuando llegas de nuevo a la válvula dando la vuelta completa. Vamos, que puede haber más de un pinchazo.
Naaaaaa. Imaginate lo mismo pero YO no apreté bien el filtro de aceite... Salió el coche del taller con la revisión hecha y una limpieza a fondo del motor. Mi primera cagada de aprendiz. Este finde: Con mi GT Grade por el jardín del Turia, un dichoso ruido a cascabel que me amarga medio viaje y por mucho no encontraba, cuando quito la rueda trasera y me había dejado la pinza trasera suelta.
Yo tengo una de muy invésil. Me puse un día a limpiar la transmisión de la bici, desmonté primero la cadena, que como tenía un eslabón de desmontado rápido era muy fácil de quitar sin necesidad de tronchacadenas (bien). Desmonté la cadena, le puse desengrasante y la dejé un rato en una palangana para que fuera saliendo la grasa mientras limpiaba otras partes de la bici. Al rato limpié un poco más la cadena con papel y me la llevé al fregadero de la cocina para acabar de darle con un poco de agua y limpiar también la palangana. Cuando saqué la cadena y la puse debajo del grifo me olvidé de quitar primero el eslabón rápido, que cayó y se coló por la rejilla. Paré lo mas rápido que pude el chorro de agua con la esperanza de que se quedara en el sifón para poder recuperarlo sin mucho lío ya que yo de fontanería ni papa, lo que fué luego mi perdición. Desmonté la rejilla (un solo tornillo, bastante fácil), y con una linterna y tanteando con un palito largo comprobé que el eslabón perdido no estaba ya ahí así que abandoné esperanza de recuperarlo. Entonces seguí, sin montar aún la rejilla, lavando la palangana un poco decepcionado. Me despertó de mi decepción la sensación de pies mojados, miré para abajo y vi que estaba saliendo un montón de agua de debajo del desagüe del fregadero: ¡el tornillo de la rejilla también mantenía unida la parte superior del tubo con el fregadero así el agujero estaba al aire y casi toda el agua que estaba saliendo del grifo iba a parar fuera! Cerré el agua rápidamente y me puse a controlar daños, tenía todo el suelo de la cocina lleno de agua y el armario de debajo del fregadero daba pena. Después de mucho insultar, fregar y toneladas de papel de periódico lo dejé mas o menos presentable, mientras esperaba que acabara de secarse todo marché a comprar una cadena nueva sin eslabones ni chorradas rápidas y a desempolvar mi tronchacadenas.
Mi error de invesil fue llevar una bisi a un taller de bisis. Iba a hacer el camino de santiago en mtb desde Salamanca y me dije, "me la va a poner a punto un profesional" por primera vez en mi vida. Le dije que quería un transportín Esge Saf... no me dejó acabar, me dijo que me iba a poner el que le diera la gana. Como era un profesional, confié en él. También le dije que cambiase las pastillas de freno delanteras. Bien, pues primera etapa, Salamanca-Santas Martas. El transportín (que era una mierrrda) se rompió a los 30 km. Cuando llegamos al final de etapa yo tenía una pájara descomunal que no lograba entender. Iba fundidísimo y no podía con los huevos. Al ir a guardar la bici en el albergue descubrí que llevaba la rueda delantera completamente frenada. La pájara me duró hasta Santiago. Nunca volví a ser el mismo. Historia completamente verídica.
Otra de la que me he acordado. Primera o de las primeras salidas con una grupeta que acababa de conocer. Paso por un charco y ¡PUM!, reventón de mi rueda trasera. Pues nada, cambiamos cámara, revisando cubierta y llanta por lo extraño del reventón y no encontramos nada. Montamos todo e hinchamos. Cuando estoy a punto de decir que así está bien de aire... ¡PUM! Otro reventón. La mitad riéndose y la otra mitad preocupados por ver que sería, yo sólo llevaba una cámara y por supuesto no se podían reparar con parches. Me dejan otra cámara (de cuando todos llevábamos la misma medida de ruedas... xD) y ya mirando bien encontramos con que la cubierta se había rajado a la altura del aro. Solución: con un trozo de cubierta de carretera de las de aro flexible que llevaba uno hacemos un apaño que parece funcionar y me permite darme la vuelta ya que la cubierta no estaba para muchas aventuras. Desde entonces cada vez que pasamos por aquél sitio, o simplemente cuando quieren reírse, me recuerdan al francotirador que disparaba a mis ruedas Saludos. PD: La historia tiene segunda parte, pero esa para otro día.