***** Carlos, estás por hacerme viejo, recuerdo este descenso en una prueba de la Grundig que me dejó impresionado, como han evolucionado las máquinas. Guapísimo el video
Me estoy jartando de montar en bici con Pasteur y con su acólito, el dia de los 100 os voy a fundir los plomos. (si es que me recupero a tiempo) y de barro nada. Muy bonita la primavera y el campo y los bichos. Técnica estoy entrenando poca, pero bueno. Luis, ¿te han dejado volver? que bien, te han perdonado por tus maldades. ¿Qien es ese cantamañanas que escribe mensajes raros? Bueno, nos vemos el domingo si no llueve.
No quieres salir con los tullidos....allá tú. Nosotros hoy hemos tenido un particular enfrentamiento con el aire, en el que he echado de menos tu colaboración. Pero no hay mal que por bien no venga, el aire lo que hace es ponerme más fuerte y te vas a enterar el domingo que viene (éste no, el siguiente). Yo tampoco entreno la técnica, pero de poco me va a servir si no tengo fuerzas para hacer la ruta, y que además que por mucho que la entrene no me va a servir de mucho. PD. Me han perdonado mis pecados
Ya me moría de ganas de coger mi Rockrider y poder disfrutar de las pistas y caminos de esta zona, que son muchos y variados. Resulta que ayer hablé con Pastor y me comentó sus intenciones de hacer algo para preparar la maratón que tenemos el próximo domingo, en el que iremos hasta Navacerrada y volveremos a casa en bici desde allí; yo no puedo hacerla completa, hoy tengo compromiso y me tengo que ir antes, lo que no me imposibilita para al menos hacer todo lo que pueda hasta la hora de mi vuelta a casa. Pues nada, que en el punto de encuentro a eso de las nueve y algo nos presentamos unos cuantos guerreros con ganas de machacarnos, cosa que se conseguirá si los vaticinios de Pastor se cumplen, hoy hace la ruta él y a saber qué es lo que nos tiene guardado. El principio es el de muchos días, paseo del río por detrás de Nueva Alcalá para aproximarnos al Parque Natural poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Bajamos por la pista hasta la central y comenzamos a subir hasta la Puerta Verde, cosa que hago con mesura debido a que necesito bastante tiempo para entrar en calor y no quiero gastar más energías de las debidas antes de tiempo. Arriba nos están esperando, atrás nos hemos quedado tres, dos más que piensan como yo. Hemos llegado a la carretera de Anchuelo, y cruzamos a la de Villalbilla por un caminito que sale al lado del tentadero del restaurante, un poco de asfalto y tomamos a la izquierda por el camino de la Isabela; torcemos a la derecha un poco más adelante, pasando un puente que pasa por debajo de las vías del AVE hacia el polígono de Villalbilla y luego por la cuesta a la izquierda, pues nos dirigimos hacia el cementerio de dicho pueblo. Una vez aquí toca hacer el sendero del cerro, que bordea el mismo paralelo a la carretera, y de aquí nuestra intención es hacer la subida a las antenas por la del agua, pero abortamos por miedo al barro y subimos por la carretera vieja que sube hasta el campo de golf. Subimos hasta las antenas de Anchuelo y ya vamos cogiendo temperatura, hasta ahora las sensaciones no habían sido del todo buenas, pero parece que las piernas responden, me noto con fuerza, aunque todavía tengo cierto reparo para apretar más. Ya hay cierta distancia entre unos y otros, los de delante le dan duro y el resto no tenemos más remedio que subir como podemos, gastando fuerzas que no sobran. Desde las antenas, en las que nos cruzamos con los bikers de la Universidad, vamos hacia Santorcaz, se rueda ligero pero un ritmo llevadero, poco tarda en picarme Manolo y cuando aprieto a tope me doy cuenta que voy solo, bajo un poco el pistón, estoy gastando balas que seguro que necesitaré más adelante y además he caído en la trampa, así que llego sólo al pueblo, seguido de cerca por todos los demás, con la sensación de haber hecho un poco el canelo, y me prometo no volver a hacerlo. En el pueblo cogemos la pista que nos ha de llevar hasta Corpa, una pista con un cierto sentido descendente que al menos a mí me permite recuperar el resuello y además acercarme a la cabeza, algo prohibitivo para mí hasta ahora, y no solo ponerme a su altura, sino ir marcando el ritmo en determinados momentos; siento que los que van en cabeza van reservando o mejor dicho, más tranquilos de lo que pueda ir yo, pero ni así conseguía soportar el ritmo semanas atrás. Unas cuantas pistas más, repletas de charcos que tenemos que sortear para no mojarnos demasiado y llegamos al lavadero de Corpa, en el que aprovechamos para reponer algo las fuerzas gastadas. Continuamos y bajamos por un pedregal en el que tenemos un pequeño susto, una caída que parece dolorosa pero que al final parece que no ha ido a más; subimos por un camino pedregoso muy bonito y algo técnico y nos encontramos con Pastor y Jesús que han optado por subir por asfalto; llegamos a la fuente del Rey. Vuelta a las pistas, se rueda deprisa, por mi parte sigo aguantando el ritmo y puedo ir delante, me suena que por esta zona también se está regulando, pero yo lo voy dando casi todo, al fin y al cabo no voy a terminar y pronto me iré a casa. Pisteando y sorteando multitud de charcos que invaden las pistas llegamos a Nuevo Baztán, lugar en el que coincidimos con los Bike Racing, nuestros futuros compañeros de la ruta de la semana que viene, que presumo también están preparándose para el evento. Saludos de rigor y a seguir ruta, que es larga y hay ya poco tiempo. Seguimos por pistas, y algún que otro camino repleto de verde, debido a las lluvias que nos llevan acosando durante todo el mes pasado; aún no está muy alto y permite bastante bien el pedaleo, me gustaría comprobar como está dentro de un par de semanas, seguro que hay que pasar por ahí con machete y el sombrero de Indiana Jones. Y ya queda poco, cuando estamos cerca de Pozuelo del Rey, Jesús dice que tiene prisa y que se va para casa, y yo opto por terminar la ruta con él, pues como he dicho arriba, tenía compromiso y quería llegar a una hora prudencial. Así que nos separamos del resto, y bajamos hacia Torres por la trialera de las cadenas, una bajada muy bonita, con un principio dominado por muchas piedras que hacen que sea algo técnica, y un final menos pedregoso y más terroso que hace que la velocidad aumente bastante. Compruebo la hora y es muy tarde, media hora más de la que tenía previsto y todavía tengo que llegar a Alcalá, llegamos a Torres y propongo a mi compañero volver por carretera, que tengo bastante prisa. Jesús me dice que vale, y así vamos por asfalto hasta Los Hueros y el Gurugú, que bajamos y llegamos a Alcalá media hora después. Mis piernas han respondido casi todo el tiempo, y hoy he llegado a casa con un sabor de boca bastante dulce, he estado dando la cara bastante tiempo en una zona hasta ahora desconocida e incluso en las cuestas cortas notaba que estoy cogiendo un punto bastante bueno. Como esto ya me ha pasado alguna otra vez, no le doy mucha importancia, pues igual que he tenido un buen día hoy, el último que hice por el Parque fue muy malo y a los 15 kilómetros me quería morir. El caso es que hoy me ha tocado el bueno, y me da esperanzas de poder terminar con garantías la ruta de la semana que viene, que es muy dura y vamos a pasarlo realmente mal los que no seamos bajadores ni escaladores. Ya lo contaré. Paso a poner los nombres de los asistentes en el día de hoy, que han sido: Pastor, Ángel (Gelete), Manolo, Juanjo, Jesús, Alberto, Nani, Chema, Juanpe, un amigo de Juanpe que creo se llama Richard, y si mi memoria no me falla, un servidor; si me dejo a alguien ruego me perdone. Hasta donde yo he llegado, todos y cada uno han cumplido y aguantado muy bien la ruta, incluso me ha sorprendido lo bien que van algunos que yo creía en peor forma, en la de la semana que viene lo vamos a bordar. Ah! del resto del grupo no sé nada más, solo que nos separamos y que han llegado a casa sin novedad, del de la caída, que espero que solo sea el golpe, tenía mala pinta la cosa y además ha tenido que ser dolorosa. Un poco de hielo para la hinchazón y mañana está olvidado. A mí me han salido casi 65 kilómetros, a una media de 17,1.
Muy buena ruta para hacer fondo y muy buena crónica, como siempre ¿Lo ves Luisito como te estás poniendo fuerte otra vez? Si todo es cuestión de tiempo, cualquiera te pilla rueda dentro de nada..
"si mi memoria no me falla, un servidor" Luis, mira bien a ver no sea que tu no estuvieras en el grupo, porque aunque has esctrito la crónica, a lo mejor no estabas y te la ha contado Alberto que si estuvo y pone dibujitos y monos y cosas más bonitas y que no hay que leer además, que es muy cansadísimo. Y no me extraña que fueras bien, sabiendo que te ibas a retirar a media mañana.... eso anima mucho. Yo iba guardando porque no sabía en qué marrón ibamos a acabar. Oye, ¿mañana martes se sale? Habrá que completar la preparación, ¿no?
Lo de "si la memoria no me falla", es para todos los que estaban y no para mí, que bastante tengo ya como para no acordarme ni de mí jejejeje. Yo también iba guardando al principio y calentando las piernas, que dicho sea de paso no me iban bien y que según pasaba el tiempo iban mejor. Si la hubiese terminado, quizás lo habría hecho algo justo, pero es verdad que anduve por delante casi todo el rato, cosa que no suele ocurrir casi nunca, lo mismo debido a que los demás también iban "reservándose". El caso es que las sensaciones fueron buenas, y que a pesar de tener algún problema mecánico (no me entraban los tres piñones grandes)me encontré bastante bien, no me quites la alegría, que dura poco en casa del pobre. Yo mañana no puedo ni por lo civil ni por lo criminal, lo dejo para el miércoles, y si salís alguno mañana, lo mismo el jueves también me apunto, pero por la mañana. El viernes y el sábado a descansar y el domingo la rompepiernas.
Ya estamos velando armas de cara a la monstruosidad que se nos avecina: Navacerrada-Alcalá. El domingo veremos si somos capaces de hacerla completa, me da a mí que nos vamos a hacer muy amigos de calambres y dolores de todo. Muchas horas sobre la bici, pero no deja de ser un reto y me encantaría poder contar que hemos cumplido todos. Suerte y al toro.
hoy viernes a las 5 de la tarde corrida de toros en la entrada del parque natural, suavina para preparación del domingo, descanso activo o recuperación activa, creo que se llama.
se comenta por el barrio que la ruta fue una pasada, que el recorrido inmejorable y que estais mu locos!!
Ya era hora, por fin llegó el día que estábamos esperando; yo apenas he dormido un par de horas, en parte debido a mis hábitos de sueño, en el que no me acuesto nunca antes de las 2, y la otra parte por vaya usted a saber porqué. A las cinco menos diez me suena el despertador, y como siempre, después de hacer una visita al señor Roca, me visto y en poco rato estoy abajo de mi casa esperando a Teo, pues hoy he quedado con él para ir juntos. Llegamos puntuales a la cita, era a las 6 menos cuarto, y ya encontramos compañeros esperando, el autobús aun no ha llegado, pero tarda muy poco. Abre las puertas de la bodega para que empecemos a meter las bicis, y al comprobar que no entran todas, aprovecho y subo la mía para que vaya más cómoda asentada en los sillones traseros; pronto empiezan a subir más monturas sin ubicación y vamos colocándolas y atándolas, así hasta un total de más o menos diez. El viaje es corto, apenas una hora y algo, y cuando nos queremos dar cuenta ya estamos en lo alto del puerto de Navacerrada, comprobando que el aire sopla fuerte, se lleva los cartones con los que se han protegido las bicis unas de otras, y una vez montadas las ruedas delanteras, ya estamos dispuestos para la ruta. Comprobamos que hay mucha nieve, y empezamos de subida para paliar el frío, subida que hay que hacer andando y empujando la bici, porque la nieve helada impide que se pueda pedalear, haciendo patinar las ruedas. Es un camino que sale a la izquierda del aparcamiento del puerto, que bordea la bola del mundo. Cuando llegamos arriba, empezamos a bajar, siempre entre nieve medio helada, yo meto las piernas hasta más arriba del tobillo, y el terreno es impracticable para las bicis, toca sujetarlas y bajar andando también. Llegamos a lo que se llama "la tubería", que es un sendero de bajada, el cual está invadido por un tubo, que a veces se levanta como unos 20 centímetros del suelo y que hace muy difícil transitar por dicho sendero, unido a la dificultad de neveros estratégicamente apostados que al menos a mí, al clavarse la rueda en la nieve, me descabalgan continuamente, y cada vez que llego a uno, me bajo y lo sobrepaso a pata. La anécdota del día consistió en que al no ir el último (Chema tenía problemas con los frenos), decidí parar a mear, no podía más y tenía que hacerlo, me quité la mochila y me monté en la bici para hacer una zona asequible, y unos dos o trescientos metros más abajo, me doy cuenta de que me pesa poco la chepa, me doy la vuelta y allí estaba, no fue mucho tiempo y menos mal que me di cuenta en seguida, ya se podía bajar montado y si me doy cuenta más tarde habría tenido muchos problemas a la hora de subir a por ella. Un tiempo que los demás habían invertido en esperarme y con el consiguiente cachondeo posterior. Después de la reunión, tocaba una zona más ciclable, dominada por piedras y escalones que hacen mis delicias, no soy un buen descender, pero por zonas que no son super empinadas y con agarre, a pesar de escalones y pedrolos, disfruto como un enano. El terreno está seco pero tiene bastante agarre, y en poco tiempo estamos en el primer avituallamiento, que aprovecho para tomar un plátano y una barrita energética, el día se supone duro, y no está de más. Lo siguiente que nos espera es un tramo con algun descenso más, como los anteriores relatados, rápidos y asequibles, para terminar en un pisteo cuesta abajo que hacen que lleguemos muy pronto al siguiente punto de avituallamiento, reponemos un poco más y continuamos camino. Senderos por medio del monte, algún que otro vadeo de aguas procedentes del deshielo que a algunos se les atraganta, en uno de ellos, en el que había una poza pequeña, se mete la rueda y se pone de agua hasta las trancas, mojándose hasta el colodrillo. Zona en la que tenemos la primera avería, un cable de cambio roto que pronto es arreglado, somos unos chicos muy apañados y llevamos cables de repuesto, pero un poco más adelante el cable da problemas: se ha enredado en las roldanas y procede cortarlos, menos mal que llevo un alicate y insistiendo un poco conseguimos cortarle y evitar futuros problemas. Transitamos por una zona de prados, hay que pasar por puertas que los organizadores se encargan de dejarnos abiertas, para una vez pasemos todos, volverlas a cerrar para que no se escape el ganado. Este terreno es muy ameno, y apenas sin darnos cuenta estamos en el siguiente avituallamiento, que creo que está ya en Colmenar Viejo, y según el creador de la ruta, aquí comienza lo serio. Aprovecho al máximo para cargar pilas, quitarme ropa, que ya estorba, y persignarme esperando que no sea tan ****** como dice. Pero no estaba equivocado, al fin y al cabo la ruta la ha hecho él y quien si no va a saber como es la zona. Empezamos subiendo un poco, siempre por parajes preciosos, y bajando hasta el río (creo que es el Manzanares), entre montañas, y empezamos a sufrir más de lo normal. Las bajadas del principio, aunque algo empinadas, no son muy difíciles y yo las puedo bajar, pero en una de las subidas, el cambio me dice que ya no va a ir bien, tengo el pulsador algo torcido y rompe algún hilo del cable, así que me saltan los tres piñones grandes y el más pequeño. Toca joderse y es lo que me planteo, aguantar todo lo que pueda así, y si veo que el esfuerzo me puede, siempre puedo abandonar, cosa que no entra dentro de mis planes. Continuamos entre montañas y oyendo el ruido del río de fondo, subimos y bajamos por senderos muy bonitos y bastante ciclables, la zona es divertida hasta que llegados a un punto deja de volverse asequible para conventirse en una auténtica tortura: subidas en las que es difícil subir empujando la bici, bajadas con rajas procedentes del agua de más de un metro de profundidad y que además tienen una gran pendiente, que no me queda otro remedio que bajar a pie sujetando la bici. Pero no es una sola, y con la inestimable compañía de Pastor vamos trabajándonos la zona, pues se suceden continuamente y la distancia con los de cabeza se me antoja que es grande. No me quejo, ya que esperan con paciencia a los más torpes, sin un mal gesto ni una mala palabra, a excepción de Alex, que aunque nos anima, no concibe que vayamos en la cola, quiere que vayamos más adelante, muy lejos de nuestra posición actual y natural. Y después de mucho sufrimiento por mi parte, agravado con el hecho de que no puedo meter más desarrollo y que poco a poco va minando fuerzas, abandonamos tan bonita y desesperante zona para llegar a una zona de pistas, casi toda en subida que es la que nos ha de acercar hasta nuestro próximo avituallamiento: Tres Cantos. Es zona propensa a mis cualidades y disfruto de ella en todo mi esplendor, me pesan un poco las piernas, pero me impongo un ritmo y con el mismo voy pescando en la subida a unos cuantos, que después del esfuerzo realizado en la zona anterior están pagando el pato. Ya empiezan a verse los primeros acalambrados, y después de unos kilómetros de pista llegamos a la furgoneta en la que nos espera Javi Lobo, la persona a la que soñamos con ver, pues ya vamos agotados, sin agua y con un hambre que da calambre. Es la hora de la comida y para ello contamos con un bocata de jamón, que devoramos ávidos, y con bebida isotónica para reponer unas fuerzas que ya se quedan escasas, a mí me ha costado hasta bajarme de la bici, la suelto en medio del camino y espero no saber más de ella al menos en un buen rato. Reponemos fuerzas, tenemos también barritas y fruta, plátanos y mandarinas para aderezar el bocata, y llenamos las garrafas y mochilas con agua, que ya empieza a escasear y tiene su precio en oro. Hay que continuar camino, y lo que sigue sigue siendo algo que me gusta, pisteo. Cogemos el carril bici de la carretera de Colmenar, cruzamos el puente que pasa sobre la carretera y vamos hacia Tres Cantos, para coger un camino que sale a la derecha, paralelo a una valla de piedra. Tengo mi primer capítulo de amago de calambre, me da en la pierna izquierda, por la parte de dentro del muslo izquierdo, pero igual que vino se va y no me vuelve a incordiar más. Es terreno apache, un sinfín de sube y bajas en los que aprovecho la inercia bajando para hacer más fáciles las subidas. Ya estamos más cerca de casa, llevamos unos cuantos kilómetros en las piernas y se sufre para seguir dando pedales, aunque el terreno es realmente bonito y ayuda bastante para olvidar las penas. Cada subida es un reto más, sigo con el mismo problema de no poder meter desarrollo y en las subidas más empinadas no puedo hacer otra cosa que bajarme y empujar, ya no tengo fuerzas para moverlo. Pero, cosas de la vida, me voy encontrando mejor y recupero bastante, el pedaleo es fluído y no me cuesta tanto subir, creo que la comida empieza a hacer su efecto, dándome unas fuerzas de las que no disponía unos kilómetros más atrás. Más pisteo, zonas de arboleda en los que a su sombra los de delante aprovechan para esperarnos, y ya estamos muy cerca de nuestra última parada antes de llegar a casa. Pero antes, otra avería en forma de rotura de cable de cambio, yo llevo uno y me presto a dárselo, continuando camino los más deteriorados pues ya nos pillarán los de atrás. Transitamos por un lugar muy bonito, un caminito que serpentea entre árboles y que a mí me resulta divertido, con alguna que otra subida que acalambra a mi compañero. Llegamos a una urbanización y por asfalto y pista llegamos a otra que atravesamos, más pisteo y llegamos a Algete, más bien al Macdonald´s que hay pegado a la N-I. Estamos sin agua, vacíos de estómago y aprovechamos para devorar lo que queda, bebemos y comemos todas las existencias, y en poco rato continuamos. Cogemos la carretera, no se puede cruzar el Jarama sin desviarse demasiado, y hemos de hacerlo por el puente que hay más adelante, y además Alex y Juanjo se han inventado una variante que al menos a mi me pareció original: en la siguiente rotonda nos metemos a la izquierda, por la carretera de Fuente el Saz, y en lugar de ir por el arcén, nos caemos hacia el vierteaguas paralelo, que es transitable y nos evita los peligros del tráfico. Continuamos unos metros y cogemos un camino a la derecha, pista y en el que el terreno ya no es nada bonito, polvoriento pero que se sigue adaptando a mis facultades rodadoras; aquí el ritmo no es demasiado fuerte para no perdernos a los más castigados, pero sí lo suficiente como para llevarnos casi a tope, y con algunos que se van cayendo, desperdigándose por la parte de atrás. Llegamos a Cobeña por pista, y esperamos al resto en vistas de atravesar el pueblo y continuar todo el tiempo que podamos juntos. No he dicho nada anteriormente, pero hoy nos acompaña toda la plana mayor de los Bike Racing, y es que estos tios son mu duros, hay que ir tirando de las riendas para que no se desboquen, y encima cuando les llega este terreno, se hace hasta difícil cogerles rueda; menos mal que de vez en cuando se les va reteniendo, que si cogen ritmo seguro que a más de uno nos sacan media hora de ventaja en lo poco que nos queda. Hecho este inciso, sigo por Cobeña, cogemos otra pista y tenemos otra avería, el calor ya es agobiante, así como el cansancio, y aprovechamos una gran sombra y un prado para descansar un rato, es un momento all-bran, desconectamos y nos lamemos las heridas, y no sabemos si vamos a ser capaces de levantarnos de lo a gusto que se está. Yo por mi parte no voy nada mal, sorprendido de ir tan bien a la altura en que estamos y debido a mi problema con los desarrollos: en lugar de 34 de piñón grande, tengo que conformarme con el 26, pero si me fijo en Alex, que no lleva plato grande desde hace tiempo, me considero al menos afortunado. Las subidas ya se hacen eternas, y nos toca una larguita hasta llegar a Daganzo, pero la proximidad de nuestro destino final nos da unas fuerzas que no sabíamos que teníamos y la pasamos sin excesivos problemas. Sigue una bajada hasta el pueblo muy larga y rápida, pero mis miedos a la velocidad sin control hacen que pronto pierda a los que llevo por delante y termino llegando el último del grupo, a excepción hecha de Juanjo, que se ha quedado arriba esperando a posibles rezagados que en realidad no hay. Esperamos un rato a que llegue y continuamos, más cuestas y más bajadas hasta llegar al Torote, que hay que vadear sí o sí; buscamos alternativas y la solución es cruzarlo por medio, así que cojo la bici, me la echo al hombro y cruzo. Había alguno que intentaba cruzar por unas piedras, pero el peligro de caída aumentaba y el resultado de mojarse los pies era el mismo, no hubo ninguno que no se mojara, cosa que luego agradecimos, nos refrescamos los pies, que ya los llevábamos castigados de tanto pedaleo. Y así llegamos a la última cuesta del día, que nos lleva a la pista que nos acercará hasta Alcalá, seguimos controlando a los galgos para que no se escapen y llegar más o menos todos a la par, no sé cuantos hemos salido al final, pero de todos los que hemos salido de inicio sólo ha habido un abandono, y no por lesión o accidente, ha sido por problemas físicos; hemos aguantado como jabatos el total de la ruta y según nos acercamos a nuestro destino ya nos vamos felicitando con la mirada unos a otros, atrás quedan los momentos duros y malos, que ha habido muchos, y solo queda la satisfacción del reto conseguido, la ruta ha sido muy dura, al menos desde mi punto de vista, y los sabores amargos del camino dejan paso a los dulces de la victoria. Llegamos a las puertas del club, y tenemos piscolabis, que nos están esperando, llegamos con más hambre que el perro de un afilador, que comía chispas por comer algo caliente, y no dejamos ni rastro de nada, aparte de bebernos hasta el agua de los geranios. Desde aquí voy a agradecer a los miembros de la organización de este evento, que han conseguido que esto se haya hecho grande, si mal no recuerdo han sido Alejandro, Juanjo, Manolo y Manuel; mención aparte merece Javi Lobo, que nos ha acompañado con el coche auxiliar, y que si no es por su trabajo no habríamos conseguido terminar, ya que era el que transportaba todas esas cosas ricas que nos han devuelto las fuerzas gastadas; también a todos esos que van sobrados para marchas como ésta, que han tenido la paciencia de esperarnos sin un solo comentario de queja o de malestar, y dejando que les llevaran con el freno echado para no dejar muy lejos a los de detrás. Paso con los datos, por el GPS me ha marcado 104 kilómetros, con 1600 metros de ascenso y 2800 de descenso, a una media de 14,6 km/h; y mi cuenta me dice que he hecho 118 kilómetros a una media de 14,4. Por el lado del GPS, dice que he estado 7 horas y 10 minutos pedaleando, y por el otro que han sido 8 horas y cuarto. Yo me inclino por creer más al cuenta, pues el GPS está configurado para no marcar cuando se va a velocidades muy bajas, o que se me apagó en algún momento y no me di cuenta, tengo que comprobarlo. Nada más, ayer no pude ponerme a escribir pues no me podía levantar del sofá, y cuando lo hacía me daban calambres, hoy sigo con dolores de todo, pero he recuperado bastante y ya me estoy olvidando de lo malo y acordándome de lo bueno. El que todavía no se ha olvidado es mi culo, que le tengo a estilo mandril y en cuanto ve un sillín de bici huye como un cobarde. GRACIAS POR TODO