Al final ayer por la tarde me subí La Morcuera, la verdad que no me retorcí mucho en la subida del puerto, donde sí que me retorcí fué para llegar a Miraflores, ¡menudo airón de cara!, luego en el puerto no molestó demasiado salvo en los últimos 300 metros. LLegué con las manos demasiado frías para hacer fotos, sencillamente imposible.