Pequeñas crónicas del ciclismo.

Tema en 'General' iniciado por Harek, 10 Dic 2019.

  1. Harek

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    El comienzo.

    1.jpg

    Con ocasión de las fiestas de Pentecostés, el 31 de mayo de 1868, el ayuntamiento de Saint-Cloud, en las cercanías de Paris, organiza un festival de conciertos, fuegos artificiales, bailes y una carrera de velocípedos alrededor del parque de la localidad.

    El recorrido consta de dos vueltas al parque y suma un total de unos 1.000 metros, aproximadamente.

    En la carrera resultaganador el inglés James Moore, miembro del Véloce Club de Paris, con un tiempo de 2 minutos y 35 segundos.

    Como premio se le otorga una medalla que tiene en una de sus caras la imagen de Napoleon III y en la otra esta inscripción: "Ville de Saint-Cloud, primera carrera de velocípedos, 31 de mayo de 1868".

    Hasta luego.
     
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  2. Harek

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    Y Oliver crea el ciclismo.

    Velocipede_Michaux-1.jpg


    El velocípedo Michaux está de moda. Todos los participantes de la carrera en el Parque de Saint Cloud utilizaban uno de ellos.

    Incluso el príncipe Napoléon, de 13 años de edad, “arruina” a su familia en la compra de velocípedos Michaux y pasa todo el día en los jardines de las Tullerias dando vueltas sobre uno de ellos.

    Algunos años más tarde, Pierre Michaux, con la ayuda de su hijo Ernest, ha puesto a punto la creación de los pedales, poniendo fin así al reino de la draisiana.

    Ante este invento tan genial, los parisinos se abalanzan sobre el stand montado por los Michaux en la Exposición Universal de 1867.

    El taller de Pierre Michaux, que no puede hacer frente a la avalancha de pedidos, se tiene que hacer más grande y el 7 de mayo de 1868 se instala en la calle Jean Goujon de Paris, en un espacio de más de 300 mts cuadrados: se crea la sociedad “Michaux et Cie”, en compañía de René Oliver, 22 años, ingeniero apasionado de las novedades.

    En 1865, para probar el material, Oliver y su hermano Aimé había ido desde Paris hasta Avignon usando un velocípedo con pedales.

    La sociedad "Michaux y Cie", que se ha convertido en una fábrica industrial, trabaja a un ritmo de doce velocípedos al día y exporta al mundo entero.

    Para promocionar sus máquinas, los hermanos Oliver deciden organizar competiciones. Así nació la primera en el parque Saint Cloud.

    Aunque ellos no inventaron el velocípedo, podemos decir que inventaron el ciclismo.

    Pero estalla la guerra franco-prusiana. La sociedad debe cesar la fabricación y Ernest Michaux muere en la miseria algunos años después. René Oliver morirá en julio de 1875, en un accidente de coche de caballos.

    Hasta luego.
     
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  3. yeisus

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    Muy interesante.

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  4. Harek

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    “Le Vélocipède”

    El 1 de marzo de 1869 sale a la calle en la localidad de Voiron el primer periódico consagrado al velocípedo. Su nombre es “Le Vélocipède”, su director A. Favre se explica en la editorial: “hemos puesto los ojos en un recién llegado al mundo industrial y cuya llegada ha sido un verdadero triunfo: el velocípedo. Proporciona un saludable ejercicio y fortalece los músculos, en una palabra, regenera al hombre”.

    De tirada bimensual, el periódico está destinado a los novatos del velocípedo.

    En el segundo número se destinan varias hojas tituladas: “Método de aprender a usar un velocípedo en menos de media hora”.

    Gracias a los “Vélo Club” que nacen por todas partes, el periódico anuncia las carreras y después publica los resultados.

    Demasiado adelantado para su tiempo, desaparece al cabo de cinco meses víctima de graves dificultades financieras.

    1869 - Nº 1 de Le Vélocipède Illustré.jpg
    Primer número de Le Vélocipède Illustré

    Surgido de la noche.


    El periódico “Le Vélocipéde Illustré” de Richar Lesclide, secretario de Victor Hugo, toma el relevo del infortunado “Vélocipède”.

    En su número del 30 de septiembre, Lesclide explica que “para ganar adeptos, hay que demostrar que el velocípedo permite recorrer distancias considerables con un desgaste menor que la carrera”.

    Así pone en pie la primera carrera de fondo que se disputará entre Paris y Rouen (123 kms). Doscientos tres participantes se presentan en la Place de l’Étoile y toman las salida a las 8 de la mañana animados por miles de espectadores.

    La lluvia y el frío van a convertir la carrera en agotadora. En las villas, generalmente cubiertas de pavés, los corredores prefieren utilizar las aceras.

    En el control de Vaudrieuil, James Moore es el primero en pasar como un rayo rehusando detenerse. Es seguido, 10’ después por André Castera que pierde su sombrero, lo recoge y desaparece en un abrir y cerrar de ojos. Más de una hora después llega Johnson, pero se desvanece inmediatamente, no ha comido más que dos sándwiches desde la salida.

    En Rouen, cuando la noche ya ha caído, un café iluminado con lámparas hace de línea de meta, pero no se espera a los corredores antes de la medianoche.

    ¡De repente, la sorpresa! James Moore, montado en un velocípedo Suriray, llega a las seis y diez, tras una velocidad media de 11,50 km/h. A las seis y veinticinco, Castera y Bobillier surgen a poca distancia el uno del otro. A petición de ambos, se les clasifica ex-aequo. Solo 34 corajudos han podido alcanzar Rouen en el tiempo permitido de 24 horas.

    1869 - James Moore y André Castera.jpg
    James Moore y André Castera, héroes de la Paris-Rouen

    Hasta luego.
     
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  5. Harek

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    "Por una nariz".

    1868 - Primera carrera de mujeres en Bordeaux.jpg


    Inicialmente prevista en Bordeaux para el 13 de septiembre, la primera carrera de damas tiene que ser suspendida a causa del mal tiempo.

    Finalmente, el 1 de noviembre de 1868, más de 3.000 personas esperan a las cuatro heroínas del velocipedismo.

    Su vestuario en sí es ya un espectáculo: dos de ellas van vestidas de pajes, otra de mosquetero y la última con una falda roja muy incómoda para este ejercicio.

    La lucha es cerrada. Desde la salida Mme. Louise toma la ventaja y la conserva. Pero a 50 metros de la meta es alcanzada por Mme, Julie que, en un esfuerzo sobrehumano, remonta a su rival y gana la carrera "por un nariz...", según la expresión de la crónica local.

    La multitud salta las barreras y se precipita a la pista para admirar a estas velocipedistas.

    Hasta luego.
     
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  6. Harek

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    La bicicleta.

    1880 - Henry Lawson diseña la primera bicicleta con transmisión de cadena.jpg


    En el año 1879, la "grand bi" y el triciclo están en su apogeo y conservan la supremacía, pero no será por mucho tiempo.

    El origen de esta revolución lo encontramos en los estudios que lleva a cabo un ingeniero francés, Victor Mougeol, que tiene la idea de transmitir el movimiento a través de un sistema de correas o cadenas.

    Algún tiempo después, y basado en estos estudios, el inglés Henry John Lawson construye una nueva máquina: con una rueda delantera más grande que la trasera y haciendo a esta la rueda motriz gracias a la transmisión por cadena.

    Los dientes del pedalier y del piñón quedan a elección particular del usuario.

    Este ingeniero londinense de 27 años otorga a su máquina el nombre de "bicicleta".

    El invento tiene tal acogida entre los grandes constructores que pronto la bicicleta relega a los demás ciclos a los museos del ciclismo.

    Hasta luego.
     
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  7. Harek

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    Elsa, Elsa.

    1881 - Elsa Von Blumen (Caroline Roosevelt).jpg


    El 5 de diciembre de 1881 es lunes y en Londres, una audaz ciclista, Elsa Von Blumen, emprende un formidable desafío: recorrer 1.609 kms (mil millas) en seis días en una pista que no tiene mñas que 100 metros de largo.

    Monta en su "grand bi" temblando de emoción, pero ya desde las primeras vueltas a la pista da muestras de un pedaleo flexible y regular. "Poesía en movimiento", escribirá el cronista del "Bicycling Word".

    Al tercer día lleva ya cubiertos 787 kms, 75 más que el plan previsto.

    El sábado, último día, se la ve demacrada y fatigada. Sus miembros están agarrotados y tiene las manos cubiertas de ampollas. Pero gracias a los ánimos del público, sobre todo el femenino, Miss Von Blumen completa la última vuelta 8 segundos antes de la medianoche.

    Contariamente a lo que puede parecer, Elsa Von Blumen no era alemana, sino norteamericana, nacida en 1865 en el estado de Nueva York. Su verdadero nombre era Caroline Roosevelt y de muy jovencita sufrió problemas de tuberculosis. Para atajar esta enfermedad, comenzó a hacer deporte primero carrera a pie y más adelante ciclismo. Su fortaleza era sorprendente.

    Sí, sí... cuando se desarrollaron estos hechos, Elsa tenía ¡16 años!

    Hasta luego.
     
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  8. Harek

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    A la inglesa.

    1891 - Burdeos-Paris. Salida. - copia.jpg

    Los corredores esperan la salida en la Place du Pont

    Son las 5 de la mañana del 23 de mayo de 1891. El cielo está muy nuboso sobre la Place du Pont en Bordeaux. Carreteros y algunos curiosos rodean a los 28 participantes en una carrera que marcará la historia del ciclismo: la Bordeaux-Paris.

    El diario local, “Le Véloce-Sport” buscaba crear una carrera “más dura y más implacable que la carrera de 24 horas organizada por los británicos”. Así nace la Bordeaux-Paris, de 672 kms, con el objetivo de enfrentar a los mejores franceses con sus homólogos ingleses.

    Remitiéndose a su reglamento, los británicos rehúsan enviar a sus amateur si es que van a enfrentarse con profesionales. Ante ello, y para asegurar la participación internacional, la dirección de la carrera no acepta la presencia de las estrellas francesas como Charles Terront o Jules Dubois.

    Nada más iniciarse la carrera, los cinco ingleses atacan en la Côte de Cenon. En el primer control, en Angoulême, están preparadas duchas calientes, camas y un suculento buffet. Pero, para gran sorpresa de todos los presentes, los dos primeros, Mills y Holbein, los dos ingleses, no se detienen y siguen su marcha.

    A la salida de la villa, Mills se coloca a rueda de su colaborador, el rápido Stroud, y fuerza el ritmo hasta Ruffec, donde llega con 40’ de ventaja sobre Holbein.

    Este último espera un desfallecimiento de su compatriota, poco habituado a las carreras de fondo. Pero en vano.

    Ingiriendo solamente bidones con purés de carne en cada control, George Plinkington Mills llega a Paris delante de 5.000 personas después de 25 horas 34 minutos y 57 segundos.

    Él aventaja a Alfred Holbein en 1 hora y 16 minutos y al primer amateur francés, Jiel Laval, 5º, en 5 horas 45 minutos.

    1891 - Burdeos-Paris. Georges Pilkington Mills, el primer ganador de la carrera.jpg
    George Plinkington Mills, primer ganador de la carrera.

    Hasta luego.
     
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  9. Harek

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    El neumático desmontable.

    1891 - André Michelin y su hermano Édouard inventan el neumático desmontable.jpg


    Dos hermanos de Clermond-Ferrand, André, el ingeniero, y Édouard, el artista, han comprendido rapidamente la importancia del invento del neumático llevado a cabo por John Boyd Dunlop en 1888.

    En 1889 levantan una fábrica en la capital auvernesa con una plantilla de 50 personas.

    En 1891 alcanzan otro nivel desarrollando la posibilidad de desmontar y reparar el neumático en el curso de una carrera. Se termina el riesgo de quedarse fuera de carrera o de rodar en llanta.

    El mérito del “invento desmontable” corresponde a un tal Artaud, contramaestre y técnico de confianza de Édouard Michelin.

    Los “pequeños del neumático”, si se les compara con el gigante Dunlop, ganarán dos meses más tarde su primera carrera, Paris-Brest-Paris, a pesar de la decena de pinchazos que ha sufrido Charles Terront.

    La novedd es un éxito absoluto.

    Hasta luego.
     
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  10. Harek

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    Una nueva locura.

    1891 - Paris-Brest. Charles Terrront, ganador.jpg


    El éxito de la Bordeaux-Paris lleva a la prensa generalista a organizar una carrera de largo recorrido. Pierre Griffard, redactor jefe de “Le Petit Journal” pone en pie una nueva locura: Paris-Brest, ida y vuelta, mil doscientos kilómetros sin cambiar de bicicleta. Los favoritos son los corredores que pueden asegurarse una multitud de colaboradores, como Terront, cuya carrera será dirigida por Herbert Duncan, o Jiel Laval, que dispone de ocho colaboradores.

    Citados el 6 de septiembre de 1891, delante de la sede de “Le Petit Journal”, los 206 corredores se lanzan hacia los Campos Elíseos. Después de 50 kms, Terront tiene ya cinco minutos de ventaja, pero pincha en las inmediaciones de Laval. Equipado con neumáticos desmontables Michelin, todavía desconocidos, deber rodar tres kilómetros hasta encontrar a los técnicos de la firma que emplean tres cuartos de hora en cambiar el neumático.

    De nuevo en la carrera, Terront alcanza a Laval en Vitré y ambos ruedan juntos durante la primera noche.

    En Brest, Laval pasa el primero con 40’ de ventaja sobre Terront que ha sido víctima de dos nuevos pinchazos.

    Tras iniciar el recorrido de vuelta a Paris las posiciones entre los dos destacados se estabilizan. En Lamballe, durante la segunda noche, Terront, aun sin dormir, es avisado que su rival está reposando en un albergue. Entonces toma un desvía para no ser visto por Frédéric De Civry, preparador de su rival. Cuando estos últimos se dan cuenta de que su rival ya ha pasado, la carrera está perdida.

    Después de 71 horas y 16 minutos sin descansar, “Charly” llega a Paris ante el delirio de más de 10.000 espectadores que están esperando desde la víspera.

    Jiel Laval llegará 7 horas y 40 minutos más tarde.

    El total de corredores que serán inscritos en la clasificación es de 99, quienes llegan más de 10 días después son eliminados.

    Hasta luego.
     
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  11. Harek

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    La edad de oro de los velódromos.

    1.jpg

    Primera carrera en el velódromo de Buffalo: Paul Baras, Antony, Czemi, Georges Cassignard y Paul Médinger

    Clovis Clerc, el director del Folies-Bergère, que financia la construcción del velódromo de Buffalo, ha elegido como consejero a Henri Desgrange, periodista especializado y corredor de renombre.

    Así el velódromo es inaugurado el 29 de mayo de 1892, al lado mismo donde dos años antes, el cowboy Cody, sobrino de Buffalo Bill, había mostrado a los parisinos los misterios del Far West.

    Una soberbia pista de 333,33 metros, con curvas ligeramente elevadas, va a convertirse en el feudo de los ases del pedal.

    Para responder a los entusiasmos de los parisinos por la pista, el velódromo de la Seine, en Levalois, abre sus puertas el 27 de agosto de 1893, algunos meses más tarde.

    El velódromo de Hiver se muda al Palacio de las Artes Liberales situado al borde de la calle de Suffen.

    Comienza la edad de oro de los velódromos.

    Hasta luego.
     
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  12. Harek

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    Napoterront 1º.

    1893 - Napoterront 1º.jpg


    El 11 de octubre de 1893, Charles Terront emprende una extravagante aventura entre San Petersburgo, en Rusia y Paris, organizada por el campeón Henry Duncan.

    Terront se lanza en San Petersburgo detrás de sus colaboradores Meyer y Échard, y acompañado por Overbeck, un ciclista ruso encargado de marcarle el ritmo hasta la frontera polaca.

    Una semana más tarde, llega a Varsovia, cubierto de barro, después de haber recorrido 287 kms en las últimas 24 horas.

    A pesar del horrible tiempo que reina en la región y del deplorable estado de las carreteras, mantiene la confianza y el optimismo ante los 1.600 kilómetros que aún le quedan por cubrir.

    Al paso por Berlín, las autoridades alemanas le ofrecen una solemne recepción: “Se puede ser ruso, alemán o francés, pero ante todo se es velocipedista. El pedal te da un gran título: ciudadano del mundo”, dice Terront.

    Después de 14 días de viaje, Terront llega por fin a Paris. Los mejores corredores franceses (Jean Marie Corre, Lucien Lesna, su hermano Jules) le esperan en Pontoise. Poco a poco la multitud va en aumente y Terront es obligado a bajar de la máquina para beber champagne.

    Llega triunfante a Buffalo, donde 20.000 personas le esperan. Mientras suena “La Marsellesa”, Terront efectúa dos vueltas a la pista. Al bajar de su bici Rudge, esta es objeto de todas las atenciones. En efecto, ha sido capaz de recorrer más de 3.000 kms sin grandes problemas.

    Hasta luego.
     
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  13. Harek

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    Lucien Lesna por delante de Charles Lucas.

    Lucien_Lesna.jpg

    Lucien Lesna

    Para esta cuarta Bordeaux-Paris, los corredores son divididos en tres categorías: los corredores de velocidad (brazalete blanco), los “routiers” hasta 30 años (brazalete azul) y los veteranos (brazalete rojo).

    Más de 2.000 personas se han reunido para contemplar la salida, incluidos los pasantes que aquí registran las últimas apuestas donde Lucien Lesna (3 a 1) parte como favorito.

    En Ruffec, después de 169 kms, el inglés Charles Lucas, en su primera aparición en Francia, y Lesna van en cabeza con 27’ de ventaja sobre los hermanos Marius y Jean Allard. Pero, poco antes de Chatêllerault, Lucas se queda sin colaboradores… falta de dinero.

    Lesna aprovecha esta circunstancia para poner pies en polvorosa y aumentar la ventaja hasta que se ve bloqueado por el carro de un paisano que rehúsa dejarle pasar. Tras una acalorada discusión, Lesna no encuentra más solución que lanzarle un adoquín al sujeto para que cese en su actitud y así pueda continuar su ruta.

    Lucas que ha conseguido “reclutar” colaboradores más benévolos, alcanza a su rival.

    El ritmo de la cabeza es sostenido y los seguidores piensan que el vencedor empleará menos de 24 horas para cubrir los 672 kms del recorrido.

    Desgraciadamente, una violenta tempestad, después de Blois, echa por tierra estas esperanzas.

    Las cuestas del valle de la Chevreuse son fatales para Lucas que tiene que dejar marchar a su rival.

    Las aclamaciones y los aplausos retumban en el velódromo a la llegada de Lesna quien, tras haber efectuado la vuelta a la pista reglamentaria, desciende de su máquina en un estado de frescura asombroso.

    El correoso Lucas es 2º a 30’, a pesar de sus problemas con los colaboradores.

    Hasta luego.
     
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    Paul Médinger es víctima de un drama conyugal.

    1.jpg


    Paul Médinger, uno de los más célebres ciclistas franceses, acaba de ser asesinado por su esposa, que tras ello se ha suicidado.

    Desde hace algún tiempo Mme. Médinger tenía conocimiento de la relación de su marido con la condesa Blanche de Bailly, recibiendo cartas en su domicilio con esta mención: “A entregar al señor y no a la señora”.

    Este sábado 27 de abril de 1895, hacia las 14 horas, Médinger, llega a su casa después de una reunión en su fábrica de bicicletas, y sube a su habitación con su mujer.

    De repente, Anna, la criada suiza de la familia, escucha tres detonaciones. Inmediatamente se precipita en la habitación y descubre los dos cuerpos inánimes de sus patrones, uno sobre el otro.

    Los informes médicos concluirán que, mientras que el sprinter francés estaba tumbado en la cama, su mujer le ha disparado en la parte izquierda de la cabeza. Tras cometer el homicidio, vuelve el arma contra sí misma y dispara.

    El anuncio de este drama conmueve a toda Francia, no solo a los amantes del ciclismo.

    Los funerales del antiguo campeón de Francia se llevan a cabo en presencia de una inmensa multitud, pero la ceremonia es perturbada cuando la condesa Blanche de Bailly se precipita sobre el féretro de su amante para depositar un ramo de rosas rojas y de lilas blancas, antes de huir en su coche a toda velocidad.

    Hasta luego.
     
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    La primera Paris-Roubaix para un alemán.

    1.jpg

    Josef Fisher entrando en el velódromo.

    Durante el invierno de 1895-96, dos hilanderos de Roubaix, Théo Vienne y Maurice Pérez, deciden organizar una carrera de Paris a Roubaix.

    Propietarios del velódromo del parque Barbieux, temen que los espectadores se cansen de las pruebas de velocidad. “Hay que ofrecerles el espectáculo de corredores agotados y cubiertos de barro”, declara Vienne.

    Los dos hombres deciden organizar su carrera el domingo de Pascua, 19 de abril de 1896, escandalizando así a la bien pensante sociedad del Norte.

    El recorrido toma la ruta más directa: 280 kms, 230 sobre tierra y 50 sobre adoquines y aceras ciclables.

    Desde la salida, bajo el impulso de Arthur Linton, siete hombres se destacan. Linton demarra de nuevo en el bosque de Saint Germain en Laye, animado por su entrenador, su hermano Tom. Su ventaja sobre Paul Guignard y Maurice Garin es de 1’30’’ y 4’ respectivamente, mientras que el pelotón circula a más de un cuarto de hora. Es entonces cuando Joseph Fischer hace su esfuerzo y alcanza a Linton en el control de Breteuil.

    Los dos hombres fuerzan hacia Amiens donde el galés se hace con una suculenta prima. Sin embargo, un perro se lanza sobre su rueda delantera y le hace caer. Se levanta… pero la carrera está decidida.

    Encorajinado, el alemán efectúa una tremenda cabalgada en solitario durante los últimos 100 kms y al son de los clarines cruza la meta fresco y sonriente después de 9 horas y 17 minutos de carrera, a una media de 30,16 km/h.

    El danés Charles Meyer hace 2º a 25’ y Maurice Garin, el chico de la región, es 3º a 28’.

    Hasta luego.
     
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  16. Harek

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    Linton se pierde.

    Btv1b8438637g-p008 - copia.jpg

    Arthur Linton.

    15400183321325Rivierre,Gaston.jpg
    Gaston Rivierre.


    La Bordeaux-Paris se convierte en el escenario de una lucha cada vez más feroz entre las diferentes marcas de ciclos. Para inclinar la balanza hacia su lado contratan verdaderas armadas de tandems, de triples e incluso de cuádruples para ayudar a sus corredores.

    En los pronósticos del diario organizador, "Vélo", el alemán Joseph Fischer está largamente en cabeza delante de Gaston Rivierre y Marius Thé.

    Pero Fischer es víctima de una terrible caída en Chaunay que le lleva al abandono.

    Por su parte, Rivierre domina las tres cuartas partes de la carrera. Pero en el último control, en Versalles, el francés es alcanzado por el galés Arthur Linton, autor de una prodigiosa caza.

    En Suresnes, Linton, rodeado de una impresionante cantidad de colaboradores, pasa con 200 metros de ventaja sobre su rival. Entonces un ciclista atraviesa imprudentemente la carretera y choca con el galés que cae al suelo. Cubierto de sangre, vuelve a montar en su máquina pero, en el desorden general, no toma el recorrido oficial y se encamina hacia el Bois de Boulogne, como en años anteriores.

    Cuando se da cuenta de su error es demasiado tarde. Linton fuerza hacia el velódromo de Buffalo donde se presenta 62’’ antes que Rivierre que ha respetado el recorrido oficial.

    Inmediatamente, Rivierre reclama para recuperar la primera plaza pero Linton, exhausto, argumenta que él ha completado la misma distancia que su adversario y que no quería hacer trampa.

    Tras acaloradas discusiones, el jurado toma una decisión: declara a Linton vencedor de hecho y a Rivierre vencedor de derecho.

    Ganadores ex-aequo.

    Hasta luego.
     
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    Garin economiza la energía.

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    Maurice Garin

    Tras la llegada de la primera edición de la Paris-Roubaix, los organizadores, Théo Vienne y Maurice Pérez, habían citado a los corredores para el año siguiente. Y aquí están hoy, 17 de abril de 1897, el domingo de Pascua.

    Poco después de la salida, Eugène Sagot regresa al punto de partida con la bici al hombro que se ha roto al paso por Suresnes. Rapidamente compra una nueva en Paris y reemprende la marcha encorajinado.

    La lluvia cae implacable sobre estas carreteras difícilmente practicables.

    En el primer control, en Saint Germain, los corredores llegan totalmente cubiertos de barro, irreconocibles. El holandés Marcel Cordang pasa en cabeza delante de un grupo donde viajan todos los favoritos.

    Los corredores llegan a Arras, donde la policía está atenta para asegurar el paso de los corredores. La Côte de Pecq se encuentra en un estado tan deplorable que todos los corredores tienen que ascenderla a pie. En los alrededores de Roubaix, hacia las 20 horas, tres hombres, Michel Frédérick, Maurice Garin y Marcel Cordang luchan codo a codo. Los espectadores, esperando una victoria de su vecino Garin, abarrotan el velódromo.

    Frédérick no aguanta el ritmo, Garin y Cordang entran juntos en la pista. Entonces comienza una descarnada lucha entre los dos durante las seis vueltas que tienen que dar. El público está expectante, enmudecido. Suena la campana, Cordang marcha por la parte superior de la pista, Garin se lanza ferozmente hacia la meta, zigzagueando con su bicicleta y entra ganador. Cae extenuado de su máquina. Inmediatamente es llevado junto a los médicos que le atienden y consiguen recuperarle para su triunfante vuelta de honor.

    Hasta luego.
     
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    La demolición de Buffalo.

    1899 - Demolición del velódromo de Buffalo.jpg


    Después de los rumores aquí llega la triste realidad. Buffalo está condenado a la demolición. El 20 de marzo de 1899 comienzan las tareas de derribo.

    Ningún velódromo ha ocupado tal lugar en la historia del ciclismo como Buffalo. Evocar su pasado es pasar lista a los más grandes campeones. Desde Georges Cassignard, que ganó la carrera inaugural el 29 de mayo de 1892, hasta Paul Médinger y Henri Fournier, hasta Jean Baptiste Zimmermann, Wheeler y Gaston Rivierre.

    Desde hace dos años, la pista se ha convertido en demasiado pequeña y sus virajes se consideran insuficientes para las velocidades que se alcanzan hoy en día.

    Buffalo, que ya no se utiliza más que en raras ocasiones, se ha convertido en un estadio desierto. Même Pierre, el famoso guardián del velódromo, ya no está. Y en cuanto al viejo Victor, que se ocupaba de los vestuarios de los corredores, ha sido expulsado por el ruido de las máquinas de demolición.

    Hasta luego.
     
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    Las tribulaciones de un Champion.

    1.jpg

    Albert Champion en el velódromo de Roubaix.

    En esta cuarta Paris-Roubaix, la victoria del “stayerAlbert Champion, especialista en semifondo, es una sorpresa porque ha participado con su bicicleta de pista equipada con neumáticos de ruta, con guardabarros y freno delantero.

    De entrada, el favorito, Émile Bouhours toma la cabeza. Impresiona la logística que lleva a su lado: un manager le sigue en coche con bicicletas de repuesto y una despensa bien surtida.

    En Bauvais, Bouhours y Champion pasan destacados. Pero, poco después, el entrenador de Champion, Broc, es víctima de una avería en el coche. El corredor aprovecha la detención para rellenar sus bidones de agua y retomar la marcha con 3’30’’ de desventaja sobre el hombre de cabeza.

    Pero Bouhours se ha equivocado de carretera al pasar por Amiens y, desgraciadamente para él, el coche de su entrenador René de Knyff sufre un terrible accidente, vuelca en el descenso de la Côte de Poulainville arrastrando con él al corredor.

    Por su parte, Champion está inquieto. A pesar de marchar a buen ritmo, no alcanza al líder… no sabe nada del accidente.

    En Doullens, el coche de Broc hace una revisión de cabeza a cola y uno de sus neumáticos revienta. Champion debe de seguir en solitario.

    Después de Arras, es víctima de un desfallecimiento. Obligado a detenerse en la primera casa que encuentra. Aquí se harta de potaje de repollo, de tocino y algunas patatas.

    Su fin de carrera será laborioso, con seis caídas en los 20 últimos kilómetros.

    En la llegada a Roubaix, debe abrirse paso a través de una enorme multitud situada al borde de la ruta antes de entrar en el velódromo, aventajando ligeramente a Paul Bor y Ambroise Garin, el joven hermano de Maurice.

    Hasta luego.
     
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    La cólera del “deshollinador”.

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    Émile Bouhours, "el normando", rodeado por sus colaboradores tras ganar la Paris-Roubaix 1900

    El 22 de abril de 1900 tiene lugar la 6ª edición de la Paris-Roubaix que se ha convertido ya en una clásica en el calendario de las carreras ciclistas.

    A las 9 de la mañana, a la entrada del bosque de Saint Germain en Laye, los 19 participantes toman la salida detrás de los coches, de los triciclos y de los tandems. Detrás de cada coche, se ha instalado un imponente panel con, en su parte inferior, un rodillo que coincide con la altura de la rueda del corredor. En el medio del panel, una raya blanca indica el centro, donde el ciclista debe ir pegado lo máximo posible.

    Rápidamente, los favoritos toman la cabeza: Émile Bouhours, Maurice Garinel deshollinador” y el alemán Joseph Fischer.

    Fischer comienza a tomar ventaja rapidamente. En Arras, el muniqués, tiene 10 minutos de ventaja sobre Bouhours pero sufre un pinchazo. Mientras está llevando a cabo la reparación, Bouhours aparece y le adelanta. Más fresco que su rival, consigue aumentar su ventaja y encaminarse solo hacia el velódromo de Roubaix.

    Después de 7 horas y 10 minutos, el normando franquea la línea de llegada con un cuarto de hora de ventaja sobre Fischer quien ha llevado a cabo un gran desempeño pues no contaba más que con un solo coche de apoyo.

    Veinte minutos más tarde llega al velódromo Maurice Garin, portando su bicicleta en la mano. El rostro ennegrecido por el polvo y el sudor, descontento, rehúsa montar en su bicicleta, como le ordenan los comisarios, y rehúsa hacer las seis vueltas a la pista reglamentarias. Discute en voz alta con el público y explica que, si ha sido batido, ha sido por una sola razón: la coalición de todos sus adversarios contra él.

    A pesar de todo, “El deshollinador” será clasificado 3º.

    Hasta luego.
     
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