Bajamos hasta Laruns, donde vemos un montón de cicloturistas. Huele a quebrantahuesos. Justo en el cruce con la carretera hacia el Pourtalet, me encuentro con dos compañeros de mi pueblo, que han venido al parecer a subir algunos puertos de la zona. Están comiendo algo, y mientras hablo con ellos esperando a Gorka baja un poquito más despacio que yo-, me doy cuenta de que yo también he pinchado con una piedrecilla. Cambió la cámara enseguida, con menos problemas que antes. Nos despedimos de los compañeros y salimos rumbo Oloron. Tenemos viento en contra pero el terreno es favorable. Me veo bastante fuerte y decido tomar las riendas del asunto. Gorka se mete a rueda y vamos a un buen ritmo en los kilómetros hasta Oloron. Tenemos alguna duda en un par de cruces pero llegamos bastante derechos hasta la ciudad Bearnesa. Incluso algún ciclista se nos mete a rueda. Una vez en Oloron, Gorka me cuenta que tendremos que ir con cien ojos para no confundirnos en el cruce hacia Atharratze. Ellos el año pasado se pasaron y fueron dirección Maule. Aún con todo volvemos a meter la pata y nos vemos en la carretera hacia Maule, ya fuera del núcleo poblacional. Gorka se da cuenta y decidimos pararnos para llamar a infraestructura y preguntar hacia dónde tenemos que tirar. Dicen que ya vienen y preguntan dónde estamos. En frente de la Funeraria. Me comenta Gorka que ya vienen. La espera se está haciendo larga. El sol pega muy fuerte y estamos en un lugar sin sombras. Pasan los minutos y allí no aparece nadie. Hacemos otra llamada y nos cuentan que están en un Leclerc. Les decimos que esperen y nos acercamos nosotros hasta donde se encuentran. El reencuentro lo aprovechamos para volver a aprovisionarnos. Miramos el mapa y encontramos la ruta adecuada. Una vuelta al baño y otra vez nos ponemos en marcha. El tramo desde Oloron hasta Atharratze lo decidimos hacer un poquito más despacio. Guardando fuerzas para Ahuzki. Gorka se bebe dos bidones de agua en media hora, la parada bajo el sol le ha dejado seco. Vamos pasando pueblecitos, donde ya nos encontramos con los primeros frontones, signo inequívoco de que nos estamos acercando a Euskal Herria. Pasamos Aramitz bajo una pancarta que recuerda la marcha Pierre-Jaques, a celebrar en julio. Recordamos que debe de ser una marcha dura, aunque ninguno de los dos haya estado nunca en ella. El recorrido hasta Atharratze ya nos es conocido ahora, pues lo realizamos en sentido inverso en la última Larra-Larrau. Así, poquito a poco llegamos hasta Atharratze. Desvío a mano derecha para subir el coco de la jornada: Ahuzki.
En el cruce nos marca 11 kilómetros hasta Ahuzki. Creía que habría más. Vamos poquito a poco, por un terreno de falso llano ascendente. Pasan los kilómetros y apenas hemos ganado altura. Nos ponemos en lo peor, que no es que nos hayamos confundido de carretera: lo fatal sería tener que subir hasta los 1080 metros que tiene el alto en tan pocos kilómetros. Al llegar a la localidad de Zunarreta, nos damos cuenta de lo ocurrido. El cartel anterior debía de estar mal, pues nos vuelve a señalar que quedan 11 hasta Ahuzki. Un cruce a la derecha en Altzai ya nos enseña las primeras rampas, duras, de la ascensión. Hacemos algún kilómetro entre casas, con rampones y descansillos, para volver a bajar durante un buen rato. Una curva a izquierdas ya nos mete en plena ascensión. Gorka me dice que tire a mi ritmo, pero esta vez mi ritmo es el suyo. Le cojo unos metros un par de veces, la primera para orinar y la siguiente para hacerle una foto. Subimos despacito, entre vacas y con el firme lleno de gravilla, como suele ser frecuente en las ascensiones de Iparralde. Después de unos kilómetros realmente duros, coronamos un primer alto. Desde aquí hay una bajadita y llegamos al cruce con la carretera que viene desde Altzürükü, pueblo natal del cantante Niko Etxart. Cantando algún canción suya seguimos con la ascensión. Divisamos el Hotel-Balneario que hay en el alto. Aunque la subida era nueva también para mí, lo había ascendido en otra ocasión desde Behorlegi, por lo que ya tenía un recuerdo del Hotel. A la derecha, a lo alto divisamos un coche que baja. Se ven rampas muy-muy empinadas, y Gorka me pregunta si tenemos que subir hasta allí. Yo le digo que no estoy seguro, pero creo que no. Felizmente, mis predicciones se cumplen. Por los pelos. Bordeamos el Hotel por la derecha y seguimos por la carretera a base de toboganes, rellanos y alguna que otra subidita. Gorka me dice que se le está haciendo muy larga la ascensión, pero yo ya sé que la ruta la vamos a terminar con entereza. Llegamos hasta el desvío hacia Behorlegi, por Aphanize. Nosotros seguimos derechos hasta Mendibe, para llegar hasta Donibane Garazi. La bajada es complicada, la noche está llamando a nuestras puertas y el sol nos da en los ojos con intensidad. Aún así, la postal que queda es preciosa. Mendibe, Donibane Garazi... las poblaciones van pasando. Ya estamos llegando al final.
Desde Donibane-Garazi tenemos una ligera subida para llegar hasta Baigorri, donde comienza el último puerto de la ruta. Por Irulegi bajamos hasta pie de puerto. La noche se nos echará encima antes de que coronemos Izpegi, por lo que decidimos poner las luces a las bicicletas. Gorka nunca ha rodado de noche, por lo que la experiencia será distinta para él. Izpegi es un puerto constante, sin rampas duras pero con un nivel de exigencia alta para éstas alturas. Empezamos a subir con fuerza, Gorka va más fuerte que hace un par de horas, ha recuperado bien. Yo tampoco he empezado a flaquear. Los kilómetros caen con rapidez. A mitad de puerto nos cruzamos con un coche, son Ion y Oihana, que han venido a darnos sus ánimos y alguna coca-cola desde Elizondo. Los últimos dos kilómetros me veo muy bien y decido probarme, Arranco fuerte, ya de noche. El asfalto es bueno y no tengo miedo de meterme en ningún bache. Las sensaciones que tengo son inenarrables. Llego hasta el collado, donde Agustín ha abierto incluso una botella de cava. La victoria es nuestra, a partir de Izpegi cualquier imprevisto se solucionará, sí o sí. Al rato llega Gorka. Aunque no beba ni un sorbo del cava, se une a la fiesta. Estamos un rato charlando con Ion, que siempre tiene alguna batallita de las carreras master. Aunque nos encontramos a gusto, decidimos ir bajando para poder llegar cuanto antes hasta Doneztebe. La bajada de Izpegi, aunque es revirada, no reviste ninguna dificultad. Aún así, siendo de noche, hay que ir muy despiertos para no comerse ninguna curva, ni ningún animal que se cruce en la carretera. Hace fresquito, por lo que en Errazu nos abrigamos un poco más y ya nos enfilamos hasta la llegada. Los pueblos pasan rápidamente, Bozate, Elizondo, Irurita, Mugaire... hasta llegar a Doneztebe. En la plaza hay cena popular, donde se ha reunido la gente del pueblo a celebrar el Erreka eguna, un día organizado para homenajear a todos los deportistas del pueblo. Anuncian nuestra llegada por los altavoces y nos hacen subir al escenario. Acabamos el día entre los aplausos de la gente. Un día que difícilmente se me olvidará.
Neoni Zorionak, pero las cabras del año pasado te depilaban jejejeje:badair, Espero impaciente mas capitulos. Salu2
Eeeeeh, que te estoy viendo ;-) Ya sabes tú lo "difícil" que es liarme a mi para estas aventuras ¿cuando vamos? ¿nos inscribimos ya? :meparto Zorionak Neoni, tiene muuuuy buena pinta :aplauso4
Joooo, la verdad es que eso huele a Pirenaica que da gusto :mrgreen: En serio, cuando queráis lo planeamos y hacemos alguna de esas, aunque yo tengo pendiente la Luchon-Bayona... no digo ná aaah, e Iñaki lleva tiempo esperando a que organicemos la Bilbao-Donosti...
Zorionak Neoni eta Gorka, una aventura de las de recordar. Gracias por afilarnos los dientes de esta manera... ;-)
Zorionak Iñaki eta Gorka!! Makina batzuk zate! Akaso helduden urtean bertso-bizikleta edo holako zerbait in beharko da (errexago doike). ZORIONAKKKKKK!!!!!
enhorabuena a los dos, fantastica cronica he leido algo por ahi de bilbao-donosti... no seria mala idea